-Dije que no.
-Señor, no debe ser así de terco, sólo les estoy dando un entrenamiento para que mejoren sus habilidades.
-Eso no me importa.
Wiss bufó ante el comportamiento tan inmaduro del Dios de la destrucción. Llevaban varios minutos discutiendo ya qué al parecer a Bilss no le parecía agradable la idea de que el de piel azulina entrenase aquel par de pelinegros.
-Señor, debo recordarle que ya llevo entrenándolos al menos tres meses y usted no había tenido ni una queja además del ruido.
-Pues cambié de opinión, asi que no te atrevas a desobedecer mis ordenes.
-Pareciera que está celoso.- dijo a lo bajo el de piel azulina pero logró ser escuchado por aquel ser gatuno.
-¡¿Qué dijiste?! ¡Yo celoso de seres inferiores!
-Si no está celoso entonces no debe haber problemas con que ellos sigan viniendo a entrenar, además traen comida deliciosa.
Bilss ignoró al de piel azulina y se fue directo a aquel comedor extenso donde ya se encontraba servida la comida. Eran platillos extravagantes, el olor era exquisito y que decir del sabor.
Era cierto, la comida que llevaban aquellos dos era deliciosa, eso era algo que el Dios de la destrucción no podía negar, justo ahora estaba comiendo aquellos recientes platillos que le habían llevado.
Comía cada uno de esos exquisitos manjares preparados en la tierra, la mezcla de la carne con las salsas y diferentes vegetales era un gusto a su paladar.
Wiss se incorporó en uno de los asientos de la mesa, comiendo varias preparaciones que incluían picante, ninguno de los dos se hablaban en ese momento, simplemente se concentraban en provar todas esas exquisiteces. Llegó el postre, al parecer ambos querían probar todos esos pasteles, crepas, helados, galletas y de más.
-Señor creo que lo justo es repartir a la mitad los postres.
Bilss no estaba de acuerdo al parecer el quería todos sólo para él, pero de inmediato pensó en algo que lo hizo sonreír mostrando sus colmillos.
-De acuerdo, los dividiremos a la mitad sólo si prometes dejar de entrenar con aquellos idiotas.
-No empecemos con ésta discusión de nuevo, píenselo bien, ellos son quienes traen esta comida tan deliciosa. ¿Acaso no le agrada el sabor?
-Pueden traer la comida pero no quedarse a entrenar.
-Si el lugar es el problema, en ese caso me los llevaré a otro planeta para no causarle molestias.
Bilss frunció el ceño ante ese comentario.
-¡No quiero, no te los llevaras a ningún lado !
-No lo comprendo señor. ¿Qué es lo que usted quiere? No se que es lo que le molesta tanto, únicamente les estoy proporcionando un entrenamiento.
-¡Quiero que me mires solo a mi!- el ser gatuno se exaltó, desde que Wiss se puso a entrenar al par de saiyajines había dejado de ponerle la misma atención al Dio de la destrucción.
El de piel azulina quedó un poco impactado ante tal confesión, cerró los ojos y dio un suspiro leve para luego acercársele al ser gatuno.
-Señor Bilss, yo lo miro sólo a usted, no hay forma alguna de que yo me fije en aquellos seres que acabo de conocer, no son de mi gusto.
Bilss miró al de cabellera blanca buscando mentira en su rostro, pero solo logro ver sinceridad.
-¿Hablas en serio? Por que si tratas de engañarme entonces yo...
El Dios de la destrucción fue callado por unos labios que se posaron suavemente sobre los suyos.
-Claro que no le miento señor, puede confiar en mi palabra.
La mirada de ambos se cruzó, un brillo invadía aquellas pupilas, Bilss no se sentía conforme con aquel pequeño roce que tuvieron, necesitaba más.
-Ahora comamos estos deliciosos postres, porque la verdad se me hace agua la boca. - Wiss se dispuso a comer primero uno de aquellos pasteles, tenía una cubierta de merengue con gotas de miel por encima. Era poco decir que estaba delicioso, hacía varios sonidos con los cuales se podría saber que le estaba encantando. La crema quedaba un poco regada por la comisura de sus labios, Bilss sólo lo veía comer y en cuanto vio aquella crema solitaria entre las comisuras de los labios del azulino, ya no pudo resistirse.
