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Juguete de dos (SeSoo & KaiLu) por Kirashira

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Notas del fanfic:

Soy idiota y borré el fanfic así que esto es resubirlo

Notas del capitulo:

*·*)/ Holaaaa

Comencemos...

Se encontraba sentado perezosamente en su silla, tenía los ojos fijos en el reloj que colgaba sobre la puerta trasera de la clase, situada a pocos metros de él, su salida para evadirse del humor que cargaba consigo. Fingía escuchar al profesor que daba las clases cuando el reloj dio la hora en punto, la sirena que marcaba el final de la clase sonó histérica. Agarró el Bento que había dejado sobre su pupitre y salió de clase, haciendo escaso caso a los llamados de las chicas que lo invitaban a comer con ellas, no estaba de humor aquel día para sostener una sonrisa frente a las víboras de las animadoras. 

Aquella mañana durante el entrenamiento, el entrenador no solo le había regañado por unas cuantas faltas sin importancia, también lo había mandado al banquillo, mientras el idiota de Kai se regocijaba en su oportunidad de lucirse ante las chicas, que por supuesto, caían como moscas.

Recorrió el pasillo, el cual comenzaba a llenarse del resto de alumnos saliendo de sus aulas cuchicheando, riéndose y observando a los demás, sabía que en poco tiempo el pasillo estaría infestado de estudiantes caminando al comedor como un ejército. 

Torció la esquina y buscó las escaleras hacia la azotea. Gracias a una conserje algo débil ante los encantos masculinos, casi todos los jugadores del equipo tenían una copia de la llave de la azotea. Sin que nadie lo viera, metió el objeto metálico en la cerradura y  giró sin dejar de pensar en lo fácil que eran las mujeres. Unos segundos después, su rostro estaba siendo acariciado por la brisa primaveral que removía su cabello, consiguiendo que unos pequeños mechones se interpusieran en su visión. Con un suspiro se peinó el pelo con los dedos de forma despreocupada, mandado parte de la melena de delante, hacia atrás.

   —Kai... Kai...— escuchó. 

Inmediatamente se agachó como si acabara de escuchar una gran explosión cercana y tuviera que poner su vida a salvo. Esperó unos segundos antes de volver a escuchar el mismo sonido otra vez, confirmando sus sospecha, que no era parte de su imaginación. 

El ruido provenía de una pequeña caseta que había frente a el, donde la conserje guardaba todos sus materiales fuera del alcance de los alumnos.

Avanzó cauteloso hasta llegar a la única y minúscula ventana  circular que tenía la caseta, alzó el rostro lentamente para espiar a los que había dentro y lo que vio, entre la poca luz que penetraba por la ventana de aquel minúsculo habitáculo para materiales, le dejó sin palabras.

El capitán del equipo con el torso desnudo cubierta por una ligera capa de sudor, los pantalones le caían por los tobillos dejando una clara y perfecta visión de sus nalgas. Se encontraba medio inclinado sobre el cuerpo de alguien, el cual que no podía ver con claridad porque estaban de espaldas a él. Kai estaba jadeando y su cadera se movía en un vaivén rítmico, clavando su miembro incesantemente en el de enfrente, aferrado a sus caderas para traer el cuerpo de la otra persona durante cada choque.

Exhaló aburrido, no era ningún secreto que Kai se tiraba a cualquiera que anduviera frente a él, aunque lo más seguro es que fuera su nueva novia Irene. Cuando quiso girarse para abandonar la azotea, Kai se inclinó hacia atrás atrayendo el cuerpo de la persona a la que se tiraba a la luz, mientras introducía una mano en su boca para que lamiera sus dedos, entonces la visión cambió por completo haciendo que los ojos de Sehun se abrieran como farolas.

—    Dios mío Kyungsoo estás tan apretado… tan húmedo que me la pones aún más dura — gimió dándole grandes estocadas con su miembro —Quiero correrme en ti… quiero llenarte de mí—.

