Todo comenzó en el verano en que Sehun se volvió más alto que Baekhyun. Se supone que, como cada verano, debía hacer calor, podrían tomar paletas, helados y nadar todo el rato; sin embargo... Ese fue el jodido verano mas frio de su vida. La temporada de ciclones había dejado tras ella montones de chubascos y deseos ahogados en la constante lluvia.
Baekhyun recuerda haber amado a Sehun como se ama a un hermano hasta uno de esos días llenos de acuosos recuerdos.
Llegaban de haber ido a jugar a un parque, aquel era uno de los pocos días soleados y agradables así que decidieron salir a jugar, pero el clima les hizo una jugarreta y la mitad de un interesante partido de futbol (Sehun 16 - 3 Baekhyun) el cielo se nubló en un repentino relámpago y la lluvia cayó sobre ellos como un balde de agua fria. Entre nidos de lodo y una fuerte corriente de agua que terminó por llevarse más de un zapato, llegaron sucios, temblorosos y mojados a casa de Sehun. Éste mismo, se aferraba al mayor, temblaba violentamente.
Ese día, Baekhyun durmió en casa de Sehun y se aferraron uno al otro, como siempre que dormían. Bajo las sábanas, el par de amigos se había vuelto una maraña de brazos y piernas.
Un ruidoso trueno arruinó el sueño de Bakehyun, obligándole a despertar; por inercia, buscó en el lugar que pensaba, se encontraba su vaso de agua, pero sólo encontró con algo peludo. Despertó austado, dispuesto a golpear al intruso cuando abrió los ojos, miró el cabello suavecito de Sehun y su cuerpo enredado al del menor y se preguntó si aquello era humanamente posible, dormitaba con la boca abierta y roncaba suavemente, un hilo de saliva escurría por su boca y se secaba sobre la almohada; a pesar de todo, Baekhyun le admiró un poco más. Sus labios entreabiertos recibían la tenue iluminación de los faroles en la calle, su piel, blanquecina y llena de raspones en la cara, lucía como un malvavisco, suave, esponjosa, y por un momento, cedió a sus impulsos, lanzándose a besar tres veces su mejilla. Sehun se revolvió entre retorcijones incómodos y cambió su posición, apachurrando al mayor entre sus brazos, como si de un peluche se tratase.
Baekhyun volvió su mirada, asustado, pues temía haberle despertado, pero Sehun seguía igual. Observó sus labios nuevamente. Eran rosados y lucían esponjosos, su juicio, nublado, se preguntó si sus labios sabrían a chicle. En un pequeño y suave movimiento, presionó sus labios sobre los del menor, en un casto beso, que titularía como el primero de ambos. Después de esa noche, Baek volvió a robarle más besos, sin embargo, jamás lo admitió.
La navidad en que Baekhyun tenía dieciséis y Sehun catorce, acordaron de verse en un parque.
El mayor, había teñido su cabello por un llamativo color lila en un ataque de rebeldía adolescente; caminando con un exagerado abrigo y exhalando aire caliente de sus pulmones, temblaba como un chihuahua con parkinson. Por su parte, Sehun iba con su suéter simple. Sin más ni menos, su rostro imperturbable y su gran altura no correspondía a la de un chico de catorce años.
Baekhyun notó a Sehun raro aquel día. Se mostraba reacio a sus abrazos y constantes caricias que entre ellos se catalogaba como normal, decidió no tomarle importancia, y continuó paseando a su lado, a pesar de la frialdad que mostraba Sehun. Cosas de pubertos, pensó.
Ya en casa de Sehun, a pesar del frío, comían helado mientras veían películas, riendo y burlándose de una que otra línea de los actores. Sehun parecía ser de nuevo el mismo niño que era cuando se encontraba con Baek; risueño, divertido, alegre. Volvían a ser el mismo par de niños que en más de una ocasión en la infancia habían llegado a nadar desnudos.
