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In Italia, la bella vita. por Teddy_Freddy

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Notas del fanfic:

Antes que nada tengo que aclarar que manejare a los personajes en versión humana porque los vi en un vídeo versión humana y son una lindura!

Notas del capitulo:

Es la primera vez que escribo de esta pareja. Son lindos y adorables! 

Prólogo.

Puedes ver el rojo en tus parpados cerrados, eso quiere decir que el sol te esta llegando al rostro. Abres de apoco tus parpados, la luz te molesta un poco así que te tomas tu tiempo. Cuando por fin logras abrir los ojos te das cuenta de que estas acostado de lado volteando a la ventana, por alguna razón tu cuerpo duele y se siente pesado, no quieres moverte de donde estas ademas no tienes nada que hacer ese día así que puedes dormir otro poco.
Cierras los ojos mientras piensas que estaría bien descansar unos minutos mas, también piensas que deberías cerrar las cortinas de la ventana para que no entre tanta luz.

Abres los ojos de golpe recordando que tu habitación de hotel no tiene una ventana como la que acabas de ver. Con algo de dificultad logras sentarte en la cama, el dolor en tus regiones bajas hace que te quejes bajito. Examinas rápidamente la habitación, parece ser una habitación del hotel donde te estas hospedando (lo sabes mas que nada porque algunas son parecidas y creíste ver el nombre del hotel grabado en algunas cosas), pero definitivamente no es tu habitación.

Ahora notas que estas desnudo, has levantado incluso la sabana para ver debajo y si, te has encontrado con que no tienes ni ropa interior. Eso es algo muy extraño considerando que si bien no tienes un modo de dormir definitivo (con una pijama) siempre te aseguras de tener por lo menos ropa interior. quizá muy tarde te das cuenta de que no estas solo en la cama, del otro lado alguien te esta dando la espalda.

Esa persona tiene una espalda ancha (unas marcas rojas la adornan) y cabello corto, no tienes que pensar mucho para darte cuenta de que se trata de un hombre. Uniendo las piezas... ¡Te has acostado con un chico!
Un escalofrió te recorre la espalda, no puedes creerlo te niegas a hacerlo! ¿Como el novato sensación, famoso entre las chicas pudo haberse acostado con un chico?! No te gustaban los chicos, eso lo tenias muy en claro.

Decidido a fingir que no paso nada te envuelves en una sabana y levantas de la cama (ignorando el dolor en tus caderas y trasero ) buscando tu ropa, planeas vestirte e irte antes de que el otro tipo despierte. Pero para tu mala suerte cuando encuentras tu ropa en el suelo y estas a punto de tomarla escuchas un bostezo y como la cama se mueve cuando el chico que antes te daba la espalda se voltea hacia ti.

Si antes sentiste un escalofrió al saber que te habías acostado con un chico, ahora sentías como un balde de agua fría cayéndote en cima al ver que se trataba de Francesco Bernoulli, el hombre al que juraste odiar por el resto de tu vida.
Tu respiración se detiene por un momento cuando ves a Francesco sentarse en la cama, su cabello castaño chocolate esta perfectamente acomodado como si acabara de peinarse (y lo odias por eso), dirige sus ojos color almendra hasta ti y parpadea confundido un par de veces.

No estas seguro si tienes que decir algo, tampoco sabes si tu rostro esta perdiendo el color o se esta volviendo rojo. Todo lo que sabes es que Francesco te esta viendo mientras enarca una ceja.

—Ciao, McQueen. -te saluda y tu te encoges de hombros preguntándote cómo demonios puede saludarte de manera tan casual. No piensas responder le, simplemente te agachas y tomas tu ropa caminando a la puerta, piensas salir e ir a tu habitación rápido sin que nadie te vea. Pero a penas logras llegar a la puerta cuando sientes unos brazos rodearte por la cintura, deteniéndote antes de que puedas si quiera abrir.
Tienes la sensación algo húmedo que recorre por tu cuello antes de sentir una pequeña mordida en el lóbulo de tu oreja, te estremeces dejando caer lo que sostenías en tus manos (la ropa y por poco la sabana que te cubre).

—Detente Francesco... -tratas de hablar en tono firme, pero tu voz ha salido mas como un suspiro mientras el italiano se pega a tu cuerpo desde atrás, con sus manos traviesas moviéndose por tu cuerpo.

—Me alegra saber que no te has quedado sin voz después de lo de ayer, McQueen. -te dice con un ligero tono de burla, cierras los puños con fuerza dispuesto a golpearlo... pero en ese momento sientes los dedos del italiano colarse debajo de la sabana que te cubre pasándose descaradamente por uno de tus muslos.

—Ngh... Detente, de verdad Francesco. No estés jugando conmigo. -dices alejando sus manos y volteandote para verlo de frente, luchas con tu curiosidad de bajar la mirada (ya que él no lleva nada cubriéndolo).

—No estoy jugando contigo McQueen. ¿Que vas a hacer? Irte y fingir que no ha pasado nada?

—¡Exactamente! -respondes de inmediato y lo escuchas reír, te mira desde arriba con esos ojos almendra sobre el celeste que es tu mirada.

—Bien, si vas a fingir que no paso nada... al menos te lo voy a hacer otra vez. -Parpadeas confundido sin saber si escuchaste bien, te das por enterado que va en serio cuando sientes sus manos colarse bajo la sabana y sientes sus dedos recorrer tus costados. Mueves la boca tratando de decir algo, mandarlo al demonio seria genial, sin embargo todo tu cuerpo no te obedece. Ves a Francesco acercarse y lo sientes adueñarse de tu boca en un feroz beso que te deja mareado los sentidos.

Definitivamente odias a Francesco Bernoulli.

Notas finales:

Si les gusta comenten. 

Saludos.


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