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Hasta el final de mis días por Yoshikawa Kanade

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen a mí si no a la gran sensei Nakamura <3 

:3

Notas del capitulo:

Bueno es la primera vez que subo algo :v por lo tanto nadie me conoce UvU 

Escribí esto hace casi un mes y hoy he decidio compartirlo con ustedes ya que es la primera vez que escribo, si alguien me esta leyendo quiero agradecer por darle click al nombre TwT y darle una oportunidad a este One-shot

No los aburro más y a leer :3 

Hace 3 años  mi posición como editor de manga shoujo cambió y me ascendieron a editor en jefe, quien lo diría, yo que hace 4 años trabajaba arduamente para dar reconocimiento a trabajos que vendieran lo suficiente demostrando que no había llegado hasta donde estaba solo por mi apellido, callando a todos aquellos que solo sabían arrojar estupideces de sus bocas.

Tiempo después logré mi cometido y me reincorporé a la sección de literatura dejando a Hatori-san como el nuevo editor en jefe, siempre creía que él era el más ideal para asumir este cargo desde un principio pero Isaka-san me aseguró que yo tenía el potencial indicado para levantar a la sección de romance en esos momentos.

 Asumí la “responsabilidad” como el heredero de la compañía de mi familia y tomé la dirección de Onodera Shupan demostrando de lo que Onodera Ritsu era realmente capaz sin necesidad de usar las conexiones de mi padre. Fue como lo había imaginado, no, eso sería limitar la grandeza que experimenté al lograr mi mayor deseo al pararme orgulloso frente a todos aquellos que una vez intentaron pisarme.

Era una vida realmente perfecta, deje huella en mi antiguo trabajo de edición en todos los proyectos que trabaje junto a Mutou-sensei y otras mangakas, tanto como cuando fui novato ha cuando fui ascendido a editor en jefe. Hice grandes best-sellers con autores de renombre y también con aquellos que no lo eran iniciando así el ascenso de la carrera de aquellos manuscritos que necesitaban pulirse para sacar todo el potencial como si del brillo de un diamante en bruto se tratase. Sin embargo esa vida no era la que realmente me hacía feliz, a menos no completamente ¿Por qué? Todo se reduce al nombre de una sola persona: Takano Masamune.

¿Por qué? si logré todo lo que me propuse, porque sentía mi vida un tanto vacía y gélida por la falta de aquellos simples toques que hacían que todo mi mundo cayera a su merced, dejando caer hasta la última barrera de todo mi ser, derritiendo hasta el más profundo rincón de mi mente y alma solo para darle total acceso a aquel hombre de inolvidables orbes miel; tan penetrantes pero a la vez tan cálidas; firmes pero a la vez tan frágiles; aquél arrogante jefe que siempre me cargaba de trabajo solo para hacerme crecer sin que yo me diera cuenta, aquel que siempre actuaba tan alto y presuntuoso ante todo con sus duras palabras; aquel que desmoronaba toda esa imagen y dejaba a la vista su frágil yo, mostrando su lado débil para mí; aquel hombre al que siempre perteneció todo lo que soy, tanto mi cuerpo como mi corazón. Jamás se lo entregue a nadie que no fuera él, si no era Masamune, simplemente no era nadie.

El sonido de la puerta siendo golpeada me saco de mis pensamientos al darme cuenta de que tome más tiempo de descanso de lo debido, me sacudí de la cabeza todos esos pensamientos y retomé mi postura.

-Adelante                                                                                  

Una mujer joven de edad entro a la oficina con el uniforme que distingue a las secretarias.

-Con su permiso Onodera-san                                                                                                               

A pesar de que me casé con Masamune y legalmente soy un “Takano”, todos me llaman por mi anterior apellido debido a políticas de la empresa. Hizo una pequeña reverencia y me tendió una carpeta que contenía los proyectos que se estaban llevando a cabo y necesitaban mayor atención.

-Aquí está la lista de los proyectos para los autores de la categoría de Usami-sensei, Sumi-sensei entre otros. Tiene una reunión con los de la imprenta al medio día para establecer el número de copias a los volúmenes del autor que hace un mes se está publicando, a las 2:00 de la tarde tiene otra reunión para establecer el diseño y el color de las portadas para los libros que recién acaban de imprimirse. Y por último debe cerrar el contrato con librerías Marimo para incorporar el acuerdo de comercialización.