Baekhyun se recostó en la cama, tapado bajo un mar de sábanas esperaba por su mejor amigo, pero no hizo más que ver con desilusión el sofá cama que Sehun estaba arreglando.
— ¿No dormirás aquí?
— Ya no cabemos los dos en esa cama, Baek. —respondió indiferente.
— ¿Y si tengo miedo? —El chico del cabello morado hizo un pestañeo, en su mejor intento de ojos de cachorro.
— Eres mayor que yo. —resopló Sehun al rodar los ojos, y el mayor se sintió herido.
— Buenas noches, Hunnie —murmuró. Su actitud infantil siempre era motivo de señalamientos, no le gustaba que su mejor amigo le señalase también.
Antes de poder siquiera recomponer algo, Baekhyun quedó dormido y desde aquella noche, los labios de Baekhyun no volvieron a tocar los de Sehun.
Pasó un año y las cosas entre los mejores amigos parecían distanciarse cada vez más. Sehun había entrado al equipo de basquetbol y tenía nuevas amistades. También fue aquel año que Baek entró a clases de canto. Cada uno de ellos se encontró en un mundo distinto, pero no menos agradable. Ahí fue cuando Baekhyun se descubrió y declaró gay, y cuando Sehun consiguió su primera novia. Cada encuentro era más incómodo, habían pausas más incómodas y parecían entenderse menos. Sehun era más callado y Baek, en un intento de recuperar su amistad y no perder al chico que le gustaba, intentaba hacerle plática.
Aquel año terminaron por separarse y no se hablaron más en un buen rato.
Sehun estba por cumplir los diecisiete cuando sus amigos del equipo lo llevaron a celebrar a un bar, a pesar de los insistentes rechazo, sus amigos eran más insistentes y termina por acceder. Primero con unos cuantos cocteles suaves, siguiendo con algunos tragos más fuertes y al final, Sehun ríe, aplaude y dice entre gritos escandalosos memorias de un chico al que conoce y extraña. Sin saber cómo, Sehun y sus amigos terminan en una fiesta, más borrachos de lo que ya estaban.
De alguna manera, encuentra a un chico, su voz como campanitas tintineantes y termina en la habitación de alguien, entre besos y dulces gemidos del muchacho; a pesar de que no debería de haber tocado a nadie, terminó entre copas y susurros ebrios de alcohol enredado con el cuerpo de algún desconocido. Sus amigos lo encuentran dormido en alguna cama, aparentemente solo y le colocan la ropa, después de llevarlo a casa de Chanyeol, su mejor amigo del equipo.
Esa misma noche cuando Baekhyun ha salido del baño, Sehun no está por ningún lugar. Sin ninguna palabra, se recuesta sobre su cama, y abraza la almohada sobre la cual dormía, conservaba su olor… Sin ánimos de siquiera derramar algunas lágrimas, se quedó dormitando, mientras las sonrisas del menor bailaban por su cabeza.
Si anteriormente Baekhyun y Sehun estaban distanciados, Baek había terminado de cortar toda relación alguna entre ambos. Baekhyun ya no llamaba ni mensajeaba de vez en cuando a Sehun y las miradas furtivas compartidas de vez en cuando habían cesado también.
Para tal punto, Sehun se mantenía curioso y desesperado. Había intentado por todos los medios intentar evitar al mayor para que sus hormonas no cometiesen alguna estupidez más sin embargo ya no quería mantenerse alejado de Baekhyun.
Fue por la noche, que, harto de esperar un mensaje de respuesta, Sehun corrió a casa de Baekhyun. Pensaba en cómo arreglar las cosas, en lo mucho que deseaba que le besara mientras él se hacía el dormido. Inocente hyung... Pensó con una amplia sonrisa, que fue borrada al instante.
