Una luz brillante me daba en la cara, me molestaba, así que abrí los ojos para saber que interrumpía mi sueño, era el sol, aún no queria levantarme pero la mañana me decía otra cosa , asi que no me quedo otra opción.
Bajé para ver si Mello ya había despertado, pero seguía dormido. No me quedo más que hacer el desayuno para 2, ya que el me acogio en su casa, era como una forma de agradecerle. Tenía algo de experiencia en la cocina ya que vivía sólo, pues la señora que cuidó de mi hasta los 11 años había muerto a causa de cancer, y llegue a pensar: "Tengo alguna especie de maldición donde todos los que están cerca de mi mueren". Pero esto ya era una estupidez, me había acostumbrado a ese tipo de ideas, la soledad me estaba volviendo loco.
Estaba tan concentrado en mis pensamientos que no me di cuenta de que Mello bajo, se sentó en el sofa y comenzó a leer uno de los libros que había en la estantería de la sala.
-¿Como te sientes?- pregunto desde la sala.
-Mucho mejor, gracias- respondí algo cortante y tímido ya que no hablaba mucho con Mello.
-¿Que cocinas?- dijo, mientras se acercaba incomodamente detrás de mi.
-Nada especial, sólo algo de curry- que incómodo.
-No me gusta mucho el curry- se llevó las manos detrás de la nuca y se fue a donde estaba leyendo el libro. En sus palabras se oía algo se ¿cinismo?... No, no era cinismo, era una clase de... Apatia, si, eso era, me di cuenta de que era muy apatico e indiferente, probablemente así era su actitud, pero no me gustaba del todo. Decidí ignorar su respuesta, ¿Qué quería que yo hiciera? ¿Dejar de cocinar lo que estaba haciendo y hacer lo que se le diera la gana? No haría eso, yo no llegaría hasta ahí, solo le estaba agradeciendo.
Termine de cocinar, deje un plato a un lado del horno de microondas por si acaso quería. Me sorprendió, ya que lo tomó y comió un poco, al principio tenía cara de que no le gusto, me ofendí, pero despues cambio su expresión, se veia que quería seguir comiendo, creo que describi mal a Mello.
-No esta bueno, esta desabrido- Bueno, retiro lo dicho, lo he descrito bien. Terminó de comer, dejó el traste en el lavaplatos y volvió a sentarse en el sofá. De igual manera acabé, tome mi chaqueta que estaba en el sillón y me dispuse a salir.
-¿Vas a algún lado?
-Ah... Si, gracias por acogerme, tengo que regresar a casa.
-¿Por que la prisa? ¿A caso no has dicho que vives solo? Tal vez íamos conversar un poco más.-
-Gracias, pero aún tengo cosas por hacer-
-¡Pfff! ¿Como cuales? ¿Llorar cual nena por que te dejo tu excéntrico novio por andar de calenturiento con una rubia oxigenada?- Ese comentario me enfado y mucho, simplemente decidí ignorarlo e ir a mi casa, pero... Probablemente tenga razón... Estúpido Mello, dio justo en el blanco.
Salí cerrando la puerta, no sabia que haría en casa realmente, ahora ya no tenia nada que hacer, probablemente solo estudiar, pero... ¿Qué clase de idiota estudia en vacaciones? Yo, yo lo hacía.
Despuésde pensar un poco me pare... ¿En dónde carajo estaba? No conocía a Mello y mucho menos en donde vivía, desconocí ese lugar por completo. -¿Y ahora que?- me dije en voz baja.
-Te lo iba a decir pero ni siquiera me diste tiempo de abrir la boca, idiota- Me sorprendí ante la presencia de aquel rubio, ¿Como supo donde estaba? Una más de las preguntas sin respuesta del universo.
-Ven, te llevare a casa, Peluza- ¿Peluza? ¿Por que de repente el apodo? Demonios, si que eres extraño Mello.
Solamente pude asentir con la cabeza algo avergonzado, me sentía estupido al ver que me salí sin siquiera saber sonde estaba. Caminamos un rato. Tenía algo de miedo ya que pasamos por una zona donde estaba completamente solo, me apegue un poco, solo un poco a Mello, me sentía más seguro junto a el, al parecer se dio cuenta pero decidió ignorarme y siguió caminando como si estuviera solo.
Al llegar a mi casa no me quedo de otra más que invitarlo a pasar, pero este se negó, me despedí de el y le agradecí por haberme acompañado. Cuando se fue, cerré la puerta y me recoste un rato en el sofá, estaba aún algo cansado, y también algo enfermo por lo que paso la noche anterior. Después de un rato alguien toco la puerta, no tenia ni la menor idea de quien podría ser, dudé al momento de querer abrir la puerta o no, tenia un mal presentimiento.
Al abrir la puerta me di cuenta de que tenia razón al no querer hacer aquella misteriosa acción. En efecto, desearía no haber abierto ese objeto que servía de separación entre nosotros 2. Era el...
Era Matt.