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Mírame sólo a mi por UmiCloud

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Notas del fanfic:

Título: Mírame sólo a mí.

Autora: Umi.

Parejas: YeHyun/KyuSung.

Tipo: Yaoiserial.

Género: Drama, Lemon, Lime

Notas del capitulo:

Título: Mírame sólo a mi.

Autora: Umi.

Parejas: YeHyun/KyuSung.

Tipo: Yaoi serial.

Género: Drama, Lemon, Lime.

Advertencias: En este capítulo no dejaré advertencias, las habrá más adelante.

Notas: Este es el primer fanfic que soy capaz de publicar, por lo que no tengo real experiencia, por favor paciencia con la redacción, estoy trabajando en ello y espero que lo disfruten. 

Ciertamente Cho Kyuhyun era un chico adinerado de una familia llena de prestigios, su padre era dueño de una de las corporaciones más importantes y prestigiosas de corea, además de poseer gran poder debido a que participaba en la política siendo un importante congresista y respetado por muchas personas, su madre era una señora un tanto despreocupada, pues la fortuna que la familia Cho poseía era derrochada por aquella que cirugía tras cirugía plástica, además de lujos innecesarios se llenaba de cada vez más ambiciones, también tenía una hermana mayor a la cuál no veía hace mucho tiempo debido a que había ido a viena para poder escapar de los deberes familiares que el padre les imponía, lo que no había podido hacer Cho Kyuhyun, el menor de la familia que aún no cumplía los veintiun años de edad, pero que tampoco estaba muy interesado en dejarles por una buena razón, compartía ambiciones y le gustaba la vida cómoda, las mujeres por montón, el alcohol y las fiestas nocturnas, pues por demás era un chico atractivo de cabellos sedosos y rizados, de unos ojos expresivos y grandes, una tez en extremo blanca y llamativa, unos labios que por carnosos abusaban y llamaban la atención de cada chica que estuviese en el camino, poseía porte y gracia, unas piernas infinitas, que gracias a los atuendos finos y carísimos se hacían mucho más vistosas. Además de su gracia física, era un chico que poseía un amplio vocabulario, era sumamente culto debido a que se interesaba por la lectura a diario, también era astuto en los negocios y hábil cuando se trataba de relaciones públicas, pues todo el mundo siempre lograba interesarse por él, hombres y mujeres, mas él siempre había sido reconocido como una leyenda por poder seducir a cualquier chica que se atravesara en su camino.

Era de noche, un día de la semana, en realidad no importaba mucho cual porque para Cho Kyuhyun todos eran de fiesta. Ingresó a la discoteca que había seleccionado por ser sumamente exclusiva, por lo que había tan sólo gente de clase y música acorde a la que le agradaba, al verle desplazarse dentro del salón algunas personas comenzaron a murmurar a su alrededor, algunas chicas con algo de histeria debido a que era bien reconocido en todos lados. Sus zapatos italianos se hacían dentro del pulcro piso que brillaba tal que el reflejo de su perfecta imagen se hacía en él, lentamente se acercó hasta la barra y se apoyó en la misma con un codo buscando a la distancia a quién en un principio se había vuelto su juguete por ser un niño rico que había conocido en una reunión familiar en la que muchos políticos habían sido invitados y que a menudo iba a ese sitio, ahora entendía un poco que se había obsesionado con él a pesar de no reconocer su gusto por los hombres, a pesar de aquello sabía muy bien que podía tener al chico que quisiera y nada le iba a impedir que lo tuviese tan sólo una vez para saciar esa pequeña necesidad que tenía de probar sus labios desde la primera vez que le había visto.

 

FLASHBACK

-Disculpe que lo moleste Señor Cho, pero los invitados ya llegaron y están todos reunidos en el salón principal, su padre me dijo que le dijera que bajara de inmediato y que esta vez iba en serio... -Sumisa replicó por quinta vez la empleada que se encargaba de asear a diario la habitación del menor.

-¿Que no escuchaste que no iré? Este maldito juego es online y no lo puedo parar, dile al viejo tonto ese que no pienso bajar -Mencionó el chico mirando siempre la pantalla de su enorme televisor luchando con el mando en sus manos.

-P-pero señor, es importante, uno de los señores con los que su padre quiere cerrar un trato muy importante quiere conocerle y quiere que conozca a su hijo porque irá a la misma escuela que usted, de verdad es importante señor -Insistió en una voz algo asustada la empleada.

