Agarro sus caderas mientras él se auto-penetra con mi polla, su cuerpo está sudoroso y sus ojos perdidos en el placer que está sintiendo, su boca está entreabierta lanzando gemidos y por la comisura de sus labios un hilo de saliva corre hasta desaparecer en su mentón, su cabello negro apenas se mueve y sus mejillas pálidas están sonrojadas por el acto que está cometiendo. Lo atraigo hacia mí y beso sus labios, sujeto con mis manos su polla que está erecta y comienzo a masajearla.
- Ahhh... más... Kensei... - gime en mi oído-. ¡Dame... ah...más fuerte... ahhh... quiero más!
Y como si sus palabras fueran órdenes, alcanzo con mi mano un consolador negro de gran tamaño, lo coloco en su entrada notando como va aceptando el buen pedazo de plástico dentro suyo, tomo el control y subo la intensidad al máximo, el consolador comienza a moverse dentro de su interior y yo lo siento ya que sigo dentro suyo y él sigue moviéndose para que mi polla lo siga penetrando. En el momento que él se alza para sacar mi polla, con un rápido movimiento empujo sus caderas hacia abajo logrando que toda mi carne se hunda en él y que el consolador entre en lo más profundo, minutos después estallo en su interior y él en mi abdomen.
- Ken... sei... ahhh... quiero más... no lo saques - hago caso omiso a sus comentarios y salgo lentamente de él, empiezo a vestirme y veo como todavía sigue en el suelo con mi semen que sale de su palpitante entrada.
- Soujiro... déjame sacarte el consolador.
- ¡No! - cierra sus piernas y su rostro forma una mueca de placer.
- Vamos Soujiro, falta una hora para tu encuentro - abre los ojos sorprendido y creo que recién recuerda que tiene un importante compromiso.
- ¡Kensei debe estar esperándome! - hago que abra las piernas y le extraigo el consolador que ahora está lleno de mi semen.
- Sí, recuerda que Kensei es quien quieres que te folle, no yo - él me sonríe y yo solo me dedico a recoger todo el desorden que hemos hecho.
- Lo siento Renji, pero estar contigo es demasiado placentero.
- Yo solo ayudo a las personas, no tengo ningún interés en relacionarme con alguien.
- Algún día encontraras a la persona que quisieras que esté en tu cama - se levanta para ir vistiéndose y en el instante que se gira lo asesino con la mirada-. Bueno, a la persona que te cautivara... así como a mí me paso con Kensei.
- Soujiro se te hace tarde.
- Verdad - lo acompaño hasta la puerta y él corre hasta fuera para mirarme con burla-. ¡Adiós, terapeuta!
Lo veo irse con prisa a su encuentro con su novio. Tal y como Soujiro dijo, yo soy un terapeuta pero, un poco diferente... yo ayudo a personas que tienen problemas sexuales con su pareja o sin ella, o si quieren buscar una, yo les ayudo dándoles alguno consejos y haciéndoles que pasen un momento en donde pueden poner a prueba lo que quieren hacer cuando tengan a su objetivo frente a ellos.
Ordeno un poco el lugar y espero a que otro cliente toque la puerta, no tengo que esperar mucho ya que un joven aparece en la entrada y parece estar demasiado nervioso. Alza su cabeza para mirarme y hablarme tímidamente.
- Esto... ¿Usted es el... terapeuta Abarai Renji?
Yo sonrío como siempre lo hago a mis clientes, porque en realidad yo no soy de sonreír mucho.
- Sí, yo soy el terapeuta del sexo.