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Unfaithful por Na Na

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Notas del fanfic:

Canción de Rihana, https://www.youtube.com/watch?v=fnYz0iHN4dA 

Espero les guste :3

 

Notas del capitulo:

Gózenlo xD

Son casi las dos de la mañana, así que es lo único que se me ocurre decir xD

No, en realidad quiero disculparme por demorarme en subir este oneshot. Empecé la Universidad :D y con ella los deberes -.-' pero aquí está :D

Quiero hacerle una tercera parte a esta historia. Si la hago, los juntaré todos en una serie, para hacerlo como fanfic sin serlo en realidad (?) xD

E, insisto, no tengo nada en contra de Heenim :3

Unfaithful 

Story of my life 
Searching for the right 
But it keeps avoiding me 
Sorrow in my soul  
Cause it seems that wrong  
Really loves my company 
 

Se podría decir que lo conoció gracias a SungMin. 

Su rosado amigo lo había citado en la cafetería a las tres y ya llevaba cinco minutos de retraso. Suspiró molesto y empezó a tamborilear la mesa. SungMin sabía que él no esperaba más de diez minutos a nadie, así que más le valía llegar dentro de cinco minutos si no quería que HeeChul le gritara. 

Apoyó su cabeza en su mano y empezó a mirar alrededor buscando señales de su amigo, pero lo que encontró lo dejó más feliz. Frente a su mesa estaba un hombre, con zapatos café oscuros sin calcetines, pantalón caqui y camisa celeste. El hombre tenía las piernas cruzadas y el libro que leía ocultaba casi toda su cara. Sólo sus ojos negros eran visibles. HeeChul se quedó mirándolo sin discreción alguna. Esa camisa se le pegaba a los brazos y al pecho. Se preguntaba si era homosexual.  

Revisó su reloj: ocho minutos tarde. Se dijo que si Min no llegaba en dos minutos se iría a la otra mesa, aun corriendo el riesgo de que el otro fuera hetero y lo mandara a volar. Y aun sabiendo eso no dejó de mirarlo. 

El chico de la otra mesa giró un poco su rostro para tomar su taza de café y darle un sorbo, y cuando iba a regresar su vista al libro los dirigió hacia al frente y unos ojos cafés lo miraban. Los miró por un segundo y luego regresó a su libro. Quizá y no lo miraban a él. 

HeeChul miró su reloj y los dos minutos que faltaban ya habían pasado, así que se levantó y caminó la otra mesa. 

—Hola —puso su sonrisa coqueta. El otro hombre bajó el libro y lo miró. 

—Hola —movió sus labios hacia arriba en una pequeña sonrisa y unos hoyuelos aparecieron a cada lado. 

—Mucho gusto, soy HeeChul. La persona que venía a verme no llegó, y no me gusta estar solo. ¿Te importa si te hago compañía? 

—No —el otro hombre colocó su separador en el libro y lo cerró—. Soy SiWon —estiró su mano y HeeChul la tomó—. Mucho gusto. 

— ¡SiWon! —el aludido levantó la mirada y vio a un chico rubio caminando hacia él. 

—SungMin, hola —se puso de pie excusándose con HeeChul y se acercó al recién llegado. HeeChul se dio la vuelta y vio que ese SungMin era el SungMin que él esperaba. 

—Hasta que llegas —se cruzó de brazos y encaró a SungMin. 

—Hyung, creí que te habías ido —SungMin se acercó a él e hizo una reverencia. 

— ¿Se conocen? —preguntó SiWon sorprendido, intercambiando miradas entre los dos. 

—Sí —contestó SungMin—. Él es el chico del que te hablé, SiWon. La pregunta es, ¿ustedes se conocen? 

—Recién —dijo HeeChul con su sonrisa coqueta instalada en su rostro. 

SiWon también le sonrió y HeeChul estuvo seguro que no sería la última sonrisa. 

He's more than a man 
And this is more than love 
The reason that the sky is blue 
The clouds are rolling in 
Because I'm gone again 
And to him I just can't be true 

Todo pasó porque HeeChul quiso, sino, SiWon no hubiese podido ni mover una piedra. 

Después de ese día SiWon y HeeChul se encontraban por mera casualidad. En el banco, en el súper, en las cafeterías, en fin. Incluso se encontraban en las reuniones de SungMin. El rubio se había dado cuenta de la química entre ellos, así que los invitaba y SiWon aprovechaba para hablar con él, y HeeChul se dejaba. HeeChul quería saber qué tan lejos llegaba SiWon para enamorarlo, sin darse cuenta que él se estaba enamorando. 

