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Sapphire por QueenMallow

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Capítulo I

Nuestro destino

Solo había una regla que regía al paraíso: Los ángeles jamás debían acercarse a los humanos…

-‘Que regla tan absurda’- pensaba el hijo del Rey de los ángeles, Ciel, llamado así por sus ojos azul zafiro que reflejaban su hogar: el cielo. El joven príncipe tenía el pasatiempo de bajar al mundo humano para observar a los humanos, le parecían criaturas sumamente interesantes. Y estaba interesado en un humano en particular…

Su nombre era Sebastián Michaelis, un joven humano de 18 años que al igual que él era un príncipe de algún prospero reino. El joven lo había cautivado con su apariencia; ojos color rojo carmesí que contrastaban con su cabello negro azabache, y con su arrogante personalidad combinada con algo de amabilidad. Era una lástima que no pudiera hablarle, no por la tonta regla impuesta por su padre si no por su apariencia…

Aparentaba la edad de un joven de 14 años, cabello grisáceo y ojos azul zafiro, y como todo ángel poseía unas grandes y llamativas alas que los humanos no poseían y si se presentara con ellas solo causaría pánico…

Si tan solo pudiera hacer desaparecer sus alas, porque estas no lo hacían como por arte de magia, se necesitaba un conjuro, que solo los demonios podían hacer, para hacer desaparecer las alas y caminar entre los humanos sin provocar pánico o asombro. Pero no podía simplemente ir con un demonio y pedirle que le hiciera el conjuro, la razón principal era porque era un ángel, el enemigo natural de los demonios, y la otra era porque a cambio del conjuro tenían que entregar algo de vital importancia y no tenía ganas de perder algo valioso. Así que se resignó a su destino… a su destino lejos de ese bello humano que lo tenía cautivado…

Aun así de vez en cuando mandaba bien lejos las reglas para ir a observar a Sebastián que hacia siempre cosas interesantes y extrañas. Como ese día…Al parecer era el cumpleaños del príncipe Sebastián y como regalo sus amigos más allegados le organizaron una fiesta en altamar. Las fiestas humanas eran extrañas pero divertidas, las criaturas se divertían bailando al compás de música alegre. Se ocultó entre las grandes velas del barco, tenía una vista perfecta de la fiesta y sobre todo de Sebastián que se movía al compás de la música de manera encantadora

-Es tan hermoso- mascullo Ciel sintiéndose de inmediato avergonzado por lo que había dicho, era un ángel pero aún conservaba su orgullo

-¿Quién Ciel?- esa voz le provoco un sobresalto, alzo de inmediato vuelo para encontrar refugio entre las nubes pero en su camino se atravesó un joven de cabellos rubios y ojos azul celeste-¿Qué haces aquí Ciel?- el joven era su hermano, otro príncipe del Reino celestial, mayor que el por varios milenios, por esta razón su hermano podía ser bastante sobreprotector aún más que su padre

-Hola Alois ¿Qué haces aquí?- trato de desviar su atención pero el ceño fruncido de su hermano le indico que no lo iba a lograr

-Esa es mi pregunta, contesta- lo decía con tono suave pero autoritario, suspiro, si le decía a su hermano la razón por la que estaba en el mundo humano este correría de inmediato a contarle a su padre que de seguro lo encerraría en aquella torre vigilado por casi 400 serafines, un escalofrió le recorrió al imaginarse la horrible situación  

-Buscaba a Elizabeth- una muy buena excusa, Elizabeth su amiga desde que habían nacido y su prometida aunque realmente ninguno de los dos tomaba en serio aquel compromiso

-¿Enserio?- su hermano se cruzó de brazos, era obvio que no se había creído la mentira- Bonita fiesta ¿No crees?

-He visto mejores- comento para taparse de inmediato la boca- Alois yo…

-Ciel sabes las reglas…- casi podía sentir el sermón que le esperaba, mínimo tendría que escuchar a su hermano medio siglo-¿Quién es?- la pregunta lo tomo por sorpresa pero no dudo en señalar a Sebastián que bailando con bastante ánimo, Alois arqueo una ceja

-Se llama Sebastián Michaelis, es un príncipe y hoy es su cumpleaños- miro con ojos soñadores a Sebastián que ahora descansaba

-Veo que conoces muy bien a ese humano- un pequeño sonrojo se posó en las mejillas de Ciel ante el comentario de su hermano- Fingiré no haberte visto- Alois le guiño un ojo sorprendiéndolo

-¿Por qué?- pregunto pero su hermano se perdió entre las nubes. Con sigilo regreso a donde estaba escondido para seguir observando la fiesta

-Príncipe Michaelis hoy cumple 19 años y como obsequio le doy esto…- hablaba un anciano señalando un enorme objeto cubierto por una manta

-Tanaka no debiste- dijo el príncipe emocionado por ver que era

-Es mi deber aunque no creo que le agrade- el viejo retiro la manta dejando ver una escultura de mármol del príncipe que quedo en blanco. Ciel suspiro por aquella estatua, cuanto daría por tener algo así

-No debiste- mascullo el príncipe tratando de ocultar el desagrado que le provocaba el regalo