—    Kai… oohhh… aahhh… Me corro… no aguanto— gemía el chico mientras intentaba contener sus gemidos.

Sehun se quedó en su lugar, quieto, hipnotizado por lo que estaba viendo. Aquello era lo último que se esperaba del gran Kai, conquistador de chicas, capitán de del equipo de baloncesto, el macho entre machotes. Le hacía tanta gracia que no podía imaginarse lo sabrosa que sería la venganza contra su rival en las canchas y el obstáculo de vivir una vida escolar en paz. Sacó el móvil disimuladamente e hizo una foto a la ardiente escena.

El chico moreno se sujetaba la camisa para facilitar el acceso de las manos del capitán por su cuerpo, su cuerpo estaba inclinado recibiendo el pene del capitán, rebotando con cada estocada que le robaba un sonoro gemido que retumbaba por las paredes. Tenía los ojos cerrados al igual que su acompañante y un hilo de saliva recorría la comisura de sus labios.

—    Córrete conmigo…. Yo también estoy al borde… venga mi pequeño… oohh oodhhh… kyung…—

El chico se giró un poco para poder alcanzar la boca de Kai y acalló sus gemidos con un beso pasional, en el que, Sehun fue capaz de ver sus lenguas enredándose la una con la otra, hasta que finalmente sus cuerpos convulsionaron en un brutal orgasmo y el semen salió del pene del chico salpicando algunos materiales.

Se había quedado hipnotizado con la escena hasta que vió al capitán soltar las caderas del chico, sus rodillas temblaron y terminó de rodillas, con las manos apoyadas a ambos lados de su cuerpo en el suelo.

—    Eres mejor de lo que me había esperado— afirmó Kai mientras se subía los pantalones, dejando a Kyungsoo agotado por lo que acababa de pasar— Es una pena no poder repetir esto de nuevo hasta la semana que viene, de verdad Kyung, tienes algo que vuelve loco a cualquiera— afirmó agachándose hasta la altura del chico.

—    ¿Qué-quedaremos este fin de semana? — Tartamudeó el chico desconfiado en su osadía— Mis… mis padres no estarán en casa y…—

—    ¿Y pensaste que iría corriendo para follar toda la noche? — se rio el capitán parando frente a él, se inclinó hasta que su rostro estuvo a escasos centímetros del moreno y agarró su barbilla con dos dedos— Te lo dije muy bien Kyungsoo, ahora no sería conveniente que nos vieran juntos—

—    P-pero en mi casa no nos vería nadie Kai, te lo prometo, nadie sabrá que estás allí — pidió mirándolo con los ojos llenos de desesperación.

Le acarició la mejilla unos segundos con la llema de sus dedos antes de agarrar su camisa tirada a su lado y se la puso con toda la tranquilidad del mundo.

—    Ya lo hablamos Kyung, a demás debes recordar que tengo novia ahora y este fin de semana ya quedé con ella. Tu decidiste que podíamos estar en estos términos ¿Deseas retractarte ahora? —.

El chico bajó la cabeza y negó con los ojos aguados, pero se resistía a mostrárselo a la persona que amaba.

—    Buen chico, espero que tengas un buen fin de semana— se despidió antes de ponerse a la altura de Kyungsoo de nuevo y darle un corto beso en los labios—no te pongas triste, te prometo que tendremos un fin de semana solo para nosotros en cuanto terminemos los partidos—.

El chico sonrió con pesar observando como su amante salía del lugar, mientras que Sehun se escondía mejor para no ser visto por su enemigo. En cuanto escuchó la puerta de la azotea cerrarse se relajó un poco. Se asomó de nuevo para encontrarse con el chico recogiendo su ropa para ponérsela. Luego sacó un paquete de clínex de su bolsillo comenzando a limpiar el rastro de semen que había dejado, y los que se deslizaban entre su pierna antes de buscar sus pantalones.

