Los días pasaban como cualquier otro, el sol iluminaba las mañanas, haciendo que tímidos rayos de luces atravesaran la fina cortina de aquella habitación, despertando al pequeño bulto sobre la cama que se estiraba tronando sus huesos justo cuando la alarma sonó a eso de las 7:00am.
Un día más, un día menos, igualmente una sonrisa le adorno su cara, hoy, para aquel chico sería otro día más en su felicidad. A la bajada del sol de aquel hermoso y soleado día, el sonido de los escalones como alguien que subía siempre a la misma hora siguió siendo puntual.
El pequeño de cabellos castaños yacía pegado a la puerta de su propia habitación. Intrigado, como si hubiese estado sometido a una serie de cosas vergonzosas, ya que el rojo carmesí adornaba las mejillas de su rostro níveo. Saliendo de sus propios pensamientos movió la cabeza, despejando de sus actitudes. En dos o tres pasos, su cuerpo se vio apegado del reluciente escritorio de madera, sobre él, un cuadernillo con un candado sellando de la privacidad del menor, sus más íntimos secretos estaban allí. Tomo del libro y lo apoyo contra su pecho mientras suspiraba si había sido un día muy largo. Necesitaba escribir en su nuevo diario, porque si, era nuevo, el anterior lo lleno tan rápido que ni cuenta se dio cuando tuvo que comprar otro.
Se levantó, miro de la puerta, sin dudarlo dos segundos la fue a cerrar con seguro, era su momento, necesitaba de esa soledad para desahogarse. Y se sentó en ese escritorio, con la llave en su mano delicada abrió de librito, tomando el simple lápiz de tinta negro y comenzó a escribir. Otro día más... Otro día siendo el Psicópata Lee Taemin
<<Día 14 de mayo del 20xx>> (...)
Un día más pasó. Como siempre lo mire oculto tras las cortinas de mi salón. Creí que me descubrió cuando nuestras miradas chocaron un par de segundos. ¡Ah! ¡Casi me da un infarto! Todo porque se me había olvidado quitarle el estúpido Flash a mi cámara, debo tener el premio al más bobo de todos. Claro de seguro vio la lucecita por eso miro, no lo culpo, últimamente debe estar plagado de paparazzi que le sacan miles de fotos. Jum~ suertudos. Con lo guapo que esta, con ese cabello castaño, su alargada nariz, sus bellas cuencas negras y grandes, ese rostro tan...tan masculino y ese cuerpo de estrella porno que lo hace estar como quiere.
Diario ¿De seguro te preguntarás de quién habló? No es nada más ni nada menos que Minho-hyung, Minho, Choi Minho. Él mejor atleta que ha tenido la secundaria, uno de los mejores deportistas a nivel regional, un buen postulante a ser el nuevo "Héroe de la nación", y además futuro novio/esposo de Lee Taemin, o sea yo...bueno, lo último no es tan verdad.
Hemos intercambiado palabras un par de veces, ya que es un gran amigo de mi hermano mayor Jinki. Y cuando me refiero a unas tres....cuatro veces en estos tres años, desde que se robó mi atención.
Lo conocí la primer mes de secundaria. En mi escuela había unos tipos con ese afán de acosar a los nuevos, para mi mala suerte justo me tocó llamarle la atención. Fue cuando comenzaron a seguirme en los recesos, me molestaban al llegar, me quitaban el dinero sin razón alguna, y un sin fin de cosas más. Dentro de la última semana ya comencé a preocuparme, notaba que querían otra cosa conmigo, especialmente con mi cuerpo.
Un día me quede escondido en un cubículo del baño, para que me dejaran tranquilo tras el almuerzo. Estaba desesperado, mi hermano había faltado, él estaba al tanto de lo que me pasaba, los acosos de esos muchachos se intensificaron ese mismo día, ya que más de un roce indiscreto sin consentimiento mío sobre mi anatomía los pude sentir. Para que decir que estaba más que asqueado, era un niño aún, aunque me consideraba una persona fuerte, comencé a sollozar en silencio. Fue allí cuando Minho-hyung me encontró, al parecer él sabía de mi existencia porque escuché mi nombre en sus labios dulcemente diciéndome que me llevaría a casa. Fue allí cuando supe que era amigo de mi hermano, que era alguien simpático y cálido. En cuanto al acoso, mi hermano hizo que expulsaran a esos chicos que jamás supe de ellos...
Desde ese mismo día quedé prendido de Choi Minho, jurando que algún día sea mío, por lo mismo me he convertido en su psicópata personal, digo fans. Y mi cámara se siente muy orgullosa que de las cuatro veces que entrena a la semana después de clases en esa cancha que benditamente queda justo frente a mi salón, lo pueda fotografiar...