De pronto el de piel azulina sintió como algo áspero pasaba por sus labios quitándole los restos de aquel merengue con miel.
-Está delicioso.- Bilss relamía con su lengua los labios del de piel azulina delineándolos con lentitud, el sabor de la miel se había impregnado en la boca de Wiss.
El peli blanco no pudo evitar un sonrojo al sentir como aquella lengua rasposa pasaba sobre su boca, se incorporó cerrando los ojos y comenzó a darle ligeros besos al de piel morada quien correspondió gustoso.
Bilss de inmediato cerro los ojos degustando aquel beso que de casto se volvía frenético y desesperado. El de piel azulina comenzó a acariciar con las yemas de los dedos aquellas orejas largas causándole cosquilleos al de piel morada.
De un momento a otro Bilss empezó a caminar aún con sus labios pegados a los de el de cabellera blanca, moviéndose en dirección a una de las habitaciones de ese gran lugar, sus pasos eran algo torpes e iban derrumbando cada cosa que se les interponían en el camino.
Sus pies se encaminaron al cuarto de baño, aquella gran tina rectangular llena de agua caliente llenaba de vapor la habitación.
Sus labios se vieron en la necesidad de separarse, el sonrojo en el de piel azulina era demasiado evidente, el ser gatuno no podía resistirse ante aquella imagen, tomó con seguridad aquella ropa del de cabello blanco y comenzó a retirarla de su cuerpo, Wiss no se dio cuenta en que momento el Dios de la destrucción ya lo había tumbado al suelo, se sentía hipnotizado y la sensación de embriaguez no se iba de él.
Ambos tenían un bulto en su parte baja, sus cuerpos ya estaban excitados. Bilss no lo pensó dos veces y se sentó encima del de piel azulina pegando su erección aun aprisionada por sus ropas sobre la de Wiss que había quedado completamente desnudo ante la velocidad del ser gatuno que retiró todas las prendas.
-Ahh..señor...- Era imposible no dejar salir aquel suspiro, la sensación de sus erecciones juntas aún sin movimientos y separados por las prendas del otro seguía siendo placentera, dejando sentir varios choques eléctricos en su cuerpo.
De pronto el movimiento de caderas se hizo presente, los pliegues de los pantalones del Dios de la destrucción se friccionaban contra la erección del de piel azulina causándole varios estremecimientos.
Sus manos se posicionaron en la espalda del de piel morada para darle varias caricias, leves suspiros salían de su boca que al poco tiempo fue sellada por la de Bilss.
-Mngg..- solo se escuchaba el sonido de sus gemidos que se ahogaban en la boca del otro, sus caderas adquirieron velocidad, los pantalones del ser gatuno ya se encontraban mojados con aquel líquido que salia de ambos cuerpos, sabían que pronto llegarían al clímax, Bills se separó de aquellos labios y mordió ligeramente el cuello del de piel azulina al mismo tiempo que se liberaban dejándoles una sensación de éxtasis que disfrutaron.
-Haa..haa..- la respiración de ambos trataba de estabilizarse, Bilss se separó del de piel azulina y se retiro aquellos pantalones que solo estorbaban dejando al descubierto su miembro semi erecto.
El de cabello blanco se quedó mudo con esa vista, se levantó y se inco frente a aquel cuerpo del Dios de la destrucción, dejando su rostro frente a ese órgano que comenzaba a despertar de nuevo.
Sin esperar más tiempo, Wiss comenzó a dar pequeños besos a aquel miembro que de a poco empezaba a hincharse, el de tez morada solo atinaba a dar varios ronroneos ante aquel placer que se apoderaba nuevamente de su cuerpo.
El calor en ambos iba en aumento, sus sonrojos eran demasiado visibles, Bilss no podía contener un leve temblor en sus rodillas por el placer que le proporcionaba aquella cavidad húmeda .
