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EXO LIFE: Nueva sucursal por Misaki116

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Notas del capitulo:

Sí...

*POV Kyungsoo*

Sentí con la yema de mis dedos la suave sábana que me envolvía.

Abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la luz del día.

Me incorporé en la cama buscando a mi pareja, el cual no estaba.
Extrañado salí de la cama; mala idea. Al hacerlo un dolor agudo se presentó en mi espalda baja haciéndome caer al suelo.
Me levante adolorido caminando y cojeando fuera del cuarto.

Un olor a huevos revueltos me condujo hasta la cocina, hallando ahí a mi esposo.

-          Buenos días – saludé besando su mejilla

-          Buenos di---- ¿Qué haces levantado? ¿No te duele la cadera? – regañó Jongin dejando de cocinar

-          Me duele un poco, pero estoy bien – sonreí al sentir el brazo de Kai enrollándose en mi cintura.

-          Aun así – paso otro de sus brazos por mis muslos levantándome como princesa

Sonreí aún más.

Me llevó hasta la cama para recostarme. Intenté decir algo, más poso uno de sus dedos en mis labios, retirándose durante unos minutos para después volver con una bandeja para la cama con el desayuno servido.

Cogí el tenedor, tomando un bocado.

No pude tragarlo, el exceso de sal me costaba disfrutar la comida. Intenté sonreír.

-          ¿Otra vez salieron mal? – Jongin se veía decepcionado

-          Si – dije apenas tragando – no importa, la próxima saldrá bien

Comí lo que restaba del desayuno, el cual no estaba nada mal.

Conversamos un rato recostados en la cama, hasta que Kai tuvo que irse a trabajar.

 

· Ya hace 4 años que Jongin y yo dejamos de ser novios.

Al hacerlo un nuevo capítulo se abrió en nuestras vidas, nuevos cambios, nuevas experiencias, todo era nuevo.

Era un camino difícil de recorrer, pero lo logramos juntos y por ello ahora puedo presumir mi primer año casado con la persona que más amo.

Como mencioné antes, hubo muchos cambios.

Nos mudamos de departamento, es por la misma zona, solo que este se ajusta mejor a nuestra vida compartida.

Terminamos nuestras carreras, Jongin como docente y yo como chef.

Aunque a pesar de todo esto hubo cosas que se quedaron como antes.

Kai aún conserva una caja con muchos recuerdos en ella, yo aún me escondo debajo de la cama, aunque suene muy cursi, llevamos puestos los anillos de pareja que Jongin me compró antes de irme a China justo en el dedo de en medio y no hemos dejado de ir a la cafetería de siempre.

Todo va bien… o eso creo ·

 

Termine de tender la cama, dejando de hacer un recuento de mi vida en mi mente.

Mi teléfono sonó.

-          ¿Aló? – respondí

-          ¡¡Hola, Soo!! – era Baekhyun

-          Hola, Baek – saludé - ¿Qué pasó?

-          Nada, solo que Chanyeol se fue a trabajar y yo ya terminé mis ejercicios y… ¡Estoy aburrido! - se quejó

-          ¿Acaso no estás ocupado comiendo estrictamente lo que tú dieta dice? – me burlé

-          Para que sepas es muy saludable y balanceado, nos hace bien

-          Claro…

Iba a seguir burlándome hasta que sentí como el estómago se me revolvía

-          ¿Estás bien? – preguntó desde el otro lado de la línea

-          Si, solo me duele el estómago – expliqué

-          ¡Ay! No compartas tus problemas intestinales

-          Mira quien habla

-          ¡Hey! No me hables así que…

No pude terminar de escuchar lo que dijo, sentí como el desayuno se revolvía en mi estómago, asomándose hasta mi garganta.

Corrí al baño.

Adentro de la pequeña habitación devolví todo lo ingerido, sintiéndome horrible, no solo por el hecho de estar vomitando, sino que para llegar hasta allí implico correr con la cadera adolorida.

Me levante del suelo, caminando hasta el lavado, remojando mi cara en el agua, estaba pálido.

Volví a la habitación, tomando el teléfono.

-          … ¿Soo? ¿Soo? ¿Estás bien? – Baekhyun no dejaba de preguntar

-          Hola, sí, sí, estoy bien

-          ¿Qué pasó? ¿Kai cocinó otra vez?

-          Es que devolví el desayuno – aún estaba frío

-          ¿Tan mal cocina?

