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¿Ron te engaña?... ¡¿Con Malfoy?! por mestefaniab

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Notas del fanfic:

Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling, mía sólo es la trama . No recibo ningún rédito económico al publicar esto.

Advierto (y que conste) que quise hacer un intento de humor, en medio de un romance, muy rodeado de lemon. Si fracaso, mi más sentido “lo siento”. Y obviamente, como me conozco, pido perdón por el lenguaje.

 

 

NA: Los diálogos van en negrita y los pensamientos en cursiva. Perdón por el lenguaje, los modismos, el lunfardo, y los horrores de ortografía y/o de cohesión. Sin más preámbulo, ¡a leer!

Notas del capitulo:

Como ya es mi put@ costumbre... La introducción me quedó corta ;(

Harry James Potter, era actualmente el director del departamento de aurores. Su cargo no sólo era administrativo, era también un puesto político... Y odiaba muchísimo esa parte de su trabajo, pero como era feliz con el resto, se podría decir que se conformaba.

Luego de la guerra, Harry junto a sus amigos y los jóvenes de su generación, volvieron al colegio. Ese año fue muy duro para todos. Pero después de aquel último año en Hogwarts, la vida continuó su curso. Harry y Ron, hicieron el entrenamiento obligatorio y se recibieron de aurores. Hermione también alcanzó su sueño, y al poco tiempo ya ostentaba un cargo en el ministerio. Como abogada participó tanto en la defensa como en la querella de los juicios que sucedieron después de la guerra. Dichos juicios se siguieron celebrando incluso hasta varios años después.

En diez años, Harry pasó de ser líder de su escuadrón a jefe de todo el departamento de defensa. Ron, fue promovido a comandante de la escuela de aurores, después de ganarse a pulso el apodo de "el estratega" como profesor de dicha academia. Y Hermione (harta de la lentitud de su novio) le propuso matrimonio ese año...

Fue uno de los enlaces más mediáticos que vivió el mundo mágico ingles, principalmente porque los padrinos de la boda: Ginny Weasley y Harry Potter, atravesaron una "escandalosa" ruptura.

El "héroe" y la "rebelde" de la pasada guerra, tuvieron una conflictiva relación desde el comienzo. El desenlace ocurrió tan sólo un mes antes de la boda Granger/Weasley, cuando Ginny (en una nota exclusiva para la revista "corazón de bruja") habló de la ruptura y se declaró abiertamente bisexual. Todo esto no sólo desencadenó en la popularidad del nuevo equipo escocés al que fue traspasada como capitana, sino que llevó a Harry Potter al "podio mediático”. Desde ese mismo momento, fue conocido como "el soltero más codiciado del siglo". Por suerte para él, los escándalos de Ginny, siguieron sucediendo en Escocia. Lo que hizo que los medios locales como "el profeta", lo dejaran de lado al poco tiempo.

 

 

________ Wizengamot, sábado 7:30 am ________

 

 

El humor del "niño que vivió y venció" durante la jornada laboral, iba variando según el día de la semana en el que se encontraba...

Debido a su agenda, de lunes a miércoles, Harry daba más miedo que una banshee cabreada. Su cargo lo obligaba a estar presente, en todas y cada una de las juntas del ministerio. A veces veía su amiga (casi hermana) Hermione, pero a duras penas si podía cruzar más de tres palabras con la bruja. Jueves y viernes, su humor mejoraba a “casi” humano, e iba de "serio-gruñón" a "odioalmundo-metienentodosharto". El sábado sólo trabajaba de mañana, pero incluso a pesar de que debía hacer el papeleo inconcluso de la semana, se lo podía ver sonreír. En cambio los domingos... Harry se transformaba en "el parásito perezoso de una babosa en coma", y no había poder divino, mágico o bélico que lo obligue a salir de la cama antes de las 16 hs.

Ese día se despertó intranquilo. De vez en cuando le pasaba. Generalmente era una corazonada de que ese día, algo le iba a "sacar canas de todos los colores". Por eso, fue resignado (y molesto) a trabajar. Y por eso también, no le extrañó que Hermione quisiera verlo, a esa hora y en su oficina...