-De acuerdo, diles a los de la oficina que acerca de los  manuscritos que nos llegan periódicamente los revisaré para indicar cuales pasaran a edición y cuáles serán reenviados a sus autores con una nota de explicación agradeciendo por su esfuerzo.                                                                                                                                                 

Me levante de mi asiento y me dirigí a la puerta para iniciar con el largo día de reuniones y contratos que esperaban,  pero la voz de mi secretaria me detuvo.

-Onodera-san, siempre tuve la duda pero jamás me atreví a preguntar, así que si no es mucha molestia ¿Me podría responder esta pregunta?

Siempre he creído que Kanase-san es una gran mujer, no solo por el gran trabajo que hace sino también por la gran fuerza de voluntad que posee. Me tocó conocer un poco de su vida y debo decir que le tengo un gran respeto a esta persona, a pesar de que a veces se muestra un poco tímida nunca está de más el “no juzgues a un libro por su portada”.

-Claro, no es ninguna molestia, siempre ha sido un placer responder las dudas de mis subordinados y ayudarlos si es posible, así que lanza tu pregunta.                                       

Le respondí con una afable sonrisa que al parecer asustó un poco a la peli negro por nunca mostrar tales gestos dentro de la oficina.

-Bueno, siempre me intrigó por qué cuando se acerca la fecha de revisión de los manuscritos de autores desconocidos, ya sean novelas, mini cuentos o hasta sagas completas, usted siempre se encarga de revisarlas minuciosamente una por una y decide cuales van a edición o cuales son regresadas a sus respectivos autores con una nota de explicación, eso no es algo muy común además de que imagino que ha de ser muy pesado realizar todo ese trabajo usted solo.  

Finalizó con leve timidez esperando por mi respuesta, creo que era la primera vez que entablábamos este tipo de conversación a pesar de llevar casi 2 años como secretaria. Con un pequeño ademán de comprender su pregunta, cerré la puerta y me dirigí hacia el fino cristal de la oficina contemplando la ciudad para fijar mi vista en aquellas nubes de colores grisáceos, apreciando como unas pequeñas gotas de agua caían poco a poco hasta acumularse generando una suave lluvia.

-Dime Yui-san

-¿S-si?

-Tu llevas 1 año y medio trabajando en esta compañía como secretaria y a la vez editora, considero que haces un gran trabajo. Te esfuerzas ¿cierto?

-Claro que si Onodera-san, me esfuerzo cada día porque este trabajo siempre es algo  que yo desee hacer desde pequeña. Realmente me apasiona y me encanta lo que hago.

-Y qué pasaría si un día de repente te dijera que no es suficiente. Que fue un gran avance lo que hiciste todo este tiempo pero simplemente no puedo aceptarte aquí. ¿Cómo te sentirías?

La peli negro me observó estupefacta como si en realidad la estuviera despidiendo, creo que en verdad no me tomo mucha libertad para conocer a mis subordinados.

-Yo… supongo que me pondría triste o decaería, pero más que nada quisiera saber que fue en lo que fallé, para así po-

-Poder trabajar en ello y esforzarte al máximo en caso de que tengas otra oportunidad, ¿cierto?

La interrumpí conociendo de ante mano su respuesta, ella solo me asintió mientras  yo seguía contemplando aquel tranquilo paisaje grisáceo.

-Es lo mismo en cuanto a aquellas personas que envían sus manuscritos, ponen todo su esfuerzo y parte de su persona en aquellos escritos esperando ansiosamente que alguien pueda leerlos, inclusive se desvelan o no comen con tal de terminarlos ¿Por qué? Porque es algo que realmente aman hacer. Y la recompensa es que aquellos sentimientos que tienen ocultos salgan a flote en unas cuantas líneas, la satisfacción de poder transmitir todas esas emociones y todas esas sensaciones es algo que solo se vive en la vida de un escritor. Sinceramente no me gustaría ser yo el que aplaste todos esos anhelos con un simple rechazo así nada más porque sí, así como a ti te gustaría saber en qué fallaste, ellos quieren una explicación o un ¿Por qué?. Considero que no hay mayor voluntad humana que aquella de “Querer es poder”, por eso mismo si tengo la oportunidad de impulsarlos de alguna manera, lo hago.

