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You drive Me crazy por SopasuperWay

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Notas del fanfic:

Me disculpo, enserio por no haberlo subido el día de ayer, realmente lo siento.

Merezco lo peor lo se TT.TT Lo siento. Pueden perseguirme con antorchas y palos.

Lo siento mucho!! 

Este fic esta creado para celebral el maravilloso  Hikari Month!! Y para todas(o) aquellos que sean amantes de esta hermosa pareja .

 

 

Notas del capitulo:

El resumen es un asco...  :c 

Los personajes no me petencen son priedad del Tadatoshi Fujimaki

Me disculpo por las ultimas escenas, me confundi un poco al escribirlas. 

Al salir de su trabajo Kagami se dirigía  a comprar un hermoso ramo de flores para su novio ya que este día era su fecha de aniversario queriendo disfrutar el maravilloso momento, aprovechando que su jefe  por primera vez lo dejo salir temprano de su trabajo.

Recordando a una pequeña florería que quedaba cerca del tren que tomaba, por lo que decido ir, además que le quedaba de paso a casa, la florería era pequeña pero hacia acto de presencia ya que con solo ver la simple fachada te llamaba la atención, esta tenía un gran ventanal en el cual desde afuera se podía apreciar con claridad las hermosas flores que este lugar vendía y cerca de este ventanal tenía una banca con unos hermosos detalles hechos a mano.

Al entrar a la tienda choco con una campana puesta en la entrada del local, vislumbrando a un hombre de estatura promedio con una piel clara y un cabello de  tonalidad extraña al ser de color celeste que ayudaba a una dulce ancianita a escoger unas flores, por lo que pensó que este quizá era el dueño de la tienda.

— ¿Puedo ayudarle en algo? —Dijo el peli celeste, enfrente de Kagami.

—AH!! P-pero si tú estabas con la señora  ¿cómo es que estás aquí?

—A sí, me encontraba con la señora pero escuché la campanilla zona y voltee para ver quién era.

La pequeña ancianita solo se rio en voz baja al ver empalidecido al pelirrojo, por lo que esta le dijo al peli celeste que no se preocupara,  ella iba a seguir viendo las flores por su cuenta y que ayudara a aquel chico, el peliceleste acepto y dejo a la pequeña ancianita pero antes de que este fuera capaz de decir algo fue interrumpido.

— Oí! Tetsu ya no espantes a los clientes de ese modo, por eso se van. Si quieres yo me hago cargo de él y tu sigue ayudando a la señora.

—Está bien, gracias Aomine-kun —dijo tranquilo.

Kagami  recuperando su pobre alma que había dejado a su cuerpo por el tremendo susto que le dio aquel peliceleste, se giro para ver al otro, topándose con un chico alto aproximadamente de su misma complexión aunque un poco más alto que el, con una hermosa piel morena y unos ojos como al zafiro, por un momento se quedo embobado  al verle ya que no dejaba de inspeccionar cada rincón de este chico, haciendo que sus mejillas se tornasen coloradas tomando un rojo intenso asemejando el de su cabellera.  El chico de cabellera azul se le acerco algo extrañado por cómo se encontraba este.

— ¿Y qué es lo que quiere? 

Kagami no logro escucharlo bien ya que estaba anonado con los labios de este, por lo que el contrario opto por tomarlo de los hombros y sacudirlo abruptamente. Este al ser sacudido salió de su trance.

—Ah… Lo siento, no estaba prestando atención.

— ¿Entonces?  — preguntó arrógate 

— ¿Qué?

—Nada de ¿Qué? Si no me va a decir que es lo que quiere  mejor vallase y no me haga perder mi tiempo, ya que hay muchas personas —dijo señalando el lujar que estaba completamente vacío.

—Ja!? ¿Cómo le hablas de esa forma a un cliente? Y cabe decir que no hay muchas personas en esta tienda.

—Y eso a ti que te importa.

—Pues nada, pero soy un cliente y me tienes que tratar bien.

— ¿¡Y si no quiero eh!?

—Aomine- kun, por favor trata bien los clientes interrumpió el peliceleste, mientras atendía en la caja a la viejita de antes.

—Jojojo! Rio la ancianita de forma picara —Los jóvenes de ahora sí que tienen mucha energía.