 

 

Harry: _ Hermione, llevas más de diez minutos aquí sin decirme ni "pío"... Dilo de una vez, ¿qué sucede?

Hermione: _ ¡Es que no sé cómo decirte esto!... Intenta por favor comprenderme, ¡no es fácil!

Harry: _ Deja de preocuparme. Por Merlín, dime que pasa. Me estás asustando.

Hermione: _ Es Malfoy... Él... Ron y él...

Harry: _ ¿Malfoy? ¿Draco Malfoy? Hace años que no le veo la cara, y eso que aquella vez sólo lo vi por unos minutos. ¿Qué tiene que ver con Ron? Ya dime ¡¿qué demonios pasa?!

Hermione: _ Ron me engaña.

Harry: _ ¡¿QUÉ?!... No, espera. Esto tiene que ser un malentendido. Ron jamás...

Hermione: _ Harry. ¿Es que no lo entiendes? ¡Yo los vi!

Harry: _ ¿Ah?... ¿Cómo que los viste? ¡Ya deja de llorar! Me pones nervioso y no te entiendo. ¡Cálmate, por favor!... Respira Hermione, en serio que esto debe ser un error. Estamos hablando de nuestro Ronnie.

Hermione: _ ¡Ningún error! ¡Mi esposo me engaña! ¡Yo lo vi con mis propios ojos!... Me habían ordenado a llevar unos papeles. Aproveché y lo busqué porque quería verlo. No lo encontré, se suponía que tenía que estar allí, y me preocupé. Entonces lo vi bajar por las escaleras, me llamó la atención por lo que sólo lo seguí, y... Estaba allí y me pareció todo muy raro. No dije nada, sólo me quedé parada viendo y... y... ¡Ron lo besó! ¡Está con él!... Ron me engaña con... ¡Con Malfoy!

Harry: _ ¿Ron te engaña?... ¡¿Con Malfoy?!

Hermione: _ ¡SI!

 

 

Harry, tenía tatuados en el cerebro unos veinte signos de pregunta y cuarenta de admiración...

Era un hecho comprobado científicamente. Sus corazonadas, nunca le fallaban.

 

 

________ Flashback, cinco años atrás ________

 

 

Ronald Weasley era (casi oficialmente), el hombre más feliz de todo el mundo mágico. Le habían informado apenas unos meses atrás, que el director de la carrera de aurores se jubilaría dejándole a él su cargo. Que conste que amaba ser profesor, pero un aumento de sueldo no lo desprecia nadie. Si a eso le sumamos que estaba a días de casarse con el amor de su vida... Sí, definitivamente su sonrisa le partía la cara a la mitad.

Vale decir, que no todo era color de rosas. Un mes atrás, descubrió el por qué su hermanita y su mejor amigo se llevaban a las patadas. Desayunarse la noticia que ambos “jugaban para el equipo contrario”, fue un poco desconcertante (incluso más que cuando se enteró de Charlie). Aunque de todas maneras, las cosas al final resultaron bien.

Como Harry se llevaba mal con el acoso de los medios, su valiente hermanita desvió la atención hacia ella. Si bien fue una decisión de familia (tomada con un buen almuerzo familiar de por medio), lo cierto es que a Ginny siempre le gustó la vida mediática. Desde que se dedicó profesionalmente al quidditch, no había partido en el que no “hiciera de las suyas”. Que más daba, era su hermanita y la quería así. Después del anuncio familiar sobre la ruptura, Harry y Ginny quedaron en muy buenos términos. Ellos decidieron que lo mejor sería “blanquear” la situación antes de la boda, y la familia también estuvo de acuerdo con eso. Era lo mejor para todos. Ni la carrera de Ginny ni el nuevo cargo de Harry se verían afectados y mientras más temprano el mundo lo supiera, menos oportunidades habría de que ocurriera algún escándalo del tipo “triángulo amoroso” que opacara la boda. Además, era tiempo de perdonar, seguir con la vida y recordar lo hermoso que vivieron juntos. La vida era buena, no cabía dudas.

