Todos los días era lo mismo, Mello siempre llegaba a verlo por las noches. Lo necesitaba, necesitaba verlo, necesitaba decirle lo que todo este tiempo había sentido por él, pero no era fácil. Lo sabía, no era nada fácil, durante años lo había ocultado y ahora ¿Qué se supone que iba hacer? ¿Cómo iba hacer su vida de ahora en adelante?, lo único para lo que había vivido se estaba yendo, ó eso era lo que él sentía.
Siempre le llevaba flores, sabía que a Near no le gustaban esas cosas pero ahora que él estaba inconsciente podía hacerlo, se sentía bien al hacerlo, sentía que de cierta forma lo estaba mimando, algo que nunca ha hecho por nadie a excepción de Near.
Lo veía descansar tan pacíficamente en esa cama, emanaba tanta paz. Dio un gran suspiro antes de acercarse a él y depositar un suave beso en sus labios
-Buenas noches Near… Me extrañaste? – le susurró al oído.
Se separo un poco de él y empezó acariciar sus blancos cabellos, esos que siempre quiso tocar y que hasta ahora había podido. Sentándose a un costado suyo le dedico una tierna sonrisa, solo Near podía ponerlo así, solo él.
Ya habían pasado tres meses y Near seguía sin despertar. Ahora Mello estaba ocupando el lugar del gran L.
-él dijo que si había alguien para poder ocupar e l lugar de L, ese eras Tú mello- recordó las palabras que lidner le había dicho en aquella ocasión, y siempre se imaginaba aquellas palabras saliendo de la boca del albino.
Recordaba aquel accidente en que Near casi muere y un nudo se formaba en su garganta de solo imaginar que hubiera pasado si Near ya no estuviera… se horrorizaba de solo pensarlo.
-te traje flores… y algo más… -sacando de su espalda un robot, el favorito de Near - espero aun te siga gustando…
Le hablaba como si en verdad estuviera despierto para poder escucharlo.
-sé que muy pronto despertaras… yo lo sé…- sus ojos empezaron a ponerse cristalinos- …yo sé que despertaras…-
En su mente aun podía escuchar la voz de su amigo diciéndole: … él está muy grave… es mejor que vengas antes de que… es mejor que estés aquí…
Lo abrazó fuerte y llorando le dijo y aunque más que decirle le suplicó- por favor… despierta… por favor Near… no puedes irte… no… aun debo cuidarte… no puedes abandonarme así… si te vas quedare solo… tienes que saber que te amo… te amo… despierta por favor…
Todas las noches pasaban igual, siempre era lo mismo, mello siempre le pedía que volviera pero al parecer Near solo lo ignoraba como solía hacerlo habitualmente.
Se quedaba con él hasta el amanecer, a las 6:00am se despedía del albino con un
-Hasta luego Near – y depositaba un beso en sus labios y una caricia en sus cabellos- vendré por ti esta noche… - se marchaba hasta que el cielo cayera en oscuridad, dejando nuevamente solo al albino.
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El día pasaba conforme las horas, y el solo se ocultaba un poco más, mello esperaba con especial ánimos a que el sol se fuera, porque a esa hora él iba ver a su amor.
Anocheció, caminó por la misma calle, cruzó la pista y compró las mismas flores de siempre. Poco a poco se iba acercando a su destino. Near.
Pero esa noche iba hacer diferente, ¿por qué? Porque Near había despertado.
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Caminó por los pasillos, subió el ascensor, camino un poco más y tomo la perilla de la puerta 103 y al entrar, vio Esos ojitos que ahora lo miraban, esos ojitos que había pedido cientos de veces que se abrieran por fin Se veían!
Escucho esa vocecita que había estado esperando por él toda la mañana
-Hola… mello… - habló con un poco de dificultad- pensé que hoy no vendrías…
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