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Broken Promise por Mise_Hanakotoba

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Yo de nuevo :'D -Todos huyen por qué nunca termina sus fics- No lo hagan D; traigo buenas nuevas. Este fic al momento consta ya de 4 capitulos, y será publicado quincenalmente, así que hay fic por lo menos para dos meses ya :D 

Broken promise es una canción de Placebo que habla de la traición de un hombre a su pareja que también es hombre, fue esta mi principal inspiración para el fic, siempre lo lean recuerden la letra de esa canción.

Los capitulos serán más cortos de lo normal, de lo que acostumbro. Porque seguiré con los capitulos largos para Reincarnation: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=110359

Ahora, este fic lo había publicado ya en otro lugar bajo otro nombre, así que si alguien ya lo leyo no me venga a acusar de plagio xD y bueno dirán, ¿para que leerlo si ya lo leímos en otro lugar? He editado los capitulos, así que en muchas cosas van a cambiar de la versión original.

Sé que es un fic que va a sorprenderlos, pues a partir del  quinto capitulo van a dar un giro inesperado. De verdad me gustaría que le dieran una oportunidad y que lo comenten. 

No voy a dejar Reincarnation, así que no sufrán porque además ya tengo la mitad del capitulo listo :D

Dedicado como siempre a Sak y Alex uwu 

Notas del capitulo:

Es el comienzo de la historia, un capitulo bastante pequeño, pero la idea es que no rebasen las dos mil palabras por cápitulo así podré ser constante con el. 

Cualquier duda, sugerencia, comentario y critica constructiva son bienvenidos en los reviews :D

 

I’ll cry about this

 

And hide my cuckold eyes

 

As you come off all concerned

 

El silencio y oscuridad reinaban en una habitación que hace poco estuvo llena de risas, palabras y susurros de amor, comprensión, apoyo y promesas. Promesa tras promesa, Estaremos por siempre juntos, No tienes que temer, estaré para cuidar de ti, Jamás te haré daño, Te amo…

 

Cada rincón de aquel lugar guardaba un recuerdo especial de su relación, el primer beso bajo el marco de la puerta, el primer te amo sobre el sofá que estaba frente a la ventana que daba hacia la calle. La cama sobre la cual hicieron por primera vez el amor, sobre la repisa el obsequio que le dio después de seis meses juntos. Todo eso ahora le parecía basura, cada cosa antes enumerada eran simples mentiras. Quería poder tirar todo, romper las paredes, quemar la habitación incluso la casa. Hasta que no quedará el mínimo rastro de él.

 

Sin ánimo se dejó caer sobre el suelo, al tiempo que comenzaba a limpiar las lágrimas que no paraban de emanar de sus ojos. Había sido un estúpido al confiar en él, en haberle creído todas y cada una de sus palabras.

 

Tuvo que morder su labio inferior para reprimir aquel quejido doloroso que moría por abandonar su cuerpo, nunca en toda su vida había sentido tanto dolor, tanta rabia. Era un sentimiento que le quemaba en lo más profundo de su pecho, mucho más ardiente que el propio amor que hace poco le tuvo. Podía sentir como hasta la sangre que recorría sus venas le producía ardor.

 

Se preguntó a si mismo que hubiese ocurrido si no le hubiera ido a buscar esa tarde para darle una sorpresa, llevaban una semana sin verse y le pareció oportuno pasar por su apartamento. Había decidido abrir la puerta con la llave que alguna vez le dio, para cuando la necesitará. Vaya estúpido que había sido hasta entonces, tenía muchos planes en mente para esa tarde.

                                                            

Educadamente dejó sus zapatos en la entrada del apartamento y acto seguido comenzó a caminar en dirección a la habitación de su pareja, en silencio, pues quería mantener el factor sorpresa hasta el final.

 

—¿Es lo mejor que puedes hacer?…

 

Escuchó salir de la habitación la voz del mejor amigo de su novio, no le pareció extraño ya que ambos compartían aquel lugar. Seguramente estaban teniendo una de sus acostumbradas peleas por cosas insignificantes, pensó al tiempo que colocaba su mano sobre la perilla de la puerta. Tendría que deshacerse de aquel idiota, pues quería pasar un tiempo a solas con su pareja.

