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YO, QUIERO VIVIR por Zusukisan98

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Notas del capitulo:

tarde pero seguro, como se dice en mi pais!! :3

espero disfruten de esta lectura, me costo mucho escribirlo, es mi primer lemon, espero sea de su agrado, dejen sus opiniones, si les gusta o si no les gusta, quiero saberlo!! sin mas a leer

-Shuichi, quiero que sepas que tú representas mucho para mí. Yo estoy muy feliz de que estés aquí y me gustaría que te quedaras conmigo, me encanta tu compañía y espero que esto que te voy a decir no arruine nuestra linda amistad- el rubio hiso una pausa y miro los ojos violetas que lo observaban extrañados -  Estoy enamorado de ti, por favor dime si sientes lo mismo que yo, necesito saberlo.

Las lágrimas se asomaron por sus ojos y sin pensarlo dos veces se lanzó sobre el rubio besándolo. Sus delgados brazos se aferraron al cuello del mayor mientras se precipitaban al suelo.

-Sí, sí, sí. Claro que sí, yo también te amo Tohma

Tohma se acercó lentamente a los labios del joven sobre él y lo beso. Suave, sin prisa, con calma. Transmitiendo todos los sentimientos que se juntaban en su pecho y luchaban por llegar hasta el peli rosa. Haciéndole saber cuánto lo amaba, cuando deseaba verlo feliz, y cuanto daría por protegerlo. Deseaba desde el fondo de su corazón hacerlo feliz, lo que el tonto de ese escritor no fue capaz de hacer.

Se sonrieron felices, estaban muy emocionados, unos extraños y maravillosos sentimientos, que amenazaban con explotar de felicidad sus pechos, los unían en ese increíble momento. No había nada más en el mundo que ellos dos y sus sentimientos sincronizados que luchaban por escapar de sus cuerpos y llegar al del otro.

Shuichi al fin había encontrado a una persona que lo amaba, ya no sufriría por un amor unilateral, ahora si sería feliz. Estaba seguro de que esta vez sí sería realmente feliz, no una felicidad ilusoria que engañara a su pobre corazón, sino una verdadera, una que le daría a su desdichado y maltrecho corazón el alivio de tantos maltratos y años de tristeza.

Un mes, un mes completo viviendo juntos le llevo darse cuenta  de que no podrían separase, que no podían vivir sin el otro.  Pero se dieron cuenta, ahora sabían que sentían, podían darle un nombre a ese sentimiento que hacia vibrar sus corazones, amor. Simple y sencillamente, amor.

Con una tímida mirada Shuichi tomo la mano de Tohma y lo  guio hasta la habitación. El rubio estaba muy nervioso, solo seguía al pequeño que iba delante de él tirando de su mano, no estaba seguro de que hacer.

Se adentraron en la habitación que le fue asignada al pequeño y cerraron la puerta tras de sí. Shuichi se detuvo en medio de la habitación aun dándole la espalda al rubio mayor, estaba muy callado y eso, preocupo mucho al empresario que solo atino a abrazarlo por la espalda. Ese gesto tan cariñoso y protector de parte del presidente de NG lo lleno de confianza, aclaro su garganta y le hablo mientras se giraba entre sus brazos para darle la cara.

-Quiero recompensar tu valentía. Fuiste realmente valiente, mucho más que yo- termino susurrando sobre el pecho del mayor que lo observaba intranquilo.

-No tienes que hacerlo, no tienes que sentirte obligado, sabes que yo – pero fue interrumpido por un beso fuerte y apasionado que no pudo rechazar.

-Quiero hacerlo. Quiero sentir tu amor y que tu sientas el mío, quiero que mis sentimientos te alcancen y que los tuyos  llenen mi corazón – la voz fuerte y serena del vocalista estrella de NG era, ahora, tan débil y susurrante, estaba nervioso y ansioso en partes iguales.