— ¿A qué se refiere señora?  — cuestiono el pelirrojo.

—Nada… nada jovencito  —contesto la señora — Y tu hijo cuida bien de este muchacho parece una persona muy valiosa — le dijo la señora al moreno.

—E-espere no se de lo que está hablando señora yo ni conozco a este persona.

 —No te hagas mijito, a si que ayúdale y se amable con él.

—Bien gracias por su compra señora.

La pequeña ancianita dio gracias y se fue del local, sin antes tomarlos de las manos dándole su bendición a ambos.

— ¿Qué significa eso señora? —Cuestiono un poco extrañado Kagami.

—Solo quiero darle mis bendiciones y felicitaciones a ambos.

—Mm… ¿Que quiere con eso?—Pregunto el de piel morena.

—Pues ya sabe  a lo que me refiero —Respondió pícaramente, dando leves codazos al brazo del  peliazul.

Kagami  no logro entender la indirecta de la ancianita pero por el contario el otro si lo pudo percibir, haciendo notar un leve sonrojo en este.

—Aomine-kun ¿Por qué estas rojo?

—Eh! Es cierto ¿Acaso te dio temperatura?

— ¡Cállate idiota! —Es que acaso no entendiste lo que dijo la señora — Y tu Tetsu no hubieras preguntado eso.

—Lo siento Aomine-kun.

— ¡Dime! ­—Interrumpió el pelirrojo.

— ¿¡Acaso eres idiota!?

—No ¿por?— Dijo ladeando la cabeza —Espera un segundo, ¿! Por que rayo me insultas!?

—Ya veo que si lo eres. A lo que se refiere es que tu y yo parecemos pareja—Dijo avergonzado

— ¿Ja? Yo no saldría con esta persona, además ya salgo con alguien señora.

—Oh! Ya veo que mal,  creo que lo malinterprete.

—Además yo no saldría con este tipo aunque estuviera soltero—Agrego el de piel morena, aunque por dentro sentía una extraña opresión es su pecho.

— Creo que ya es hora de irme “esto se pondrá bueno” —pensó la señora—  Gracias Kuroko-kun.

—No hay de que señora Maji- san.

Los chicos mientras tanto, seguían discutiendo acerca de por qué no saldrían con el otro, hasta que Tetsu, se acerco a ambos diciéndoles que realmente parecían una pareja, cosa que molesto a los dos, aumentado más  su discusión pero esta vez contra el peliceleste, mirándolo fijamente de mala gana, pero este no le tomo importancia dándoles la espalda  mientras se le dibujaba una media sonrisa poco visible.

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Al final Kagami termino comprando un ramo de peonias, camelias y tulipanes rojos, aunque nunca creyó que el  moreno  le iba a ayudar puesto a lo ocurrido con la ancianita, pensado que aquel  lugar y personas eran un poco extrañas recordando al moreno  con su mal carácter pero omitiendo todo eso tenía un buen gusto y era bien parecido, aunque también se encontraba aquel chico de complexión pequeña y con un aura misteriosa causándole un micro- infarto.

Una vez llegando a su departamento, dejo sus llaves y zapatos en el lobby,  entrando de manera silenciosa tratando de no hace ruido, acercándose a la cocina para preparar la comida favorita de su pareja, recordando que este había  trabajo hasta tarde llegando por la mañana y no había dormido mucho.

Una vez terminada la comida, opto por ponerla en una charola junto con las flores que compro anteriormente acomodando una pequeña caja, sigilosamente se acerco a la puerta  tirando del mango. Este tan solo se quedo estático sin decir palabra alguna al ver tal imagen  y con lágrimas en sus ojos recorriendo  su rostro salió corriendo rápidamente de su departamento tirando la charola  dejado a la vista un anillo.

 No paraba de correr, por toda la cuidad, de tan solo recordar de cómo  encontró a su novio, hasta que termino chocando con algo duro provocando que se callera, al levantar su vista logro ver a un hombre de piel morena, captando que este era el mismo florista de la tienda.

— Oye que te pasa idio… —  Se detuvo al ver que se trataba de aquel chico de la tarde, viendo a este tirado en la acera.