SiWon se le confesó después de cuatro meses. Habían ido a cenar a uno de los hoteles de la familia Choi, con el  lugar sólo para ellos. Cenaron con miradas coquetas, toques de mano. Podría decirse que el ambiente estaba perfecto. Cuando terminaron de cenar fueron a caminar al parque, uno cerca del otro, más cerca de lo normal.  

El menor tomó de la mano a HeeChul y lo guio hasta un árbol.  

—Este es el árbol de los deseos —le dijo con una sonrisa—. Se supone que si escribes tu deseo en un papel y lo colocas en una de sus ramas se cumplirá. 

— ¿Aun crees en cuentos de hadas, SiWon? Que infantil... —miró a otro lado y escuchó al menor reír—. ¿Qué? ¿Dije algo gracioso?  

—No, no es eso. Sólo que no me entendiste. No necesito escribir mi deseo porque mi deseo está frente a mi —HeeChul miró a SiWon y sus ojos brillaban, quizá más de lo que las estrellas lo hacían—. HeeChul, yo me enamoré de ti —SiWon se acercó y levantó sus manos hasta acunar el rostro de HeeChul—, y quiero pedirte que seas mi novio —y por un momento HeeChul se permitió sonreír de manera enamorada. 

Si HeeChul hubiese querido rechazarlo le hubiera cortado el plan mucho antes de llegar al parque, pero no lo hizo. HeeChul quería que todo lo que sucedía ahora, le pasara. No tan cursi, pero lo quería. 

Susurró un leve «sí» haciendo a SiWon sonreír hasta mostrar sus dientes. HeeChul sonrió igual y colocó sus manos en los antebrazos de Won. SiWon miró a los ojos de HeeChul y luego sus labios. HeeChul hizo lo mismo. Los dos querían eso, así que Won se acercó a él y juntó sus labios en un beso. Los dos cerraron los ojos y las sensaciones que sentían viajaban por todos sus cuerpos. 

Tras separarse y ver al otro sonrojado, HeeChul se dio cuenta que se había enamorado de SiWon de una manera locamente desesperada. 

HeeChul en verdad amaba a SiWon. 

And I know that he knows I'm unfaithful 
And it kills him inside 
To know that I am happy with some other guy 
I can see him dying 

—Estoy seguro que si fuera chica, ese «vivamos juntos» hubiera sido un «cásate conmigo» con cena, el anillo en la copa de champán y él arrodillado frente a mí —bebió de su vaso de soju. 

—Yo iba a decirte lo mismo —dijo SungMin llenado de fideos su boca—. Pero él al menos te lo pidió. Mírame a mi —HeeChul lo hizo—, soltero, después de cinco años de relación. Y ni una sola vez, YoungWoon me dijo «vivamos juntos» —trató de imitar a su ex pareja. 

—O sea que ahora es en serio —lo dijo más como afirmación que como pregunta. 

—Bueno, fue el primero de abril, ya es catorce —metió más fideos en su boca—. Ya debió haber llamado para pedir disculpas o para hablar. 

—Ya lo ha de hacer. 

—No lo creo. Mandó una foto de fideos negros al grupo de chat. 

—Por eso me invitaste —otra afirmación. El ahora pelinegro asintió—. De aquí a mañana ya están juntos. 

SungMin no dijo nada. 

Siguieron comiendo en silencio, cada uno pensando en sus propios asuntos. 

HeeChul pagó la cuenta y acompañó a SungMin a su departamento y luego fue al suyo. Aun no creía que después de dos años SiWon le hubiese pedido vivir juntos y estaba feliz por eso. 

Caminó despacio a su departamento lleno de montañas de cajas. Se mudaría el lunes. 

***** 

—No me esperes despierto —le dijo a través del teléfono. 

—Claro, SiWon. De todas maneras te dejaré cena —un «gracias» y un beso fue la despedida. 

Unos inversionistas taiwaneses deseaban hacer negocios con él así que debía organizar ciertas cosas y realizar un proyecto, o algo así. En realidad HeeChul  no le había prestado mucha atención. 