-No sea hipócrita, no le gusto el regalo- Sebastián se rindió ante las palabras del viejo Tanaka que lo había criado como a un hijo- Pero por eso- tomo una caja pequeña y se la dio a Sebastián que con recelo la abrió

-Pero si es…-en la caja había un majestuoso anillo, con un gran zafiro que provoco que Ciel abriera los ojos como platos, en su rostro se pintó una sonrisa- Tanaka

-Cuando llegue la indicada quizá sea un buen regalo- Sebastián entendió de inmediato a lo que se refería

-No empieces con eso…- mascullo, la fiesta continúo pero Sebastián lucia enojado

-El reino entero espera su boda- dijo el anciano con severidad pero sin dejar de ser respetuoso, Sebastián puso los ojos en blanco

-Pensé que había quedado muy claro que yo no quería casarme- Tanaka le dio unas palmaditas en la espalada

-Sí, el reino entero lo pensó cuando rechazo a la princesa Celeste- Ciel frunció el ceño, así que su príncipe se iba a casar

-Vamos Tanaka yo no quiero casarme yo solo quiero viajar- miro el horizonte- Quiero una dama que también quiera viajar conocer… -Ciel se entristeció un poco, el quería viajar y conocer pero no podía presentarse ante el príncipe aunque se muriera de ganas de hacerlo- Sabré que es la indicada porque mi corazón sentirá que fue golpeado por un rayo…- en ese momento el cielo fue iluminado por un gran rayo seguido de un trueno. La lluvia se desato provocando olas que mecían con violencia al barco. Ciel alzo vuelo para refugiarse más allá de las nubes de tormenta, aun así su vista no se despegaba del barco que en cualquier momento se hundiría. Un rayo golpeo las velas provocando un incendio…

El corazón de Ciel dio un brinco y sin darse cuenta sus alas ya lo estaban llevando de regreso, no le importaba nada solo quería salvar a Sebastián que estaba subido en un pequeño bote, suspiro de alivio pero este bote fue tragado por una gigantesca ola

-¡Sebastián!- grito Ciel lleno de angustia, con la mirada empezó a buscarlo pero la lluvia le dificultaba dicha acción, desesperado se abalanzo al mar, casi hasta el fondo estaba a Sebastián quien parecía inconsciente, Ciel nado hasta él y con fuerza lo jalo a la superficie, a pesar de que Sebastián era más grande se las arregló para tomarlo en brazos para llevarlo a la costa que estaba bastante cerca, su vuelo era vacilante tanto por el peso que llevaba como por el viento aun así hizo su mayor esfuerzo para llevarlo…

Cuando llego a la costa la lluvia se había detenido y las nubes se alejaban dejándole paso al sol el amanecer. Ciel recostó a Sebastián en la arena, acerco su oído al pecho del joven escuchando con alivio el suave sonido de su corazón. Con dulzura le acaricio el rostro retirando algunos húmedos mechones

-Eres tan hermoso- acerco sus labios a los de Sebastián para plantarle un beso, ante el contacto Sebastián abrió los ojos encontrándose con la visión de un ángel, literalmente. La luz de sol que rodeaba a Ciel no lo dejaba verlo muy bien, solo podía distinguir unos grandes ojos zafiro. Su mano se aferró a la que acariciaba su rostro con dulzura- Quisiera poder quedarme a tu lado…

Sebastián quedo prendado de esa voz suave y dulce, de esos ojos y sobre todo de la calidez que esa delicada mano le proporcionaba

-Estarás bien- sintió un beso y luego frialdad. Ciel se alejó rápidamente para ocultarse detrás de unas rocas ya que sentía como alguien se acercaba, era un anciano y varios señores

-¡Príncipe!- El anciano corrió hacia el aturdido príncipe que seguía sumergido en aquella calidez que la mano y los labios de Ciel le habían brindado

-Tanaka… era un ángel… un bello ángel…-Tanaka ayudo al príncipe a ponerse de pie, este tenía una gran sonrisa adornando su rostro- Y me salvo, aquel ángel me salvo… Tengo que encontrarlo- Quiso dar un paso pero cayo nuevamente

-Príncipe tiene que descansar luego buscaremos a su ángel- Casi arrastras Tanaka se llevó a Sebastián al castillo que estaba a varios metro de la costa. Ciel observaba toda esa escena con un gran sonrojo y una bella sonrisa

-No sé qué hare, cuando será… Pero yo debo aquí regresar… Espérame Sebastián…     

Notas finales:

Hola mi primer fic :3 Como lo hice? Bien? Mal? Regular? Merezco algun review? Me esforze bastante en hacerlo, me inspire en la historia de la sirenita -w- Algo cambiada, muy cambiada pero es que la sirenas no me gustan :v ademas a Ciel no le quedaba de sirena :3 por eso es un angel >.< en teoria sera una historia corta, con mucho sebaciel

El capitulo es algo corto pero bueno... tratare de hacerlos mas largos aunque no se me da muy bien u.u Perdonen algun error uno escribe y como que da pena leerlo para revisarlo asi que perdonen... ¿Que les parecio el encuentro de Ciel y sebastian? Romantico? Les gusto la trama que tome para este fic? sirvo para esto o mejor me voy a vender chicles? 

Bueno disfruten el capitulo QueenMallow se despide n.n


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