Capitulo 1
Pinnocchio
-¿Ace?- El chico aludido le miraba sin reconocerle, algo en aquel rubio ligeramente más alto que él le resultaba familiar pero no lograba identificar el que, Ace estaba seguro que nunca en su vida le había visto.
-Lo siento ¿Te conozco?- aquellas palabras tan educadas y formales no le sentaban bien al moreno, ¿Como era que no estaba usando ninguna maldición? aquel no era el chico que recordaba, aunque la forma escéptica como el pecoso le mirara con aquella cara de pocos amigos que antes solía usar con cualquiera que no conociera del todo habían hecho que el rubio sonriera, tenía que ser él, no podía haberse equivocado.
-Soy yo Ace, Sabo ¿No me dirás que te has olvidado de mi?- El ligero puchero en el rostro del rubio había hecho al pecoso sonrojar ligeramente, bueno el chico era atractivo, eso no se lo iba a negar, pero ¿Sabo? no podía ser el, aquello debía ser una broma de mal gusto seguramente, quizá de parte de alguno de sus hermanos a bordo del mobydick que molesto por no haber podido bajar a tierra aquel día le intentara jugar una mala pasada para burlarse de él a su regreso, de hecho eso tenía todo el nombre de Thatch por doquiera.
-Eso no puede ser.- dijo completamente serio el pecoso mientras veía al rededor del bar si Marco o Vista o cualquier otro se encontrarían en alguna esquina del lugar riéndose de él.- ¿Cuánto es que te pagaron muchacho?-
La alegre risa del rubio le sorprendió más que la broma misma, sonaba demasiado similar a la de su amigo de la infancia, si acaso apenas un poco más profunda, quizá así habría sonado la de Sabo en verdad si siguiera vivo hoy en día.- ¿Necesitas que te lo pruebe?- la sonrisa ladina en el rostro del rubio habría hecho que al pecoso se le acelerara ligeramente el pulso, quizá había estado bebiendo demasiado, o quizá había sido mucho el tiempo que pasaran en altamar sin ninguna clase de atención, por que no había forma de que aquel sujeto que ligeramente le recordaba a su hermano muerto le estuviera pareciendo tan atractivo. Sabo nunca le había gustado de esa forma ¿O sí? Era su mejor amigo y eran críos en ese entonces, no había forma de que lo supiera, pero de alguna forma siempre sentía celos de Luffy cuando el rubio le decía algo amable. El también podía ser "interesante" aunque no estuviera hecho de goma.
Ahora lo era más, estaba hecho de fuego, apostaba a que eso era mucho más interesante que una estúpida banda elástica humana. -No lo eres y punto, Sabo no luciría así de cualquier manera.- a pesar de la leve duda Ace seguía firme en su convicción, ese no era Sabo, no había forma de que lo fuera.
-¿Ah sí? ¿Y como luciría "Sabo" según tu?- el rubio parecía aun más divertido que antes, al menos ya no intentaba convencerle de que era su hermano, y aunque no le agradaba demasiado hablar de aquello no veía nada malo en responder la pregunta del otro.
El rubio se había sentado en la barra de aquel bar junto a Ace, pidiendo un trago para ambos, el pecoso obviamente no iba a rechazar alcohol gratis. -Pues....- comenzó a pensar dando un trago a la recién llegada bebida.- Su cabello debería ser corto.- las risas del otro le habían hecho mirarle con reproche.
-Es cabello Ace, el cabello crece.-
-Si bueno, también le faltaba un diente.- en la perfecta sonrisa de aquel rubio idiota no había ningún fallo, a ver que decía a eso.
-¿Y no has pensado que quizá era un diente de leche el que le faltaba?-
-Bien, pues tampoco vestiría con un maldito maricón noble.- aquello había hecho reír sonoramente al rubio y saltar una venita en la sien al pecoso, aquel chico comenzaba a fastidiarle por más de un motivo, no era solo el que le llevase la contra, también que sus respuestas le recordaban demasiado a lo que hubiera esperado de su hermano.
-Tuché.- admitió el rubio enjuagándose una lagrima del ojo derecho de tanto que había reído.- Pero es difícil deshacerse de los viejos hábitos, o me dirás que...- justo en aquel momento el pelinegro había comenzado a hurgar en su nariz distraídamente y el ojiazul no había podido evitar reír un poco mas.- en verdad pequitas, sigues siendo igual de imposible.- el ojiazul había recargado su rostro en su mano mientras apoyaba el codo en la barra, una sonrisa bastante boba adornando su rostro mientras veía al otro chico sonrojarse ligeramente ante ese mote cariñoso.
-Ya basta, no me llames de esa forma.- solo a dos personas les había permitido llamarle así antes, ambos rubios por cierto, pero no lo iba a convertir en una costumbre con cada rubio que conociera.- ¿Donde te encontró Marco?-
-No sé de quién me hablas-
-Entonces ah sido Vista, ¿o Izou?- Ace parecía cada vez mas agitado.