La sinceridad con que hablaba su ahora novio  conmovieron al todopoderoso Tohma. La mirada sincera y la sonrisa tímida que el chico le brindaba le llenaban de ternura, el amor que estaba en su corazón quería escapar y llegar al peli rosa. Pero su cuerpo de hombre pedía otra cosa, no quería solo sentimentalismos, deseaba al chico entre sus brazos, lo deseaba como a nada en el mundo.

-Yo nunca lo hice con un chico – confeso apenado Tohma- no sé qué es lo que debo hacer ni cómo hacerlo, tengo miedo de lastimarte – la mirada preocupada del rubio enterneció a Shuichi que lo miraba expectante

-No te preocupes, estamos juntos en esto. Yo te ayudare, te guiare para que podamos disfrutarlo juntos. Solo tranquilízate y déjate llevar por las sensaciones – dijo mientras le quitaba la chaqueta y la dejaba caer a sus pies

-Pero no tengo idea de que es lo que puede hacerte daño, no quiero lastimarte. Si te lastimara nunca me lo perdonaría- se excusó Tohma intentando detener las manos de Shuichi.

-Está bien, esta será la primera vez que hare el amor, con la persona que me ama como yo a él. Sé que será especial e inolvidable- sonrió sincero- Confió en ti – con lentitud empezó a desabrochar la camisa blanca del rubio.

-Te amo y te deseo mucho- menciono nervioso Tohma – pero nunca lo hice con un chico. No tengo experiencia, tengo mucho miedo de lastimarte.

Eso puso muy feliz a Shuichi, no lo rechazaba solo se preocupaba por su bienestar. Deslizo la camisa del cuerpo de su amante y la dejo caer, con lentitud apoyo las manos en el pecho desnudo y tibio del rubio, paso los brazos por el cuello del mayor y con amor beso los labios que empezaban a volverse su adicción.

-confió en ti, sé que lo harás con cuidado. Yo te guiare, estamos juntos en esto-susurro sobre los labios del mayor- te amo, te amo mucho Tohma – sonrió antes de volver a fundirse en un beso apasionado.

 

Los besos empezaron a subir la temperatura de la habitación, las lenguas se acariciaban y jugaban entre ellas, las manos se juntaron entrelazando sus dedos. Se demostraban lo mucho que se amaban, allí parados en medio de la habitación, solo existía ellos dos, nada ni nadie importaba en ese momento, mientras se fundían en un abrazo delicado y lleno de amor.

Sus manos empezaban a repartir caricias sobre el cuerpo del otro. Shuichi acariciaba el pecho y la amplia espalda desnuda de su novio, la calidez y seguridad que estos le provocaban le reconfortaban. Se sentía querido y amado. El rubio mayor deslizó la ropa de Shuichi hasta que esta terminara a sus pies.

Admiraron sus cuerpos desnudos, se sintieron felices de verse por primera vez de esa manera, sabían que desde ahora solo ellos podrían verse de esa manera, solo ellos podrían acariciar de esa manera el cuerpo del otro, sabían que desde ese momento pertenecían en cuerpo y alma al otro.

 Con un dulce beso en los labios, Tohma tomo la mano del pequeño y lo guio hasta la cama, donde se sentaron y siguieron besándose. Shuichi se sentó a horcajadas sobre las piernas de su rubio acompañante. Sus pieles desnudas se acariciaron trasmitiendo su calidez y suavidad. Con lentitud Shuichi poso sus manos en el pecho de Tohma y las deslizó sobre los músculos marcados del torso del rubio, los suspiros de Tohma no tardaron en escucharse. Las caricias que le proporcionaba  su pequeño, estaban destruyen a pedazos su autocontrol. Las manos de Shuichi lo recorrían completo y estaba disfrutando cada roce de los suaves dedos del chico.

Shuichi estaba fascinado con ese cuerpo tan varonil, de músculos marcados, espalda ancha  y brazos fuertes. Observo detenidamente el rostro sonrojado de Tohma, jadeante por la falta de aire, lo beso de nuevo, más fuerte, más profundo, con más pasión y desenfreno que antes. Tomo la mano de Tohma y la puso sobre su pecho.

