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WITHOUT WORDS por Sai Ki

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Notas del fanfic:

Después de mucho tiempo, al fin vengo con una de mis parejas favoritas de A9.

Espero no se confundan con la narración y les guste esta pequeña historia sencilla pero que en lo personal es demasiado linda.

Notas del capitulo: Capítulo único que fue pensado en la madrugada. ¿Alguna vez se plantearon lo que pasó entre Saga y Nao mientras vivieron juntos? Esto está basado en mi opinión, por favor, no crean que es verdad.
El cuerpo del bajista estaba completamente sobre él, habían terminado en el suelo por una pelea causada porque el baterista había tomado una de sus preciadas púas rojas y habían estado jugando a pesar de que el bajista podía quitársela sin problema alguno.

-Saga... -Murmuró el batero bastante nervioso, siempre se había sentido atraído a él de alguna manera que no se sabía explicar, ahora que su perfecto rostro estaba frente a él sólo podía sentir los latidos de su corazón acelerarse.

El castaño le miró con atención ¿Cómo era que de pronto verle tan nervioso le provocaba ternura? Sus ojos entrecerrados, la manera en que su pecho subía y bajaba debido a la agitación y sus labios. Los labios del baterista pelirrojo le habían robado toda cordura, estaba seguro de que no se había sentido tan tentado por besar a alguien de esa manera en mucho tiempo... no pudo más.

Unieron sus labios en un beso torpe, ninguno sabía cómo llevar el ritmo, como si fuera su primera vez. Nao tomó la iniciativa al abrazar la espalda del bajista y acercarle más a su cuerpo, la necesidad de memorizar sus finos labios y los pensamientos de que quizás sería el único beso entre ambos le hizo entregarse por completo.


A la mañana siguiente actuaron como si aquel beso no hubiera ocurrido, algo bastante difícil ya que vivían juntos. Nao estaba seguro de que el castaño pronto se iría de su lado, arreglaría el problema en casa de sus padres y al fin se iría para dejar sus pensamientos enfriar. Era imposible pretender una relación amorosa con alguien como Saga y lo sabía mejor que nadie, él sabía lo cariñoso que podía portarse con tal de llevarse a una chica linda a la cama, se aburría rápido de las relaciones y si su pareja llegaba a enamorarse de él entonces era el fin del juego.

Suspiró pesadamente mientras preparaba el café, no había por qué imaginar situaciones que no podían ser.


Pero todo fue contrario a lo que esperaba.

Tanto en el estudio como al llegar a casa Saga disfrutaba de molestarlo, de ponerle nervioso y en ocasiones portarse tan cariñoso con él que le hacía avergonzar, odiaba estar tan perdido por ese bajista, siempre caía a sus insinuaciones que la mayoría de las veces terminaban en besos húmedos sobre su cuello, agitando su respiración y al final, con una media sonrisa escapaba de él diciéndole lo lindo que se veía al sonrojarse.

No fue hasta cuatro meses después que terminaron en la cama. Habían salido a beber con los demás y en un descuido de ambos la excitación los venció, no sabía si el maldito compositor lo había planeado o sólo había sido calentura del momento pero, definitivamente no pensaba repetirlo de nuevo, al diablo el dolor en la espalda baja cuando se despertó, eso no era lo que le preocupaba... estaba tan sumergido en sus pensamientos que solo notó la presencia ajena cuando su cuello fue invadido por húmedos besos.

-Eres hermoso Nao... -Había murmurando en un tono tan grave y suave a la vez que le hizo estremecer, sabía lo engañador que era el más alto y aún así decidió dar ese paso al vacío donde sólo había incertidumbre hacia el futuro, donde no sabía si era una de las tantas conquistas o el bajista realmente tenía sentimientos verdaderos por él.

-Saga, tenemos ensayo... -Alcanzó a decir con los dedos hundidos en su espalda, las embestidas en su cuerpo eran lentas pero le hacían perder el aliento de una forma inigualable, en parte porque no había tenido un encuentro hombre a hombre en el pasado y en parte porque el mencionado era una verdadera máquina de sexo.

-A la mierda el ensayo -Fue la única respuesta que escuchó antes de que sus propios gemidos le hicieran olvidarlo todo, sus cuerpos se adaptaban tan fácilmente uno al otro que pensó el castaño sería su compañero de toda la vida.


El tiempo transcurrió sin espera, no le dejó ordenar sus pensamientos y para cuando quiso confesar sus sentimientos, Saga había regresado con sus padres.

"Entonces comprendí que para Saga yo solo había sido diversión del momento."