Se sirvió una copa de vino y se sentó en la banca del balcón a ver la noche. Le gustaba estar ahí. Y entre tantas cosas en las que pensar, pensó en su relación con SiWon. Había pasado un año desde que se mudó con él y las cosas marchaban bien. Pero había algo que ponía mal a HeeChul: el sexo. 

HeeChul no era un promiscuo ni nada, pero había probado mucho. La diferencia era que sus anteriores parejas eran muy diferentes a SiWon en cuanto a «ese» tema. Y en realidad eso le encantaba porque con SiWon no era sólo sexo, con SiWon hacía el amor. Nadie antes de él le había hecho sentir esa conexión con el otro, esa sensación de tocar el cielo. Nadie antes de él le había dado tantas atenciones. Pero HeeChul extrañaba esa rudeza con la que lo solían tratar, pero no quería hacer algo indebido. Respetaba (y amaba) mucho a SiWon como para salir «por ahí». Por eso ya no salía si no fuera con SiWon, para no caer en la tentación. SungMin ya no podía porque había regresado con YoungWoon y por fin vivían juntos. 

Terminó el contenido de su copa y entró cerrando la puerta con seguro. Debía asegurarse que esos pensamientos no regresaran. 

I don't wanna do this anymore 
I don't wanna be the reason why 
Every time I walk out the door 
I see him die a little more inside 
I don't wanna hurt him anymore 
I don't wanna take away his life 
I don't wanna be 
A murderer 

Habían sido dos semanas en las que SiWon llegaba más tarde de lo normal y la soledad lo estaba matando, así que decidió ir a un bar por unos tragos, por ruido, por lo que sea. 

SiWon llegaría pasado las doce, así que él llegaría antes. Ya había cenado, guardó la cena de Won en el refrigerador y salió del departamento con billetera, teléfono, llaves y un saco. Fue al parqueadero, se subió a su auto y fue a un bar al otro lado de la ciudad, un viernes. 

El lugar al que entró era un bar-karaoke, así que los gallos de las personas se escuchaban hasta afuera. Rio un poco mientras cerraba la puerta del auto y se acomodaba el cabello. Entró al lugar y fue directo a la barra. 

—Whisky doble, seco —y el barman le puso un portavasos, el vaso y le sirvió la bebida. 

— ¿Despecho? —giró la cabeza a su izquierda y vio a un hombre con la piel blanca, labios rosas, cejas perfiladas y ojos negros, fieros. Negó con la cabeza—. ¿Entonces? 

—Me gusta lo fuerte —dijo, tratando de ser lo más serio posible. 

—Soy JaeJoong —el otro le estiró la mano. 

—HeeChul —y la tomó sacudiéndola un poco. 

El tal JaeJoong se sentó a su lado y se presentó como un hombre despechado. 

—Y es noche corta venas —dijo bebiendo de su vaso. 

HeeChul rio un poco y el otro le dijo que no era gracioso. 

— ¡Claro que lo es! Es el destino haciéndote sentir mal —ahora fue el turno de JaeJoong de reír. 

Así fue que desde las ocho hasta las once pasaron sentados en la barra, hablando y riendo mientras bebían. 

HeeChul fue el primero en ponerse de pie. 

—Debo irme, es tarde —sacó su tarjeta de crédito y pagó por los tragos. 

— ¿Te importa llevarme? Dijiste que tienes auto, así que… 

—No, claro —tomó su tarjeta y se dio media vuelta escuchando un «ponlos en mi cuenta» por parte de JaeJoong—. ¿Vienes seguido? —asintió. 

—Vivo cerca —se encogió de hombros. 

HeeChul desbloqueó  el auto, subió, se subió JaeJoong y después de dos cuadras lo apagó. 

— ¿No quieres un café? —y todo se detuvo. 

HeeChul sabía que esa era una clara invitación para algo más, y debía rechazarla. Pero por otro lado, SiWon no estaba, no llegaría como hasta la una de la madrugada, así que si algo pasaba, Won no tenía por qué saberlo. Su conciencia le repetía que no, que no, pero él pensaba «que sí, que sí». Se debatía entre las dos respuestas. 

—Claro —y sacó el seguro del auto. 

Subieron en ascensor hasta el departamento. Un lugar simple pero con varias ventanas lo recibió. 

—Los zapatos —le advirtió Jae—, y el saco —y caminó a la cocina. 

HeeChul se sacó los zapatos, colgó el saco en el perchero y se sentó en la barra. 

