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Popular, nerd; lo mismo. por Baozi173

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«Un punto, uno insignificante.
Apenas un nombre más en la lista del alumnado, soy invisible para cualquiera. Si preguntas por mí las probabilidades de que nieguen mi existencia son altas. No soy un fantasma, no uno real. Soy un ser que pertenece al anonimato. Soy impopular. Parte de una masa de gente extraña.
¿Puede ser peor? Sí.
El amor. Maldito sentimiento que ocupa tu mente y la contagia, como un virus sin cura. No puedes hacer nada en su contra, solo esperar una muerte rápida. Un simple final.
¿Lo padezco? Por supuesto.
Enamorarse de un cometa es malo, de una estrella es peor, pero hacerlo de la luna es un caso grave que te corroe por dentro. Yo, Luhan, prendado del astro rey, Sehun.
Bueno, después de todo, la soledad y el amor nunca fueron buenos amigos...
»

—Nah, mentira, solo quería dramatizar, en realidad es más simple que eso. Solo me gusta alguien, él, ese chico, el que se sienta al fondo, ese. ¿Lo ven?

Luhan señaló a un Sehun imaginario al fondo de su habitación.

—Tú quieres ganarte una paliza, ¿no? —habló Minseok.

—¿Por qué lo dices? ¿Mi introducción estuvo mal? ¿A la maestra de literatura no le gustará? Puedo corregir la gramática, aunque yo creí qu-

—¡Una declaración pública no califica como monólogo! —gritó Baekhyun.

—Que delicadeza, no sabía que eras crítico profesional.

—No sé qué tienes en la cabeza. Que te guste el chico de la cima de la pirámide social es una cosa, pero que te quieras confesar con el poema más directo del mundo es algo totalmente diferente. —regañó el mayor.

—No pienso arriesgar mi trasero por tus planes suicidas para hacer que Sehun te note tu existencia. Métete esto bien en la cabeza, somos los nerds.

—Entendí, no era necesario tanto dramatismo...

—Basta, Luhan.

—Sé que estamos al fondo...

—Te lo advierto.

—Conformarse con eso no está bien...

—Baek se molestará.

—Yo pienso que tenemos oportunidad...

—Me declaro inocente. No soy parte de esto.

—Que la belleza de ustedes no alcance;

—¡YO LO MATO!

El pequeño de cabellos rubios se abalanzó sobre su amigo, golpeando su torso con la poca fuerza que tenía en los brazos.

—¡YAH! ¡BASTA! ¡MAMÁ! ¡AUXILIO! —gritó uno.

—¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE JUZGUES MI ROSTRO! —respondió otro.

—¡SEÑORA XIAO, ESTÁN A PUNTO DE MATAR A SU HIJO! —advirtió el tercero.

—¡TE VOY A ACUSAR! ¡YA VERÁS!

—¡CÁLLATE! ¡ANTES TE MATARÉ!

—¡BAEKHYUN, RELÁJATE! ¡RESISTE, LUHAN!

—¡ESTÁS CELOSO! ¡¿SABES POR QUÉ?!

—¡SEÑORA XIAO! ¡APÚRECE!

—¡DILO!

—¡ESE DELINEADOR ME QUEDA MEJOR A MI!

—¡NO! ¡NO! ¡BAEKHYUN, DEJA EL PARAGUAS!

—¡ESTÁS MUERTO!

{*}

—Eres un salvaje.

Luhan se quejaba sin parar, frotando sus evidentes moretones repartidos a lo largo de toda la extensión de su brazo, así fue desde que llegó y le dio el encuentro a los otros dos.

—Yah, ni te toqué. —se quitaba la culpa Baekhyun.

—Mi piel es sensible.

—Sensible o no, eso era un paraguas. —le recordó Minseok.

—Tal vez así aprenda su lección. ¡No debe provocarme!

—Van cinco veces de lo mismo, no aprenderá jamás.

