Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesas (DMxAfrodita) ONE-SHOT por Sherry Yukina

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Al igual que mi otro fic A raíz de un encuentro esta historia remite a sucesos de Soul of Gold, porque TOEI rompió mi corazón con su intento de destruir el hermoso canon ¬¬ 

En fin, los invito la leer y luego me dicen :)

 

Notas del capitulo:

Esta es la historia de Afrodita y DM que se conocieron de niños :) Desde entonces muchas cosas pasaron pero sus promesas se mantienen firmes a través del tiempo. 

Seguramente iba a morir pero por una vez había hecho algo bueno en su vida. En realidad sí había hecho otras cosas buenas, pero si tenía que poner todo en una balanza,  pensaba que ésta siempre se inclinaría del lado de sus errores.  Recordaba haber cometido muchos pero siempre hay uno que es el peor de todos: enamorarse.

Lo conocía desde que eran chicos. Estaban nada más y nada menos que en el santuario de Athena, serían compañeros de armas. Desde la primera vez que lo vio le llamó la atención, eran muy distintos y tal vez era justamente eso lo que lo atraía tanto, aunque por aquella época lejos estaba de darse cuenta de sus verdaderos sentimientos. En ese entonces, ese joven desenfadado y nada consciente de lo importante de la apariencia, era sólo su amigo.

La verdad es que Afrodita no solía socializar con nada más que no fueran sus rosas, su agradable fragancia le encantaba pero lo que más adoraba era su belleza y por eso nunca se separaba de ellas, prácticamente  ya era una rosa más. En cambio, su amigo disfrutaba de las peleas y creía que todo eso de las rosas eran puras tonterías. Eso había sido, de hecho, uno de los temas de discusión entre ellos en un principio, pero luego aprendieron a llevarse mejor y respetar los intereses del otro. Gracias a eso lograban tener una próspera amistad. O eso se suponía que sería.

Un día estaban tomando un descanso de sus respectivos entrenamientos tirados en la hierba jugando a encontrarle forma a las nubes. Disfrutaban mucho de esos escasos momentos en los que podían actuar de acorde a la edad que tenían.

_ Esa parece un cangrejo

_ ¿Cuál?-preguntaba el amante de las rosas quien no podía encontrar ni de casualidad algo así

_ Aquella chiquita de allá, fíjate bien ahí se ven las pinzas y eso redondo es el caparazón

_ La verdad que no sé qué estás  viendo pero si eso es un cangrejo aquellas de allá son dos pescados- le dijo entre risas a su amigo

_ No te burles de mi, tonto

_ Lo siento, lo siento

_ Tus disculpas no son sinceras, todavía te estás queriendo reír.

_ Está bien, dejaré de hacerlo

_ En realidad me gusta que te rías, preferiría que no fuera de mí pero...-suspira- ¿Sabes? De pronto me puse a pensar que nadie sabe cuando podamos volver a tener momentos así pero hay algo que si sé y eso es que me convertiré en un caballero que luchará por la justicia y quiero que tú estés ahí conmigo. Promételo Afrodita,  tú también serás un caballero y pelearemos juntos hasta el final de nuestros días.

_ Lo prometo

_ Bien,  ahora sellaremos nuestra promesa con un beso

_ ¿Un beso?

_ Sí mira, cuando yo estaba viniendo de Italia para aquí vi a un hombre que se despedía de una mujer prometiéndole que volvería a verla y acto seguido le dio un beso. Es obvio que se trata de un ritual que expresa el honor de un hombre

_ Pero...

_ Quiero asegurarme de que cumplirás con tu palabra Afrodita

_ Está bien, como tú quieras

Y así  fue como tuvieron su primer beso, algo inocente y ajeno a todo tipo de deseo  pero lleno de determinación por cumplir aquello que se prometían. En ese entonces eran verdaderamente puros y nada los corrompía pero el tiempo pasa y las personas pueden cambiar.

