El ángel y el loto.
Capítulo I
El escape:
P.O.V. Mu
Era de noche y estaba lloviendo, yo conducía mi auto gris y observaba las gotas caer sobre el parabrisas y brillar como diamantes en la oscuridad, mis ojos hinchados de tanto llorar, mis lagrimas amargas surcaban mi rostro y se deslizaban en contra de mi voluntad, lagrimas derramadas por aquel ser al que tanto ame.
- Saga- susurre entre lágrimas silenciosas- como fue que llegamos a esto.
Ya no valía la pena lamentarse, era muy tarde para retroceder. Dirigí mi mirada hacia el bulto en el asiento de al lado y pasaron frente a mis ojos las imágenes que me llevaron a este punto, el por qué de lo que había sucedido y la respuesta era muy clara, ahí yacía dormida apaciblemente la razón de mi existencia, la criatura más perfecta y a quien yo mas amaba, incluso más que a él.
Brittany mi hija, su carita redonda lucia serena mientras dormía, sus parpados guardando celosamente sus hermosos orbes verdes tan parecidos a los míos y su frágil cuerpecito la hacían verse como una muñequita de porcelana que podía quebrarse en cualquier instante. No, no podía permitirle a Saga lastimarla, jure cuidarla y así lo haría.
Seguí conduciendo en silencio mientras el dolor en mi costado amenazaba con hacerme desmayar, mientras reproducía una y otra vez las imágenes de la razón de mi escape.
**flash back**
- Saga amor estoy en casa- le llame mientras abría la puerta luego de pasar por Britt a la escuela.
- era hora de que llegaras, muero de hambre y no dejaste nada preparado- me grito desde la sala donde veía televisión.
- lo siento amor, no te enojes, traje comida. Es que Britt ha estado teniendo algunos problemas en la escuela y me estaban dando la queja, aquí está tu comida - me acerque dándole un beso luego de servir la comida para los tres.
- hola Saga- saludo Britt.
- ¿hola Saga?, esa no es forma de saludar a tu padre, mocosa - le reprocho Saga a la pequeña.
- no eres mi padre, mi papi Mu si lo es - le rebatió la niña mirándolo con indiferencia.
- pequeña engendro del demonio, ya verás cómo te enseño a respetarme, no soy Mu que te consiente tus estupideces - le dijo Saga mientras se quitaba el cinturón.
- ¡YA BASTA! Brittany ahora mismo te disculpas con tu padre y no me discutas - le grite a mi hija.
- pero pa…
- ¡pero papa nada! ¡Ahora!
- disculpa "padre" - dijo con todo el sarcasmo posible para una niña de 8 años y con cara de no sentirlo para nada.
- estas acabando con mi paciencia mocosa, tu y el inútil de tu papa, me largo ya se me quitaron las ganas de comer - dijo mientras aventaba el plato contra la pared y me empujaba para salir.
- ¡papi!
Brittany corría a mi lado para ayudarme a levantarme del suelo, mis manos temblaban tanto que al recoger los pedazos de cristal me corte las manos y comencé a sangrar, la pequeña me ayudo a levantarme y me acuno entre sus bracitos con tanta ternura que no pude reprimir mis lagrimas y comencé a llorar desconsoladamente.
- no llores papi, prometo portarme bien, ya no molestare a Saga, lo voy a querer para que ya no estés triste. - me dijo con sus ojitos llenos de lagrimas.
- por los dioses, solo espero que no vaya a beber - susurre mientras me abrazaba a la niña como si me estuviese ahogando y ella fuera mi salvavidas - Britt pequeña, no debes hacer enojar a tu padre, por favor hazlo por mí, por favor.
- lo prometo papi - me dijo también llorando.
Podría decirse que fue la noche más larga y espantosa de mi vida, espere y Saga no regresaba, a las 2:00 am, escuche la puerta abrirse y al entrar mi corazón se desboco, vi sus ojos completamente rojos y su falta de equilibrio.
- Saga por Dios... - susurre mientras mis ojos se cristalizaban.
- Musito, mi vida - dijo mientras caminaba hacia mí y se caía de la borrachera.
Corrí hacia él para ayudarlo, al llegar donde estaba me agarro por los hombros y me tiro al piso.
- mi Mu hermoso, ¿hace cuanto que no hacemos el amor? tienes una piel tan bonita y tu cabello huele tan rico, bésame Mu - dijo tratando de besarme.
No pude evitar sentir arcadas cuando su aliento me llego, voltee mi rostro por reflejo y sentí un dolor agudo en el cráneo, Saga me había estampado contra el suelo.