-Mira Ace, aun no me has presentado a ninguno de tus novios, no me hables de ellos como si los conociera.- el tono sardónico de aquellas palabras le había hecho desatinar.
-¡Joder Sabo! ¡Deja de jugar!- dijo poniéndose en pie de pronto, encendiendo una de sus manos en llamas de manera amenazante
Por un momento el rubio había estado a punto de mofarse de el otro que acababa de llamarle por su nombre, pero las llamas en las manos de este le habían intrigado aun mas -¡SANTO CIELO NO ME LO PUEDO CREER!- tomo la mano del otro que apenas si tuvo tiempo de apagarlas para evitar que el rubio se quemase, si el idiota aquel saltaba de aquella manera tan emocionada a la vista de fuego ya más o menos podía entender la cicatriz en su cara... o quizá esta fuera porque había sobrevivido a aquel siniestro con el tenryuubito. Pero no, aquel chico no era Sabo, tenía que seguir recordándose eso joder.- Entonces era verdad... Valla Ace, de verdad que te has convertido en alguien muy interesante.- el chico comenzaba a parlotear de manera tan animada que le había sido imposible detenerlo, a pesar de que con cualquier otro hubiera actuado de manera completamente distinta aquel chico sin saberlo estaba cumpliendo una de sus mas anheladas fantasías, quizá no era tan malo seguirle la corriente después de todo.
A pesar de los guantes de cuero podía sentir la calidez de aquellas manos que tomaban la suya girándola ligeramente para examinarle un poco, había estado tan embelesado en aquello que no noto en qué momento el rubio había jalado su manos hasta acercarla a aquellos labios y completamente descarado lamiera la punta de sus dedos, mierda, aquella imagen había sido demasiado sugerente.- ¿Q...que te crees que haces?-
-¿Ah? oh, lo siento, es que quitarme los guantes habría tomado demasiado tiempo, quería saber si tu piel aun estaría caliente después de aquello...- explico el chico como si aquello fuera lo más natural, notando el furioso sonrojo en el rostro del pecoso por primera vez y cayendo en cuenta de que lo que acababa de hacer podría malinterpretarse bastante, pero lejos de sentirse culpable por ello o alejarse de él solo le había sonreído al otro aun mas.- Así que te has convertido en un pervertido, ¿mmm, Ace? - acercando la mano del moreno a su rostro Sabo beso suavemente la puntita de los dedos ajenos.- Y pensar que de niños me moría de ganas por hacer esto... pero realmente eras un crío desagradable, seguro me hubieras golpeado de haberme atrevido.-
-Aun podría hacerlo.- había murmurado el otro molesto de que aquel chico hablara como si en verdad lo conociera, aquella actitud le hacía dudar un poco, si bien el pecoso había imaginado varias veces que pasaría si su hermano no hubiera muerto cuando niños, como se vería y todo aquello.... bueno, el chico frente a él era lindo pero no correspondía en casi nada a la imagen mental del que se había estado creando durante años, no pensaba derrumbarla ahora, de hecho su amigo Marco se acercaba mucho mas a la imagen mental que había tenido de Sabo si este hubiera continuado con vida que aquel chico, es más, si de alguna manera mágica cortases el rostro de ese muchacho menos la cicatriz y lo implantases en el cuerpo de Marco ahí habrías tenido la perfecta imagen mental de lo que Ace había estado pensando todos esos años, pero un rostro no iba a ser suficiente para convencerle.- Deja de actuar como si fueras Sabo ¿Cuál es tu nombre? -
Soltando por fin la mano ajena el rubio soltó también un suspiro algo desesperado, el pecoso seguía siendo tan testarudo como siempre -Bien, si no vas a creerme llámame de la manera que mejor te parezca, no voy a cambiar mi nombre por que a ti no te guste, no sé, "cariño" o lo que sea.- el renovado sonrojo en el rostro del moreno le había sido venganza suficiente.
-Ugh... no sé como lo consigues realmente.- murmuro el pelinegro sosteniendo su cabeza con ambas manos de manera desesperada.
-¿Conseguir que?-
-¡Actuar como él! es...- el pecoso le había mirado de manera casi lastimera.- desesperante.-
El rubio sonrió de manera gentil antes de ponerse en pie.- Mira, no puedo forzarte a que me creas, pero si decides hacerlo estaré aquí al anochecer.- y con eso el extraño que le recordaba a su hermano se había marchado dejándole con más dudas de las que tuviera alguna vez, sobretodo la enorme duda de por qué jodidos podía sentir un extraño cosquilleo en la punta de sus dedos, justo en el área que había besado aquel rubio... fuera aquel chico Sabo o no ya no parecía tan relevante, realmente estaba deseando que no se hubiera marchado tan pronto.
.
.
.
.
Continuara.