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Manten tus manos para ti mismo. por Kat-tururu

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Notas del capitulo:

Well, esto surgió luego de una broma con mi partner. Nada especial, no tengo muchas neuronas. lol Ojalá les guste.

Había empezado con cosas pequeñas.

Slash siempre estaba cerca del espacio personal de Myles. Le abrazaba por la cintura siempre que iban a tomarles fotos o ponía un brazo encima del hombro del castaño. Habían sido cosas sencillas, al principio.

Luego todo había cambiado de matiz.

Myles se había abierto sentimentalmente con el guitarrista y viceversa, así que su relación mejoró, en la música, en las letras de las canciones, en la cama…

Slash simplemente no podía apartar sus manos de Myles. Y ese era un hecho.

Frank había tomado una foto donde accidentalmente el jefe y Myles habían salido en una posición muy poco conveniente y tuvo que deshacerse de ella para que aquello no le quedara en la mente. Pero ahora sabía claramente que al jefe le gustaba manosear el trasero de Myles, aunque sinceramente, no es que hubiera mucho que manosearle.

Todd había subido al autobús, concentrado en su teléfono y para cuando se dio cuenta que estaba interrumpiendo algo fue demasiado tarde. Su jefe casi sobre de Myles, o mejor dicho sobre sus piernas. Había desaparecido de allí antes de que le dieran explicaciones que afortunadamente no necesitaba. Sólo le había gritado a Myles: ¡Ponte la camiseta!

Brent había tenido que superar su trauma luego de que le tocara la peor parte de todas. Habían perdido la concentración del hombre por unos días y Todd se negó a preguntarle que había visto, porque a nadie se lo contó. Hasta que un día, ya superado el trauma, le contó abiertamente a Todd que nunca había visto a alguien gemir de esa manera. Es que Slash simplemente no podía sacarle las manos de encima a Myles.

Su querida manager se había tomado la molestia de reprenderlo cuando casi los veían unos fans que ella milagrosamente pudo disuadir y distraer en lo que Myles se acomodaba la ropa, misma que Slash se había encargado de desordenar.

Eran todo un caso.

Slash se tuvo que enfrentar a los celos de hermanos sobreprotectores que les había surgido a Mark, Brian y Scott cuando, inadecuadamente, Slash abrazó de más a Myles y esto lo había puesto incómodo. Nadie ponía incómodo o acosaba a su hermano, así que los tres habían cuidado a sol y sombra al querido cantante y Mark le había dado instrucciones claras a Slash, al que ciertamente no le importó un comino, ¿quién carajo no quiere tocar a un hombre como Myles?

La cosa se agravó cuando Myles se había tatuado el pecho.

Todo empezó con un: “Me encantan tus tatuajes”

Y había acabado mal para el castaño, dependiendo del punto de vista que se tuviera y claro estaba que Slash tenía un muy buen punto de vista en esos momentos.

Si dejaba de lado que el castaño parecía querer esconderse en las sábanas por aquello, pero no negaba que le encantaba tocarlo.

Pasar su brazo por la cintura delgada. Apegarlo a su cuerpo cuando no era conveniente. Tocar su cabello. Acariciar su espalda. No importaba lo que fuera. Le gustaba tocar lo que era suyo.

 


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