Kanase-san pareció entenderme y no dijo nada más, solo pude vislumbrar por el reflejo del cristal una sonrisa un tanto ¿agraciada? de su parte. Si hace algunos años atrás me hubieran hecho la misma pregunta no hubiera sabido cómo responder, o más bien no hubiera querido y simplemente la hubiera evadido, pero supongo que a estas alturas de mi vida “o hablo ahora o callo para siempre” en el momento sin importar si es el indicado o no, y dolorosamente la vida me dio el mejor ejemplo.

-Onodera-san usted es una gran persona, realmente lo admiro, que la felicidad siempre este de su parte y que el amor nunca le falte. Con su permiso.

Sonrió tranquila y sinceramente para despedirse con una reverencia dejándome solo en esa oficina de 4 paredes contemplando el amargo paisaje.

-… Que nunca me falte… dices

Susurre para mí mismo como si alguien fuese a escucharme e inmediatamente la imagen de mi amado vino a mi mente. A pesar de ya van 3 años en los que me he acostumbrado al frío contrario de mi cama, 3 años que he tenido que soportar la soledad y los gritos de mi quebrajado corazón, han sido 3 años que lo he seguido amando con total ímpetu a pesar de que ahora ya no está conmigo.                                                        

Con una pequeña risa sequé las traviesas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos para dirigirme a las últimas reuniones que quedaban del año. Nos encontrábamos en Diciembre, lo que significaba que teníamos que dejar cualquier detalle de la imprenta arreglada y todos los volúmenes para nuevamente comenzar el ciclo de Año Nuevo.  Recuerdo lo agonizante que era esta etapa cuando nos encontrábamos a final de ciclo en Marukawa, aún sigo sin entender cómo fue que logramos sobrevivir todos estos años y aún más con un editor en jefe como yo, supongo que quizá fue suerte, pero no diré que es eso ya que de seguro Masamune me reprendería diciendo algo así como <<Confía en tus capacidades, estás haciendo un excelente trabajo>>. Sonreí con nostalgia al recordar sus cálidas palabras, que a pesar de que no tuvieran mucho significado el simple hecho de que él las dijera para mí me daba energías para seguir adelante.

El día transcurrió rápida y agitadamente, se estableció la galería para los autores de renombre en las principales librerías de literatura de Japón, para aquellas que no son tan reconocidas se acordó un mayor número de copias para aumentar las ventas, ya que según las estadísticas las copias que son mandadas tienden a acabarse muy rápidamente, y algo que aprendí en Marukawa es que entre más reimpresión más ventas se pierden, lo cual no es muy conveniente para nadie aquí.

Se acordó el número de impresiones para el volumen que desde hace unos meses está siendo publicado, fue un poco difícil llegar a un acuerdo ya que esta obra solo tiene 5 meses de haberse lanzado, sin embargo contiene un gran potencial que merece ser aprovechado y cuanto antes mejor.

 El contrato de comercialización fue lo más sencillo, ya que las cláusulas quedaron establecidas hace un mes y esta visita fue solo una última revisión para finalmente firmar y sellar el acuerdo con una de las librerías que siempre ha mantenido un alto número de ventas en todas las secciones, desde literatura hasta manga, y eso lo sé muy bien.    

Ingresé a mi oficina para recoger mi bolso y finalmente marcharme para poder descansar de todo el ajetreo que tuvimos el día de hoy.

-Onodera-san, aquí está la lista de los manuscritos que llegan cada mes para su revisión.

-Ah, muchas gracias Kanase-san ya puedes marcharte. Gracias por su trabajo

-Gracias por su trabajo, que tenga una Feliz Navidad y un lindo Año Nuevo, Ritsu.

-Oh, es cierto, se acerca Navidad. Que tenga feliz Año Nuevo.

Dicho eso salí de la oficina para dirigirme al edificio departamental no sin antes despedirme de las recepcionistas como de costumbre, a pesar de que mantengo una buena relación con mis padres decidí seguir viviendo en mi departamento de vez en cuando, no es porque no los quiera, simplemente las cosas han cambiado y ya no soy un adolescente al que cuidar, además de que soy un hombre que se hace cargo de su vida y la de su pequeña pero linda familia, a menos así lo considero.

 El clima era un poco frío debido a la lluvia, nos encontrábamos a mediados de invierno así que las bajas temperaturas continuarían por un buen periodo, pedí un taxi y solo me dispuse a llegar a mi destino para ir a mi cama, dejarme envolver por el calor de las sabanas y finalmente caer ante el sueño.