Sintiéndose incomodo por la mirada del otro, opto por mejor levantarse e irse de ahí ya que esta persona era la que menos se esperaba volver a encontrar y mucho menos en las considerando su estado deplorable . Colocando sus manos como apoyo en el suelo se levanto lentamente por el dolor causado en su trasero, sacudiendo sus manos, caminado como si nada hubiera pasado tratando de alegarse lo antes posible.

— ¡Espera! — Grito el moreno tomando del brazo a Kagami

— ¡Déjame en paz! — Suéltame —Esto no te incumbe.

—Tienes razón, esto no me incube —Dijo lastimosamente soltado al pelirrojo de su agarre. —Lo siento

Kagami comenzó a caminar, alejándose de la vista del moreno adentrándose  entre la multitud, limpiándose las lagrimas que no dejaban de caer de su rostro.

Aomine al ver el estado en el que se encontraba el pelirrojo se quedo estático por tal situación preguntándose por que tenía ese aspecto,  si hace poco estaba feliz por ver a su novio a su dichoso novio.  Por acto de reflejo empezó a seguirlo, buscándolo entre la multitud, hasta que por una esquina le vio cruzando la calle. Desmesuradamente corrió hacia él, aunque tratando que este no lo notase.

Lo siguió hasta que empezó a oscurecer, notando que se detuvo en un estrecho callejón dando vuelta hacia este, comenzó a caminar rápidamente hasta toparse  con unas escaleras que iban hacia abajo, llegando a una puerta que se encontraba a la derecha de estas en el fondo, notando que era un bar. Logrando ver al pelirrojo sentado en un taburete bebiendo una copa de vodka en el mostrador, acercándose cauteloso para que este no le viera , a unos cuantos taburetes lejos, tomo asiento pidiendo la misma bebida que el.

Pasaron las horas y ya eran las 2:45 de la mañana, sin quitarle la mirada de encima noto como un hombre de complexión corpulenta se le acercarba al pelirrojo,  que se encontraba ebrio  y este no ponía resistencia alguna a tal acto, el peliazul enfurecido por su comportamiento se levanto encarando a aquel hombre advirtiéndole que no se le ocurriera ir más lejos  con su acompañante.

Aomine tomo por la cintura al pelirrojo dejando en claro con un beso que este era solo de su propiedad, con una ferviente mirada molesta observó a aquel tipo, que huyo al ver al moreno molesto.

— ¿Oyes espera que te pasa?  ¿Tú qué haces aquí? ¿A caso me has estado siguiendo?

—Sí,  tienes algún problema  —dijo molesto.

— ¡Lo tengo! —Dijo tambaleándose ebrio.

— ¡Dime¡ ¿¡Por qué carajo estas así!?—ordeno, apretando el agarre hacia este.

— ¡Suéltame! —Grito, tratando de zafarse —No tengo porque decírtelo.

—Si no me lo dices por las buenas, los harás por las malas.

Apoderándose por la fuerza a Kagami, el peliazul los subió a sus hombros tomando posesivamente su trasero sin soltar el agarre hasta que ambos llegasen a su casa.

— ¡Oye! ¡Donde carago estamos,  ¡déjame ir!

—No lo pienso hacer, además estamos en mi casa.

Llegando a la entrada dejo sus zapatos tirados en esta, dirigiéndose a la habitación del moreno.

—E-espera, que piensas hacer conmigo —Dijo pataleando

—Sa-car-te la verdad —zurro a su oído, provocando un leve  gemido por parte del pelirrojo,  apropiándose de su cuerpo.

—E-es… Anhg!

— ¿Te gusta no es a si? ­—dijo juguetón.

—Mghn! D-donde crees que estas tocando…

—Sí, no quieres que te ponga más duro de lo que ya estas, dime ¿quién te hizo eso?

—Ah...! —Gimió el pelirrojo al sentir como la mano morena tomaba su miembro prisionero apretándolo con fuerza, provocándole un intenso dolor y placer, dejándose llevar por el contacto con el moreno, subió sus manos al pecho contrario comenzó a tocarlo, mientras pasaba su mano derecha jugueteando con el pezón de este, sacando un gemido por parte del peliazul .

— ¿A-ahora quien es el que esta duro? —Cuestiono.

