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Me Recordaste a Él por Chimilia

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Notas del fanfic:

Escribí esto en el 2012. Fue mi primer fanfic. Espero les guste :)

Esa mañana me levante con prisa pensando que llegaría tarde a clases. Corrí por los pasillos del castillo con toda la agilidad que ser buscador me había otorgado y cansado y sin aliento, entré a clases. Para mi mala suerte teníamos Transformaciones dobles con los Slytherin. Bueno, sabía que si los ignoraba todo iría bien.

 

Al entrar ya todos estaban ubicados en sus lugares. McGonagall aún no había llegado, así que tome mi asiento de siempre junto a Ron mientras Hermione estaba sentada con Neville delante de nosotros.

 

De repente sentí una bola de papel pegar en mi nuca. Al voltearme, Malfoy me miraba burlonamente. ¿Acaso no había un solo día donde me dejara en paz? Había amaneecido realmente cansado, tenía sueño y no estaba de ganas de pelear. Así si poderlo evitar, y en un gesto de lo más infantil, le saqué la lengua y me volteé.

 

Cinco segundos después caí en cuenta de los que acababa de hacer. ¡Le había sacado la lengua a Malfoy como si fuésemos niños! Ahora ese idiota se burlaría después de clases.

 

Al terminar me levanté con sigilo tratando de mantenerme detrás de Ron para que no me viese, pero en contra de lo que había pensando que sucedería…nunca pasó nada. Al voltear vi a Malfoy caminar con la mirada perdida hacia uno de los corredores, alejándose de sus amigos mientras estos trataban de llamar su atención. 

 

Por más raro que suene, especialmente viniendo de mí, ese incidente se mantuvo en mi mente por casi todo el día. Pero a la mañana siguiente lo olvidé.

 

Al comenzar las clases esperé los rutinarios insultos de Malfoy, pero estos nunca llegaron. Estaba realmente extrañado. No sabía si sentirme preocupado o afortunado por tener un día de verdadera paz. Busqué a Malfoy con la mirada pero siempre me mantenía mirando hacia sus papeles.

 

Pronto me di cuenta que Malfoy evitaba mi mirada. Empecé a notar pequeñas actitudes fuera de lugar, por ejemplo si él me encontraba en un pasillo, rápidamente se daba la vuelta se iba por otro lado. Pequeñas  cosas por el estilo.

 

Al principio me pareció estupendo. No tenía que preocuparme por insultos ni burlas. Pero la sensación de paz no me duró muchos días porque sin darme cuenta empecé a sentir nostalgia. Creí que me estaba volviendo loco, pero luego de dos semanas me di cuenta de que Malfoy era una parte importante para mí. Me hacía sentirme real, lejos de todas esas alabanzas al “Salvador del mundo mágico”. 

 

Sé que mis amigos son mi todo, realmente los quiero. Pero a veces ellos también me tratan de una manera especial. Sólo Malfoy me regresaba al mundo donde pertenecía.

 

Decido, me dije a mí mismo que las cosas debían de volver a la normalidad como sea. Necesitaba esos insultos, esas peleas. Tenía que hacer que Malfoy me volviese a insultar, así que desesperado tomé la iniciativa.

 

Ya comenzando la tercera semana sin insultos, por fin lo pude encontrar en un pasadizo. Él estaba de espaldas y no tenía como escapar de mí. Decidí aprovechar la oportunidad.

 

- Hey Malfoy! Que haces sin tus gorilas al costado? Acaso se dieron cuenta de lo arrogante que eres y se alejaron? – dije con todo el odio que pude a su lado. Creo que lo asusté porque lo vi sobresaltarse. Pero un Malfoy no deja de ser un Malfoy de la noche a la mañana, y rápidamente recompuso la máscara de indiferencia.