Sehun se levantó sin ganas de seguir viendo la escena tan patética que transcurría dentro de la caseta, se giró en dirección a la puerta de la azotea con tanta mala suerte, que tropezó con unos cubos de limpieza que no se había fijado que estaban a su lado.

—    ¿Quién anda allí? — la voz que antes gemía ahora se elevaba asustado.

—    Mierda— murmuró cerrando los ojos.

El ruido de golpes y objetos siendo arastrados hizo que acelerase el paso hacia la puerta pero al escuchar, de nuevo la voz del chico tras su espalda se quedó estático.

—    T-tu…tu… no,,, no deberías estar aquí—tartamudeó el moreno, sintiendo el escalofrío recorriendo su nunca y el sudor frío empapando su frente

—    Y tú tampoco pero como ves, nadie hace lo que debe en este instituto—sonrió Sehun dando media vuelta para enfrentarse al pequeño.

—    ¿Cu-cuanto tiempo llevas aquí?- preguntó intercalando la mirada de la caseta al jugador.

Kyung estaba realmente asustado, su corazón no dejaba de latir con la fuerza de un tambor chino siendo apaleado por un gigante. Parecía que sabía exactamente lo que había estado haciendo con Kai, y eso le daba miedo, no quería perder a Kai ni causarle problemas por su descuido, lo que tenía era más de lo que había soñado nunca y ahora podía ver ese sueño desintegrándose.

El chico que tanto quería, el chico con el que muchas chicas soñaban cada noche, se acostaba con él casi todas las semanas, le regalaba el mejor orgasmo de su vida antes de besarlo de una forma que le hacía perder la razón. Pero… ¿Qué pasaría si la gente se daba cuenta? Podría arruinar su vida, su futuro.

—    Lo suficiente como para saber que eres la putita de Kai— respondió sin pelos en la lengua mientras se ponía las dos manos en el bolsillo mirando fijamente al chico que tenía de frente.

—    ¡Yo no soy la puta de Kai!— se quejó con la mirada deseafiante, alzó la cabeza lleno de un orgullo que carecía en esos momento.

—    No, es cierto— respondió Sehun caminando hacia el con una sonrisa amenazante— las putas tienen al menos la suerte de cobrar, él te folla gratis.

Sin pensárselo dos veces, Kyung levantó la mano en menos de un segundo y le propinó una bofetada sonora.

Había girado el rostro, sintiendo el hormigueo ardientemente sobre su mejilla tras el golpe. Tras unos segundos Sehun alzó de nuevo el rostro con los ojos centelleando furia. Se abalanzó sobre el moreno agarrándole del cuello con una sola mano.

—    Como vuelvas a golpearme, juro que no vivirás otro día para contarlo— cerró con fuerza la mano opresora hasta escuchar los balbuceos del chico que lo arañaba intentando librarse de el—no juegues conmigo putita o ahora mismo voy a dirección y le cuento como jadeabas bajo el cuerpo de Kai, y a su novia incluso puedo hacerle un croquis ¿Sabes lo que disfrutarían las animadoras destrozando tu vida?

—    N-no… no puedo… no puedo respirar… su-suéltame— intentaba respirar—lo-lo siento.

Se lo pensó unos segundos con la vista puesta en el chico que agonizaba bajo su mano, tras chistar los dientes lo liberó de su prisión, el cuerpo del chico calló al suelo casi sin vida, tosiendo  descontroladamente e intentando recuperar el ritmo de su respiración normal.

—    Por favor… —tosió — no digas… no… no se lo digas a nadie- pidió alzando la mirada aterrada.

—    Así está mejor putita.

Sehun se tomó su tiempo inspeccionando el cuerpo del chico, mientras el moreno temblaba ante aquel examen minucioso, evitando el contacto de sus ojos.

Parecía un chico normal, moreno, bajo, no tenía un cuerpo espectacular y aparte de sus enormes ojos penetrantes, no tenía nada especial ¿Qué podría haber visto Kai en el?. De pronto tuvo una idea que no parecía parecerle tan mala.