-¡¿No escuchaste que no puedo dejar el maldito juego?! ¡Vete de aquí! -Lanzó una pequeña almohada hacia la sirvienta que estaba a punto de llorar por miedo a perder su empleo, aquella suspiró aguantando las lágrimas y retrocedió un momento cuando la almohada chocaba contra de sus manos posadas sobre su vestido de trabajo. De repente la chica sintió que chocaba con alguien en su espalda y este lo tomaba por los hombros con suavidad, aquella se volteó y al notar quién era abrió grandes sus ojos y se disculpó muchas veces haciendo seguidas inclinaciones. Aquél chico la miró con una hermosa sonrisa en sus labios y negó con suavidad. 

-Tranquila, vuelve a abajo y dile al señor Cho que ya conocí a su hijo -Indicó el chico que parecía bastante dulce para luego entrar empujando la puerta de la habitación, sacando de quicio al menor que estaba dentro de espaldas a quién entraba.

-¡Por milésima maldita vez! ¡Maldita sea! ¡Es que no entiendes que yo..! -Decía el caprichoso menor hasta que volteó y se quedó en silencio al notar que no era su sirvienta quién entraba a la habitación sino más bien era un chico de cabellos negros, tez blanca, mejillas adorables, una sonrisa amable y un tanto más bajo que si, al parecer era así, lo sabía aún sin estar de pie, pues era sumamente calculador.

-¿Que no tienes modales? No es forma de tratar a una chica -Mencionó el mayor aproximándose al menor, sentándose a su lado, notando que en la pantalla su personaje había sido aniquilado debido a haberse perdido en aquella persona que irrumpía en su cuarto.

-¿Quién diablos eres tú y qué haces en mi habitación? Vete de aquí, nadie te invitó niño malcriado que escapa de sus padres -Dijo de manera burlona el mayor ya que ese chico parecía bastante menor que sí.

-Soy Lee Sungmin, heredero del imperio Lee y creo que... Sí, creo que acabas de perder. ¿Tan guapo estoy que te quedas mirándome? No soy un niño, de hecho soy mayor que tú, tengo ventitres, pequeño Cho -Afirmó entre pequeñas risas sentándose al lado del más joven mientras revolvía sus cabellos.

-¡Ya! Aléjate, nadie dijo que podías tocarme, extraño, por tu culpa perdí ahora menos bajaré-

-Ah, tenemos un niño caprichoso, no bajes, yo me quedaré aquí, padre dijo que tenía que conocerte porque venimos llegando de Francia y no tengo idea de cómo manejarme en la Universidad, irémos a la misma. ¿Lo puedes creer? Pero iré un par de niveles más alto que tú, aún así debes instruirme y enseñarme todo.

-¿Me viste cara de guía turístico? Yo ni te conozco y debo hacer eso, ni en tus sueños.

-Sólo unos días hasta que me acostumbre, no seas malo -Hizo un pequeño puchero al notar que el menor comenzaba a negarse de esa manera, logrando un aspecto bastante llamativo, dejando al contrario un poco más atento cuando esos labios se abultaban, lo que le hizo sonreír más de la cuenta al notarlo.

-¿Yo qué gano? Sé que me van a terminar obligando, pero debes decirme qué gano yo y no puede ser cualquier cosa, yo lo tengo todo como podrás ver.

-Eres un aprovechador pero muy listo, podría hacer lo que tú quieras, si todo lo tienes no creo que tengas un sirviente por un día que se llame Lee Sungmin y que sea heredero de un imperio, lo dudo mucho- El menor terminó sonriendo con malicia en ese momento, pues ese mayor ya había firmado su acta de muerte desde que había dicho aquello.

FIN DEL FLASHBACK 

 

Desde aquél día habían pasado muchos momentos juntos y habían logrado incluso verse a menudo tan sólo por gusto de ambos, pues había descubierto que podía llevar una buena relación con él, aún no había usado ese día de esclavitud con el mayor por buscar una buena ocasión pero si había desarrollado cierto afán por esos labios que se movían de forma sensual cada vez que se ponía a contar anecdotas sobre viajes al extranjeros y acontecimientos de su infancia que le habían marcado como alguien distinguido, al igual que el menor poseía habilidades en el ambito musical, teniendo habilidad tocando piano y además practicaba artes marciales lo que le hacía tener una forma que era del gusto de muchos.

