Había una vez, en un reino más allá de las estrellas donde un magnifico rey sonreía feliz, su esposa estaba por dar a luz a su primer hijo, al enterarse que fue un gran niño rubio, el hombre se llenó de orgullo y corrió a sostener en brazos a su hijo, el reino estaba de fiesta porque había nacido el primer heredero de Asgard, la casa de Odín recibía a Thor. Pero para la mala suerte del noble monarca, su mujer murió días después por complicaciones en el parto. El reino se cubrió de luto, el rey por consejo de su corte tuvo que desposar a otra noble doncella: Frigga. Con ella, el rey tuvo a su segundo hijo, el príncipe Balder, pero por extrañas coincidencias de la vida, la reina falleció. Cansado de tanta mala suerte, el rey juro no volverse a desposar, no podía tolerar el perder otra mujer.
Los años pasaron, los hijos del rey crecían con fuerza y bien educados en todos los aspectos, pero Odín cayó enfermo y sus hijos pequeños no podían quedarse a gobernar, necesitaban protección de alguien. Fue cuando el rey tuvo que volver a desposar a otra mujer muy en contra de su voluntad, pero esta vez, eligió a una mujer que ya tuviese hijos, no quería perder a otra por la necesidad de herederos, aunque ya tenía dos hermosos hijo de 6 y 3 años.
Solo que el destino esta vez fue más cruel.
A los pocos días del matrimonio, el rey fue quien murió.
El reino cayó en desgracia después de la muerte de su rey, ya que la nueva esposa del rey Gygr, no sabía gobernar y poco a poco fue perdiendo todo. Fue cuando Asgard dejo de ser la luz que iluminaba los 9 reinos y se convirtió en solo un simple territorio más.
Al pasar los años, Jotunheim cobro vigor y se convirtió en una gran potencia, su rey, Laufey era excelente político y un feroz guerrero cuando la guerra llegaba a tocar su puerta, se había convertido de un reino oscuro y helado, en uno lleno de vida, era el único que mantenía relaciones comerciales con Asgard, apoyándolos como ellos una vez los ayudo.
Es aquí donde empieza esta historia.
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En el viejo castillo de Asgard, Gygr estaba recién levantándose, miraba por la ventana como la nieve caía sobre los cultivos y a lo lejos pudo distinguir a un rubio alto y fuerte que corría a levantar lo más que podía.
-¡Rayos Thor! –Rugió la mujer desde la ventana-¿No puedes hacer las cosas más rápido?
-¡L-lo siento! –Se disculpó el chico que ya tenía 16 años, sus manos lucían tan desgastadas como si tuviese 50 años, su piel estaba bronceada por tanto tiempo trabajando en el sol para mantener a su madrastra, a su hermanito Balder y sus dos horribles hermanastros, Vidar y Vali, hijos de Gygr que eran un dolor de cabeza para el pobre de Thor.
El pequeño Balder le ayudaba con lo que podía, pero a Gygr le daba un placer mal sano que Thor hiciera todas las tareas, y si no lo cumplía, era azotado por ella misma.
Desde los 8 años el pequeño heredero vivía como esclavo personal de la mujer.
-Mira Madre… -Uno de los hijos de Gygr, Vidar, le hablo.- Llega otro cargamento de Jotunheim… El rey Laufey generosamente envía comida.
-Muy bien Vidar… -La reina le acaricio su largo cabello castaño y el joven de modo malicioso sonrió.- ¡Thor! ¡Ven a llevarte esto al almacén! –Rugió de nuevo la horrible mujer.
El rubio guardo lo más que pudo y corrió hasta donde estaba el carreta que llego de parte del rey, pero el tramposo de Vidar le había hecho una trampa, cuando Thor intento jalar el carruaje, una de las ruedas cayo lejos y toda la comida cayo a los pies del rubio.
Los ojos de la mujer se abrieron por completo y corrió a jalonear al muchacho y regañarlo por su torpeza.
-¡De seguro quieres que estemos muertos de hambre este invierno! ¿No es así? ¡Contesta! –Le grito al oído.
-¡No madre, no lo quiero! –Thor no lloraba, pero le dolían las uñas clavadas en su brazo. Si lloraba de seguro lo azotaría.
-¡Déjalo! –Balder corrió a ayudarlo, pero la mujer de una bofetada lo tiro al piso.-¡Maldita bruja! –Le dijo y la mujer soltando a Thor, se fue y levanto del cabello al pequeño para llevarlo a una celda de castigo donde los dejaba sin comida y sin agua por días.