Pasaron los años y Afrodita hizo florecer más su belleza motivo por el cual era admirado por cualquiera que lo viera. Su amigo, por otra parte, se había vuelto muy solitario y se había cambiado el nombre a Death Mask, algo que Afrodita no supo entender y tampoco pudo preguntarle puesto que ya no hablaban y prácticamente no se veían sin que el pisciano entendiera porqué.  A pesar de haber cumplido su promesa ahora estaban más separados que nunca.

Una noche Afrodita sintió una presencia invadiendo su templo y aunque no estaba en las mejores fachas se dispuso a detenerlo pero vio que se trataba del caballero de Cáncer que venía sin su armadura.

_ ¿Qué haces aquí?

_ ¿Acaso no puedo visitar a un viejo amigo?

_ ¿Seguíamos siéndolo? Que yo recuerde jamás te dignaste a hablarme de nuevo.

_ Pasaron muchas cosas.

_ ¿Cuáles?

_ Bueno, ¿recuerdas nuestra promesa? Una parte de mi creer no haber cumplido con eso.

_ Toc toc ¿hay algo ahí dentro?

_ Ouch. Dueleee. Deja de golpear mi cabeza.

_ Somos caballeros, la promesa no se rompió.

_ ¿Cuántos tipos de justicia crees que haya?

_ Sólo la justicia verdadera ¿a qué quieres llegar con esto?

_ ¿Castigarías a alguien que ha cometido un crimen?

_ Creía que eso sólo le competía a los dioses, además ¿puedes decirme a qué has venido?

_ Vine porque pensaba que no habría nadie más adecuado que tú para castigarme. Hice cosas terribles y necesito pagar por eso o no estaré tranquilo.

_ Aunque me lo pidas yo no lo haré.

_ Entonces al menos prométeme que estarás para mí cuando yo lo necesite.

_ No puedo salvarte, lo entiendes ¿verdad?

_ Harás algo mejor que eso, créeme ¿Aún recuerdas cómo sellar una promesa? Déjame que yo te lo recuerde.

Más rápido que un abrir y cerrar de ojos, el caballero de Cáncer lo atrajo hacia su cuerpo y le robó un apasionado beso forzando la entrada de su lengua en su anonadada boca. En ningún momento Afrodita dejó de sentir esa intensidad, esa desesperación con la que estaba siendo devorado. La temperatura entre sus cuerpos se elevaba y las piernas del pisciano empezaron a temblar, estaba tan excitado que a excepción de su miembro erecto por la fricción, ninguna otra parte de su cuerpo podía reaccionar.

_ Mhg… para.

_ No puedo parar, estoy en llamas. Necesito...

_ Aquí no, me...- dudó entre decirlo o no mientras recuperaba el aliento- Me tiemblan las piernas, no voy a poder aguantar mucho más tiempo así.

_ Bien- lo cargó situándole las piernas a ambos lados de su cadera mientras sentían lo duro que se ponían el uno al otro- Iremos a sus aposentos princesa.

Afrodita quiso replicar ante esa burla pero los gemidos que brotaron de su garganta se lo impidieron. Es que la impaciencia era tanta que el otro apenas dio un par de pasos y ya lo estaba empotrando contra la fría pared.

_ Eres un bruto.

_ Todavía no tienes idea.

Sus pupilas sedientas de placer se clavaron en las suyas causándole una descarga de adrenalina en todo el cuerpo. Iba a entregarse a ese hombre que reflejaba una pasión bestial en sus ojos y excitantes movimientos. Parecía que iban a hacerlo ahí mismo pero a trompicones lograron llegar a la cama donde fue arrojado con rudeza. Pronto sus cabellos celestes quedaron esparcidos en la cama. Con sus delicadas manos intentó cerrar la bata que lo dejaba demasiado expuesto por el brusco movimiento pero fue detenido. Sus ojos celestes entonces se fijaron nuevamente en él y esta vez sonrió, ver todo el deseo que era capaz de provocarle lo halagaba.