-Quiero que me toque, quiero que me beses, quiero que me hagas tuyo. Tohma, hazme el amor- le pidió avergonzado.

Eso sí que no se lo esperaba, fue como un fosforo encendido que cae en un tanque de gasolina. El libido del rubio subió hasta las nubes, de repente su respiración estaba pesada y cualquier rose parecía una descarga eléctrica, una placentera electricidad que recorría su cuerpo. Sus sentidos se dispararon, podía apreciar cada fracción de piel en el hermoso cuerpo juvenil sobre él y recordarlo como único, el aroma de la piel del peli rosa de repente se convirtió en su afrodisiaco personal. Estaba de más decir que su amiguito quería acción, y la quería de inmediato.

-Te amo. Déjame hacerte el amor – respondió antes de empezar a besar y acariciar el cuerpo desnudo de su acompañante.

Con desesperación acaricio el vientre del vocalista, recorrió con caricias firmes las piernas de Shuichi, beso los labios, las mejillas y el cuello del peli rosa. Lamio y succiono la delicada piel del cuello expuesto del pequeño, los gemidos quedos de Shuichi lo incitaban a más. Lamio desde la clavícula hasta el lóbulo de su oreja donde se entretuvo mordiendo y succionando. Disfrutando de la melodía de los jadeos y gemidos desacompasados del pequeño. 

Shuichi se aferraba a la fuerte espalda de su novio, se sentía desfallecer, todas las sensaciones que lo estaban embargando nublaban su vista. Su cuerpo estaba reaccionando muy rápido, demasiado rápido, y su corazón estaba a punto de reventar de alegría. Sus pequeñas manos recorrían la espalda de su amor acariciando cada centímetro de piel, ladeaba la cabeza para que su amante tuviera acceso completo a su cuello. Con un poco de esfuerzo y autocontrol el menor se levantó de las piernas de su rubio y se subió a la cama. Se acostó dándole una hermosa vista de su redondo trasero a un Tohma, de mas esta decir, súper excitado.

-Debes prepara mi entrada - dijo seductor mientras levantaba sus caderas – quieres hacerlo tú o quieres verme hacerlo – pregunto divertido

-No me tientes – sonrió ladino el rubio  mientras se acercaba al delgado cuerpo frente a el – dime si te duele.

Con sumo cuidado introdujo un dedo dentro de la cálida entrada del más joven, este chillo con molestia. Con movimientos circulares, el mayor, fue dilatando los músculos que recibirían a su hombría.

Los gemidos y jadeos del peli rosa se hicieron escuchar por toda la habitación. Unos pocos minutos y se sintió lo suficientemente preparado. No quería lastimarse pero tampoco le gustaba eso de la dilatación.

-Tohma, ya estoy listo. Puedes entrar – le sonrió agitado y jadeante.

Con sumo  cuidado el rubio fue entrando en Shuichi. Lento, tranquilo y sintiendo la exquisita  presión en su virilidad. Con jadeos y mucho autocontrol consiguió introducirse dentro del pequeño sin herirlo.

 Una sensación tan maravillosa y a la vez tan diferente los invadía a cada uno. Tohma estaba en la gloria, acababa de adentrarse en el cuerpo de la persona que más amaba, su corazón se sentía lleno y completo. Estaba feliz. Su cuerpo era recorrido por miles de sensaciones juntas, su mente se nublaba y sus fuerzas parecían flaquear.  Quería arremeter con fuerza contra ese cuerpecito de ensueño, pero sabía que podía lastimarlo y no quería eso.

Shuichi se sentía completo, al fin su corazón estaba  en paz, al fin se sentía amado, querido, deseado, protegido. Muchos sentimientos se juntaban en su pecho amor, deseo, placer. El cuerpo le temblaba, estaba tan excitado y deseoso de entregarse al empresario, tanto que empezaba a mover sus caderas para incentivarlo a moverse. Su respiración se veía interrumpida por gemidos y jadeos. Tan maravillosos eran esos sonidos a los oídos del rubio mayor, que estaba ansioso por escuchar mucho más.