 

Malfoy no me respondió. Seguí insistiendo hasta que me puse delante de él cerrándole el camino. Con un suspiro Malfoy alzó la mirada y me quedó viendo cansado. Me miro de una manera que me hizo temblar las piernas, profundo y  transmitiendo muchas cosas. Pero hubo algo que me molesto. Fue algo imperceptible pero que pude notar,  como si estuviese mirando a alguien dentro de mí. Como si buscara a alguien que no fuera yo. Pero fue la mirada cargada de cariño lo que me mató. Tenía que cortar ese momento.

 

- Hey! Te estoy hablando idiota! – le volví a gritar.

 

Pareció que mi grito lo hizo volver en sí y me miró de una manera más fría.

 

- Cállate Potter.

 

Pensé que ya había obtenido algo, pero cuando iba a sonreír triunfante se alejó del pasillo sin decir nada más. Esa noche me quedé consternado. Malfoy mirando de manera cariñosa y luego fría en menos de cinco segundos era demasiado para ser verdad.

 

Algo estaba ocultando. Y mi vena merodeadora no pudo quedarse tranquila. Tenía que saber que es lo que le pasaba a Malfoy. Me dije a mí mismo que era porque necesitaba sus insultos para poder insultarlo de regreso. Pero creo que mi conciencia no se lo creyó del todo.

 

- Hermione, tu crees que pasa algo raro? – le pregunte en el desayuno a mi mejor amiga.

- Sí de hecho, creo que Malfoy anda bastante callado, no? – me miro de una manera muy profunda. Esa mirada que dice “yo se algo que tú no”.

- Mmmmm no me había dado cuenta de eso! – fingí. Realmente hice la mejor actuación que pude – Porqué crees que sea?

- Creo que podría ser la vez en que…

- CHICOS NO SABEN LO QUE AVERIGUADO!!!! – llegó gritando Ron, interrumpiendo la respuesta de Hermione.

- ¿Que sucede? – pregunte alarmado, Ron se veía demasiado alegre

- Esperen, no les puedo decir aquí. Vamos a la sala común. - soltó misterioso.

 

Ese día Ron nos hizo perder la primera clase para enseñarnos su gran descubrimiento. Al llegar, Ron nos enseñó una revista muggle de celebridades.

 

- Ron, ¿tu lees revistas muggle? – le preguntó Hermione sorprendida.

- Rayos! Claro que no! Se la quite a unas niñas de primer año cuando decían algo sobre Malfoy en la revista. Tienen que ver esto! No puedo creer que nadie lo supiera!! – dijo agitando la revista – miren la portada.

 

Al quitarle la revista de la mano a Ron, pudimos ver que en la portada se veía a un chico rubio, que obviamente era Malfoy, pero muy sonriente de la mano de otro chico, moreno de ojos azules. Idéntico a Harry pero con mayor masa muscular. Sin embargo la foto estaba como rota y decía: ¡Fabrizio Gabriele rompe con su novio!

 

 

- Pueden creerlo? La revista dice que ya pronto cumplirían un año de relación, pero parece que el modelo ese decidió que ya no quería ser gay y rompió con Malfoy! Ahora esta con una modelo, no se como se llama. – decía Ron de manera alarmantemente rápida y tratando de pasar las páginas para enseñarle a sus amigos lo que había encontrado.

- Ya lo sabía – dijo Hermione dejando de lado la revista.

- Como se supone que TU sabes eso? – le pregunte sorprendido.

- Pues ese fue el chisme del colegio durante el año pasado, es decir, que Malfoy se declarara Gay y que además tuviese pareja daba mucho que hablar, sólo que todos andaban con lo del señor oscuro, y realmente no fue una noticia demasiado grande como para aplacar la de la derrota de ya-sabes-quién. Dicen que antes de que su padre lo obligara a tomar la marca, se escapó de su casa y se fue al mundo muggle donde conoció a Fabrizio. Se quedó con él hasta que las cosas se calmaron. Por eso no lo pudieron culpar de nada, porque Malfoy no estuvo presente durante la guerra. Se escapó antes de que todo estallara.