La campana de inicio de clases sonó estruendosamente, entrando el profesor, tutor para ser exactos. Todos los alumnos se acomodaron en sus respectivos asientos mientras el maestro revisaba entre sus documentos, buscando algo entre ellos.

—¡Ah! Eso era. —exclamó— De acuerdo, hoy tenemos un pequeño cambio. —aclaró su garganta— Al parecer no funciona el sistema actual; se supone que ustedes ya son grandes. Están en preparatoria. —gruñó— No deberían haber razón para que me estén llamando la atención por las tonterías que hacen.

Apoyo su cuerpo sobre el escritorio, soltando un suspiro.—Ya me estoy aburriendo. —murmuró alguien por ahí.

Varios soltaron risas en coro.—Me parece perfecto, Kim. Recoja sus cosas.

—¿Qué?

—Serán reubicados, todos.

—¡Pero así estamos bien! —gritaron.

—Sus reclamos ya no valen, Park. Aquí tengo el nuevo orden de asientos. —anunció agitando una hoja de papel en su mano.

Los quejidos no tardaron en aparecer; pero el maestro, sin acatar alguna de ellas, empezó a removerlos a su gusto y antojo. Ya sin piedad, no fue flexible como había planeado minutos antes de entrar al salón. Todo sea culpa de Jongdae.

«No hagas movimientos bruscos, finge no existir, pasará, todo pasa.»

Después de aturdidas horas de clases sin efectuar ningún movimiento brusco y eliminando su presencia del registro universal tres muchachos se reunieron nuevamente al sonar la campana por segunda vez para salir juntos al receso.

—¡Desastre total! ¡Desastre total! ¡Alerta de desastre total! —se escuchó por su tras.

Todos voltearon, viendo a otro trío de chicos aproximarse, agitando los brazos por los aires sin parar, lanzándose sobre sus amigos al llegar a su lado. El más pequeño, KyungSoo, arrastrando sus pies busco refugio en Luhan; frotando su cabeza cual minino mientras el mayor frotaba su espalda.

—Tranquilo, Soo, no es ta malo.

—¡¿No tan malo?! —Baekhyun intervino. Gritaba y pataleaba soltando quejidos como un niño pequeño al no obtener con exactitud lo que quería.

—¿Cómo no puede ser mala? ¡Me siento con Jongin! —Gimoteó el de labios acorazonados.— Podría morir ahora.

—Al menos te tomará más tiempo, a mí me toco compartir carpeta con Chanyeol. ¡Chanyeol! Y adivinen, ¡me saludó! —exclamó el rubio.

—Seguro tu sacrificio ya tiene fecha. —se rió Yixing.

Este último en realidad no prestaba mucha atención a la clara línea social que los dividía de esa gente perfecta; o por lo menos no le interesaba tanto como a los demás que insistían en mantener vivo el pellejo.

—No bromees con esto, nos harán sufrir. Vayan preparándose, comenzarán a hacer tarea doble. —anunció el mayor.

Minseok habló con razón. Él ahora compartía asiento con Junmyeon, quien en realidad no era mucha amenaza en solitario, en realidad lo consideraba manejable, pero para su mala suerte justo en frente se encontrada Jongdae; Jong-malditofastidioso-Dae.

—Es cierto, miré a Minseok durante clases, estaba más invisible de lo usual.

—Él es malo, me siento al frente y ni caso.

—Te sientas con eso, Yixing es imposible hablar.

—Exageras. —opinó Luhan.

Luhan... él era feliz. El maestro no lo movió de su lugar, seguía sentándose solo, a pesar de que las carpetas eran de a dos. Pero su bendición era el chico al que había puesto detrás de él, junto a Yoona, Sehun.

—Se nota que estás feliz. —resaltó Baekhyun.

—Todo lo contrario a Tao. —habló KyungSoo.

—¿A qué te refieres?