-Se siente increíble –gimió el pequeño - por favor Tohma, muévete – suplico entre jadeos y gemidos queditos.

-Voy a moverme, pero dime si te duele. Dime y me detendré – respondió el rubio mientras empezaba a moverse.

Las embestidas empezaron, primero lentas  y cuidadosas, pero Shuichi no estaba muy feliz con eso, él quería más de su amante, mucho más. El miembro del rubio se movía dentro del pequeño, rozando su punto sensible, estremeciéndolo y arrancándole el aire. Con cada movimiento que tocaba ese punto una oleada de placer recorría su columna y el aire parecía escapar de sus pulmones en un sonoro gemido.

Las caderas del peli rosa empezaron a moverse con fuerza, la virilidad del rubio se movía dentro y fuera de su entrada volviéndolo loco, quería más, mucho más. Las embestidas pronto se convirtieron en frenéticas, la habitación se llenó de gemidos y  gritos de placer, sus cuerpos desnudos se perlaron de sudor y sus pechos agitados se esforzaban por jalar aire entro de los pulmones.

Ambos amantes estaban perdidos en el placer que estaban experimentando.  Shuichi dejaba escapar algunas lágrimas, sus labios abiertos dejaban escapar gritos de gozo y placer, su cuerpo agitado luchaba por tomar aire y sus caderas eran embestidas con frenesí por el rubio. Tohma se perdió en un mar de placer, la sensación de estar envuelto por la calidez de la persona que amaba lo descontrolo. Sus embestidas eran fuertes y profundas, sabía que podía lastimarlo pero ya no podía detenerse. Empezaba a sentir un cosquilleo en su miembro, indicio de la próxima llegada al orgasmo.

-Más fuerte, mas, por favor, Tohma, estoy en mi limite- escucho entre jadeos y gemidos a su amante.

-Yo también, me saldré- menciono disminuyendo la velocidad de las embestidas

-NO!- fue el grito desaprobatorio del pequeño- vente dentro, vengámonos juntos

Los movimientos de ambos eran violentos y descontrolados. Ambos estaban encerrados en el delirio del placer, no podían detenerse, estaban a las puertas del orgasmo. Thoma se esforzó por retrasarlo lo más que pudo, quería que este fuera el mejor orgasmo de su vida, quería que esta fuera la culminación del placer que se grabaría en su mente a fuego vivo.

Y lo logro, fue la mejor culminación de su vida.

El alarido de placer que ambos soltaron resonó en las paredes por varios segundos. Cansados y satisfechos se dejaron caer abrazados en la cama, observándose con inmenso amor y ternura. Jadeantes y estremeciéndose se acariciaban mientras miraban fijamente sus ojos, dulces caricias que reafirmaban el poderoso amor que se albergaba en sus corazones.

Después de muchos minutos recuperándose del gran  placer que sintieron al entregarse en cuerpo y alma, entre caricias y palabras dulces, ambos se dirigieron a la ducha. Se abrazan con caricias y palabras de profundo amor, se duchan y limpiaron sus cuerpos. Se acostaron a dormir juntos, abrazados y compartiendo la calidez que los embargaba desde lo más profundo de sus almas.

-¿Sabes que te amo, Tohma?- pregunto Shuichi adormilado por las caricias y la calidez del pecho de su amante

-No lo sé- respondió Tohma divertido- pero espero que así sea – susurro dejando un tierno beso en la frente de un casi dormido peli rosa

-Pues, te amo con todas mis fuerzas- dijo el pequeño dejándose llevar por el cansancio

-Yo igual – Tohma también cayo presa del cansancio. 

Notas finales:

espero les guste y dejen muchos rewins!! jajaja!! :3 besos y saludos!!


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