El trabajo en la escuela de aurores era de lunes a viernes. Los sábados visitaba a sus amigos: el profesor de herbología, Neville Longbottom y la profesora en el cuidado de criaturas mágicas, Luna Lovegood. Ambos docentes del colegio de magia y hechicería, Hogwarts. Pocas veces iba acompañado de Harry Potter, el resto iba solo o con su novia (ahora prometida) Hermione Granger. Los domingos ya era otro “el cantar”... ¡ERA LA GLORIA! Comida en cantidades industriales de la mano de su mamá, Molly Weasley.

Sí, todo era genial hasta que... llegó la resolución con su nuevo cargo ministerial.

No se quejaba por trabajar en el ministerio. Principalmente, porque ahora estaba cerca de su prometida y en los descansos podía molestar a su mejor amigo. Pero, con el nuevo cargo, no sólo pasaba a tener un (aburrido) trabajo de oficina. Sino que ahora, debía completar una serie de estudios psicofísicos en el hospital San Mungo de enfermedades y heridas mágicas. Y esa era la razón por la que (con la almohada todavía pegada en la cara) se encontraba en la sala de espera, a las 5 de la mañana...

 

 

Draco: _ Ronald Weasley. Adelante, por favor.

Ron: _ ¿Malfoy?... Hurón, ¿Qué haces aquí?

Draco: _ Trabajo, Weasley. Soy medimago. De hecho, soy jefe de residentes y especialista en enfermedades infecto contagiosas. Así que, por favor, trátame con respeto.

Ron: _ ¡Tu no! ¡Tú no me pondrás las manos encima! ¡Quiero que me vea otro medimago!

Draco: _ Señor Weasley, le voy a facilitar las cosas. Soy el único medimago, que trabaja directamente para el ministerio. Esa es la razón por la que soy el ÚNICO autorizado, para realizar estos exámenes. Dicho de otra manera, si yo no te firmo este formulario, vete despidiendo de tu trabajo...

Ron: _ ... Esto tiene que ser una broma...

Draco: _ No, no lo es y francamente estás agotando mi paciencia. No perdamos más el tiempo, entra de una buena vez. A la derecha está el cuarto de baño. Desnúdate y colócate una de esas batas azules.

Ron: _ ¡¿Qué me desnude?!

Draco: _ Si, Weasley. Esto es un examen físico, ¿qué esperabas?...

 

 

A ti no, eso es seguro... Esto tiene que ser una pesadilla. Encima, el muy hijo de perra, ¡parece un modelo! ¡¿Qué tomó?! ¡¿Belleza líquida?! Me siento un insecto feo...”

 

 

Y con ese debate interno, Ron no tuvo otra opción más que desnudarse e ir hacia el chico que lo llamó “comadreja” toda su infancia.

 

 

Draco: _ Vamos, tranquilízate que tampoco es tan malo. Es sólo un chequeo de rutina. Te reviso, te hago unas preguntas de rigor, alguno que otro análisis que considere necesario y ya está. Son sólo unos minutos y luego te irás a casa. Te lo prometo.

 


Así trató de tranquilizarlo, el insoportable e “intragable” de sus días de escuela. Que para su desgracia, se había vuelto un hombre precioso además de elegante, correcto en modales, con un exquisito perfume, y una sonrisa que derretiría los polos. Ni hablar del buen gusto en la decoración del consultorio o del mal gusto en vestir con el que se presentó Ron ese día. Y lo más extraño de todo, lo que realmente le hizo trastabillar las bases al pelirrojo, fue el simple hecho de que Draco... se veía como una persona agradable.

Notas finales:

¡¡¡Muchas gracias por leer!!! Si les gusto ¡genial! Si no, díganme en que debo mejorar.

Otra cosita más:

Si buscas publicar esta historia en otro medio y/o idioma, cuentas con mi total aprobación. Hablaría bien de ti, si me mencionas como la autora original de este fic.

Pero si decides hacerla tuya, y modificar cualquier parte... Me halagarías muchísimo, porque eso quiere decir que fui tu musa por un instante. En ese caso, puedes aclararlo o no. Pero me encantaría saberlo y que me informes al respecto. Quiero leerte, comentarte y agradecértelo con un review.

 


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