Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Para encontrarte por Yuiko Nozomi

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola, en esta ocasión traigo a mi otp

Notas del capitulo:

los personajes no me pertenecen, son de Fujimaki y eso.

—Hanamiya ¿puedes venir?

Con pereza me levanté del sofá, y fui donde el idiota de Teppei, me observó con esa sonrisa boba que parecía que jamás perdería, se encontraba haciendo la cena, "estofado" pensé al verlo.

— ¿Qué quieres?

—Hanamiya, tengo una duda, y es muy tonta, ni siquiera sé porque la pensé en estos momentos.

—Dila de una vez.

Me tensé, cada vez que hacía una introducción a una pregunta estas tenían un alto grado de seriedad.

— ¿Me amas? Antes que respondas, lo sé, sé que cuando iniciamos nuestra relación dije que no te llenaría de preguntas, pero simplemente quería hacerla no es necesario que respondas.

Suspiré, solo se trataba de eso, tenía razón al decir que su pregunta era estúpida, pues la respuesta era obvia... pero antes de saber mi respuesta, primero deben conocer nuestra particular historia.

 

-/-/-/-/-

 

Hanamiya Makoto se encontraba recostado sobre su cama mirando el techo ¿Siempre había sido de ese tono gris? Se puso a meditarlo seriamente, él recordaba que en alguna época fue blanco... quizá era tiempo de limpiar un poco su cuarto.

—Hanamiya, apresúrate— dijo una voz elevada, más no enojada.

— ¡Ya sé, espera que estoy ocupado, idiota!

Claro, ver el techo es una entretención tan grande se dijo a si mismo con puya. Se levantó, se vio al espejo arregló un poco sus mechones azabaches y bufó. ¿Por qué mierda debía ir al aeropuerto? Ah, sí, su mejor amigo lo había ofrecido para ir a buscar a un pariente de su novio, aunque se negó terminó siendo convencido por Imayoshi, maldito bastardo, ¿Por qué debo hacerle un favor? ¡Es su puto novio, no el mío!

Luego de insultar mentalmente al que se autodenominaba como el mejor de sus amigos, abrió la puerta de su alcoba y lo primero que se encontró fue la cara llena de miedo de Sakurai Ryou.

— ¡Ha-Hanamiya-san!, lamento que Imayoshi lo haya obligado a llevarme al aeropuerto, lo lamento, lo lamento, si quiere voy solo, puedo tomar un taxi y...

—Tch, cállate, ya acepté, vamos.

— ¡Muchas gracias!-dijo inclinándose exageradamente.

Suspiró cansado, no comprendía como Imayoshi pudo haber fijado su vista en ese sujeto, era un llorón, tímido y cobarde, realmente lo detestaba, sin embargo era la decisión del cuatro ojos, no la suya. Y pensar que se casaría con este perdedor, está arruinando su vida muy temprano ¿no? Atarse a alguien a los 21 años...

Salieron del departamento, aunque no sin antes de que Imayoshi depositara un beso en la frente del castaño, provocando un enorme sonrojo en el muchacho, Makoto rodó su ojos ante la escena. Solo 2 semanas, 2 semanas y se irán.

Esa era la situación, Hanamiya Makoto vivía con su mejor -y único- amigo, Imayoshi Shouichi, hace aproximadamente 5 años. Compartían los gastos, y la convivencia no era realmente un problema. Las cosas cambiaron hace casi 2 años, cuando Imayoshi comenzó a salir con Sakurai, esos dos se volvieron bastante cercanos, realmente se amaban y no tenían problemas con que el mundo lo supiera, hace 6 meses Imayoshi le pidió matrimonio y el menor aceptó encantado, ahora estaban a tan solo dos semanas del gran día, y para poder organizar mejor las cosas ese último mes el castaño alojaba en la casa de los pelinegros.

El trayecto al aeropuerto fue bastante incómodo para ambos, Hanamiya pensaba en lo tentador que sería lanzar a Ryou del coche, era difícil que muriera por la caída, pero como estaban en una carretera era realmente probable que muriese atropellado por algún carro… ok, debía dejar esas fantasías homicidas, pero había que asumir que no era una mala idea.

—Hanamiya-san, quería agradecerle por-

—Sí, sí, por traerte al aeropuerto a buscar a tu primo ¿no?