Con un solo movimiento de esas ansiosas  manos fue despojado de su bata de seda. Era extraña esa sensación que le producía estar desnudo frente a su amigo pero por eso había venido a buscarlo, así serían las cosas ahora ¿no? Sin borrar su sonrisa abrió sus piernas dándole una vista por demás erótica y eso fue la cúspide de su excitación. Arrancó su remera primero y después sus pantalones  junto con su ropa interior dejando expuesto su palpitante miembro. Luego se puso encima del otro y prácticamente en su rostro comenzó a masturbarse con sus propias manos ante la mirada expectante de Afrodita que se moría por metérselo en su boca. DM no iba a negarse, así que soltó su miembro y tomó esos cabellos celestes para acercarlo a que se lo lamiera.

El placer que le fue dado no podía describirse en palabras,  parecía como si lo hubiera practicado toda su vida de lo bien que lo hacía.  El miembro creció más en su boca y fue entonces cuando DM lo reemplazó por sus labios húmedos y su lengua.  El pisciano sintió su cuerpo arder en llamas mientras notaba como su entrada estaba siendo profanada por sus dedos de forma rápida y tortuosa.  Más aún cuando sus piernas sonaron en señal de protesta cuando fueron empujadas a abrirse más de lo que su elasticidad le permitía. No sabía si era porque se trataba de aquel a quien tanto quería o porque siempre había tenido un lado masoquista pero hasta cuando lo penetró y se movió salvajemente, lo gozó con unos gritos acompasados por los movimientos de sus caderas.

DM también ardía en pasión por esos lujuriosos gritos  y además por las uñas que se clavaban fuerte en su espalda marcando la piel. Se estaba volviendo loco de tanto placer,  descargaba toda su frustración y furia consigo mismo en las embestidas contra ese ardiente cuerpo que se retorcía de dolor y gozo debajo de él. Eso era lo que había estado buscando durante tanto tiempo, en ese momento no importaban sus pecados ni nada más que el ahora. Arremetió contra la delicada piel de su cuello dejándole las  marcas de su deseo con violencia, antes de acabar casi al mismo tiempo estremeciendo sus cuerpos por el arrasador orgasmo que habían podido sentir.

Desde esa noche, los encuentros furtivos fueron en aumento ¡Cómo si hacer el amor fuera una forma de borrar las culpas! Era ridículo pero al menos así estaban juntos. Tal vez a partir de ahí fueron perdiendo parte de su alma. Con el auge de la rebelión de Saga fue todavía peor, el concepto de justicia se fue deformando  hasta devaluarse por completo.

Desde entonces fue vivir y morir una y otra vez. Se suponía que frente al muro de los lamentos sería la última pero nuevamente tenía otra oportunidad. El lugar: Asgard.

Pensó que esta vez podía ser diferente, tal vez vivir ahí no era una mala idea, alejarse de las batallas y de él aunque eso implicara faltar a su promesa y a su deber. Lástima que las circunstancias no ayudaran para nada, tal parece que encontrarse aun después de la muerte era su destino. Trató de restarle importancia al encuentro fingiendo que sólo estaba ahí para comprar rosas. La mujer de la florería era muy amable y además una descarada buena vendedora, mira que llamarlo guapo delante de su... ¿Amigo? ¿Compañero? ¿Podía todavía llamarlo así?  Death Mask aclaró las dudas de su mente negándoselo a la vendedora. Un momento ¿por qué estaba dándole explicaciones a ella? Y lo que es más, ¿lo estaba negando en público? ¡Ni siquiera lo había dejado presentarse!