—Así que te gusta jugar sucio, bien pues aprende cuál es tu lugar…

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Por la mañana.

—EH? Qué rayos hago aquí, espera hay una cabellera azul, ¿¡Pero qué!?

—Shh… No me dejas dormir idiota.

—EHH!! Pero si eres tú… Tú, el de la florería.

—Tks! Tan temprano y estas gritando de nuevo, que ruidoso eres, son las 5:27 de la mañana, déjame dormir.

—Dormir, tú quieres dormir

—Duh… Es lo que acabo de decir

— ¡No vas a dormir hasta que me digas lo que sucedió!

—Pero que pesado eres si tanto quieres saber te lo diré —Tuvimos sexo, y realmente te pusiste como un tigre, Taiga.

—Eh! No es verdad.

—Sí, no me crees compruébalo tú mismo, mira por debajo de las sabanas.

—No voy a c-caer en tu trampa idiota ¡olvida todo lo que paso la noche anterior!—Dijo inquieto

—Ash… Pero que malo eres, si estuviste genial con esas expresiones, rogando por mas, y más  provocaste que me corriera dentro de ese cuerpo lascivo — ¿Oh es que no puedes recordar?

— ¡Cállate! No quiero escuchar más de eso,  no recuerdo que haya sucedido.

—Entonces, aceptas que no recuerdas nada.

—C-claro que no, no dije eso.

—Pero claramente dijiste “no recuerdo que haya sucedido”

—Olvídalo, yo ya me voy.

—Qué triste, y yo que quería continuar por la mañana.

— ¡Eso jamás paso! —Dijo levantándose de la cama mostrando su desnudes al moreno, tomando su ropa tirada en el suelo. Con la cara enrojecida tratando de  cubrir su cuerpo, poniéndose los bóxer rápidamente, yéndose de la casa del moreno.

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Pasando varios días después, Kagami  fue la florería, recordando que tenía que regresarle cierta cosa a un individuo, que tomo por accidente.

—Ho! Viniste a entregármela, y yo que pensaba que te la iba a quedar como un recuerdo.

—Tómala ­—Dijo estirando su mano con una bolsa —Y entrégame la mía.

—Está bien, aunque no creo poder hacerlo.

— ¿Por qué?

—La llevo puesta.

— ¿¡Que!? Eres un idiota pervertido.

—Sí, soy un pervertido. Aunque no creo ser como tú, que confunde su ropa interior y toma la de otros —Dijo guiñando su ojo.

—No lo hice a propósito —Eso es todo, ya me voy.

—Uh… No recuerda absolutamente nada —Dijo decepcionado.

 

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Flashback

En esa misma noche.

—E-es… Anhg!

— ¿Te gusta no es a si? ­—dijo juguetón.

—Mghn! D-donde crees que estas tocando…

—Sí, no quieres que te ponga más duro de lo que ya estas, dime ¿quién te hizo eso?

—Ah...! —Gimió el pelirrojo al sentir como la mano morena tomaba su miembro prisionero apretándolo con fuerza, provocándole un intenso dolor y placer, dejándose llevar por el contacto con el moreno, subió sus manos al pecho contrario comenzó a tocarlo, mientras pasaba su mano derecha jugueteando con el pezón de este, sacando un gemido por parte del peliazul .

— ¿A-ahora quien es el que esta duro? —Cuestiono.

—Así que te gusta jugar sucio, bien pues aprende cuál es tu lugar…

—N-no, no la hagas.

Una traviesa boca comenzó a acercarse al miembro del pelirrojo, dando castos besos a este que poco a poco hacían que de endureciera, dándose a conocer con la pantera.

—Pero que hermoso es.

—C-aallate… I-idiota.

—No vas a poner resistencia ninguna.

—Agh… ¡Solo sigue!

— ¿Aunque  estés engañando a tu noviecito conmigo?

—Detenté —Dijo Kagami  serio, al recordar la escena que vio de su novio con otro hombre, las lagrimas comenzaron a caer por todo su rostro, llenándolo de melancolía y tristeza.

— ¿Qué es lo que te sucede? solo era una broma, no te iba a hacer daño.

— ¿Solo una broma? A sí que tu también,  solo soy un juego. Duele que te lo diga un completo extraño.