Baekhyun parecía reír y sonreír. Con.Alguien.Mas. Ambos parecían tan divertidos que no se habían dado cuenta de la presencia de las personas que les señalaban y susurraban. ¡Cómo no los van a señalar! Pensaba Sehun. Si se ven tan juntitos. Nada fue más sorpresivo como aquel instante en que alcanzó a distinguir la silueta de un muchacho incluso más alto que él. No era sólo un chico apuesto y de buen rostro, si bien, Sehun era Baeksexual* (porque en toda su vida sólo había amado realmente al chico) sabía apreciar cuando alguien era guapo. Y Kim JongDeseadoPorTodosIn alias Kai, era guapo. ¡Diablos! En aquel momento, con su autoestima por los suelos, Sehun podría haber asegurado que Kai era mucho más llamativo que él. Con esa sonrisa seductora con la cual miraba a SU Baek. Y con esos brazos bien tonificados con los cuales seguía abrazando a SU Baek, y con esos labios gordos y besables con los que estaba a punto de…
— ¡Mío! —Gruñó Sehun, sin importarle el aparente desconcierto, jaloneó del brazo al mayor, con un muy confundido JongIn al lado— ¡No te le acerques, es mío! —Gritoneaba, corriendo con la mano del mayor apresada en sus dedos.
— Sehun… Sehun, me duele —forcejeó un furioso Baekhyun, se sentía indignado y enojado— ¡Suélteme! —chilló fuertemente y Sehun soltó el agarre, sólo para cargarlo en su hombro como si un costal de papas se tratase; Baekhyun chilló de nuevo, con la voz aguda de tanto gritar— Sehun, ¡carajo! ¿Qué estás haciendo?
— No me gusta que me ignores, hyung. —Dijo con tranquilidad que no sentía, su corazón estaba por salirsele del pecho, pero no quería flaquear. El rostro sereno contrastaba con lo que sucedía sobre su hombro.
— Eso lo hubieras pensado antes de haber huido el día de la fiesta —respondió Baekhyun agrio, su voz había cambiado a un tono más triste y ya no se retorcía como un gusano.
— ¿La fiesta? —El menor preguntó en un murmullo, se encontraba confundido.
— ¿Ahora resulta que no sabes nada, no? No seas imbécil, si no sientes nada por mí no es necesario que te hagas el de la memoria corta —en un inesperado movimiento, Baek pegó un rodillazo en su pecho que le dejó atónito y de rodillas, permitiéndole en un ágil movimiento escapar de su agarre.— ¿Era necesario mentirme de esa manera para acostarte conmigo? Diablos, Sehun. ¡Creí que te conocía! —Pateó el suelo en un intento de descargar su ira, para aquel momento, Baekhyun tragaba sus lágrimas, su mente era una maraña de pensamientos.
— ¿Pero qué? —el mayor se acercó a un Sehun desconcertado y besó su mejilla, antes de que pudiese separarse, el menor tomó su mano y le abrazó, mirándole a los ojos— No sé de que hablas… Baekkie, te hablo en serio… no sé que pasó. Me llevaron a tomar y luego… no supe nada. Desperté en casa de Chanyeol al otro día y me dijeron que habíamos ido a una fiesta antes… —Sehun intentó recordar con fuerza, parecía esforzarse realmente, por lo que Baek decidió bajar las defensas.
— Dime que no mientes —Baekhyun temía que su corazón fuese escuchado por el contrario.
— Te lo juro, no sé de que hablas —dijo Sehun desesperado, una vez más— Por favor dime que pasó —suplicó en un susurro lastimero.
— Sehun —un susurro dolido y una marcada pausa incómoda advertían que no sería fácil escucharlo. Tragó saliva, nervioso y un tanto tembloroso, desembocó una larga historia de sólo tres palabras— Nos acostamos juntos —murmuró. Sehun palideció y sintio que se moría, volviendo después a retomar color, todo en menos de dos minutos.— Me gustas desde hace tiempo. Si te diste cuenta y lo utilizaste para tener un polvo conmigo… ¡Pudiste haber tenido sexo conmigo si lo querías! Pero no soportaré que vuelvas a decirme tantas estupideces, por favor. No quiero que me vuelvas a decir cosas que me enreden contigo, porque te quiero pero no soy un idiota —si gritaba, susurraba o ni siquiera hablaba ninguno de ambos lo sabía. Estaban inmersos en hablar de aquello, uno en furia y otro en shock. No reaccionaban correctamente— ¿Porqué me dijiste que me amabas? ¿Eh? ¿Porqué dijiste que querías hacer el amor conmigo si después huiste?