Kyuhyun buscaba con su vista a aquél que se robaba alguno de sus pensamientos un tanto carnales, teniendo en cuenta que esa sería la noche en la que podría probar aquellos llamativos labios que le habían ya tentado en muchas ocasiones y que siempre terminaban por escaparse de si de forma escurridiza, realmente a veces no entendía al mayor que en ocasiones parecía sumamente coqueto consigo pero cuando más se acercaba terminaba por ser esquivo consigo con sonrisas un tanto burlonas, realmente no le gustaba sentirse de esa manera, pues no permitía que nadie le manejara de aquella manera aunque ahora realmente no lo podía evitar.

Sus ojos lograron ver al final dónde se encontraba este pues estaba precisamente llamando la atención en medio de la discoteca, arriba de uno de los cubos donde solían bailar aquellos artistas invitados, ahora él estaba allí haciendo de las suyas, moviéndose con un vaso de whisky en una mano y un cigarrillo en la otra, disfrutando de la euforia del momento bajo la deliberada forma en que Cho Kyuhyun lo miraba. Se quedó inmóvil frente a él por unos momentos, mientras Sungmin
no lograba percatarse de que estaba entremedio de la gente, mas no tardó más de un minuto en notar la presencia del menor en el sitio, por lo que con una sonrisa felina en sus labios bajó con cuidado del cubo en el que estaba bailando para apresurarse en ir tras el menor que había decidido dejar el lugar tras ver a este en aquel estado.

-¡Kyuhyun-ah! Has venido -Exclamó votando su cigarrillo para pisotearlo y tan sólo quedarse con el vaso en su mano, mientras rodeaba el cuello del más alto con su brazo libre cuando lo alcanzaba.

-Sí, pero ya me iba, este sitio se ha vuelto muy aburrido -Mencionó con orgullo el de cabellos castaños para así tratar de continuar avanzando hacia la salida.

-Yo estaba muy divertido, por qué no vienes a bailar conmigo, ven, te vas a divertir además mañana no hay que ir a la universidad, te vendrá bien -Insistió estabdo muy cerca del menor alcanzando su mejilla para así depositar un beso en esta.

-Así te veo, muy divertido -Indicó el más joven sin intensiones de ir con él y se zafó sin llegar a ser violento pero dándole un pequeño empujón.

-No me digas que estás celoso Kyunnie, pero si yo soy sólo tuyo -Aseguró el de cabellos oscuros echándose a reír luego de una forma un tanto fuerte lo que hizo que el menor le mostrara una expresión sumamente molesta, entre ambos no había pasado absolutamente nada aún e iba a aprovechar ese día para poder robarle un beso a quién se había convertido de a poco en su amigo, mas en esas condiciones no iba a ser capaz de hacerlo, después de todo tenía cierta consideración por él.

-No me interesa que hagas eso, por mi que termines muy ebrio, que te roben todo y te violen, me voy de esta porquería -Volvió a empujar un poco más al contrario para así retirarse definitivamente del lugar dejando perplejo al mayor, no entendía para nada la actitud del menor, ni mucho menos aquel humor que traía consigo.

Kyuhyun dejó la discoteca con cara de pocos amigos, queriendo encontrar algo que pudiese patear en el camino de lo furioso que se encontraba. Lo primero que sus ojos pudieron ver fue un automóvil sumamente lujoso en color negro el cual brillaba como ninguno, se veía y sabía muy bien que era sumamente costoso pero qué importaba, necesitaba desatar su furia, razón por la cual se aproximó a este por el ldo donde estaba una de sus llantas y le dio una fuerte patada en el costado arrepintiéndose al instante por hacerlo con demasiada fuerza porque al hacer contacto sintió un fuerte dolor en su pie a pesar de que sus zapatos fueran de un materíal sumamente costoso, no fueron capaces de hacerle resistir el dolor.

-¡Demonios! -Maldijo en voz alta el encaprichado logrando llamar la atención de quién, no se había dado cuenta inspeccionaba que el coche estuviera en resguardo. En pocos segundos llegó frente a si un hombre alto pero no más que él, con los cabellos negros casi llegando a cubrir sus ojos de lo largos y lisos, ordenados hacia un lado, sus ojos ligeramente delineados al natural, penetrantes y más rasgados de lo normal, unas mejillas que llegaban hasta cierto punto darle un mínimo toque de adorabilidad, un semblante serio y un traje que bien se pegaba a la menuda figura que poseía, siendo completamente negro al igual que sus zapatos a excepción de la camisa que era impecablemente blanca y lisa, no podía mentirse a si mismo, ese hombre le había hecho detener cada uno de sus actos, incluso sin darse cuenta hasta su misma respiración por unos segundos, aún más cuando le detenía por los hombros con ambas manos, pues nadie había tenido el atrevimiento de actuar así consigo al saber quién era, a parte de Sungmin que también era hijo de un importante empresario.

