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¿Vecinos? [LunBer] por IcedBlueLion

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Notas del fanfic:

Pues...No lo sé...Shippeo todo lo shippeable xD Y adoro f(x) y las adoro a ellas y...¿No sé? Disfruten del pequeño juancho... Enjoy it♥

Cuando abrió sus ojos el cielo aún estaba oscuro. Estiró la mano hasta la mesita de noche para alcanzar su teléfono y poder averiguar que hora era.

Se encandiló en cuanto desbloqueó el celular. Sin embargo, logró saber qué hora era: 4:43am. Se levantó de la cama con la única intención de ir a echarse en el piso del balcón. Se enrolló en la gruesa cobija antes de salir.

Lo primero que sintió fue el duro golpe de la fría brisa de la madrugada. Luna amaba esa sensación de frescura, por eso siempre que se despertaba en las madrugadas lo primero que hacía era salir a recibir ese abrazo que le regalaba el suave viento.

Se agachó en la esquina de la pared y miró hacia el cielo. La luna aún brillaba, aunque no con la misma fuerza que lo hacía en las noches.

Luna suspiró, el día iniciaba de manera tan silenciosa..."Todo en este lugar es tan silencioso" pensó.

Y, lo que Luna pensaba era completamente cierto. Las casas del vecindario estaban muy separadas las unas de las otras, los vecinos más cercanos a la familia de Luna se encontraban a poco más de medio kilómetro.

Luna lanzó otro suspiro y miró hacia el frente, entre las rejillas del balcón podía ver la casa que había en frente. Hacía un año ya que aquella casa se encontraba deshabitada, los vecinos anteriores se habían ido poco tiempo después de llegar dado que el apartado lugar no les convenía.

Luna cerró sus ojos, quitando la vista del lugar. Esperaba que algún día alguien llegar a ocupar esa casa.

~b25;~b25;~

Abrió bruscamente los ojos al escuchar un grito de su nombre. El de verdad.

— ¡Sun-Young!

Se trató de levantar rápido pero se resbaló con la cobija y cayó hacia atrás.

— ¡Sun-Young!—gritaron otra vez, Luna sabía que se trataba de su madre.

— ¡YA VOY! —grito más fuerte. Y empezó a levantarse, le dolía la cadera ya que justo había caído encima de ella. Una vez que se pudo levantar, tomó la sabana y miró hacia abajo. Había un auto detenido en frente de la casa vecina.

"¿Se está mudando alguien?" Se autopreguntó. Achicó los ojos, en busca de algunas pistas: Había unas enormes maletas sujetas al techo del auto, pero solo eso... ¿Tal vez habían llegado más temprano?

Luna sacudió su cabeza y entró a su cuarto, llevando la cobija arrastrada.

— ¡Sun-Young, es para hoy!

"Dios, que molestos" pensó Luna, "Además... ¿Por qué tienen que llamarme Sun-Young? Odio ese nombre"

Lanzó la cobija encima de la cama y salió la habitación.

Bajó las escaleras y caminó los diez pasos necesarios para llegar a la cocina.

— ¿Qué pasa, mamá?—preguntó Luna, sin haber entrado por completo a la cocina—No entiendo por...—comenzó pero cerró la boca al darse cuenta de que, por primera vez en mucho tiempo, no estaban comiendo solas.

—Ellos son nuestros nuevos vecinos—dijo la madre de Luna, señalando a las tres personas sentadas en la mesa.

Luna los escaneó con la mirada a las tres personas que estaban ahí sentadas; una mujer como de la edad de su madre, su cabello era oscuro y su piel muy clara, llevaba los labios pintados de rojo. Luna asintió hacia ella tratando de parecer amable. La mujer le sonrió y Luna continuó con su escaneo.

Seguían un par de chicos, uno como de su edad y el otro más pequeño.

Luna saludó al pequeño agitando su mano, éste le devolvió el saludo con una sonrisa.