- que te pasa Mu, ¿acaso sientes asco de mi? - dijo mientras me golpeaba repetidamente en el rostro.
- Saga de... detente - suplique.
- quiero sentirte Mu, te voy a hacer el amor aunque no quieras y quiero oírte gritar, grita para mi, Mu - dijo mientras me arrancaba el pantalón.
Me agarro por el pelo y me viro bruscamente, estampándome de nuevo contra el suelo se coloco encima de mi aplastándome con su cuerpo y sin delicadeza me penetro, sentí que me estaba partiendo en dos, comenzó a embestirme violentamente mientras yo sentía algo caliente y pegajoso recorrerme entre las piernas trate de no gritar para no despertar a Brittany, Pero mientras yo luchaba por no llorar el halaba mi cabello y me daba golpes en el costado.
- llora Mu - me gritaba mientras me penetraba más y más fuerte y yo creía que moriría de dolor, Cuando vio que me negaba a gritar me golpeo la cabeza y hundió sus uñas en mi piel y no pude reprimir un alarido de dolor en ese momento pude sentir algo que me inundaba y a Saga derrumbarse sobre mí.
- ¿papi estas bien? - creí que el mundo se me caería encima al escuchar esa vocecita - déjalo, aléjate de mi papi, ¿no estás viendo que lo estas lastimando?
- cállate mocosa del demonio, te enseñare a respetar - dijo mientras salía de mi y se acomodaba el pantalón, dirigiéndose a Brittany para pegarle.
Una furia ciega me embargo y por escasos minutos no fui dueño de mi mismo, me levante y abrí el cajón y tome un revolver que había guardado y me lance sobre el sin pensar en nada mas, en mi cabeza solo estaba el eco de su voz pidiéndome que la protegiera, recordándome mi promesa "me lo prometiste Mu" decía la voz en mi cabeza " sálvala, Brittany, me lo prometiste, me lo prometiste" decía una y otra vez.
- suéltala Saga, haz conmigo lo que quieras, pero suelta a mi hija. Corre Brittany, vete y enciérrate en tu habitación - le grite a la niña que se fue corriendo mientras yo forcejeaba con Saga.
- ¿vas a dispararme Mu? - me pregunto sonriendo cínicamente.
- si te atreves a volver a tocarla te matare.
- dispárame entonces al pecho para que no falles, anda dispara - dijo mientras me señalaba burlonamente donde debería estar su corazón - dispárame, acaba conmigo, mata al hombre al que supuestamente amas - me reto.
El revólver temblaba en mis manos y mi corazón latía desbocado, escuche un ruido y voltee mi rostro Saga aprovecho esa distracción para llegar hasta mi y tratar de quitarme el revólver.
- dame eso Mu, podrías lastimarte.
- suéltame Saga.
Empezamos a forcejear y me lanzo al suelo cayendo encima de mí, tomo los restos de un jarrón que se había roto cuando caímos y me apuñalo con el trozo en un costado, entre gritos y lagrimas el arma se disparo.
Todo fue un silencio aterrador y ambos nos quedamos quietos por un momento, de pronto comencé a sentirme mareado y vi a Saga caer frente a mí, lo próximo que supe es que me encontraba conduciendo como loco, con mi hija dormida en el asiento de al lado y con el que fuera mi marido por aproximadamente 10 años en el maletero del auto.
** Fin del flash back**
Luego de dos días conduciendo por casi todo el país, logre llegar a un pueblito en el interior, allí me sentí seguro rodeado de montañas y espeso verdor.
Había estado ahorrando algún dinero sopesando la posibilidad de dejar a Saga y marcharme lejos con mi hija donde el no me fuera a encontrar, llegue a un pequeño hostal y me aloje ahí deje a la niña en la habitación mientras yo salí a buscar un lugar apartado para vivir, encontré una pequeña casita en las montañas, era muy vieja, pero lo suficientemente retirada para estar tranquilo y lejos de todo, ese se convirtió en mi refugio.
Luego de comprarle la casita a una anciana lleve a Brittany hacia la destartalada vivienda, tuvimos que llegar a pie porque era imposible hacerlo en el auto aunque tampoco quería llevar el auto hacia mi casa, el cuerpo de Saga ya comenzaba a apestar en el maletero. Regrese a casa con las pocas cosas que necesitaba y volví al auto y me marche hacia una cantera abandonada, rocié el auto con gasolina y lo queme. Volví a mi casa a pie aunque estaba muy alejado regrese caminando como penitencia por el crimen que había cometido y como una especie de retorcido tributo por el hombre al que por tantos años había amado.