-Así aprenderás a respetarme… Son unos mal agradecidos… Si no fuera por mí, no estarían vivos… Tu padre murió y me dejo la responsabilidad de cuidarlos, así que ¡Agradece!
Dejando al niño hecho un mar de lágrimas, la mujer lo dejo encerrado en esa horrible celda. Cuando volvió a donde estaba Thor para seguirlo regañando, se había dado cuenta de que ya había arreglado la rueda y subió la comida. Se acercó a ella y la miro.
-Madre, quiero que saques a Balder de esa celda y me dejes a mí dentro… -Pidió, sabía que su hermano era mucho más débil y no soportaría estar ahí. No quería que Balder llorara, él era fuerte y lo seria por ambos.
-¡Claro que no! Ese maldito mocoso… -Dijo la mujer y camino hasta la comida.-Debe aprender a la mala… O jamás se va a componer… Llévate esto al almacén y regresas para que limpies la entrada, anoche los cascos de los caballos llenaron de lodo y mierda la entrada… Lo lavaras con el cepillo…
Thor bajo la cabeza y suspiro.
Jalo la carreta y la llevo hasta el almacén, lo cerro y fue por agua y un cepillo para arrodillarse y limpiar la entrada. A pesar de la nieve que caía, la mujer exigía que estuviese limpio.
Los días de los jóvenes herederos transcurrían así, víctimas de una terrible madrastra que los trataba peor que si fueran sus esclavos y les ocultaba la verdad, ellos eran los verdaderos gobernantes y estaban sometidos peor que esclavos.
Después de una semana, Balder ya ayudaba a Thor en la limpieza del establo, ahora estaba más callado y más eficiente, lo que Gygr atribuía a sus castigos.
“Es por su bien” –siempre les decía y justificaba la violencia con eso.
En la noche, Thor llevaba todo de vuelta a una bodega, y se encaminaba hasta el establo donde el y Balder dormían en la parte superior.
-¿Cómo te sientes? –Le pregunto el rubio quitándose la camisa y sumergiéndola en una cubeta con agua helada para intentar lavarla, solo tenía un cambio de ropa y Gygr exigía que siempre estuviese limpio.
-Mal, ¿Cómo quieres que me sienta? –El pequeño se cubrió con su cobija y lloro solo, sentía que Thor estaba tan resignado a ser esclavo que había perdido la dignidad.
Pero no comprendía que él lo hacía para que el pequeño tuviese comida y más ropas que él. Solo le sonrió triste y lavo su camiseta, se quitó las botas y lavo sus calcetines para exprimirlos con toda su fuerza, los dejaba colgados en la ventana para poder usarlos de nuevo a las 4 am que era cuando debía pararse a ordeñar un par de vacas para que su madre tuviera leche fresca.
Esa noche, los gemelos, Vidar y Váli idearon un nuevo modo de humillar a Thor, entraron a escondidas al establo para robar sus botas y hacer que su madre lo azotara de nuevo. Pero el rubio ahora dormía casi con un ojo abierto y al oírlos acercarse, se levantó y los empujo.
-¿Qué quieren? –pregunto tratando de ser lo más educado posible.
-Venimos por esto… -Vidar lo empujo y le quito las botas.- A ver con que ánimos trabajas mañana, “Hermano”…
-Regrésame mis botas…-Pidió Thor, los gemelos eran 5 años mayores que él y por ende abusaban todo lo que querían del pobre muchacho.
-¿Cuáles botas? –Se rio Váli.- Yo no veo ningún par de botas…
-¿No serán estas? –Vidar las levanto.
-¿Tú crees? –Dijo irónico el hermano.
-Si lo son… Ve por ellas… -Con fuerza, el gemelo arrojo las botas por la ventana y estas cayeron en un árbol que estaba detrás del establo.-Te tomara toda la noche encontrarlas… Así que, ¡Suerte!
Los dos se fueron riéndose y Thor solo apretó sus puños.
Debía resistir y ser fuerte por Balder, pero en ese momento no pudo, tantos años siendo abusado por esos dos, que eso fue la gota que derramo el vaso.
-¡Malditos!- Grito el rubio y se fue corriendo detrás de ellos para tomar primero a Vidar de la camisa y voltearlo para golpearlo tan fuerte que lo dejo inconsciente, el otro gemelo al ver la furia del muchacho solo salió corriendo y gritando llamaba a su madre, pero Thor tan enojado, corrió y lo alcanzo.- ¡Vas a pagar, desgraciado! –A Váli lo empezó a golpear, pero llegaron unos guardias y los separaron.
-¿Qué has hecho, Thor? –Le grito Gygr al llegar y encontrar a sus hijos en un charco de su propia sangre.- Los… ¿Los mataste?-La voz de la mujer se quebró y sus ojos demostraba una ira que empezaba a despertar de imaginar que sus hijos habían muerto.