-¡Oiga usted! ¿Qué cree que está haciendo? -Llamó la atención al más joven quién seguía un poco perdido en sus pensamientos y en mirar al mayor, olvidando incluso la razón por la que se había enojado. El de tez ambar le volvió a preguntar, ahora un poco más insistente removiéndolo un poco con sus manos.- Oiga, oiga... Reaccione, ¿Sabía usted que lo puedo denunciar por lo que acaba de hacer?

En ese momento Kyuhyun recién pudo reaccionar ante lo que decía el mayor y se alejó levemente de él posando sus manos por sobre las que le tomaban para zafarlo, mas se quedó con aquellas aferradas a las adversas al notar que estaban sumamente tibias y suaves, además por el hecho de que le parecía un tanto extraño que quién sospechaba que era mayor que él tan sólo por la forma en la que estaba vestido, tuviera las manos mucho más pequeñas que las suyas. El mayor quitando las manos de las adversas le quedó mirando de forma severa porque no respondía absolutamente nada al respecto.

-No me vas a denunciar, ¿Sabes quién soy yo? Puedo hacer lo que se me pegue la gana -Respondió tratando de volver a la actitud arrogante que siempre llevaba consigo como aquella altanería y sus pocos modales vestidas de clase alta.

-No, no sé quién es usted pero lo que acaba de hacer nada lo justificaría, debo pedirle que se retire -Terminó por decir el mayor para poder evitar todo tipo de problemas con aquel mal educado.

-¿Irme y porque tú lo dices? ¿Bromeas? -Dijo el de cabellos castaños sin si quiera dejar de lado un poco su arrogancia, notando que al mirar hacia un costado de la calle notaba que venía uno de los asistentes de su padre que además de ser su chofer estaba encargado de cuidar de si, lo que le hizo presentar una mueca de desagrado.

-Si no quiere no lo haga, pero no haga daño a lo que no le pertenece, debería aprender a conocer un poco lo que es la buena educación, sus zapatos pueden ser caros, su traje aún más, puede poseer una apariencia impecable pero debe saber bien que la buena educación no se compra con dinero, buenas noches -Terminó por decir el mayor haciendo una pequeña reverencia dejando sumamente perplejo a Kyuhyun, no podía creer que alguien le estuviera diciendo algo como eso, sobre todo una persona que parecía ser de menores recursos que su persona.

Estuvo a punto de seguirle para decirle unas cuantas cosas con la rabia que tenía dentro, mas era detenido por HyukJae, su chofer.

-Señor Cho, por favor no busque más problemas, su padre podría ser muy severo con usted -Indicó el rubio de tez pálida, podía hablarle de aquella forma al menos pues lo conocía hace años y tenía esa especie de confianza para hacerle ser un poco más juicioso.

Haciendo una mueca más de molestia y sin decir palabra alguna dio la media vuelta hacia el automóvil propio en el cual se retiraría hacia su hogar, por lo que HyukJae se apresuró en abrir la puerta al menor para que pudiera subir, luego dio la vuelta al vehículo y se subió poniendo en marcha el mismo. Kyuhyun que por su parte no se sentía muy bien miró hacia la ventana del automóvil posando sus ojos en aquel hombre que volvía a cuidar aquél automóvil, realmente le ponía mal el hecho de no haberle encarado como debía hacerlo pero al final al ver que se alejaba de aquél sitio se recostó un poco en el asiento y cerró sus ojos suspirando. HyukJae quién lo miró por el retrovisor sonrió con cansancio, ese chico le parecía sumamente atractivo de cierta forma aunque bien sabía que no podría tener ninguna oportunidad con él, humildemente agradecía el hecho de poder mantenerle seguro.