Por último, Luna detuvo su mirada en el otro chico, había algo en él, algunos rasgos que lo hacían ver un poco... ¿femenino?

Luna sacudió la cabeza ante esa idea, llamando la atención de los ojos del chico que, al parecer, no era un chico.

— ¿Eres mujer?—preguntó sin pensar. Recibió un golpe en el hombro por su madre.

Luna miró al chico y éste solo pudo echarse a reír.

~b25;~b25;~

Amber no podía resistir la risa, la chica... ¿Sun-Young, no?

—Sí, soy mujer—respondió entre risas—Sé que no lo parezco pero...—comenzó pero Sun-Young la interrumpió.

—No...No quería ofenderte, yo...Yo, es que tú.... ¡Ah!—trató de disculparse, Amber sonrió ampliamente.

—No me ofendes—dijo y se levantó, dirigiéndose a la otra, quien estaba roja como un tomate—Soy Amber y tú eres Sun-Young, ¿no?

— ¿Qué? No, no, por favor odio que me llamen así. Dime Luna.

—Un gusto, Luna—dijo Amber mientras extendía su mano en frente de la otra.

—Un gusto, Amber—dijo Luna, juntando su mano con la de la otra y agitándola. Ambas sonrieron y volvieron a sentarse.

~b25;~b25;~

— ¡Wow!—dijo Amber, admirando la vista desde el balcón de Luna.

—Lo sé, es asombroso. Me gusta pasar las noches aquí algunas veces.

Luna se agachó y enrolló sus piernas para quedar sentada en forma de indio, en el mismo lugar donde se había dormido unas horas antes.

Acababa de subir a su cuarto con Amber, justo después de terminar de lavar los platos. Su mama y la de Amber se habían ido a conversar en la sala. El pequeño hermano de Amber y la hermana de Luna, quien se había levantado poco después que Luna, habían ido a jugar al patio, aprovechando el fuerte sol que lo alumbraba.

—Tu casa se ve grande—dijo Luna, Amber estaba distraída por lo que no escuchó a la otra— ¿Lo es?

Luna la miró, notando la concentración que ponía visualizando la casa.

— ¿Amber?—preguntó Luna, mirándola fijamente, la otra no mostraba más reacción que achicar un poco los ojos de vez en cuando— ¡Amber!

~b25;~b25;~

Amber no estaba convencida de aquella casa. A pesar de que era bastante bonita, la casa también era enorme, tenía demasiado espacio vacío. Amber se veía pasando todo los días sola, echada en algún mueble mientras admiraba el techo y... ¡Ah!

— ¡Amber!—al escuchar eso, Amber volteó y se encontró con que la otra chica se había sentado en el piso. Amber fue y se sentó en frente de ella.

— ¿Estas bien?—preguntó por fin.

—Sí, solo estaba pensando que haré cuando mi madre comience a trabajar y deba pasar todo el día solo—respondió con una risa falsa.

Luna la miró y, sin pensar, respondió—No tienes que estar sola, puedes estar conmigo.

Amber la miró y le soltó una sonrisa antes de que ambas empezaran a sonrojarse. No era un secreto que a Amber le había gustado Luna desde el momento en que llegó y la vio dormir en el balcón.

Luna no sabía de donde había salido aquel comentario, sin embargo, eso era lo que ella quería: Que su vecina viniera a verla siempre. Luna no entendía que le estaba pasando.

—Pues... ¿Gracias?—dijo Amber un poco dudosa.

—Si...Como verás, no tengo muchos amigos—dijo Luna, tratando de romper la palpable tensión que rodeaba el ambiente.

— ¿Por qué?

—No hay mucha gente que quiera conducir dos horas y media desde la ciudad solo para estar conmigo.