Todos voltearon a ver a su sexto, el cual estaba sentado en el suelo, con el ceño fruncido y gruñendo incoherencias en su idioma natal por lo bajo. Ni los mismos chinos lograron traducir del todo lo que al otro se le escapaba por los dientes. Obviamente el desagrado hacia YiFan que Tao había arrastrado desde la primera vez que se cruzaron el primer día de clases hace ya tanto tiempo no había sido superado, y mucho menos perdonado.

«YiFan, asiento, uñas, venganza»

—Dudo mucho que haya dicho uñas, Luhan. —corrigió Baekhyun incrédulo.

—No lo sé ¿Has oído sobre esa tortura en la que te arrancan estas con un alicate?

—¡Yixing, cállate!

Tao se levantó del suelo sacudiendo sus piernas con las palmas de las manos, poniendo en evidencia todos los centímetros de altura que les llevaba de ventaja a los demás.

—Odio a YiFan, ¡no saben cuánto! —resaltó las últimas palabras.

{*}

—Entonces, ¿el viernes al cine?

Interrogó Jongin mientras revisaba su celular y anotaba la fecha en su horario. Los demás pensaron unos segundos y asintieron en sincronía.

—¿Puedo llevar a alguien? —intervino Chanyeol.

—Ow, a orejas le gusta alguien ¿Quién es? ¿La chica que se sienta detrás de ti? ¿Cómo se llamaba...? ¡Ah! Dara, Dara, ¿no? —Sehun parloteó al tiempo que procesaba los rostros de todas sus compañeras por su mente.

—No me gusta nadie, solo es para romper el hielo con el chico que se sienta conmigo;

—Alto. —Interrumpió Chen— Detente ahí, no se te ocurra terminar esa frase.

El más bajo bloqueó como pudo la boca de su amigo, evitando que pudiera terminar el inicio; según él, de lo que sería la caída de su estatus; lo cual para este era sagrado e intocable.

—Mantenlo detrás de la línea. —ordenó YiFan.

—¿Y ahora qué les pasa? Ya me confundieron. —El chico de tez morena estrelló la palma de su mano contra su frente negando con la cabeza, intentando no asesinar al otro con la mirada.

—Hola, chicos ¿de qué me perdí?

Junmyeon llegó por fin, después de poder escapar de la multitud de chicas de grados menores que la seguían constantemente luego de que este abandonara su salón de clases.

—El orejón quiere llevar a Byun el viernes. —explicó Sehun.

—No lo culpen, es que seguro cree que es... es... ¡El destino! —se burló el más alto con un tono cursi de película de Disney.

—¡Exacto! Considera tu tarea hecha hasta fin de año. —El recién llegado soltó su opinión al aire. En cierto modo se burlaron; aunque algunos no lo sintieron así.

{*}

La hora de deportes, el tormento de varios.

Ya puesta su ropa de ejercicio todos los alumnos se ubicaron en la cancha de juego interna de la institución. Nadie decía mucho. Los jóvenes murmuraban, evitando hacer resonar el eco del espacio y atraer la atención de los demás. Al menos los que debían hacerlo.

—Muy bien, jóvenes, cada uno tome una pelota de básquet. Hoy toca quemados.

Quemados; usual juego norteamericano en el que dos grupos se lanzan pelotas entre sí para eliminar jugadores y reducir al rival al mínimo.

—Esto será divertido. —dijo Sehun animado.

No es necesario resaltar quienes tenían las de ganar, es obvio. Ya que habían sido dividido en dos secciones; femenina y masculina, era natural que los hombres buscaran compañero por afinidad.

—Me pregunto si puedo salir por la ventana... —Soo planeaba su huida.

Se escuchó el bote de las pelotas; el pitido del silbato del profesor. El juego comenzó.

Resguardarse en espacio descubierto era algo en lo que Luhan ya tenía experiencia, ya que después de todo vivía evitando los ataques de Baekhyun; por lo que al ser el blanco de Jongin logró escapar sin mayor esfuerzo.