—No, no me refiero a eso.

— ¿Entonces? ­—Pregunto el pelirrojo con sus rostro lleno de lagrimas y las mejillas enrojecidas.

—Solo t...Tenía curiosidad, cuando chocaste conmigo — ¿Solo deja de llorar si? Me haces sentir mal.

—Pero…

—Nada, ven aquí —Dijo abriendo sus brazos, mientras se acercaba el pelirrojo a estos, acobijándolo con un abrazo. —Solo dime, que paso.

—No, no puedo.

—Si puedes, es mejor que lo digas a alguien, para que no cargues con ese peso. Además es lindo rostro se ve feo cuan llora.

—Esto no es juego, deja de hacer tus bromas.

— ¿Ya ves? Dejaste de llorar —Solo dime.

—Eres un extraño. Apenas te acabo de conocer.

—Pero este extraño, te hizo sentir muy bien.

—No se puede hablar seriamente contigo.

—Bien, ya me callo.

— ¿Lo prometes?

—Si lo prometo —Dijo dando su menique al contrario. — Por el menique

—Eso es infantil.

—Pero lo prometí, a si que ya me puedes contar.

—Está bien —Afirmo el pelirrojo ocultando su rostro en el pecho del moreno. — Después de salir de la tienda, me dirigí al departamento que compartía con mi pareja, me encontraba feliz porque este día era nuestro 5º aniversario  y quería hacerle algo especial por el a si que le prepare su comida favorita, y la puse en una charola para llevarla a la cama, ya que el había trabajado hasta tarde y se encontraba durmiendo, bueno eso es lo que creí yo. —Las lagrimas volvieron a recorrer el rostro del pelirrojo mojando el pecho del peliazul que con delicadeza subió su mano hasta este frezándolo a encararlo,  acerco su pulgar a la cara de este,  secado sus lagrimas.

—A si que eres del tipo romántico. Mm… Que interesante 

—Ahí vas de nuevo, no debí habértelo contado.

—Está bien lo siento de nuevo, mejor duerme —Fue lo último que dijo al caer rendido dormido cerca del pelirrojo.

Fin del Flashback

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—Bien pues, no dejare pasar esta oportunidad de nuevo. — ¡Tetsu!

— ¿Que quieres Aomine-kun?

—Te encargo la tienda, cuídala bien y no espantes a los clientes.

—Siempre me encargo de todo, ten suerte Aomine-kun.

Aomine salió de la tienda en dirección hacia el pelirrojo, viendo a este llamar por teléfono con un rostro feliz, acercándose a este tomo el celular, arrebatándolo de su dueño.

—Que le pasa… —Se quejo el pelirrojo

—Ven, conmigo tengamos una cita.

—Otra vez tu, ya te deje tus bóxers —Dijo el pelirrojo al notar que este era el moreno. —Dame mi celular.

—No quiero, ¿con quién estabas hablando?

—Eso no te importa, solo entrégamelo.

—No.

—Que me lo regreses. —Dijo el pelirrojo al ver al moreno que comenzó a teclear en celular.

—Toma —Se lo entrego el moreno.

— ¿Que le hiciste, a mi celular?

­—Nada malo, solo agregue mi número.

—Pues lo voy a borrar—mientras desbloqueaba este notando que solo tenía en número. — ¡QUE ACABAS DE HACER! —Grito haciendo que todas las personas voltearan a ver qué era lo que estaba sucediendo, murmullando que era una pelea.

Aomine al notar eso, jalo al pelirrojo para ir a un lugar más tranquilo.

— ¿Ya podemos detenernos?

—Ah cierto. Como siempre tan ruidoso.

—No lo soy  y fue tu culpa. ¿Qué hacemos en este lugar? —Dijo extrañado el pelirrojo.

—Es un parque, que no lo ves… duh!

—Sí, sé que es un parque idiota.

—Pues estamos aquí para tener una cita.

— ¿Por qué tendría un cita contigo? Nunca acepte, y para colmo no se tu nombre.

— ¿Enserio? Yo creí que te lo había dicho, bien me presentare: Soy Aomine Daiki y mi tienda pues ya la conoces ¿no? Como vez es una florería.