¡Reacciona, estúpido! Parecía gritar el cerebro de Sehun una y otra vez. Y no puso hacer más que apresarle entre sus brazos y balbucear uno que otro tartamudeo, en un intento de confesión.
— ¡Estaba borracho! —Fue una de las primeras frases coherentes que pudo decir, retractándose en seguida, lo único que faltaba en aquel momento para terminar de joderlo, era otro malemtendido— ¡Chanyeol dijo que cuando entró a la habitación no había nadie! Él sabe mejor que cualquier persona en el mundo lo que siento por ti. Si él te hubiese visto me habría dejado contigo... —avergonzado, Sehun continuó— Te amo, Baek —susurró temeroso— Tanto que me alejé de ti para controlarme. Era difícil reaccionar a tus besos cuando no sabía cómo actuar ni que hacer —el mayor enrojeció. Que pena... al final sí los sentía... Se dijo a si mismo, no tenía idea de que Sehun supiese de aquello.— Por eso ya no dormíamos juntos pero te quiero. No, te amo. Mucho —terminó en un susurro ahogado.— No me dejes antes de haberte tenido siquiera —habló, escondió la cabeza en el pecho ajeno y murmuró.— Se mío y sólo mio… prometo llenar tu habitación de ositos de peluche —bromeó en un intento de soborno, sabía lo mucho que Baekhyun amaba los ositos.
— ¿Qué pasa si me haces daño? —Baekhyun titubeó.
— ¿Qué pasa si me haces daño tu a mí? —El preguntado devolvió la pregunta hecha.
— Touché.
— Entonces, ¿oficialmente eres mío? —Preguntó con cuidado de no asustar al menor con aquellas palabras. Si lo piensas bien, eso suena bastante posesivo, pensó.
— Tu Baekhyun —susurró; y levantando una de sus manos a acariciar el rostro ajeno, Baek se puso de puntitas para alcanzar a su ahora novio. Una vez sus labios rozaban los contrarios, susuró sobre estos— Odio que seas más alto que yo —rió con suavidad sobre sus labios, capturándolos después en un dulce beso.
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— ¿Ahora qué haremos? —Sehun preguntó abrazado a su novio, era madrugada y miraban las estrellas desde el patio de Baekhyun.
— Podemos recordar nuestro primer beso —Sugirió el dueño de la casa, divertido.— Estabas raspado de la cara y babeabas. Aún así me parecía que lucías de lo más lindo, así que te besé.
—Asaltacunas —el menor hizo una voz infantil, mientras Baek golpeaba su hombro— Aunque ese no es nuestro primer beso.
— ¿Ah no? —Baekhyun parecía confundido, no recordaba haberle besado en alguna otra ocasión.
— No —respondió en una risotada— Mi hermana tiene una foto de nosotros dos de bebés —dijo Sehun con una amplia sonrisa— Estamos en preescolar, en un festival y nos damos u besito chiquito —robó un beso superficial al más bajo y soltó una risa— Así.
— Supongo que estábamos destinados a estar juntos el mayor añadió con una amplia sonrisa.
— Eres tan cursi —Rodó los ojos con una sonrisa, en realidad amaba aquella faceta en Baekhyun.
— Estúpido —soltó una corta risa y le enseñó la lengua a Sehun.
— Ese es mi chico —respondió este mientras pasaba a robaba un beso de esos que ya le pertenecían desde antes, besos suyos que terminaron en un montón de palabras melosas y besos risueños, que continuaron bajo el cielo nocturno en una fría madrugada, aunque claro, compartieron catarro por las siguientes tres semanas, ya que se negaban a estar separados de nuevo.