*~*~*~*~*~*~**~*

Me desperté cerca  de las 7:30 a.m, muy temprano para ser mi día de descanso diría yo, supongo que es la costumbre de todos los días por levantarme más temprano para ir a la editorial, pero hoy no era así. Me levante y me metí a la ducha dejando que aquellas perlas de agua recorrieran todo mi cuerpo para despertarme completamente, cuando salí de la ducha me dirigí a la cocina para preparar mi desayuno y vestirme finalmente. A pesar de que no soy un chef de primera, digamos que me ví obligado a aprender, para no intoxicar con mis platillos a la luz de mi vida, además de que Takano-san fue el primero en obligarme de alguna manera al tener que preparar la cena cuando no coincidían nuestros horarios de trabajos. Bueno tampoco es como si no hubiera querido, muy en el fondo me agradaba la idea de compartir algún momento del día con mi azabache y aún más cuando me agradecía por haberla preparado. Me percate del rubor que se estaba aglomerando en mis mejillas y rápidamente me sacudí la cabeza por estar pensando tales cosas. Salí de mi apartamento para  bajar al estacionamiento por mi auto y salí del edificio percatándome como desde tan temprano el cielo aún permanecía gris, no le tome mucha importancia pero fue imposible no darme cuenta al llegar a mi destino y bajar del coche, que en realidad estaba nevando.

Me quede unos instantes contemplando aquella magnifica vista  dejando que aquellos pequeños cristales cayeran sobre mi rostro, era una sensación realmente agradable el sentir como el frío de los copos se derretían al hacer contacto con mi piel, pero también me recordaba a todo lo que era el oji miel. Sus palabras, tan firmes y duras pero a la vez tan protectoras; los toques de sus frías manos al hacer contacto con mi cuerpo haciendo subir dulcemente la temperatura corporal entre ambos, y como olvidar el blanco de esa suave piel que me perteneció desde un principio, aquella que se encargó de recorrer cada parte de mi ser y fundirse en total plenitud al entregarnos mutuamente en el acto de mayor ímpetu que puede existir.

Un leve cosquilleo en mi pecho me saco de mi trance e ingresé a ese sitió que alberga el alma de la persona que tanto amé y sigo amando sin igual, de principio a fin, hasta el final de su existencia. Camine entre el pasto cetrino que no lograba apreciarse debido a la acumulación de nieve a todo alrededor y llegue a una lápida con la leyenda que indicaba que era la correcta, a pesar de estar cubierta casi en su mayoría por nieve:

 

Takano Masamune

1984-2012

Aquí yace el cuerpo de un hombre capaz, excepcional en todo momento, gran líder, entrañable  amigo, amado esposo

 

 

Pude sentir como un leve ardor atacaba a mi pecho y amenazaba con salir por mis ojos al leer nuevamente la escritura sobre aquel pedazo de concreto. No importa cuántos años pasen o cuantas veces venga aquí, sigo extrañándote dolorosamente cada vez que contemplo el santuario en el que tu cuerpo descansa eternamente, dime ¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué cuando creí haber alcanzado el goce infinito de mi existencia… te apartan de mi lado? En toda la vida lo he tenido todo, por lo que nunca pedí más, sin embargo nunca creí que te volverías esencial para mí, más que el propio oxigeno o más que mi propia piel, te fundiste para siempre a mí alma, tanto que ya no deseo seguir avanzando en tu ausencia, te anhelo más que nada y quiero volver a sentirte entre mis brazos.

La nieve se vuelve más fría al pasar de los años,  en cada lágrima tu recuerdo está presente y me hace falta que estés aquí, no hay cosa a mi alrededor que te prohíba venir a mi mente y el simple recuerdo ataca mi pecho, haciéndome vulnerable ante este gélido paisaje blanco donde la nieve con el lento correr del tiempo se volverá más triste al llegar la estación en la que soy más frágil.

 Cada día muero un poco más, quisiera irme junto a ti, no soporto más el desgarrador lamento de mi corazón por ti, es tan profundo que no suficiente con destrozar mi pecho una y otra vez y marcar mi rostro con estos salados cristales que corren por mis mejillas, se funde a mis entrañas sacando a relucir los recuerdos más hermosos que creamos juntos, se aferra más allá de mi comprensión consumiéndome poco a poco al pasar de los días, amenazando con absorber los rastros de tus toques sobre mi piel.  