Después de intercambiar unas palabras y analizar mejor la situación, comprendió que ese hombre también estaba tratando de llevar a su modo una nueva vida, una vida de la que él no formaría parte. No había mucho que hacer más que darle un empujón, si DM quería vivir pacíficamente en Asgard, lo apoyaría.  Al fin y al cabo no podía engañarse a sí mismo, en realidad no podía vivir donde no estuviera el de signo de Cáncer. Se conformaría al menos con verlo un poco porque lamentablemente ya no eran compañeros y tampoco amantes. Eso le había quedado claro después de seguirlo una noche. Al parecer ahora su interés estaba en otra persona y era gracioso. Él que había sido bendecido por los dioses con el extraordinario don de la belleza, estaba siendo reemplazado por una mujer bastante corriente y sin ningún don aparente. La ironía de la vida se le reía en la cara y le dejaba las manos vacías.  

Entendía cuál era su situación pero eso no evitaba que estuviera atado a él. Quería verlo, hablarle, que supiera que se quedaría en esa ciudad igual que él. Iban caminando juntos pero sabía que él se las arreglaría para pasar donde pudiera verla a ella.  Death Mask no podía escuchar a las flores, de haber podido hubiera entendido que era inútil correr a su casa a buscarla. Al verlo marcharse dejándolo ahí solo, comenzó a recordar los momentos que habían vivido juntos, uno tras otro los recuerdos hicieron eco en su memoria hasta llegar al día de su primera promesa. Pareciera como si hubiera sucedido siglos atrás pero aún el recuerdo de ese casto contacto de sus labios se mantenía intacto. Le hubiera gustado poder sentirlo una vez más pero eso ya había quedado en el pasado así que sólo se conformaría con lanzar su última promesa al aire pensando las más dulces palabras que jamás había dicho. Luego permaneció  un poco más en ese lugar con los pies clavados en el suelo  escuchando todo lo que las flores tenían para decirle. Estaba decidido, plantaría cara a los enemigos que estaban al frente. Después de todo, luchar por la justicia era el deber de un caballero y eso era lo único que nadie se lo arrebataría nunca.

No se arrepentía de las decisiones que había tomado, había hecho lo correcto al fin y al cabo. Su mensaje con respecto al árbol había sido recibido por su compañero de Aries. Sin embargo, lamentablemente no había logrado hacer mucho por aquella mujer de nombre Elena. Curioso, era imposible no pensar en quien se creía era hija de Zeus y había puesto Troya a sus pies por su encanto ¿Por qué Death Mask sería diferente? Aunque la triste verdad es que ambas mujeres sólo tuvieron una vida con más pena que gloria y quedaron en medio del fuego cruzado de la guerra. Hubiera querido salvarla, lástima que sus esfuerzos no alcanzaran. Debía admitir que había pensado que no había punto de comparación con la mujer pero se supone que ella dedicaba su vida a las flores ¿no? Desde chico DM afirmaba que las flores eran una tontería y no le sentaban bien pero tal parecía que eran algo presente en las elecciones de su vida.

Volviendo a su propia situación, recordaba haber sido derrotado y atrapado pero no sabía nada más. Quería entender porqué todavía no podía descansar en paz ¿Era por sus promesas? ¿Era por amarlo tanto?  Deseaba que sin importar si aun estaba vivo o si ya estaba muerto, sus sentimientos lo alcanzaran. Podía sentir nuevamente ese triste y doloroso anhelo de querer verlo una vez más, pelear con él una vez más. Cinco segundos al menos, se conformaba con tan poco. Sí eso era, así había sido siempre y no le reprocharía nada ¿Qué importancia tenía que su amado llorara otra muerte en vez de la suya? ¿Qué importaba si su hombre había encontrado el amor en otra persona que no era él? Sin importar nada y aun después de muerto, su alma y cuerpo serían eternamente de su amado. Así lo había prometido en silencio aquel día en Asgard mientras recordaba los buenos tiempos vividos.

 

 

 

Notas finales:

Quiero saber sus apreciaciones, yo sufrí mucho mientras lo escribía porque me pareció algo triste, de verdad todavía no le perdono a Toei lo que hizo :( Pero igual para mi son canon <3 <3

Comenten y difundan!

Un abrazo!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).