-          No creo que sea eso

-          ¿Te refieres a…?

-          Tal vez… tú me has visto, ya van 3 días

-          Entonces haz la prueba

-          Claro – pensé – tengo que irme

Colgué.

Me senté al borde de la cama.
Debía meditar sobre lo que estaría por pasar o por lo que pasaba.

Pronto el día caía.

Salí del departamento para comprar comida para la cena.

Caminando por la vereda de vuelta a casa la misma idea rondaba por mi cabeza, intentando encajar en algún lado, intentando tener sentido alguno.

Sin darme cuenta estaba parado frente a una farmacia, con las bolsas de pan y café en mis manos.
Desde adentro del lugar la señorita que atendía me miraba un tanto extrañada.

Finalmente caminé dentro del lugar.

*¿Y si solo Kai cocina muy mal? Bueno…

¿Y si fuese de verdad? Sería hermoso

¡Esto es demasiado!

¿De qué me preocupo? Aún nada está confirmado…*

Cerré la puerta aún con la cabeza hecha un lío.

-          D.O ¿A dónde fuiste? – Jongin había llegado antes

-          Yo…

-          ¿Pasó algo?

*Tengo que decirle…

¿Qué cosa? En realidad no pasa nada*

-          Solo que aún me duele la cadera – sonreí lo más convincente que pude

Dejé las bolsas en la mesa, yendo al cuarto.

Busqué en mis bolsillos la prueba de embarazo. Pero no estaba.

Sentí como mi cuerpo se helaba al instante.

Salí rápidamente del cuarto a la cocina, donde mi esposo se encontraba frente a la mesa con una bolsa en las manos.

-          Kai… - le toqué el hombro

Mis manos sudaban.

-          He estado con recurrentes mareos y vómitos – expliqué – solo es una prueba

No respondió.

*Vamos, di algo*

Su silencio fue muy largo.

-          Toma – me entregó la prueba – veamos… - no pudo decir nada más

Camine hasta el baño con las piernas flaqueando.

En cuestión de minutos ambos nos encontrábamos sentados en la mesa del comedor uno junto al otro, podía notar la tensión de tener la prueba de embarazo frente a nosotros y no poder apresurar el resultado.

Dentro de mí una combinación entre miedo y alegría se revolvían en mi corazón.

Voltee a ver a mi esposo.

No se veía nada entusiasmado.

 

***

 

*POV Minseok*

Cerré el casillero con la placa que contenía mi nombre.

Coloqué mis manos dentro de los bolsillos de mi saco caminando fuera del local, apreciando cada casa dejada atrás al avanzar un paso.

Llegué a mi departamento, entré y arrojé las llaves en el mueble de la sala.

El lugar estaba muy solitario.

Me recosté en el sillón, cerrando los ojos por un instante.

Silencio.

Una lágrima rodó por mi mejilla, apreté los puños y aguante un sollozo.

*Todo esta malditamente solitario*

La puerta se abrió, el sonido me sobresaltó.

-          Hola--- ¿Minnie? ¿Qué paso? – la voz de siempre

-          ¡Jongdae!

Camine hasta él, abrazándolo lo más fuerte que podía.

Sollocé.

-          Llegaste antes – susurré

-          Si – me acarició el cabello

-          No te vallas, 2 meses es demasiado

-          Tranquilo, ya no me iré

Lo abracé aún más fuerte, inhalando su aroma que tanto me gustaba y embriagaba.

Chen me soltó, mirándome a los ojos cristalizados, colocó sus manos en mis mejillas, acercando mi rostro para después unir nuestros labios.

-          Me hiciste demasiada falta - dije con un hilo de voz

-          Tú también

Sonreí, ya no me sentía solo.

 

· He pasado ya por mucho, he aprendido mucho, he sentido mucho.

Pase por amor.

Aprendí sobre el amor.

Sentí amor.

Todo gracias a la persona que se mantuvo a mi lado estos últimos 5 años.

Jongdae pasó de ser alguien por lo que sentía algo, a la razón de mi existencia.
Él me ayudó a superar la persona en la cual me había convertido  y poder exteriorizarme con los demás, fue mi salvación.

Lo amo y él a mí.

Estos años han sido hermosos.

Aún tengo mis inseguridades, vacíos y aislamientos, pero sigo esforzándome.

A pesar de ello logramos mudarnos a vivir juntos, un departamento el cual queda cerca de la cafetería en la cual tengo trabajo desde hace ya tiempo y a la editorial en la que trabaja mi novio.