 Kai siempre había estado jodiéndo su vida desde que llegó al instituto hacía dos años. No soportaba el hecho de que alguien pudiera tener su talento, y le había puesto piedras en su camino por entrar en el equipo, pero a Sehun no le había importado, porque sabía de primeras que el tenía el talento suficiente como para que el entrenador le aceptara. Pero dentro del equipo se interponía siempre en su camino, al principio manteniéndolo en el banquillo y luego atacándolo cuando tenía la pelota sin importar que estuvieran en el mismo equipo.

Ahora había encontrado la forma en la que podría joder a Kai, y pensaba disfrutarlo hasta el último segundo si jugaba bien sus cartas.

—    ¿Deseas que mantenga la boca cerrada?- sonrió acariciando la mejilla de Kyung que apartó su rostro temblando al sentir el roce de aquellas manos que segundos antes habían estado a punto de matarlo— ¿Te importa tanto Kai como para no dejar que arruine su vida con los escándalos?

El chico asintió sin mirarlo, entonces Sehun le agarró la barbilla a la fuerza obligándolo a que lo mirase a los ojos.

—    Entonces dejarás a Kai y serás mi putita personal— sonrió feliz ante la idea que comenzaba a tomar cuerpo en su cabeza— lo primero que vas a hacer es seguirme a todas partes como un perrito faldero, si Kai te llama no responderás, lo ignorarás,  y si os encontráis a solas, vas a rechazarlo. Porque como me entere que me traicionaste mostraré la preciosa foto de Kai y tu follando como animales— amenazó sacando su celular del bolsillo y lo alzó frente a su rostro y mostró la foto que les había tomado antes.

Pudo diferenciar con claridad el proceso en el que el sentimiento de confusió pasaba a ser terror, alternando la mirada entre el teléfono y el rostro de Sehun, suplicando con aquellos ojos llenos de vida que lo que veía no fuera cierto.

—    Ahora que lo pienso, si muestro esta foto Kai sería expulsado y por fin podría ser el capitán del equipo— dijo apagando el móvil y soltando al chico.

Kyungsoo desesperado, se lanzó a los pies de Sehun antes que este avanzara, aferrándose a el con todas sus fuerzas para que no se marchara.

—    ¡No! ¡No! Haré lo que quieras, lo juro, no volveré a hablar con Kai, seré tu perro, tu puta lo que desees pero no le enseñes la foto a nadie por favor, te lo suplico, te lo imploro.

Se  detuvo y bajó la vista a la sujeción que lo impedía seguir a delante, pareció pensárselo unos segundos antes de asentir. Dio dos palmadas y se agachó, agarró al chico por los brazos con fuerza y lo levantó del suelo para ponerlo en pie frente a el.

—    Buen chico, no te preocupes, no me interesan los chicos, no tendrás que darme los servicios extras que le das a Kai. Pero si me haría falta alguien que llevara mis cosas de deporte, me animara en los partidos, recogiera a mi hermanito cuando el entrenamiento se alargara, salir antes del entrenamiento hace que el entrenador no confíe tanto en mi por eso mi posición en el equipo no avanzó- le dijo- ¿Puedes hacer eso?— el chico asintió— también deberás acompañarme algún que otro fin de semana cuando a mis hermanitos les dé por arrastrarme al parque a jugar con ellos, no puedo negarme porque mi madre podría matarme y si te digo la verdad, es sumamente pesado dos críos de seis años.

—    ¿Algo más?— afirmó desecho el chico.

—    Ufff ¿algo más?— se rio sin poder evitarlo— ahora comprendo porqué Kai te tenía como su putita personal, con todo lo que te encargué aún pides por más. Si hay algo mas- afirmó poniéndose serio y acercándose a su rostro- en el instituto vas a mantenerte pegado a mí siempre que no tengas clase, sonreirás como si disfrutaras con mi presencia ¿quedó claro?-

Volvió a asentir. Alzó la mano hacia el chico.