Al paso de unos minutos Kyuhyun abría sus ojos lentamente, no entendía muy bien lo que había pasado, había estado aletargado por quedarse dormido dentro del automóvil y estaba en ese
momento siendo despertado por su chofer.- Señor Cho, hemos llegado, lamento despertarlo pero debe descender... -Indicó un poco temeroso y nervioso HyukJae mientras palmeaba nervioso uno de los hombros del menor, alejando su mano rapidamente cuando este comenzaba a abrir sus ojos, encontrándose sumamente cerca de él lo que le llevó a poner sus mejillas alertas, enrojeciéndose a tal extremo de llegar a verse un tanto fosforescentes en su rostro, lo que claramente Kyuhyun no logró notar por su estado ido y porque realmente para él era sumamente normal que su chofer le estuviese despertando, estaba acostumbrado por tener la capacidad de dormirse rápido en cualquier sitio.

El rubio se removió para poder abrir bien la puerta y de esa forma poder hacer que el menor pudiera descender de vehículo, cuando este bajó hizo una pequeña reverencia y le dejó ir sin perderlo de vista hasta que pudo ingresar por una de las puertas principales a la hermosa mansión en la que vivía.

Ya era tarde, más que tarde a decir verdad, eran cerca de las tres de la madrugada, avanzó por uno de los largos pasillos con aquellas paredes que había visto desde la infancia enormes y llenas de puertas ue daban a diferentes sitios de su hogar, el cual no podía llamar precisamente de aquella forma por hacerle sentir solo debido a su grandeza, mucho más desde que su hermana se había marchado de la casa. Paso tras paso iba cada más cerca de donde se encontraba su habitación sin evidenciar que en el camino había una puerta que se encontraba abierta de donde salió su padre, era aquel despacho donde este solía estar a menudo trabajando, razón por la cual al notarlo su paso de forma instantánea se detuvo y le quedó mirando seriamente, de la misma forma dura en que lo hacía este, su relación no era demasiado buena a decir verdad, por ello sólo se quedó en silencio.

-¿Estás son horas de llegar? -Preguntó el hombre mayor con una copa de vino entre sus manos mirándolo de forma estricta.

-¿Vienes a llamarme la atención? Tú sigues despierto, ni siquiera estás compartiendo con tu esposa, por el contrario estás ahí todo el día y cuando llega la tarde te pones a beber, luego vas a tu cama a dormir estando borracho.

-¿Qué te has creído? -Respondió algo violento el mayor entre ambos acercándose a él para darle una cachetada en la mejilla sin calcularlo demasiado debido a la acción del alcohol en su cuerpo. El menor por su parte llevó una de sus manos hasta su mejilla para sobarse en el sector donde
rapidamente se enrojecía, no creía merecerlo pero no estaba dispuesto a decir más, a pesar de que podía llegar a ser irrespetuoso con su padre sentía un tanto de miedo por su persona y eso no lo podía evitar.

Los ojos del menor se cristalizaron ligeramente mientras miraba a su padre quién seguía con la mirada severa y sin decir más, giró hacia donde continuaba el pasillo para irse lo antes posible de ahí, no quería más de aquel día donde muchas cosas habían salido mal, a pesar de la actitud que solía tener siempre con las personas tenía oculto dentro de su corazón sentimientos sumamente frágiles que no quería que nadie más pudiera ver, ocultarlos de cierta forma ayudaría a que nadie le pasara a llevar, al menos eso creía.

Una vez que entró en su habitación, caminó por donde había una especie de sala con un enorme sofá acolchado donde se dejó caer con cansancio boca abajo sin necesidad de quitarse los zapatos, tenía ganas de llorar realmente aunque no era capaz de hacerlo por tan sólo el hecho de sentirse débil, la verdad no dejaba que nadie le viese llorar, tampoco quería verse así. Con el paso de los minutos sus ojos se fueron cerrando sin querer saber más del mundo y se dejó llevar por el sueño quedándose finalmente dormido en aquel sofá.

 

---------------

 

Las horas transcurrieron y ya era un nuevo día, Kyuhyun quién seguía dormitando sobre el sofá se removió entreabriendo sus ojos, debido al sonido de su móvil que insistía, lo sacó de su bolsillo y notando que tenía bastante llamadas perdidas notó que el móvil volvía a sonar, cogiéndolo en seguida comenzó a hablar con su voz un tanto más rasposa de lo normal.
-

¿Uhm?

-¿Uhm? No me digas que estabas durmiendo.

-¿Qué quieres Ryeowook?