KyungSoo y Yixing eran otra historia. Eran malos, muy malos, de verdad malos en deportes. Con los brazos pegados iban de un lado a otro de la cancha cubriéndose con los demás, haciendo eliminar sin querer a Minseok por los maniáticos de Sehun y Jongdae.

—Eso no es justo. —gimoteó mientras se sentaba en una banca.

En realidad el mayor agradeció internamente poder salir del juego. Llevaba un buen rato corriendo vergonzosamente, chillando por cada cercanía de las pelotas a su preciado cuerpo. Ahora solo tenía que preocuparse de que el golpe no adquiriera ese color negruzco sobre su piel.

—¡Atrapé una!

La voz de Baekhyun resonó por todos lados cuando logró atrapar una de las bolas dirigidas a él de parte de Junmyeon, lo que le daba oportunidad de devolver a alguien al equipo según lo que decían las reglas.

—¡Muy bien, Baek! —Tao felicitó entusiasta, dirigiéndole la mirada y regalándole una sonrisa de aprobación.

—¡Ahora trae a Minseok;

Su voz se cortó. El ataque de YiFan lo alcanzó directo en el estómago. Tao cayó al suelo de rodillas tomando con sus brazos, adolorido, la parte afectada. Recuperó el aire a los segundos, ya rodeado por sus amigos. De un lado del patio ya nadie hablaba.

—¡Aléjense! ¡Déjenlo respirar! ¡Todos vuelvan al aula! —el profesor se acercó— Huang, ¿Puedes levantarte?

El chico tambaleó un poco, pero logró ponerse de pie con ayuda de los demás. Al tener de nuevo su centro de gravedad estable el maestro lo retiró de la cancha directo a que lo revisaran.

—¡¿Qué acaso no tienes sentido común?! —Yixing comenzó a gritar de la nada.

YiFan se sobresaltó dirigiéndole su atención, al igual que sus acompañantes, atónitos. No era la primera vez que ese pequeño se atrevía a dirigirles la palabra, pero estaban seguros que jamás en la vida uno de los fantasmas les había gritado, mucho menos de esa forma.

—¡¿Y por qué me culpas solo a mí?! ¡Él se distrajo!

—¡¿Eres idiota o qué?! ¡¿No se te ocurre una mejor excusa?!

—Aish, discúlpame. Seguro puedo aprender mucho del ¿Primero, segundo, tercero? ¡Ah! Cuarto puesto en la lista de promedios.

Sería bueno resaltar que YiFan nunca fue conocido por tener buenos modales o tener buen tacto con la gente; así como en la vida a KyungSoo se le recordó por ser racional cuando alguien lograba sacarlo de sus casillas.

—¡¿A quién creen que le hablas así?!

—Mhn, la verdad no lo sé. ¿Cuál era tu nombre?

El rostro de Soo enrojeció de ira, poniéndolo a pensar en que teóricamente podía ganarle en una pelea, ya que él siendo tan curioso cómo era en algún momento recordó haber aprendido los puntos frágiles en un ser humano. Pero claro, había ciertas fallas en el plan al agregar que le doblaban la altura, el peso y lo cavernícola. Eso sin mencionar que otros cinco de la misma especie lo acompañaban.

—Vámonos, Kris, el enano ya cerró la boca.

Eso fue todo.

—¡¿Cómo que enano?! —Baekhyun intervino enojado— ¡Al parecer nadie ha notado la altura de Jongdae ni Junmyeon!

Los dos mencionados soltaron un gruñido al escuchar el comentario, mirándolo por fin a los ojos evidentemente fastidiados.

«Nadie te preguntó.» Sehun murmuró para sí mismo siendo aun así audible para todos los presentes.

—¡Sino dirás nada bueno mejor ni hables!

Chanyeol iba a salir a defender igualmente cuando la campana interrumpió. Oficialmente la hora de educación física había culminado y cada uno debía volver al aula si no querían ganarse problemas con el maestro de turno. Cumplir castigo por la tarde no era precisamente lo que más deseaban.