—Yo lo haría—dijo Amber sin pensar. Tapó su boca como si eso pudiera evitar que el comentario no se escuchara o algo por ese estilo—...Quiero decir...Yo podría...O sea, yo...—Luna sonrió e hizo un gesto con la mano, restándole importancia. Sin embargo, ella sabía cuan sonrojada debía estar.

Pasaron unos segundos mientras Ambas reflexionaban acerca de aquello. Una vez que subieron las miradas, los ojos de la una y la otra se juntaron. Amber pudo ver los ojos de Luna brillar y sabía que la otra también podía notarlo, tanto en los suyos como en los de ella.

Poco a poco se acercaron pero, la que dio el paso decisivo fue Luna, juntando sus labios con los de Amber.

Estuvieron unos segundos estáticas hasta que Amber se movió hacia Luna, con la intención de profundizar el beso, después de todo, ¿no era esto lo que ella quería?

Luna posó sus manos sobre la cintura de la otra, mientras el beso se volvía más profundo.

Amber bajó sus manos, paseándolas por todo el cuerpo de la otra, hasta llegar al trasero, en donde apretó y la acercó más hacia sí.

Luna sentía que necesitaba estar más cerca de la otra, así que sin pedir permiso, se subió al regazo de Amber, pegándose todo lo que pudo a ella.

Amber paseaba sus manos por el cuerpo de la otra con suavidad. Llegó a su camiseta, metió las manos por debajo de ella y acarició la espalda de la otra. Amber sintió el leve temblor de Luna cuando sus manos llegaron al sostén de la misma. Amber esperaba que la detuviera, pero al ver que no lo hizo....

— ¡Sun-Young!—el grito de su madre provocó que Luna pegara un brinco hacia el otro lado del balcón.

La madre de la Luna entró a la habitación y quedó helada al ver a su hija roja como un tomate.

—... ¿Están bien?—preguntó y esperó respuesta por parte de cualquiera de las niñas. 

—Sí, solo que Luna esta...Acalorada.

—Sí, también estaba acalorada con su padre cuando ella iba a nacer.

Amber miró a la madre de su chica y se echaron a reír.

~b25;~b25;~

Luna no entendía porque se reían, ella quería hacerlo pero su vergüenza no se lo permitía.

—Bueno. Yo creo que debo irme—dijo Amber provocando una reacción...Espontánea por parte de Luna.

— ¡NO, TU NO TE VAS!

Amber rio antes de responder— ¡Ok, ok! No me voy.

Amber se levantó del balcón y le tendió su mano a Luna, ella la tomó y se impulsó hacia arriba, quedando abrazada al pecho de Amber.

Luna se inclinó sobre los labios de Amber y le dio un suave beso Cuando quería despegarse, Amber agarró la cadera de la otra y la pegó a sí.

—De esta no te salvas—susurró Amber a Luna luego de morder su labio inferior.

Luna suspiró en la boca de la otra antes de responderle—No quisiera "salvarme".

Ese fue el aviso de Amber, tomó a la chica por las caderas y la echo en la cama, poniéndosele encima. Besó sus labios y bajó por su cuello y clavículas, aprovechando el escote del pijama de Luna.

Luna paseaba sus manos por los brazos de Amber, por su cabello y por sus hombros...Por todo lo que pudiera tocarle.

Amber subió la vista, encontrándose con la mirada ansiosa de la otra chica.

—Hazlo, Amber, hazlo.

Amber sonrió, se despegó de Luna, quedando a horcajadas sobre ella. Subió sus manos por el abdomen de la chica, sin quitarle la camisa. Luego bajó sus manos y, al volver a subir, se llevó la camisa de Luna junto con ellas. La levantó delicadamente para desabrochar el sostén.

Luna se dejó desnudar con tranquilidad, casi que con felicidad. De hecho, cuando Amber le sonrió ella la agarró, halándola hacia abajo para quedar muy pegadas.

Amber le llenó las mejillas y los labios de tiernos besos.

— ¡Hay! No me dejaste ni verte—dijo Amber con un puchero,  provocando que la otra se echara a reír.