—Es tu tienda, yo creo que era la de aquel chico peliceleste.

— ¿Quien? Tetsu, no para nada. Solo trabaja medio tiempo aunque siempre se la encargo.

—Eso sí es una sorpresa, nunca creo que tenias cerebro, ahora me toca a mí, Mi nombre es Kagami Taiga y trabajo en un restaurante.

—Sí, lo se

— ¿Como lo sabes?

—Cuanto te quedaste a dormir en mi casa, vi una tarjeta de presentación y la tome.

—Era de esperarse de ti.

—Dejando las formalidades ¿a dónde quieres ir?

—Ya te dije que nunca acepte salir contigo. —Dijo el pelirrojo negarse hasta que en el vacio parque se escucho algo rugir.

—Jajaja! Te comprare lo que quieras.

—No lo necesito.

—Pero, no fue lo que sonó tu estomago quizá.

—Si lo fue, no necesito que me compre comida yo tengo mi propio dinero.

—Bien te acompaño.

Aomine se fue caminando junto al pelirrojo siguiéndolo  para ir a comer, mientras peleaban en el transcurso como dos niños pequeños, todas las personas se le queda viendo, ya que su altura no pasaba por desapercibida.

—Bien ya llegamos

— ¿Maji Burger ?

—Sí, algún problema  ve y busca un lugar, al menos  sirve de ayuda.

—Está bien, pero yo voy a querer 5 con salsa teriyaki .

—Bien pues dame el dinero.

—No me las vas a comprar.

—No —dijo extendiendo la mano.

—Pero que tacaño eres, aunque te amor esta noche? ­—Dijo coqueteando mientras tomaba su mano y la besaba.

—Estás loco!  No hagas eso en público.

— ¿Pero si puedo hacerlo en privado?

—No, no puedes.

— ¡TACAÑO!

—Bien, bien te la comprares si dejas de molestar, ve i busca un asiento.

Kagami se acerco al mostrador pidiendo una orden e 5 hamburguesas con teriyaki y otra orden grande de  hamburguesas, dejando sorprendida a la joven chica de la caja, mientras tanto Aomine no le quitaba el ojo encima, viendo como este buscaba una cosa en sus pantalones frenético.

—Lo siento mucho, me puede esperar un segundo —Dijo el pelirrojo.

Avergonzado fue a donde se encontraba el moreno.

—Oye

—Que pasa y las hamburguesas.

—Préstame dinero, luego te lo pago.

—Que, acaso no dijiste que tenías tu propio dinero.

—Sí, lo dije pero no encuentro mi cartera.

—Bien yo voy por ellas tu quédate sentado, aunque con una condición

— ¿Cual?

—Si cuando terminemos de comer, me puedo quedar a dormir en tu casa, es justo tu dormiste en la mía.

—Está bien —Dijo molesto.

Aomien se dirigió al mostrador pagando las hamburguesas que había pedido el pelirrojo, viendo como la señorita llevaba una gran charola repleta de quien sabe cuantas hamburguesas. Con ambas maños llenas regreso a donde se encontraba en pelirrojo dejado todas sus hamburguesas en la mesa.

—Como que comes mucho.

—Si tienes algún problema.

—No mucho, seguirás siendo atractivo aun cuando engordes.

—Idiota, yo nunca he podido engordar.

—Bien pues no lo sé —Dijo, acercándose al asiento de este frotando su barriga.

—Que crees que haces.

—Solo reviso su podremos tener hijos.

—Pero que te pasa, si llevamos poco de conocernos.

Al terminar sus hamburguesas los dos, dejando sorprendido el pelirrojo al moreno por la rapidez con la que comía, mas la cantidad que le cabía en el estomago, ambos se dirigieron a la casa de el de piel clara.

—Bien ya llegamos.

—Viven en un departamento, es muy grande —Dijo sorprendido al ver el tamaño de este.

—Si pues no me quejo.

—Que bien.

Al pasar en tiempo, ambos comenzaron a chalar de tonterías acerca de sus vidas, y mas con la historia que Aomine le conto de su temor a las abejas provocando que el pelirrojo no dejara de carcajearse con eso, molestándolo una y otra vez con un pequeño peluche de abeja que tenia , persiguiéndole por todo el departamento. Al terminar su persecución  optaron por jugar un rato los videojuegos en donde Aomine había perdido varias veces argumentando que le dejo ganar ya que él es todo un máster en eso. Pasaron un buen rato divirtiéndose y pelando como niños por temas sin sentido, hasta que ambos quedaron dormidos.

