Soñado.
Y era lo mejor que pudo sentir hasta ese momento, él rodeando su cintura con uno de sus brazos mientras caminaban por las calles de la ciudad.
Nunca supo en qué momento ocurrió, estaban de excursión, visitando la línea de museos más importantes de la ciudad, era una materia muy interactiva dentro del plan de estudios de arte y música de la Universidad Nacional, los tres grupos de la rama de Ciencias Artísticas y de Diseño habían sido reunidos para la excursión, la mayoría fastidiados por tener que ir con gente desconocida, mientras que Moon JongUp sonreía embelesado por la magnifica arquitectura de las fachadas de los museos.
La guía dividió al grupo de estudiantes y fue cuando Choi JunhHong quedó en el mismo grupo que él. Era más alto que él y sin duda resaltaba de entre los demás, siempre lo había notado desde que lo vio ingresar al Instituto, siendo algo tímido no podía hablar más con él, solo podía verlo a lo lejos en las horas del almuerzo o en las horas libres, viéndolo siempre con el mismo libro de música y sus auriculares blancos. No sabía que estaba pasando con él en ese entonces, pero tal cual bofetada de una madre enojada se dio cuenta que era él, Choi JunHong, la musa de sus acordes de guitarra y el protagonista de sus letras.
Todo se fue muy lejos cuando empezó a dibujarlo en sus clases avanzadas de retratos. No lo podía sacar de su mente y cada noche le soñaba.
En medio de la visita guiada JongUp se apartaba para capturar una fotografía de algo que le llamó la atención y hacía notas para crear algo en el futuro, se sumergía en su mundo.
—¿Por qué haces notas? —JunHong se acercó sigiloso a JongUp, mientras éste daba un leve saltó al ser asustado, girando su cabeza para ver al más alto.
—Necesito anotar mis ideas cuando tengo inspiración. —Se encogió de hombros, borrando su amplia sonrisa cuando vio al contrario darse la vuelta cas al instante, como si no le importara.
—Creí que era el único. —Sonrió JunHong sacando una pequeña libreta de su bolsillo con numerosas notas.
Fue un increíble choque de mundos, sus ideas brillaban coloridas y la emoción de congeniar fue tan mágica que parecía irreal, como un sueño, uno de tantos, sólo que esta vez se sentía mejor.
La visita había concluido, cada quién podía hacer lo que quisiera, los chicos y chicas empezaron a dispersarse por toda la plaza principal de la ciudad, mientras entre la multitud unas tímidas miradas de buscaban.
—¿Quieres ir a comer? … —Ambos dijeron al unísono, riendo con cierto nerviosismo.
—Conozco un nuevo restaurante de comida ‘Thai’. —JunHong proponía rascándose su nuca. JongUp sólo pudo admirar sus cabellos revolviéndose, ese chico era tan perfecto.
—Yo invito. —Sostuvo su mano empezando a caminar. No supo de donde o por qué hizo lo que hizo, pero le dio la confianza que necesitaba en ese momento.
Eran ya alrededor de la media noche y aún seguían en grandes pláticas, estando juntos el tiempo pasaba tan rápido que ninguno de los dos quería acabar con esa velada. Saliendo del restaurante caminaron en medio de la calle empedrada y oscura mientras jugaban entre ellos, comentaban sus gustos y disgustos, tratando de adivinarlo guiándose por solo por su rostro, juego de tontos, pensaban.
Fueron al mirador de la ciudad, observando las estrellas a lo alto, sin mucho más que decir, eran solo ellos dos observando el infinito del cielo alto, donde todo lo magnifico y desconocido se fusionaban a la perfección. No había mucho atrevimiento departe de los dos, cruzaban sus inocentes miradas para después sonreír con timidez.
Contemplando el amanecer juntos fue JunHong quien se acercó hasta él, abrazándole por la espalda recargando su cabeza sobre su hombro, mirando hacia la misma dirección.
Bajaban por el camino empinado, mientras las demás personas iniciaban sus rutinas diarias; trabajar, ir a la escuela, correr por la mañana, etcétera.
Muchos ojos eran puestos encima, desde luego el chico alto con cabellos grises y otro un tanto más bajo de mechones azules, ropa a la moda tal cual modelos, empezaron a charlar mientras que JongUp comenzó a rozar intencionalmente sus dedos a los ajenos, cuando menos se dio cuenta caminaban en medio de la calle tomados de la mano, todo era tan natural que se sentían tan cómodos que nada de las miradas indiscretas les arruinaría el momento. JongUp entonces tomó la cintura del menor, rodeando la misma mientras JunHong rodeaba sus hombros.
Cuando se detuvieron en medio del camino todo se volvió más lento, sintiendo como JunHong alzaba su barbilla para besarle. JongUp rodeó su cintura con todas sus fuerzas sintiendo algo extraño en su entrepierna mientras veía que todo empezaba a difuminarse hasta ver una gran luz, abriendo sus ojos vio como su madre abría las cortinas aquella nueva mañana dentro de su habitación.
—Hay un poco de cereal para tu desayuno, deja la casa limpia que hoy llego tarde, nos vemos en la cena. —La mujer le daba un beso en su frente mientras salía de su habitación, mientras JongUp permanecía abrazado a su gran almohada con una leve erección mañanera.
Después de todo solo estaba soñando, con una sonrisa nostálgica fue al baño a lavarse los dientes y poder comer su cereal, había sido tan real que pudo sentir aún el aroma de los mechones grisáceos en sus fosas nasales, todo había sido perfecto, tanto que al acabar y tomar un lápiz ya estaba tomando su guitarra componiendo una nueva canción.
Tal vez un día muy cercano estaría interpretando su nueva obra para él, como lo había hecho YongGuk-Hyung al declarar su amor a HimChan-Hyung, no sería lo mismo desde luego pero por algo se debe de empezar ¿No es así?