-Ha..haa..- de su boca salieron esos gemidos mientras la lengua de Wiss se paseaba con libertad y de manera tortuosa sobre aquel órgano duro, succionando de vez en cuando el glande mientras con una de sus manos masajeaba aquellos testículos que se endurecían cada vez más, los fluidos se mezclaban con su saliva y caían por la comisura de sus labios.
Bilss no quería correrse de esa manera por lo que alejó a quien fue su mentor, agachándose a su altura le dio un beso probando el sabor de sus fluidos que habían quedado impregnados en la boca del peli blanco.
Un beso gustoso, lento y lleno de pasión era aquel que se estaban dando aquellos dos, el ser gatuno acariciaba las piernas del otro para poder estimularlo de mejor forma dándole varios cosquilleos que llegaban a su parte baja.
Con su cola tomo la erección del de piel azulina y comenzó a moverla de manera lenta pero placentera para Wiss. Su cola quedó algo cubierta por aquel liquido que comenzaba a emanar el falo del de piel azulina, dirigió la punta de su cola a aquella entrada estrecha que tanto ansiaba mientras le daba leves mordidas al cuello y pecho del otro.
Aquella cola comenzó a rodear el esfínter lubricándolo con los restos de pre semen que tenía, poco a poco se empezó a adentrar en aquel anillo carnoso que rogaba la atención del ser gatuno. El vapor del baño solo los hacía sudar más dejando sus pieles perladas. Sin dar aviso, Bilss metió de una sola vez parte de su cola en aquella estrecha entrada, sentía como ese lugar lo aprisionaba , sacaba y metía la cola de manera rítmica, tenía que prepararlo para después poder entrar el sin ningún problema.
Wiss suprimió sus gemidos cerrando sus ojos dejándose llevar por aquella sensación que se volvía placentera, su cadera comenzó a moverse pidiendo más, queria sentir por completo al de piel morada y su cola ya no le bastaba, Bilss entendió eso y retiró su cola para poder acomodar al de piel azulina.
Lo recostó abriendo sus piernas para acomodarse, metiendo lentamente aquel miembro que palpitaba de excitación, las piernas del peli blanco rodearon la cadera del ser gatuno que termino de enterrarse en aquella cavidad que lo presionaba de forma exquisita con sus paredes cálidas.
La respiración de ambos comenzaba a acelerarse, quedaron estáticos por un momento, pero al poco tiempo Wiss movió su cadera en petición por más, a lo que el Dios de la destrucción obedeció comenzando a moverse de forma lenta pero rítmica, daba estocada tras estocada, dejando que el sonido de sus pieles resonara en la habitación. No sabían si era a causa del vapor o por tanta excitación pero ambos sentían que les faltaba la respiración, las sensaciones de sus cuerpos eran tan placenteras que los gemidos no eran suficientes para describir lo bien que se sentían.
-Ahh..ahh..ah..más..más..señor...-Wiss estaba dejándose llevar por aquella sensación tan placentera que le proporcionaba ese órgano que entraba y salia de él dando en un punto que lo llevaba a la locura.
Bilss sonrió gustoso y aumento el ritmo de su cadera, se sentía tan bien como aquella cavidad lo apretaba dándole un cosquilleo que recorría toda su columna, se inclino hacia delante para poder lamer el cuello del peli blanco mientras continuaba enterrando su sexo en su amante. Con su cola estimulaba el miembro palpitante del de piel azulina, era demasiado, ambos estaban llegando al limite, unas estocadas mas bastaron para causarle a Wiss un placer que le causo un gemido ahogado, corriéndose mientras su cuerpo temblaba, Bilss sintio como aquella cavidad lo apretaba y sin poder evitarlo termino por liberarse dentro de su amante.
Ambos calletin rendidos relajando sus cuerpos en ese suelo del baño, sus respiraciones comenzaban a acoplarse, ambos se miraron y se dieron un beso casto.
-Señor, hay que darnos un baño.
-Después, por cierto, no me molesta que entre es con esos dos mientras hagamos esto cuando se vayan.
Wiss sonrió con ese comentario.
-Como usted ordene señor - con ello el de piel azulina le dio otro beso a aquel a quien en verdad ama.