—    ¿Qué?- preguntó Kyungsoo confundido.

—    Tu teléfono móvil, dámelo.

Después de rebuscar en los bolsillos de su pantalón lo encontró y se lo tendió a Sehun. Este lo agarró grabando su número después de llamarse a si mismo. En ese momento sonó la campana y se despidió con un simple adiós del que sería su próximo esclavo.

El día pasó más rápido de lo que se imaginaba, aunque tenía hambre porque no comió cuando subió a la azotea. Por suerte se libraba del entrenamiento de la tarde, al ser viernes el entrenador tenía una cita y se cambió a la mañana.

—    Entonces ¿te apuntas a la quedada con las chicas del otro instituto? —  saltó por atrás su amigo Tao nada más verlo salir por los pasillos— las de aquí ya está muy vistas.

Tao y el se habían metido en el equipo de baloncesto al mismo tiempo, y al igual que a el, Kai no le caía nada bien.

—    Por supuesto que no podrá ir, es fin de semana y tiene que quedarse con Nana y Tae como siempre— respondió Lay, el primo de Tao también miembro del equipo.

—    Pues chicos— anunció Sehun con una gran sonrisa mientras se colocaba entre sus dos amigos y colgaba sus brazos sobre los hombros de ambos— este fin de semana apuntarme a las citas y luego al karaoke porque estoy libre como los pajaritos.

—    ¿Y eso? — la voz sorprendida de ambos hizo que Sehun volviera a reírse.

—    Encontré niñera para mis hermanitos así que este fin de semana nada nos detiene.

Sus amigos dieron un grito de alegría que envolvió el pasillo de alegría en cuestión de segundos.

 

Esa noche llamó a Kyungsoo para anunciarle que tendría que cuidar de sus hermanitos, a pensar que se quejó que tenía que hacer deberes, accedió en cuanto mencionó que estaba libre para follar con Kai pero no para un trabajo.

El moreno apareció en la puerta de su casa con la mochila colgando de su hombro, y su mirada de odio brillando en su rostro.

—    Me alegra que sepas cumplir con los tratos.

—    ¿Tenía otra alternativa? — preguntó cabizbajo.

—    Si, pero al parecer no te es agradable.

Después del saludo poco amistoso, pasó al salón donde se encontró con los hermanos de Sehun jugando con la consola, una niña y un niño. La niña se giró a ver a la visita unos pocos segundos en que pudo apreciar su cabello largo hasta la cintura, sus ojos negro gigantes y unos enormes mofletes, antes de volver la vista hacia la pantalla de nuevo.

—    Ya sabéis chicos, vosotros no le decís nada a mama y el juego será completamente vuestro. Hacer caso a Kyungsoo en todo lo que diga o no habrá trato ¿Queda claro?.

Los niños asintieron sin despegar su vista de la televisión.

—    Deberán cenar a las ocho en punto, Nana detesta la leche así que ten cuidado pero ella misma te dirá que puede o no comer, en cambio Tae es muy hiperactivo así que si te pide cereales para cenar, no le dejes ponerles nada de azúcar. Después puedes dejarles la tele unas horas y que a las diez en punto se vayan a su cama. Yo llamaré al fijo a esa hora ¿de acuerdo? — Kyungsoo asintió anotando mentalmente lo que le decían— Tu dormirás en el cuarto de invitados, saldré de fiesta sobre las cinco de la mañana, le he dicho a mi madre que un amigo vino de visita así que tu presencia no va a sorprenderla por si llego más tarde de esa hora-

—    De acuerdo ¿algo más? — preguntó.

Sehun se giró a mirarlo unos segundos con una sonrisa naciendo en la comisura de sus labios.

—     ¿Te gustaría algo más que hacer? — bromeó alzando una ceja divertido.

Kyungsoo negó.