-¡Mi señora! Están vivos… -Hablo una mujer anciana que era la cocinera.- Están bien… Muy mal heridos, pero aun respiran…
-Eres… ¡Eres un monstruo! –Le grito Gygr.- ¿Cómo pudiste lastimar así a mis hijos? ¡Monstruo! –Le grito con lágrimas en los ojos.- ¡Azótenlo! ¡Azótenlo hasta que amanezca! –Le grito a los guardias, quienes asustados solo se llevaron a una torre al fondo del castillo, donde lo amarraron y empezaron a golpear su espalda desnuda por un par de horas.
Thor solo cerró los ojos y lloro en silencio el horrible dolor y maldecía a su padre por haberlo dejado.
A la mañana siguiente, Balder rápido trepo al árbol y bajo las botas para llevárselas a Thor, quien aún seguía amarrado del potro de castigo en la torre, su madrastra Gygr estaba ahí con él.
-¿No les he dicho miles de veces que obedezcan? ¿Qué traten bien a mis hijos…?
-… -Thor no tenía ánimos de responder, su espalda estaba ensangrentada y sus ojos cansados de tanto llorar.
-Pero siempre haces lo contrario… Eres tan terco… Ya no sé qué hacer contigo y con tu hermano, ese Balder es un desobediente… Constantemente los dos luchan contra mi autoridad… ¿Qué hubiera sido de ustedes si su padre los hubiera dejado solos? ¿Eh?
El rubio estaba tratando de imaginarse una vida sin esa horrible mujer a su lado, pero como no conocía más que ese tipo de madre, se frustraba por no conocer el amor de verdad.
-Hoy vendrá el príncipe Loki… Y por los dioses que no te dejare salir de aquí…
¿El príncipe Loki?
Thor levanto un poco la cara y la miro.
-¿Qué? Obviamente no saldrás… Seguirás atado y a Balder lo mandare a atenderlo…
-Y-yo… Puedo hacerlo… -Susurro cansado.
-¿Tu? ¿En esa condición? ¿Sin ropas?-La mujer se rio de el sin compasión.-¡Por supuesto que no! El príncipe Loki es de los principales apoyos de Asgard y acaba de ganar la guerra contra los elfos oscuros… -Cerrando los ojos la mujer añoraba tener a su lado a tan magnifico hombre.- Viene para Asgard porque una vez al año nos visitara… Pero no quiero que vea tu horrible cara… Balder aunque sea se baña más seguido…
La mujer no entendía que lo maltratado de Thor era por las fuertes labores que ella le encomendaba, ella misma lo empujaba a casi morir con cada trabajo.
-Yo puedo… -volvió a decir y levanto una pierna para intentar pararse.
Horrorizada, Gygr dio dos pasos hacia atrás, jamás había visto a alguien resistir tanto castigo
-Déjeme atenderlo… -Suplico.
-¡Nunca! –Le volvió a gritar y salió de ahí a toda velocidad.
Thor frustrado se dejó caer y empezó a llorar apuñando sus manos. El conocía las grandes hazañas del príncipe en los 9 reinos, un noble guerrero y hechicero como el jamás se tenía la oportunidad de conocer.
El deseaba verlo.
Pero el destino le jugó una mala pasada y ahora debía estar tirado en esa torre sufriendo por las heridas expuestas en su espalda. Si no moría por el frio, moriría por la sangre perdida.
-¡Thor! –Balder llego corriendo para desamarrarlo y ayudarlo a acostarse un poco para descansar.
-Rápido… Ayúdame a ir al rio a bañarme… -Le pidió el rubio.
-¿Bañarte? ¿Estás loco?
-Si… Pero ayúdame… Por favor…
Sin entender la obstinación de su hermano, Balder lo ayudo a levantarse y se fueron al rio para intentar sanar sus heridas y después la mujer de la cocina le consiguió vendajes y un traje de la servidumbre para poderlo hacer pasar por sirviente de la casa y así ver al príncipe.
-Sera peligroso hijo… -Dijo la mujer.
-Solo deseo verlo y después que me mate si quiere… -Dijo acomodándose el cabello que ahora lucia completamente rubio al estar limpio.
-No debes morir Thor… Asgard es tu hogar y te necesita…
-Deje de decir eso… Yo solo deseo largarme de aquí… -El pequeño estaba tan harto de oír a la gente decirle eso que ya no prestaba atención, estaba sumido en la miseria y la gente le pedía que siguiera luchando.
¿Pero para que luchar?