Nos casamos una primavera donde el cielo nos deleitaba con el azul más hermoso que podíamos contemplar, con el ambiente decorado por el natural de los pétalos sakura y más que nada, los dos estábamos ahí, dispuestos a entrelazar por el resto de nuestras vidas el destino que se nos confirió. Al finalizar la boda nos entregamos como si hubiera sido la primera vez que nuestras pieles hacían contacto, te cedí mis temblorosas pero sinceras caricias al no poder soportar más la distancia entre nosotros y me entregaste la delicia de poder probar el mismo cielo en tu cuerpo, aferrándonos uno al otro por el deseo y el desmesurado amor que ambos tanto anhelábamos.

 Quien diría que después de nuestra luna de miel vendría un funeral.

 Aquél día tuviste que ir a Hokkaido por unas reuniones de parte de la empresa y recoger unos manuscritos aprovechando tu estadía temporal. Me marcaste la última noche desde el hotel donde te encontrabas, me recordaste el porqué de tus “Te Amo”, el por qué nunca me dejaste cuando yo trataba de alejarte y más que nada que el haberme conocido fue el mayor regalo que la vida pudo darte. Rendido ante ti y cada una de tus palabras, esa noche, aunque no estabas a mi lado te profese nuevamente el amor que te tengo, no supe jamás si esa noche logré transmitirte todos y cada uno de los sentimientos que me unen a ti, pero aunque me hubieras soltado me encargaría de aferrarte a mí con todas mis fuerzas porque el apartarme de tu lado nuevamente es algo que no permitiría jamás. Te esperé en nuestra casa, esa que ambos compramos para poder compartir nuestras vidas para siempre, pero nunca llegaste. Más preocupado que enojado, trate de dispersar a mi mente de la angustia que me carcomía por no saber nada de ti buscando entre los canales de la televisión algo que me distrajera. Sin embargo mi cuerpo y mente fueron apresados por un ardor tan profundo al ver en el noticiero que la línea de trenes que conectaba a Hokkaido con las demás estaciones tuvo un aparatoso accidente… no se reportó ningún sobreviviente.

El aire, mi cabeza, mi cuerpo, las palpitaciones en mi pecho, todo era un desastre dentro de mí, sentí la peor tortura que podía atravesar y fue tál el golpe emocional que fui a parar al hospital, cuando me recuperé no me importó los resultados de lo que fueran los exámenes que me habían hecho e inmediatamente fui a Marukawa y pregunte en la oficina por Masamune. Absolutamente todos ya sabían del suceso así que las palabras en esos instantes… simplemente no eran necesarias.

Ese día, que te volví a ver, más allá de un desgarrador lamento, más allá del sabor de mis lágrimas caídas, lo que experimente en esos instantes fue algo que hasta el día de hoy no comprendo cómo fue que pude sobrevivir. Tu cuerpo perfectamente estable dentro de esa caja que nos separaba, tus orbes miel opacadas por el cubrir de tus párpados y tus labios perfectamente unidos uno sobre otro, era la imagen de la mismísima trinidad que atacaba nuevamente mi destruido y quebrajado ser.

Habían tantas cosas que teníamos que vivir juntos, tanta felicidad por compartir y saciarnos de lo que sería el resto de nuestras existencias. Sin embargo la vida, el destino o lo que sea… no tenía planeado lo mismo.

A pesar del dolor y todo lo que he tenido que sobrellevar en todos estos años, hoy te puedo decir que muchas gracias, por alegrarme mis días con tu existencia, gracias por dejarme entrar en tu vida, hacerme crecer, y sobre todo, gracias por dejarme amarte.

-Te amo y te amaré por siempre Masamune. Aunque ya no estés a mi lado físicamente, los recuerdos permanecen y los que formamos juntos, los llevaré conmigo hasta el día que me toque alcanzarte.                                                              

Las traviesas lágrimas no dudaron en manifestarse  una vez más y sin la intención de reprimirlas dejé que estas fluyeran en total libertad. Me puse en cuclillas y pasé mi mano derecha por la lápida deslizando mis dedos entre esos finos relieves que tenía inscritos, y removí la nieve que cubría el último verso dejándolo a la vista.

La gélida ventisca de invierno removiendo suave y secamente las ramas de aquellos rústicos plantíos, los finos copos que caían del cielo, el último lamento que mi cuerpo experimentaba deslizándose a través de mis mejillas permaneciendo calientes, fue todo lo necesario para finalmente avanzar.