 

  Todos los días Kagami pasaba por el trabajo de Aomine solo para saludarle y salir a comer, o caminar simplemente por el parque a ver como los niño juegan, se convirtió una costumbre para ambos ir a verse el uno al otro, con malos pretextos acerca que solo pasaban por ahí o que era una mera coincidencia, aunque claramente sabían que no era a si pero aun seguían diciendo escusas.

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 Al día  siguiente cuando Kagami iba camino a la florería del peliazul  a este lo vio por la ventana  con una chica muy acaramelada de pechos extremadamente voluminosos, conversando con cierta familiaridad, mientras este sonreía con cada cosa que decían. Al ver que el moreno alzo su mano, posándola delicadamente en la cabeza de la chica prefirió no entrar en la tienda, dando media vuelta, yéndose del lugar.

 —Kagami-kun vienes a ver a Aomine-kun —Pregunto el chico

—Kuroko no te había visto, no me mandaron a comprar un artículo por aquí.

—Ah! Ya veo, no quieres pasar.

—No lo siento, tengo que regresar al trabajo, será la próxima vez.

—Está bien Kagami-ku , hasta luego ­

Kagami se volvió cercano a Tetsuya, ya que él iba constantemente a la tienda, llegando a hacerse amigos, aunque nunca podría acostumbrarse a la poca presencia de este, terminado teniendo  micro infartos. Por lo que pudo notar que el pelirrojo no estaba bien.

—Aomine-kun

—Tetsu! Qué bien que ya llegaste. Quítamela por favor.

—Tetsu-kun!! —Grito una chica amorosamente

—Momoi-san

—Vine por ti, pero Dai-chan me dijo que no estabas.

—Ya veo —Dijo el pelicelste pensativo

— ¿Que pasa Tetsu?

—Es solo que vi a Kagami-kun

—¿Lo viste?¿ Donde esta? No vino contigo

—No, me dijo que tenía mucho trabajo, aunque Aomine-kun estaba un poco extraño Kagami-kun.

— ¿Por?

—Creo que malinterpreto la situación con Momoi-san,  es mejor que hables con él.

— ¿A donde se fue?

—Se fue a la estación.

—Gracias Tetsu.

 

—Kagami! Espera

— ¿Aomine ?

—Lo siento mucho, lo que viste no es lo que tu pensabas me lo conto todo Tetsu. Ella solo es una amiga de la infancia.

—Ya veo….

—Enserio, te dijo la verdad.

—Sí, te creo.

—Entonces por qué estas extraño.

—No es nada, creo que estoy cansado.

—Dime por favor Kagami.

—Es solo que estoy confundido, sentí algo extraño al ver como acariciabas su cabeza y le sonreías y no pude soportarlo.

—A sí que estabas celoso

—Creo que si

—Estoy feliz —Dijo abrazando al pelirrojo

—E-espera… Porque me abrazas

—Porque estoy feliz, de que sea correspondido —Te veía todos los días cuando caminabas a la estación y poco a poco me empecé a interesar en ti. Y en el momento en el que entraste a la tienda, me sentí tan emocionado pero le dijiste a la señora que tenías novio. Y me moleste, pero en se mismo  cuando me tope contigo. Y te vi llorando, a sique me preocupe.

—¿Y decidiste tomar provecho no?

—Claro que no me aproveché de ti esa vez Bakagami… Antes de que pudiera hacer algo, te pusiste a llorar como magdalena —además te amo —Dijo sonrojado hasta las orejas.  

Esa vista fue la más hermosa que pudo tener, al ver al que ahora es su amante.

— Ah! Qué bien se siente poder conseguir lo que quieres.

Aunque estaba claro que eso no podía  durar mucho, si no fuera por esa arrogante actitud de la que igualmente se había enamorado.

—Yo también te amo Ahomine.

Notas finales:

Acepto criticas y sugerencia.

Perdon por cualquie erro o inchoerencia.

Bye.


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