Una hora más tarde Sehun se había duchado, vestido y bajaba las escaleras para despedirse de sus hermanitos, los cuales corrieron hacia el para abrazarlo. Le dieron un beso cada uno y volvieron corriendo de nuevo hacia la consola. Se despidió también de Kyungsoo que estaba sentado en la mesa grande con todos sus apuntes desparramados.

Al principio el moreno pensó que los niños le darían problemas, pero para su sorpresa no fue así. Nana y Tae se comportaron muy bien, no gritaban mientras jugaban, algúna que otra maldición cuando los mataban y debían volver a comenzar, pero volvían a callarse.

Su castigo por no ser lo bastante precavido con Kai no le estaba costando tan caro como había pensado, solamente cortar toda relación con Kai. Aquello iba a ser una tortura para el, pero sabía en el fondo que sería un alivio para Kai, intentaba negarse aquello pero no era estúpido, y sabía que Sehun tenía parte de razón con llamarle putita de Kai.

Desde hacía seis meses que se acostaba con el capitán del equipo de baloncesto, y jamás habían practicado sexo en un lugar decente, siempre era o en el instituto, o en un hotel alejado, o en un parque en un momento en el que Kai estaba bastante caliente y le llamaba para quedar.

Sabía que tenía que dejar esa relación casi de prostitución, pero cuando Kai lo penetraba, susurraba su nombre, le decía que era el mejor en la cama con aquella voz tan seductora, su corazón se henchía y no era capaz de pensar en nada más. Era feliz con saber que era especial para el, aunque fuera en lo sexual, pero el deseaba más que sexo, quería que Kai lo amara. Lo amó mucho tiempo antes de declararse aquel día después del entrenamiento.

Pensaba que no quedaba nadie en el instituto cuando volvía cuando se chocó con el capitán mientras este salía de los servicios. Algo dentro de él le dijo que debía decirle lo que sentía ahora que el instituto estaba vacío y nadie podría verlo para burlarse, y como un rayo las palabras escaparon de sus labios. Kai lo puso a prueba diciéndole que si le gustaba que se la chupara, y el lo hizo sin pensar tirando del capitán hacia el baño, desde entonces, las veces que se la había chupado habían sido incontables terminando por acostarse juntos.

—    Son las siete y media. Deberías comenzar a hacer la cena— escuchó una voz.

Alzó el rostro saliendo de su ensoñación y se encontró con la hermanita de Sehun asomando desde el otro extremo de la mesa, todavía no era tan alta como para que toda su cabeza se mostrara sobre la encimera, así que solo asomaba la mitad de su nariz hacia arriba y sus deditos intentando alzarse mas. Miró el reloj y se dio cuenta que era cierto, se levantó rápido a la cocina y comenzó a buscar algo que darles, la niña apareció por atrás y buscó una de las sillas al lado de la isleta en medio de la cocina.

— Mi hermano no pude comer azúcar y yo tampoco tomo leche porque me pongo malita, tampoco queso, ni yogur— dijo con una voz diminuta mientras agarraba una naranja de la cesta de frutas que tenía en frente— Quiero cenar pizza, mama siempre deja pizza congelada, mi hermano también está de acuerdo.

—    ¿Y vuestro hermano os dejaría cenar eso?

La niña afirmó con ganas.

—    Aunque a Sehun no le gusta las pizzas congeladas de mama, el siempre llama al Telepizza de  Ren, Ren es amigo suyo y nos hace descuento ¿Podemos cenar pizzas de Ren? — gritó feliz dando pequeños saltos con su culo sobre la silla.

Kyungso pareció perdido ¿Quién era Ren?

—    Lo siento no conozco a Ren y tu hermano no ha dejado dinero para cenar así que serán las pizzas congeladas.

La niñita alzó los hombros quitándole importancia.

—    A nosotros no nos importa, es Sehun el tiquismiquis con la comida.