- Yo pensé que había huido por cobarde. Ahora que me doy cuenta…es obvio porqué regresó. Con el padre murió y la madre esta en un sanatorio en San Mungo, pudo cobrar su herencia y ser el mismo Malfoy asqueroso de siempre – dijo Ron pensando.

- Bueno, ya basta. Parecemos unas viejas chismosas hablando sobre la vida de los demás. Mejor nos vamos a clase – dije antes de que el chisme pasara a mayores, pero tenía una duda – Hermione…

- Dime Harry

- Cuando terminaron?

- Hace tres semanas.

- Ah…ok….vámonos…

 

Sin más nos fuimos a clase. Cómo ya todos parecían saberlo, Ron no pudo hacer mucho escándalo con su descubrimiento. Y el día pasó sin más novedad. Después de la cena decidí dar una caminata por los pasillos. De esa manera podía pensar más claramente.

 

Ahora sabía que ese modelo había roto con Malfoy justo unos días antes de que dejara de molestarme. Por lo que obviamente tenía que ser esa la razón. Pero no podía entender que es lo que tenía que ver yo con todo esto! Lo único que deseaba es que Draco me volviera a molestar……¿Dije Draco?

 

- Merlín, me voy a volver loco!!!! – grite en medio del pasillo.

- Más de lo que ya lo eres, no lo creo – escuche una voz que arrastraba las palabras detrás mío.

 

Malfoy estaba sentado en el piso, apoyándose en un muro. Tenía las rodillas flexionadas sobre las cuales descansaban sus brazos. Me miraba profundamente, como si buscara algo dentro de mí. Decidí que tenía que ser directo.

 

- ¿Porque me has dejado de molestar? - solté.

 

Sonrió de una manera cansada y clavó sus ojos hacia el cielo estrellado que se veía por la ventana.

 

- No sabía que extrañases mis insultos Potter.

- NO es eso!! Es solo que….mira no me entiendes…solo quería que…. – me empecé a sentir nervioso y no sabía que decir.

- No te preocupes, se a lo que te refieres – dijo mirando al piso.

 

Increíblemente, Malfoy se estaba comportando como una persona normal. Eso me termino de desubicar. Lentamente me senté a su costado, sólo que me senté con las piernas cruzadas. Su cabello rubio caía desordenado sobre su rostro, y me dieron ganas de apartarle el mechón que cubría sus ojos.

 

- Yo también quería insultarte sabes…pero ese día en Transformaciones…me afectó mucho lo que hiciste – dijo aun sin mirarme.

- Que hice qué? – No recordaba haber hecho nada especial ese día

- Me sacaste la lengua de la forma más infantil del mundo – parecía que una sonrisa peleaba por salir de sus labios….labios perfectos a decir verdad.

- No entiendo… - no comprendía nada de lo que quería decirme.

- Mi ex – dijo esa palabra como si le doliera decirlo – me solía sacar la lengua de esa forma para molestarme….sin contar el gran parecido físico que tienes con él…me recordaste a él…y me dolió el tener que acordarme… - pude ver a través de sus mechones que sus ojos empezaban a poner húmedos.

 

Realmente no sabía que decir…nunca había tenido que decir nada en esas situaciones…ni siquiera cuando termine con Ginny me acerque más.

 

- Lo siento – ridículo, lo sé. Pero no sabía que decir.

- No te disculpes, no es tu culpa…ahora realmente me doy cuenta que tú y él son completamente diferentes….tu eres más idiota – dijo parándose de repente y aguantando otra sonrisa.

- Hey! No me des un golpe bajo! Aquí el idiota eres tú por ponerte así por otro idiota que no te merecía – lo último lo dije sin darme cuenta y cuando lo hice me sonrojé de la manera más alarmante del mundo.