Sin embargo, la amistad nunca terminó, aunque nunca hubieran sido claros, ambos tenían la certeza de que para cualquier ayuda que necesitara el otro, podían correr a sus brazos y sería bien recibido.

Se notaba el amor que Nao profesaba al castaño, sus sonrisas nerviosas cuando el más alto le ponía atención, incluso su risa cuando llegaban a abrazarse. Todo delataba que se había enamorado y el bajista lo sabía, siempre lo había sabido.

Creyó que si se acostaba con él quizás calmaría el agitado corazón del batero pero sólo pudo entender lo mucho que le gustaba su cuerpo, perderse en su interior, escuchar su nombre salir de sus enrojecidos labios, la facilidad con que aceptaba estar a su lado le había abierto por completo los ojos, no se merecía estar con él, no había razón para pensar que podría ser buen amante con el pelirrojo, porque no tenía sentimientos por él, sólo era atracción física.

Pero cada mes que habían estado separados le extrañaba más, cuando le hacía el desayuno, su cara al dormir, la manera cálida en que le abrazaba y su escandalosa risa era lo que más buscaba de Nao; por eso a veces tomaba la iniciativa de invitarlo a comer, de llamarle por teléfono sólo para hacer comentarios tontos con tal de escuchar su voz sólo para él.

"Quizás me había enamorado sin darme cuenta."

Verle tan amigo con Hiroto le encelaba en sobre manera, no podía creer como ese enano rubio lograba sacarle sonrisas que ni él había logrado y cuando notaba que los observaba siempre lo miraba despectivo. ¿Quién se creía ese guitarrista? Estaba seguro de que no conocía a Nao ni la mitad que él y se burlaba con una sonrisa, seguramente por la mente del guitarrista pasaba Saga es un idiota.

Pero ¿Podía negar serlo? Claro que era un idiota, se había alejado cuando más necesitaban estar juntos, había huido de esos sentimientos encontrados y le había roto el corazón a Nao. Era un hijo de puta.


-Saga... qué sorpresa verte, si me hubieras avisado que vendrías hubiera preparado algo de comer, pasa -Esa sonrisa, cómo le había extrañado. Había estado semanas pensando si debía ver al batero y al fin se había decidido a confesarle sus sentimientos, al diablo si le rechazaba o le negaba su amistad, necesitaba decírselo a como diera lugar.

-Naoshi... -Murmuró abrazándole con fuerza, dejando sin palabras al mencionado que apenas había podido cerrar la puerta se veía acorralado contra la pared entre sus brazos.

-Sagashi... -Cerró los ojos rodeando sus costados como solía hacer, apoyando el rostro en su pecho, escuchando la respiración ajena y los latidos de su corazón. No había podido enterrar todos esos sentimientos y cada que le abrazaba más lo entendía, seguía enamorado de Saga y quizás lo estaría por el resto de su vida.

-Quería verte... -El batero sonrió con suavidad regalando suaves caricias en su espalda, quizás le había ocurrido algo y necesitaba el apoyo que sólo como amigo él le podía dar-. Te he extrañado todo este tiempo, quiero estar contigo como antes...

-Sabes que esta siempre será tu casa, Sagashi.

-No hablo de eso, Nao -Se separó y fijó sus ojos café en los del ahora rubio, notaba la sorpresa en su mirada así como la curiosidad por saber lo que tenía para decirle. Humedeció sus labios pensando en cómo decirlo, de pronto todas las palabras que tenía para él se las había llevado el viento y le había dejado con la mente en blanco, no podía formular palabras cuando le miraba tan de cerca, no podía hacerlo mientras miraba sus facciones, no mientras sentía sus dedos en la espalda, no cuando le veía sonreír. Esa sonrisa... Lo sé todo.

Las palabras sobraron en ese instante, había subestimado todos esos años de amistad. Claro que Nao había entendido que al fin sus sentimientos eran correspondidos, bastaba con verle la mirada llena de decisión pero su corazón le indicaba que estaba nervioso.

Un simple roce entre sus labios, como hacía tiempo.

Todo había comenzado con una mirada, aquella vez entre juegos cuando terminaron en el suelo había bastado una mirada para poner su mundo de cabeza y ahora no era distinto, ese cariño había crecido entre los dos y ahora cultivaban amor, no necesitaban palabras cuando su corazón hablaba por ellos.
Notas finales: ¿Qué les pareció?
Seguramente pensaron que Saga era un maldito pero al final estaba tan confundido como Nao~
Espero sus comentarios y las observaciones son más que bienvenidas.
Hasta la próxima.

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