— ¿Con azúcar? —HeeChul negó. 

En el estado en el que estaba necesitaba despertar. 

—Toma —y JaeJoong se sentó a su lado. 

Bebieron en silencio, mirando a todo lugar menos a ellos, hasta que JaeJoong le quitó la taza de las manos y lo besó. HeeChul por un segundo no supo qué hacer hasta que correspondió el beso con la misma rudeza de Jae y colocó sus manos en los hombros del contrario.  

—Ven —le dijo Jae cuando se separó de él. Lo tomó de la muñeca y se lo llevó hasta su habitación. HeeChul sabía que eso estaba mal, pero los besos de JaeJoong era lo que quería. No resistió por mucho y luego sólo se dejó llevar. El desenfreno y el salvajismo de Jae era lo que necesitaba, lo que extrañaba. Cuando ambos alcanzaron el clímax, y cuando se hubieron calmado, HeeChul se vistió y cuando estuvo a punto de irse Jae le quitó su teléfono y guardó su número. 

—Por si quieres que se repita —y le guiñó un ojo. 

HeeChul lo tomó de los cabellos y lo besó. Luego tan sólo se fue. 

Llegó al departamento y tan rápido como pudo se puso el pijama y se metió a la cama. Quería dormir pronto, quería olvidar lo que había sucedido. SiWon llegó poco después que él, y al meterse a la cama lo abrazó por la espalda. HeeChul se sintió culpable. 

Al día siguiente HeeChul llamó a JaeJoong y le dijo que iría a su departamento. SiWon tenía trabajo y HeeChul no quería estar solo, así que lo llamó. Sucedió lo mismo de la noche anterior. 

Y la historia se repitió durante varios fines de semana. 

I feel it in the air 
As I'm doing my hair 
Preparing for another date 
A kiss upon my cheek 
As he reluctantly 
Asks if I'm gonna be out late 

Las cosas se le había saldo de control. Ahora ya no era sólo los fines de semana, sino todos los días. HeeChul se preguntaba cómo fue eso posible. Esa situación ya no le agradaba del todo. 

—Salgamos —HeeChul lo miró alarmado. 

—No —y se incorporó en la cama. 

—Por favor. SiWon no se va a enterar, estamos al otro lado de la ciudad, ¿sí? —y los besos en el cuello lo convencieron. 

Salieron al centro comercial a comprar un traje para JaeJoong que debía ir a una boda. No contó con que HyukJae lo vería y se lo insinuaría a Won. Lo supo por SungMin. El pelinegro lo había llamado y le había dicho que necesitaba hablar con él, y rápido. 

—HeeChul, no sé qué demonios estás haciendo, pero detente —SungMin le pasó una copa de vino y se sentó en la mesita de café frente a su amigo. 

—Cómo si fuera tan fácil —y bebió de la copa. 

—HyukJae le dijo que te vio con otro tipo en el centro comercial. 

— ¿Qué hacía él ahí? —miró a SungMin con fastidio. 

—No lo sé, pero escúchame, HeeChul. SiWon ya fue lastimado antes, no lo hagas tú. Él sabía que tú eras un alma libre, aun sabiendo eso él te quiso, y tú le mostraste que cambiaste. ¿Le vas a hacer eso ahora? ¿No te parece que deberías dejar todo? 

—SungMin, no puedo. 

—Entonces deja a SiWon —y HeeChul lo miró—. SiWon está sufriendo, y tú lo sabes. 

—SiWon no sabe nada —dejó la copa en la mesa  y se dirigió a la salida. 

—Pero ya sospecha y no descansará hasta saber la verdad —y la puerta se cerró con fuerza. 

I say I won't be long 
Just hanging with the girls 
A lie I didn't have to tell 
Because we both know 
Where I'm about to go 
And we know it very well 

— ¿Te vas a demorar? —levantó la vista y vio a SiWon a través del espejo. 

—No —y le sonrió—. Sólo estaremos charlando un poco —Won asintió.  

El menor se acercó, lo abrazó por la espalda y empezó a pasar su nariz por el cuello ajeno. 

HeeChul tragó en grueso y se siguió acomodando el cabello. Se miró a los ojos y se dijo que con un simple «no» hubiera sido suficiente. Los dos estaban conscientes que él no iría a charlar con los chicos, sino con JaeJoong. Y no iría precisamente a charlar. 