-''Hola Ryeowook, buenos días, ¿cómo has estado?'' Yo bien ¿y tú? -Dijo irónicamente el pelirrojo por la otra línea.

-No estoy para que me molestes, sólo dime qué quieres antes que corte.

-Ya, está bien, siempre tan amargado. Te llamaba para decirte que necesito que nos juntemos el día de hoy, hay algo importante que tengo que decirte, así que más te vale que vayas.

-Lo que sea que tengas que decirme, dímelo ya y aquí, no tengo ganas de salir.

-Tienes que ir, es importante, si no vas podría pasar algo muy malo, así que vas a ir, te estaré esperando en la cafetería de siempre a las dos.

-Está bien, está bien, pero más te vale que sea importante o te aniquilaré.

-Nos vemos ¡Te quiero!

-Sí, sí...

Cortó la llamada a quién también era mayor que él y que parecía tener al menos unos cinco años menos, fresco y cariñoso, a decir verdad su mejor amigo hasta ahora por siemre haberle sido sincero, Ryeowook era hijo de uno de los socios de su padre y compañero en la universidad, poseedor de un buen sentido del humor además de una actitud fuerte en ciertas ocasiones, su amigo desde hace unos siete años, bien parecido aunque de muy baja estatura a comparación de Kyuhyun.

Queriendo morir por el dolor de cabeza que tenía en ese instante se apresuró en ir hacia el cuarto de baño en su habitación, el cual también era sumamente amplio, a decir verdad era maravilloso, completamente de marmol, una ducha, una bañera y un jacuzzi bien ubicados en su interior le daban un aspecto un tanto tradicional y sumamente moderno. Pasó directo hasta la ducha para darse un baño de agua tibia. Se despojó de sus finas prendas para así dejar su tez blanca en extremo al desnudo y pasó dentro hacia donde caía como una cascada el agua tibia y bien regulada a la temperatura que le agradaba, dejó sus cabellos ser mojados por completo por el agua y limpió su cuerpo completamente casi acariciándolo con ambas manos grandes, a decir verdad, perfectas por ser grandes, sus dedos largos y sus uñas minuciosamente arregladas. No tardó demasiado en asear su cuerpo y sus cabellos ligeramente rizados para salir del cuarto de baño con una toalla al rededor de su cintura, pasó hasta su armario el cual era una habitación dentro de la suya donde guardaba cada una de sus indumentarias, siendo estas sobrias y con colores más otoñales las que eran con intensión casual. Posó sus manos por sobre un suéter tejido a mano de color marrón claro un tanto holgada, también escogió unos pantalones en color marrón oscuros, casi negros más ajustados, un gorro color mostaza y unos zapatos de montaña en el mismo tono. Vistió su cuerpo siendo cuidadoso de no parecer un cualquiera y tras arreglar un poco sus cabellos, dejándolos esta vez un poco más rebeldes por vestir casual decidió terminar tomando algunas de sus pertenecias para ya poder salir de cada sin importar más.

Buscó en el sector del estacionamiento en su casa a HyukJae quién le solía llevar a todas partes, encontrándolo limpiando un poco el capó del automóvil lo que le hizo rodear el mismo para quedarse un momento a su lado observando cómo lo hacía con los brazos cruzados. El rubio se encontraba un tanto animado llegando un poco a bailar mientras limpiaba sobre donde ya estaba más que impecable.

-¡HyukJae! -Casi gritó el menor para así terminar haciendo que el rubio pegase un salto del susto que se llevaba y por la verguenza de que le encontraran casi bailando en el trabajo, más tratándose de el menor.

-Señor, lo siento, y-yo estaba... -Se disculpó rapidamente con varias venias seguidas, mientras el menor no podía evitar reír a decir verdad de una forma un tanto burlona, lo que hizo ver un tanto más torpe a quién veía como un amable y torpe mono.

-No es necesario, ya lo vi. Quiero que me lleves a la cafetería que queda en la avenida central -Dijo mientras abría la puerta trasera por su cuenta y se subía para ya poder emprender el viaje. El rubio por su parte se apresuró a cerrar asegurándose de que no pudiera haber un accidente de por medio. Subió luego al asiento del piloto aún golpeándose mentalmente por hacer el ridículo de esa forma y comenzó a conducir en dirección a aquel sitio donde solía llevar al menor para que pudiera compartir con sus amistades.