—Sí, pero aparte de eso, quería agradecerle por aceptarme en su casa y por ser el padrino de la boda.

Cierto... soy el padrino… ¿es que estaba drogado cuando acepté?

—Lo hice porque Imayoshi me lo pidió.

—Lo sé, pero aun así, muchas gracias, perdón por molestar, perdón.

El azabache realmente odiaba a ese niño, lo detestaba, pero debía asumir que no era mal tipo, incluso se podría decir que sería una buena esposa, claro, si fuese mujer.

Llegaron y el menor se fue directamente a la zona de vuelos nacionales, faltaban algunos minutos para que el vuelo arribara, por lo que Hanamiya se fue a vagar por ahí. Paseo por la zona de vuelos internacionales, observó a una distancia prudente como varias personas corrían a abrazar a algún familiar o un ser querido… odiaba los aeropuertos, estaban tan llenos de emociones desbordantes que le repugnaba. Él solo tenía dos personas importantes, su madre y…

—Disculpa— dijo una voz a su espalda, se trataba de una persona por lo menos 10 centímetros más alta que él… diría que algunos cuantos centímetros más.

Hanamiya no respondió nada, pero se quedó mirándolo fijamente, dando a entender al otro que podía continuar.

— ¿Puedes prestarme tu celular?

— ¿ah? Ni lo pienses idiota, no es normal que un grandulón pida prestado un teléfono a un extraño, probablemente si te lo pasará saldrías corriendo con él, y yo estúpidamente tendría que seguirte porque no tengo dinero actualmente para comprar otro.

—Vamos, vamos, no seas así, sé que es extraño, pero todos pasan caminando rápido de un lugar a otro, eres al único que he visto hacer de vago… bueno, y los que no pasan rápido están abrazando a sus familiares, sería muy incómodo romper el ambiente de un reencuentro.

—No te prestaré mi celular, no me interesa para que lo necesitas, además no tengo saldo, si me hicieras el favor de desaparecer de mi vista, te lo agradecería.

—Jajaja, si no tienes para una llamada, entonces no creo que me sirva.

—Eh... sí, yo también lo creo, adiós.

Makoto comenzó a caminar hacia otra dirección pero era seguido por el sujeto, él no era miedoso, pero eso era un hecho bastante perturbante, no es normal que un gigante de 1,90 metros te persiga.

—Oye, aléjate.

—Mi nombre es Kiyoshi Teppei, y mis abuelos me criaron para seguir mis sueños.

Makoto lo miró con una cara de verdadero asco, ¿Qué clase de frase cursi era esa mierda? Ya había bastantes homosexuales en su vida diaria como para incluir uno más. No era homofobia, simplemente la idea de atraerle a alguien que no te conoce se le hacía muy desagradable.

—Esa frase era una broma, siempre la quise usar, lo lamento— se excusó el hombre que respondía al nombre de Teppei.

—Ya, que bueno, vete al demonio

Apenas se volteó se encontró con Sakurai, quien se encontraba viéndolos con cierta vergüenza. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Alternaba la vista entre Hanamiya y el otro sujeto, el pelinegro supuso que le intimidaba la altura de Kiyoshi, bufó y trató de salir de esa situación.

—Vámonos, ¿ya encontraste a tu primo?

—Mmm... Sí

— ¿y dónde está?

—...detrás tuyo Hanamiya-san.

¿Era una broma? Por favor, que fuese una broma, que no fuera lo que pensara, Makoto volteó y solo se encontró con la sonrisa socarrona del tal Teppei, este comenzó a caminar hacia él pero pasó de largo para abrazar al castaño.

— ¡Me alegro de verte nuevamente Ryou! ¡Felicidades por tu boda! Te quería llamar para avisarte que se adelantó el vuelo y ya había llegado.

—Gra-gracias Teppei, perdón por hacerte venir desde tan lejos, perdón, perdón.

—Jajaja, no te disculpes tanto, es un gusto ayudarte, además creo que el destino me dará una recompensa.

Al decir esto lanzó una mirada fugaz al azabache quien le respondió con una seña obscena con su mano derecha al levantar el dedo del medio.

Sí, ese fue el inicio de nuestra historia ¿romántico, no?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).