Hasta compartimos cama, algo que un Minseok de hace 5 años no hubiese permitido. Tampoco hubiese digerido el sentirse solitario por la falta de una persona.
Sería ridículo para él.
Pero ya no para mí

Simplemente lo quiero, me ayudó mucho.

Todo está bien como está… creo ·

 

Al día siguiente desperté con una sonrisa impresa en mi rostro.

Ahora la mañana se veía más brillante que la anterior, el frío era apaciguado y el sonido de la calle ya no era tan molesto, en especial al voltear y ver a…

-          Jongdae – lo sacudí levemente

-          ¿Sí? – respondió abriendo los ojos

-          Tienes que ir a la editorial, mira la hora

-          Pedí libre hoy – sonrió – tenía que estar contigo

Me abrazó, sentí su piel tibia rozar con la mía.

Así pasamos largo rato, sintiendo el calor ajeno.

Sin embargo, a pesar de tanto que lo evitáramos teníamos que levantarnos y comer; lamentablemente era vital.

Pronto habíamos terminado.

Recogí los platos sucios de la mesa, poniéndolos en el lavadero.

-          Te toca lavar – ordené a Chen

-          ¿Por qué? – se quejó

-          Porque no lo has hecho en dos meses

-          Aish!

Me senté en la mesa apreciando las simples acciones que ejecutaba.

* Ahora me siento mejor…

Jongdae está a mi lado, ya no tengo inseguridades

Pero… ¿por qué las tuve? ¡Yo confío en el!

Somos novios, eso me basta

Sí, me basta…*

Sentí como la fría mano de mi novio me tocaba la espalda.

Di un salto por el escalofrío.

-          ¡Ah! - grité

-          ¡Jajajajajajaja! – se carcajeó

-          ¡No es gracioso! – Me molesté, aunque muy en el fondo había extrañado sus bromas pesadas

-          Disculpa – se aguantó la risa – pero me la debes por no haberme ido a recoger al aeropuerto

-          Yo… Siempre tienes que ganar – me crucé de brazos

La tarde pasó demasiado rápida, cada momento fue aprovechado, el tiempo perdido era recuperado, no como antes, pero aun así lo valoraba.

Sin darme cuenta Jongdae se había quedado dormido en el mueble; el vuelo habría debido ser muy agotador.

Lo miré por mucho, ya no me tomaba la molestia en calcular el tiempo, solo me bastaba saber que lo observaba mucho, como antes cuando éramos novios.

* Pero… aún lo somos*

Aparté la idea de mi cabeza dejando de verlo, me levante y caminé hacia la cocina, no tenía en realidad nada que cumplir.

Me detuve frente a mi celular, sentía que debía hacer algo.

Simplemente lo tomé, marcando los números que me sabía de memoria.

-          ¿Aló? ¿Quién habla?

-          Hola, Luhan

-          ¡Min! ¿Dónde has estado? No te has contactado conmigo – Reprochó triste

-          Es que Jongdae acaba de llegar, estuve algo deprimido antes

-          ¿No venía hasta en una semana? Bueno… No te sientas así… ¡espera! ¿No interrumpiré? – preguntó en un tono meloso

-          ¡Qué pervertido! Está muy cansado, se durmió

-          Conque cansado~ ¿eh?

-          ¿Acaso no puedo hablar como una persona normal contigo?

-          ¡¡Jajajajajajaja!! tranquilo, ¿para qué me llamaste?

No sabía que decir.

* ¿Para qué lo llamé?*

-          ¿Qué pasa?

-          Nada, nada, s-solo te llamé para saludarte

-          Dime

-          ¿Qué cosa?

-          ¿Para qué me llamaste?

-          No lo sé

-          ¿Es por Chen?

-          Creo que sí

Las palabras empezaban a salir de mi boca sin ser procesadas por mi cerebro, como si las hubiese tenido guardadas desde hace mucho.

-          ¿Es por su viaje?

-          Sí, yo… sentí dudas cuando se fue

-          No entiendo, tú lo quieres, ¿no?

-          Sí, pero… no sé… tuve miedo

-          ¿Miedo de qué? Han estado juntos 5 años

-          Lo sé, pero…

-          ¿No será que quieres algo más?

-          ¿A qué te refieres?

-          Quieres casarte

Me quedé en silencio.

 

Notas finales:

Volvímos...


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