No tardó demasiado debido al espedito tráfico que había en el presente día y tras estacionarse fuera del café, bajó para abrir la puerta al menor de esa forma le vio descender mientras le quedaba mirando.

-No me esperes, puedo volver solo a casa -Mencionó el de pelo castaño al mayor para luego mirar su reloj y caminar de inmediato al interior de la cafetería, la cual era sumamente bella por tener una decoración de estilo rústicas, las que a pesar de su hostentosa vida le encantaba y le hacía sentir un tanto libre a decir verdad por el aspecto rural que poseía. Subió las escaleras y en la mesa de siempre al lado de la ventana se encontraba su amigo Ryeowook con quién realmente no esperaba, por lo que dudó un poco en acercarse más, quería dar la media vuelta y salir de ahí, aunque pensandolo bien eso le haría un cobarde. Luego de pensarlo tan sólo frunció el ceño, tener que ver a Sungmin luego de lo ocurrido la noche anterior le hacía refunfuñar entre dientes mientras se iba acercando.

-¡Kyuhyun-ah! ¿Por qué esa cara? ¿No te alegra verme? -Preguntó el de cabellos oscuros mientras sonreía de forma adorable y radiante al lado del pelirojo que parecía un poco más complicado emocionalmente por haber mentido a su amigo.

-La verdad es que no, si hubiera sabido que estabas aquí no habría venido. Pidamos algo pronto que ya me quiero ir -Dijo fingiendo que no tenía ganas de verlo, mas a decir verdad era lo que interiormente había estado esperando, incluso el día anterior había tenido más ganas de seguir viéndolo, si no hubiera sido por la forma en la que le veía exhibiéndose. Apretó un puño tras sus recuerdos y se quedó de pie frente a ambos, volviendo a ver con enojo al pelirojo.

-Kyunnie, lo siento, pero no quería que estuviesen enojados, además Sungminnie nos ha invitado a su casa tiene algo que mostrarnos que te encantará -Aseguró el más bajo para así ponerse de pie al igual que el de cabellos oscuros, entre ambos tomaron de cada brazo al menor y comenzaron a caminar fuera de la cafetería dejándole sin entender en lo absoluto.

-¡¿Eh?! ¡Sueltenme! ¿No saben que eso es rapto? -Se quejó removiéndose aún enojado con ambos pero de cierto modo feliz internamente por el contacto que estaba teniendo con Sungmin en ese momento. Finalemente se dejó llevar hasta donde estaba el automóvil deportivo de Ryeowook que claramente lo conducía él por no querer tener chofer, pues bien disfrutaba de su libertad. Subieron al hermoso vehículo rojo y descapotable para así comenzar a ir hacia la mansión donde vivía Sungmin, mientras en los asientos de atrás se quedaban Kyuhyun y Sungmin quién aún le sujetaba del brazo, lo que hacía que Kyuhyun se quedara sonriendo sin poder evitarlo, a pesar de que lo tratase de disimular.

Los minutos pasaron y el recorrido se acababa cuando una reja automática se abría frente a sus ojos y por un elegante camino rodeado de jardines maravillosos, llenos de flores y piletas se quedaba estacionado para luego descender del automóvil para introducirse en la casa, la cual visitaba por primera vez Kyuhyun. La verdad aquella era maravillosa, incluso a Kyuhyun le impresionó por el hecho de ser diferente a la suya, tan llena de naturaleza y agua, de seguro todo lo que allí había lo había planeado la madre de aquel quién era una famosa diseñadora. Comenzó a caminar por su cuenta sin darse cuenta que Sungmin y Ryeowook iban hablando por su cuenta un poco distanciado de este, lo que le llevó a seguir por una escalera apartado sin darse cuenta cuando entraban en la casa, por su lado los otros dos revisaban algunas fotografías con respecto a lo que le iban a mostrar a Kyuhyun, mientras este percibía en el aire una hermosa melodía a lo lejos, lo que no le costó demasiado percibir pues su oído musical era extremadamente agudo, era el sonido de un piano que quién sabía de donde venía pero que sonaba sumamente hermoso.