—Ya tendrás tiempo para verme—dijo Luna, sonriéndole y besándola suavemente.

— ¡Pero quiero verte ahora!—dijo Amber, quejándose.

— ¡Bueno, lo tienes en 4DX!—dijo Luna, Amber rio a carcajadas, contagiando a la otra.

— ¿Qué diablos dices? ¡Oh, estás loca!—dijo Amber luego de que su risa disminuyó.

—Vamos a ser sinceras, lo que más te gusta de mí son mis locuras.

—De hecho...Lo que más me gusta de ti son tus labios.

— ¿Te gustan mucho?

—Me encantan, fue lo primero que vi en ti.

— ¿En serio? Lo primero que yo hubiese visto sería mi trasero, es enorme.

Amber se echó a reír y bajó las manos para apretar las caderas de Luna.

— ¿Que haces?—preguntó Luna, fingiendo indignación.

—Compruebo el tamaño de tu trasero.

Luna se echó a reír, empujó a Amber con fuerza hasta que cayó de espaldas en la cama. Amber tomó las manos de la otra, haciéndola caer encima de ella.

Luna se rio y besó a Amber antes de tomarle las manos, acostarse en su pecho y llevarle las manos directamente a sus nalgas, las apretó y dijo— ¿Comprobado?

—Deliciosamente.

Amber se echó a reír junto con Luna, ésta fue directo a os labios de la otra para besarlos con pasión. Rápidamente la otra se dejó llevar por aquel calor que había llenado la habitación. En pocos minutos Luna se encontraba desnuda completamente y Amber estaba muy cerca de estarlo.

Luna bajó por el abdomen de la otra hasta llegar a sus pantalones y quitar todo lo que la cubría. Aprovechó para lanzarle una mirada hambrienta, luego de inspeccionar completamente el cuerpo de Amber.

Luna bajó directamente hacia las caderas de Amber y comenzó a besar sus muslos, debajo de su ombligo y todo aquello que rodeara su feminidad...Excepto su feminidad.

— ¿Qué tanto esperas?—preguntó la otra, bastante desesperada.

—No seas impaciente.

Luna, para callar la queja de la otra, se dirigió justo al frente de la palpitante zona y la besó. Un beso rápido que provocó que un leve gemido saliera de los labios de la otra.

Colocó otra serie de besos, en busca de desesperar a la otra, quien ya estaba muy desesperada. Luego deslizó su lengua dentro de la otra y pudo jurar que el grito que ésta pegó no fue para nada normal. Continuó penetrándola con su lengua, mientras que el otro solo podía agarrarle el cabello y masajeárselo con suavidad.

—Luna...—comenzó a decir Amber entre una serie de gemidos.

Luna supo lo que venía y rápidamente se despegó, colocándose encima de Amber para poder restregarse contra ella. Si de algo estaba segura es que ambas se vendrían juntas.

Ahora, los gemidos que ahogaban la habitación, eran de ambas.

Luna se movía cada vez más rápido, arrancándole a Amber cada vez más gemidos, cada vez más altos. Ambas estaban cada vez más cerca de explotar.

La primera fue Luna, a los segundos le tocó a Amber.

Luna se desplomó en el cuerpo de la otra, posando su boca en el cuello de la misma y dándole un suave beso en la misma zona luego de que sus respiraciones se relajaron.

Luna se bajó de Amber y se acostó a su lado, Amber la acercó a ella. Quedaron abrazadas delicadamente, Luna se acercó para besar los labios de la otra con cariño.

— ¡Bienvenida, vecina!—le dijo luego de despegarse.

— ¿Les obsequias estos regalos a todos tus vecinos?

—No, solo tú eres tan especial.

Ambas se sonrieron y entrelazaron sus manos antes de que el cansancio les cerrara los ojos.

Notas finales:

¿Les gustó? Espero que si♥


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