—    ¿Dónde aprendiste a decir tiquismiquis? — sonrió Kyungsoo sacando las pizzas de la neveras.

—    Mi hermano lo dice mucho, que las chicas somos muy tiquismiquis y quejicas. Por eso no me quejo mucho, así soy la chica especial de mi hermano— se rio.

Aquella niña era realmente tierna. Le indicó donde estaba todos los utensilios de la cocina, mientras le contaba cosas sobre su colegio sentada en la pequeña isleta de la cocina. Cuando la pizza estuvo echa, el hermanito de Sehun apareció por la puerta atraído por el olor, se sentó también en la isleta, pese a ser un poco más alto que su hermana, seguía siendo bajo.

—    ¿Sois mellizos? — preguntó Kyungsoo mientras comían— Como tenéis la misma edad.

—    Noooo… Mira, te cuento. Mama y papa estuvieron juntos de jóvenes y tuvieron a mi hermano mayor. Pero tuvieron problemas y se separaron. Mi hermano se quedó con mama pero visitaba mucho a papa, y hace tres años Mama y papa volvieron a juntarse pero Mama me tenía a mi con mi papa que la dejó, y Tae tenía a papa y su mama que murió-

Kyungsoo no esperaba escuchar aquella historia de unos niños tan pequeños, los cuales parecían no afectarles, porque lo contaban con toda la naturalidad del mundo.

—    Sehun es nuestro medio hermano mayor. Papa y mama decidieron volver pero Papa murió un año después que se casaran, así que adoptamos a Tae porque también quería que sea mi hermano como Sehun.

—    Deja de decir tonterías, somos los tres hermanos— se quejó el chico zampándose la pizza.

El tema volvió a cambiar, cuando se dio cuenta, habían hablado de todo.

Los hermanos de Sehun era mucho más agradable que el, no parecían irradiar ese aura oscura que vio en el jugador cuando intentó estrangularlo. Los pequeños sonreían ampliamente mientras contaban su día a día como una gran aventura.

A las diez de la noche sonó el teléfono de casa y lo agarró sabiendo quien era.

—    ¿Dígame?

—    Hola Kyungsoo ¿Ya están en la cama?

—    Si, pero Tae sigue en la cama de Nana y no parecen querer dormirse.

—    No pasa nada, pásale el teléfono a Nana por favor.

Cumplió con la orden. A pesar de saber que Sehun estaba de fiesta parecía hacerse apartado del ruido porque no se oía nada más que su voz. Entró en el cuarto y le entregó el teléfono a la pequeña.

—    Tu hermano—  dijo antes de dárselo y a la niña se le irradió el rostro agarrando el aparato y tumbándose con él.

—    Hola bicho.

—    Hola escarabajo.

—    ¿Hoy soy escarabajo? —se rio Sehun.

—    Siii… mañana serás saltamontes- se rio la niña.

Sehun también se rio, su hermanita siempre tenía un mote de insecto para el.

Kyungsoo seguía parado en el marco de la puerta con los brazo cruzados sobre su pecho, observando la escena. Nana dejó el teléfono sobre la cama, corrió hasta su escritorio y cogió un libro, de nuevo regresó a la cama junto a su hermano y cogió el teléfono, sentándose sobre el libro.

—    ¿Hoy que toca? — preguntó Sehun.

—    Hansel y Gretel— afirmó la niña sonriendo — ¿Preparado? — Puso el teléfono sobre la cama y puso el manos libres.

—      Si—se escuchó al otro lado.

Abrió el libro y las páginas se alzaron en unas figuritas. Era un cuento con ilustraciones.

—    Érase una vez una familia que… Sehun.

—    Vivía en Alaska con sus dos hijos. Una niña  gorda llamada Gretel y su delgado hermano llamado Hansel. Gretel era pecosa y se atiborraba de chocolates en cuanto su madre se despistaba…

Kyungsoo no pudo evitarlo y se tapó la boca para no reirse con la historia que se estaban inventando. Nana decía una parte del cuento original y Sehun lo alteraba completamente al igual que Tae en cuanto mencionaban su nombre, poniéndole voces  los personajes.

