¿Conoces el sonido de las manecillas del reloj? Ese, que indica que el tiempo pasa, y se acaba con cada tic tac. Ese que no se escucha ahora.
Silencio. No hay más.
Porque en ese lugar no hay necesidad de pronunciar nada. Cualquier mensaje es transmitido a través del tacto de los labios que se rozan entre sí, con dulzura, por aquellas manos entrelazadas, por cada jadeo siendo callado.
“Esto no está bien”
“¿y?”
“Baek…”
“Solo cállate….y disfruta”
Poco a poco le suelta, para tocarle, sus manos descienden hacia su pecho ya desnudo, y más abajo, le recorren de la manera más dulce y sensual posible.
“KyungSoo”
Susurra en su oído, mientras le escucha gemir. Besa su cuello, sus hombros, su pecho, todo en el menor le parece perfecto,
“H-Hyung”
Do KyungSoo, gime al compás de su amigo, en medio de esa sala de apartamento desolada, con un piano recién tocado y una botella de champan ya vacía. Las notas afinadas que presume, se pierden en el vacío siendo presa del placer de que su cuerpo sea profanado a besos, dejando marcas en su pálida piel. Sus manos recorren la espalda de quien le toca, su cabello y cuello y luchan por atraerle de nuevo hacia sus labios.
“Baekhyun detente”
Ruega de un momento a otro, sintiendo su miembro adentrarse en la boca de su mejor amigo.
“No hagas eso, e-es sucio”
No hay suplica que valga, porque el mayor sigue con su trabajo, arrancando gemidos cada vez más placenteros de la boca de KyungSoo, hasta derramar la blanca esencia del menor,
Sus labios vuelven a danzar juntos, mientras se preparan para volverse uno solo.
“Puede que esto duela un poco”
Byun Baekhyun advierte a quien debajo de su cuerpo tiembla ante su tacto, con uno de sus dedos va tocando delicadamente la entrada del menor, hasta adentrarse en ella, despacio, suave, decidido a causarle el menor daño posible, escuchando junto a su oído los leves gemidos de dolor y placer mezclado.
“Voy a hacerlo”
Avisa, y comienza su intrusión, poco a poco, la cara de KyungSoo demuestra su incomodidad y miedo transformándose en placer, y comienzan con un vaivén sincronizado de caderas. Mientras sus labios se rozan nuevamente, mientras sus lenguas batallan entre sí, mientras sus manos recorren el cuerpo contrario como queriendo atesorar el momento de por vida.
“Ngh, ngh, ah”
“KyungSoo” susurra, “Soo”
“Ba-baek ah”
“Te quiero.”
Es la sensación embargante que hace que ambos cuerpos se contraigan a la vez, alcanzando el éxtasis al mismo tiempo, como uno solo. Se separan y vuelven a empezar de nuevo el ritual. Que el tiempo se ha parado solo por esta noche, y solo para ellos dos.
…
El sol aparece, junto a las manecillas que vuelven a sonar, y la sala mágica de antes se pierde cuando es iluminada por la luz de fuera. Tal como si todo hubiera sido tan solo un sueño, el piano está cubierto, y no hay rastros de él champan. Y mucho menos de Byun Baekhyun.
Después de todo el tiempo solo se detuvo por una noche, para que pudieran despedirse.