El menor comenzaba a deambular por la casa buscando de donde provenía el maravilloso sonido, entrando por algunas puertas en el sitio que ni conocía, dejándose llevar tan sólo por su instinto.
El sonido se volvía cada vez más agudo y su curiosidad más insistente, incluso ahora percibía el sonido de una voz grave, sutil y a la vez muy penetrante, con un registro inigualable, melódica, una voz que jamás había escuchaba y que expresaba en su explendor un sentimiento melancólico, el que incluso le hizo cerrar sus ojos por unos instantes cuando estaba más cerca, se escuchaba tan bien que no podía detener su paso. Pasando por un pasillo más pudo percibir que el sonido venía de una de las puertas que estaban frente a si, lo que le hizo continuar, ya podía escuchar y entender algo de la letra, lo que le hizo dar pasos más lentos y cortos en dirección a la puerta desde donde provenía el sonido.

 

''Caminaré despacio, un paso, dos pasos
tus pisadas son tan familiares para mi, un paso, dos pasos
Te estás alejando y desapareciendo poco a poco con pasos pesados
En caso de que lo borres y lo olvides,
en caso que estés fuera de mi vista y desaparezcas
En un segundo repetiré esas palabras miles de veces,
'no te alejes'. ''...

 

Escuchó sin poder evitar que su cuerpo se extremeciera por la textura que tenía esa maravillosa voz, tragó un poco de saliva, estaba seguro que en su vida se había sentido de aquella forma por algo como ello y era porque tan sin igual voz jamás había penetrado sus oídos, jamás había hecho vibrar a sus tímpanos en dicha resonancia que lograma incluso afectar a su corazón.

Se dejó llevar un poco más por su caminar y tomó la manilla de aquella sala para así poder entreabrir lentamente la puerta que estaba ya frente a sus ojos, sintiendo un vacío en su abdomen y rogando que quién estuviese al interior del cuarto no llegase a notar su presencia. Al entreabrir la puerta pudo sentir que el sonido llegaba más directo a su persona, sintiendo que los vellos de sus brazos se erizaban al instante debido a la sensación que causaba esa voz rasposa y a la vez amable que insisitía en internarse con satisfacción en sus oídos.

Al interior sólo logró notar un enorme sitio salido como de un cuento de hadas por tener una decoración con ágeles pintados en sus paredes, con marcos dorados y cristales que colgaban del
techo en dorma de candelabros, el piso pulcro y amplio, parecía ser un salón de fiestas y a un costado un enorme piano negro de cola, del cual provenía un sonido hermoso. Posando sus ojos en el piano trató de mirar quién era la persona que lo tocaba, pero por más que trató de removerse para poder apreciarle no alcanzaba a ver.

Tanto fue su esfuerzo por conseguir ver quién era dueño de tan hermosa voz que inclinándose demasiado por sobre la puerta que en un intento más torpe no pudo evitar perder el equilibrio, hizo el intento de no caer afirmándose de la puerta, mas esta se removió de manera obvia guiada por las visagras haciéndole terminar sobre el piso haciendo un escándalo evidente, lo que provocó que quién estaba dentro de la sala tocando el piano notara su presencia y detuviera la melodía que producían sus pequeñas manos en el piano, y deteniendo su canto se puso de pie al instante para ir rápidamente hacia donde estaba Kyuhyun tendido en el piso quejándose por el golpe que se había dado en su rodilla, sentía que el dolor era un tanto intenso por lo que no podía ponerse de pie en lo absoluto, de lo contrario estaba seguro que habría salido corriendo antes que este pudiese verle.

Con la mirada baja por la vergüenza, Kyuhyun se quedó un momento maldiciendo tendido en el piso, cuando de repente sintió una mano pequeña posarse por sobre sus cabellos amablemente, lo que le hizo impresionarse un poco y así subir su vista, viendo el rostro del cantante que había extremecido a su cuerpo sin necesidad del más mínimo contacto.

Más fuerte fue la sorpresa cuando notaba aquellos ojos que antes ya había tenido frente a sí el día anterior, el hombre que le había dicho que no tenía educación, quién ahora le miraba de vuelta serio, también al darse cuenta que se trataba nada más y nada menos que el chico caprichoso con el que había discutido el día anterior, ahora estaba allí en el piso quién sabía por qué, realmente no entendía demasiado lo que pasaba, lo único que sabía era que no podía quitar su mano de aquellos cabellos, ni sus ojos de aquellos marrones que parecían cristalizarse debido al dolor de la caída.

-Tú... -Fue lo único que pudo decir el menor olvidándose un momento del dolor y aún shockeado por el repentino y inentendible encuentro.

CONTINUARÁ.

Notas finales:

Es un buen comienzo, espero les haya gustado <3


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