-¡Mami!                                                                                      

La voz de mi pequeña luz me llamó haciendo que saliera finalmente de ese hoyo, liberando todas mis penurias para siempre.

-Yuki, ven aquí mi vida

Le indiqué a la pequeña  de cabello azabache e inmediatamente corrió a mis brazos para abrazarme con su pequeños bracitos y me dio pequeños y tiernos besitos por todo mi rostro.

-Ya estoy de regreso mami, te extrañe mucho mucho

-Yo también cariño

Le di un  pequeño beso en su frente y la cargue en mis brazos, aprecié como un dulce carmín adornaba sus mejillas a pesar del frío que nos envolvía, resaltando el níveo tono de su piel.

-Mami, no hagas eso.

Me dijo mientras formaba un pequeño puchero.

-Además estuviste llorando de nuevo ¿verdad?

Dijo eso mientras sus pequeños dedos limpiaban los restos de agua en mi rostro.

-Sí, pero no te preocupes porque es la última vez que pasa. ¿Trajiste las flores?

- ¡Si¡ el tío Kisa y el tío Chiaki me ayudaron a escogerlas. Déjame decirte que tienen mejores gustos que tu eh.

Me dijo con un falso tono de reproche que me recordaba mucho a mi amado. Hicimos un rezo los dos juntos, dejamos las flores sobre esa lápida y con los sentimientos crecientes en mi pecho una vez más, di gracias a Kami-sama por cruzar a la mejor persona en mi vida, orando por la paz que albergaba en ese infinito sueño eterno. Me dirigí a la salida pero me detuve en el momento que me percate que mi hija no me seguía

-¿Nos vamos Yuki?

 -Si mami

Se levantó de la nieve y corrió a mi lado sosteniendo mi mano para salir de ese sagrado lugar, en su rostro había una expresión que no pude descifrar en esos instantes pero que no tarde en comprender.

-¿Qué hacías hace unos momen-

Antes de que terminara mi pregunta la pequeña azabache puso en mis manos un pequeño regalo.

-Feliz Noche Buena mami, te amo.

Me regalo una sincera sonrisa enternecida que me sorprendió más que nada por el gesto, por unos instantes por estar distraído no supe que hacer, pero solo pude reaccionar para darle un abrazo y agradecerle por tener pequeños y lindos detalles.

-Gracias, pero se supone que se dan en Navidad el 25, hoy es 24.

- En si… el regalo era más para otra persona, pero tú eres su complemento así que te lo di también.

Felicidad Nostálgica.

Ese era el sentimiento que Yuki reflejaba a su corta edad a través de sus gestos.

<<Nuestros cuerpos fueron separados pero nuestras almas estarán unidas hasta que el día que toda existencia universal desaparezca, estamos dulcemente condenados a estar unidos más allá de cualquier comprensión porque incluso si no somos compatibles, si nuestro lazo se rompe, Yuki será por siempre el pasadizo en el que nuevamente nos encaminaremos para reencontrarnos.>>              

Una vez más, gracias mí vida. Por dejarme el más precioso recuerdo de nuestro amor, aunque nunca la conociste. Si puedes escucharme o si te llega un poco mi cariño, quiero que sepas que mi alma te pertenecerá por siempre, hasta el final de mis días…

*~~*~~**~~**~~**~~**~~**~~**~~

 

 

 

Sobre aquél pedazo de concreto tono escarcha se encontraban las delicadas flores que fueron depositadas por la pequeña Yuki, a su lado un pequeño regalo con una nota y la nieve cubriendo discretamente los versos de color dorado con los que eternamente sería recordado aquél azabache.

 

Takano Masamune

1984-2012

Aquí yace el cuerpo de un hombre capaz, excepcional en todo momento, gran líder, entrañable  amigo, amado esposo

Y futuro padre.

 

“Feliz cumpleaños papá, te amo”

Fin.

 

Notas finales:

Muchas gracias por llegar hasta el final no sabes como te lo agradezco a ti la persona que esta del otro lado leyéndome.  Si te rompi un poquito el kokoro gomen TnT, pero si no fue así, de todas maneras gracias :3 por leer las cosas que a esta chica se le ocurren :'v 

Si gustas puedes dejar un review pero si no con que hayas leído mi seco kokoro esta feliz :D

Arigatoo!!


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