Se retiraron. En el salón era más que obvio que ninguno de los varones estaba cómodo. El rostro de KyungSoo y Yixing sobre todo reflejaban frustración. Todo lo contrario a sus próximos, Jongin y Jongdae, a los cuales no les tomó más de unos pocos minutos normalizar su estado y volver a mostrar esa sonrisa coqueta y superficial a los alrededores.

Por otro lado Luhan desde su lugar se encargaba de eliminarles mentalmente grandeza a las tan adoradas figuras escolares, arrepintiéndose en el interior por no haber participado en la confrontación y preguntándose si Minseok se sentía de igual manera.

Acertó. El chico de mejillas regordetas también sintió el remordimiento de no apoyar a sus amigos, y más teniendo a uno de ellos tan cerca como para escuchar como gruñía al ver que el chico de su costado coqueteaba a partir de miradas con un conjunto de chica que soltaban suspiros ante los ojos del joven.

En el sitio de YiFan y Tao nadie habló después de que este último volviera de la revisión. No había necesidad de explicar las razones, eran evidentes.

Chanyeol es otra historia. Seguía confundido, no comprendía aún el por qué la tensión de estos dos grupos ¿Es que nunca nadie le explicó? Para todos era evidente a quienes pertenecía. Uno de los populares más queridos no sabía que era popular.

—... y con eso culmina la clase de hoy. Recojan sus pertenencias y salgan.

El profesor dio las indicaciones sobre el tema que se trató durante el día junto a unas recomendaciones de que era lo que debían repasar para la siguiente lección y luego dejarlos ir. El griterío era usual al final del día. Costumbres adquiridas desde la primaria y conservada hasta la fecha. Todos sin excepción aportaron al bullicio. En el patio los conjuntos se fueron disolviendo hasta que la institución se quedó vacía por completo. Algunos a sus casas, otros a seguir con la vagancia.

—Lo de hoy fue estúpido. —Kai rió en voz alta mientras salían de la bodega junto al instituto con una bolsa de frituras en sus manos.

—Lo sabemos. Son raros, ¿no crees? —Suho acomodó la maleta sobre unos de sus hombros.

—Igual fue divertido. —opinó Kris.

Los seis asintieron en sincronía como siempre. Por inercia, por aprobación, solo por corresponder, no es seguro. Lo que importaba era que todos opinaran lo mismo. Eso era lo que se espera. Pensamiento colectivo y acciones predecibles. Caminaban todos a la misma altura. Los pies alineados y la mirada al frente como si de modelar se trataran. Impresionantes figuras andantes de hermoso cuerpo y admirable rostro, todas juntas pasando por en medio de la calle y sacando provecho de como el naranja del inicio del anochecer se veía al chocar con su rostro.

Poco a poco se fueron separando, cada uno por su lado, en dirección a sus casas, quedándose atrapados en sus pensamientos uno por uno, por fin individualmente.

El silencio era algo que no se acostumbraba ver en estos, pero una vez al día no les haría mal en ningún sentido. Pensar no es malo. Mucho menos si es en algo que valga la pena, sacar provecho al hacer que tu mente le dedique más de un minuto. Pero, ¿qué vale la pena para ellos?

¿Intelecto superior o talento para el desastre?

Este altercado logró pasar desapercibido. La relación entre estas personas no cambiaría, pues cada uno perteneciente a cierto nivel establecido no se arriesgaría a perder todo, tuviera o no mucho. La clave hasta ese momento para sobrellevar la preparatoria era no alterar el delicado orden social. Manteniéndose en tu lugar y no codearte con los que están ni por debajo ni por encima de ti, ni por accidente y mucho menos por voluntad propia.

Regla básica. Hasta ahora ese estado era casi rutinario, natural incluso, al punto de no ser notado al aplicarlo aun siendo conscientes de que estaba ahí.

Pero, ¿podrán con esto?

 


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