- jajajajajaja - su risa era fresca y hasta tuvo el descaro de limpiarse una lágrima por haberse reído tanto. No sabía como actuar ante ese Malfoy - bueno Potter…me alegra de que volvamos a hacer lo de antes….hasta luego San Potter – dijo alejándose – y gracias…

 

Lo último lo escuche casi al final, cuando quise responderle, él ya se había ido.

Pero ya nada volvió a ser como antes, porque los días que siguieron fueron increíbles. Si bien había peleas tontas, terminábamos sonriéndonos. Poco a poco fuimos entablando más conversaciones. Me entere que le gustaba mucho el helado de fresa y que su color preferido era el azul (yo creía que era el verde) y lo que realmente me sorprendió fue saber que le gustaba leer noveles muggle.

 

En verdad, no planeábamos encontrarnos y conversar. De repente me encontraba caminando por un pasillo y nos cruzábamos. Si tengo que ser sincero, en el fondo sabía que me lo iba a encontrar en algún momento. Y estoy seguro que lo mismo le pasó a él. Fueron semanas en las que Draco me fue agradeciendo por no dejarlo pensar en Fabrizio. Semanas en las que le conté toda mi vida, cómo me sentí después de la guerra y mi infancia. Y me di cuenta al final, que él era una compañía que no quería perder, y que quería tenerlo a mi lado. Conversar con él, hacerlo reír, jugarnos bromas. Supongo que era demasiado perfecto.

 

Pero dicen que lo bueno no dura mucho. Tres meses después llegó el día en que una noticia suya me afectó más de lo que pensaba.

 

- Fabrizio me pidió regresar con él – me soltó de repente mientras comíamos ranas de chocolate frente al lago. Ese lugar se había vuelto nuestro lugar favorito.

- ¿Qué? ¿Pero no tú no vas a regresar con él verdad? – le dije algo enojado. Sentía unos celos que nunca antes había sentido por nadie. Quería buscar a Fabrizio y golpearlo hasta que no pudiese volver a hablar.

- No se…no le he dicho nada aún - dijo tímidamente.

- Ni se te ocurra decirle que sí. Ese chico no te merece – dije aun más enojado.

- ¿Y quién me merece Harry? – dijo mirándome con tristeza – nadie nunca del mundo mágico va a querer tener algo conmigo. El estigma de ser un Malfoy es demasiado como para que algun mago se arriesgue a que sea siempre acusado de crímenes que nunca cometió. Y no quiero que estén conmigo por mi dinero ni por cómo me veo. Al menos Fabrizio jamás supo nada del mundo mágico ni de mi herencia….pero acá en este mundo que me odio…¿acaso hay alguien que me quiera por quien realmente soy?…Acaso…

 

No dejé que terminara de hablar. Lo besé con fuerza para que supiera que había alguien que sí lo quería por como era. Alguien que lo quería en todas sus facetas, siendo amable, siendo arrogante, siendo apasionado. Me di cuenta que quería todo de él, porque cuando estábamos juntos él me demostraba que había algo normal en mí. Para mí él era Draco y para él yo era Harry. No mortífagos o héroes. Solo nosotros mismos, y en ese momento necesitaba demostrarle que yo estaba aquí para él.

 

Me respondió el beso. Y la verdad, es que no recuerdo cuanto tiempo nos quedamos en ese lago así, juntos. Ni siquiera se en que momento nos enamoramos. 

Al principio pensé que Draco quería estar conmigo porque le recordaba a Fabrizio. Pero con el tiempo supe que no es así.

 

Porque cada vez que me sonreía, cada vez que nos peleábamos, cada vez que me decía “San Potter” sólo para sacarme de quicio, cada vez que me molestaba con mi cabello, lo hacía solo para mí. Todo era sólo para mí. 

 

Cinco años después. Todo de él sigue siendo para mí. Y él se jacta de que yo le pertenezco. No me importa. Mientras sigamos juntos, basta para mí.


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