Hansel y Gretel no llegaron a una casa de chocolate, sino a un barco de chocolate, pero dentro había unos piratas hambrientos que intentaban devorarlos. Cuando intentaban escapar Gretel se quedó atascada en la escotilla del barco después que su hermano saliera, mientras que los pitaras intentaban devorarla las piernas desde dentro, su hermano tiraba, pero tiró tan fuerte que se tiró un pedo tan grande que los piratas murieron intoxicados al estar encerrados en un lugar sin ventilación. De ese modo consiguieron salvarse.

Al terminar Nana ya estaba bostezando, se despidió de su hermano por teléfono y Tae que se fue a su cama y fue a dejar el cuento de nuevo a su lugar.

—    Buenas noches Kyungsoo—dijo con su diminuta voz adormilada cuando se acercó a darle un beso en la mejilla.

No, estaba claro que no había sentido esa tortura que pensaba que sería. Es posible que su circunstancia comenzara a empeorar el lunes, cuando tuviera que enfrentarse a ser su esclavo personal.

Sehun regresó a la hora que había dicho y para su sorpresa no estaba borracho como la mayoría de chicos de su edad. Entró por la puerta con cuidado de no despertar a nadie, y tras revisar que todo estaba en orden se fue a su cama.

 

Al día siguiente el moreno se despertó, se encontró a Sehun en la cocina con sus hermanos haciendo el desayuno. Nana estaba subida en una silla. Llevaba un mini delantal a su medida mientras Tae estaba sumiso en su consola, Sehun estaba al lado de Nana y ambos tenían la cara manchada de harina.

—    Buenos días—  saludó al entrar con su mochila ya puesta dispuesto a marcharse.

—    Buenos días Kyungsoo, gracias por lo de ayer.

Solo asintió con el rostro féreo.

—    Bueno, me voy. Ha sido un placer conoceros chicos. Hasta otra— anunció despidiéndose de los niños, estos se giraron para despedirse.

—     Nos vemos el lunes.

Sehun pasó un fin de semana tranquilo, gracias a Dios Nana y Tae preferían quedarse en casa a arrastrarlo al parque. Amaba a sus hermanitos pero eran mortalmente agotadores cuando se trataba de jugar al aire libre y si se negaba su madre podría ahorcarlo.

Pronto llegó el Lunes y sus ganas de comenzar con el show, y su único y exclusive exportador seráia el capitán.

Mandó un mensaje a Kyungsoo en el que tenía que esperarlo en la esquina de la calle para que llegaran juntos. Cuando se lo encontró parado mirando el reloj sonrió, se acercó a el y le dio su mochila.

—    Llévame esto— ordenó caminando hacia delante.

Kyungsoo obedeció sin quejarse. Atravesaron el patio de la entrada, la gente los miraba extrañados, alguna chica que otra se acercó a Sehun para preguntarlo que hacía al lado de un chico de clase inferior y del club de matemáticas para rematar. Sehun solo afirmó que se habían hecho amigos.

Lo mejor fue cuando llegó a clase con Kai rodeado de parte del equipo, y su linda nueva novia sentada sobre su pierna mientras contaban su perfecto fin de semana. Entró con una sonrisa y Kyungsoo fue tras el con la cabeza agachada muerto de vergüenza y de miedo, sentía que en cualquier momento su corazón escaparía por su boca o simplemente le desgarraría el pecho para escaparse. 

Sehun pudo notar el cuerpo de Kai tensarse en cuanto vio a Kyungsoo a su lado, los siguió con la mirada hasta llegar a su asiento. Con una sonrisa se dio media vuelta y bajó el rostro hacia Kyungsoo que miraba al suelo y sonrió pícaramente. 

Notas finales:

Espero que les haya gustado.


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