'Cause I know that he knows I'm unfaithful 
And it kills him inside 
To know that I am happy with some other guy 
I can see him dying 

I don't wanna do this anymore 
I don't wanna be the reason why 
Every time I walk out the door 
I see him die a little more inside 
I don't wanna hurt him anymore 
I don't wanna take away his life 
I don't wanna be 
A murderer 

HeeChul en verdad había intentado dejar a JaeJoong, no por sí mismo, sino por SiWon. SungMin tenía razón, el menor no se merecía nada de lo que le estaba haciendo, pero era tan difícil. Cada vez que lo intentaba JaeJoong lo besaba con rudeza, y todo su autocontrol se iba por el caño. Y el sexo que seguía después lo dejaba tan satisfecho, pero tan culpable a la vez. Y no es que no lo haya intentado con SiWon, es sólo que no salió como lo había imaginado. 

SiWon lo había tratado con más delicadeza de lo normal (y HeeChul había disfrutado más de lo normal), pero él no quería eso. Y sucedió lo mismo en las siguientes veces que se lo pidió hasta que se dio por vencido. 

Our love, his trust 
I might as well take a gun and put it to his head 
Get it over with 
I don't wanna do this 
Anymore 
Uh 
Anymore 

HeeChul creyó que solucionaría las cosas pronto. Unas cuantas semanas más y terminaba con JaeJoong. Ya tenía todo resuelto, pero se olvidó de su aniversario y esa fue la gota que derramó el vaso. Había tocado fondo y ya no había marcha atrás. Se insultó mentalmente por no haber ido a la cafetería, por haber llamado para decirle que no iría y por no haber ido en su búsqueda después del mensaje de SiWon. 

Así que ahora estaba ahí, de rodillas, con las lágrimas brotando a mares y los boletos a JeJu a su lado. 

Estaba arrepentido y su corazón dolía. 

And I don't wanna do this anymore 
I don't wanna be the reason why 
And every time I walk out the door 
I see him die a little more inside 
And I don't wanna hurt him anymore 
I don't wanna take away his life 
I don't wanna be 
A murderer 

Trató de calmarse y se secó las lágrimas. Tomó los boletos del suelo y se los llevó con él a la habitación. Al entrar vio un saco de SiWon en el suelo y lo recogió. Sintió algo como un sobre en el bolsillo interior y lo revisó: eran dos boletos a las Islas Maldivas. Los miró por unos segundos y luego cerró los ojos dejando que una lágrima cayera por su mejilla. Se sintió peor de lo que estaba. Era muy probable que SiWon hubiera querido alejarlo de JaeJoong y reconquistarlo pero HeeChul se había comportado muy mal. Dejó el saco y los boletos en la cama y fue al armario. Abrió dos puertas y sacó dos maletas grandes, las cuales puso sobre la cama, las abrió y empezó a meter toda su ropa sin importarle si se arrugaban o no. Sólo quería llevársela toda. Cuando acabó guardó los boletos a JeJu en una maleta y las cerró con algo de dificultad. Las llevó a la sala y las dejó cerca del sofá. Se enjugó la cara y fue al estudio por hoja y papel. 

«El fin de semana vendré por el resto de mis cosas. Las llaves están en la mesita de café. Sé que es inútil, pero, en verdad, lo siento». 

Tomó el papel y lo dejó en la mesa del comedor. Le dio un vistazo al lugar mientras sacaba las llaves y caminaba a la sala para dejarlas en la mesita. Tomó sus maletas y salió del departamento. 

Fue a su auto, guardó las maletas en la cajuela y se subió. Sacó su teléfono e hizo una llamada. 

— ¿Hyung? 

—SiWon me botó del departamento, ¿me puedo quedar en el tuyo?  

—Claro. Te espero allá. Y, hyung, lo siento. 

***** 

—Está algo empolvado, no he venido en mucho tiempo. 

—Gracias, SungMin —y entró las maletas. 

—Te lo dije, hyung —suspiró y HeeChul se quedó en silencio—. Puedes quedarte el tiempo que quieras —le entregó las llaves—. Yo debo irme —HeeChul asintió. 

SungMin se fue y dejó a HeeChul sumido en una soledad asfixiante. Le quitó la tela al sofá y se sentó ahí. Y lloró. 

A murderer 

No, no, no… 

Notas finales:

Review? :3


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