 

Todos sus pensamientos se dispersaron cuando un ronco y sonoro gemido salió del lugar, seguido de la voz del que en ese entonces era su novio.

 

—Estás en tu limite Tatsuya… anda córrete para mí…

 

Su oído pareció agudizarse más cuando los gemidos se intensificaron, tendría que haber sido aún más estúpido como para no saber de qué eran aquellos sonidos. Pero su corazón se negaba a creerlo, tenía que comprobarlo, verlo con sus propios ojos y así lo hizo. Abrió la puerta de golpe dejando ver los cuerpos de ambos sobre la cama, desnudos, sudorosos y agitados por las acciones que estaban realizando.

Las manos de Kei estaban sobre los muslos de Tatsuya, mientras su boca envolvía el miembro del mismo. Su pareja perecía no haberse percatado de su presencia puesto que siguió con su labor como si se le fuera la vida en ello.Por el contrario el castaño le miró directo a los ojos en cuanto le vio cruzar la puerta, en estos pudo ver una mezcla indescifrable de emociones y en su rostro las muecas de placer.

 

—Yo-ka… – jadeó Tatsuya.

 

Kei se le separó de golpe al escuchar el nombre de su novio y palideció al observar como la mirada de Yo-ka se ensombrecía en un instante.

 

—Yo-ka yo puedo…

 

Se levantó de la cama tambaleante en un intento de alcanzarle, pero su esfuerzo fue en vano. Yo-ka salió de inmediato de la habitación, tomó sus zapatos y se fue de aquel sitio con la firme decisión de no volver nunca más en su vida.

 

Había quedado hecho pedazos, fue cuestión de segundos para que todo se destrozara. Y la pregunta constante en su cabeza no paró de repetirse una y otra vez hasta el cansancio: ¿Por qué precisamente con él?

 

Deseó poder desaparecer, huir al lugar más recóndito para ahogar su pena. Pero nunca había sido su estilo el perderse entre cantinas, menos con su nula resistencia al alcohol. A pesar de todo no tenía intención de exponerse, así que como única opción terminó yendo a su casa.

 

A penas llegó llamó a Shoya, quien no tardó en llegar a su lado para consolarle y cuidarlo por el resto del fin de semana. Cada que estuvo a punto de derrumbarse y llorar, él estuvo ahí sosteniéndolo entre sus brazos. Pero como era de esperarse, su amigo tuvo que irse a trabajar el lunes por la mañana.

 

Estaba solo de nuevo, Shoya volvería, pero seguía estando solo. Atrapado entre esas cuatro paredes. Cuando estuvo en compañía del otro no tuvo el tiempo para reflexionar sobre el lugar, sobre lo que cada rincón había representado todo ese tiempo.

 

Días atrás estar en ese sitio le llenaba de fuerza y vitalidad, hoy sólo podía sentir una sensación de asfixia, un fuerte golpe en su pecho que le destrozaba por dentro cada vez con mayor profundidad.

 

Toda la mañana estuvo recostado sobre el suelo de la sala, a veces lloraba, lagrimas que dejaban claro no su tristeza, sino un profundo enojo. Otras veces preferió quedarse dormido. Pero la mayoría del tiempo se la pasó mirando el techo manteniendo su mente en blanco.

 

El reloj de pared marcó las cuatro de la tarde, Shoya llegaría en cualquier momento a librarlo de su soledad, ni él mismo podía entender su resiente apego al otro. Cinco minutos habían pasado cuando de pronto sonó el timbre, sin ánimo se levantó para ir a abrir. Seguramente Shoya había olvidado el juego de llaves que le entregó en la mañana, nunca sospecho que sería quien vio detrás de la puerta, misma que intentó cerrar de inmediato.

 

—Yo-ka ¿Podemos hablar? —Imploró el recién llegado al detener el cierre de la puerta—. Por favor, te lo ruego.

 

Era Kei quien lo miraba suplicante, esa bella mirada enmarcada con unas terribles ojeras y bolsas bajo los ojos. Su cabello notablemente desordenado estorbaba la vista de su rostro, realmente no era el mismo chico de antes. Incluso su ropa lucía desalineada y torpemente colocada. Había estado decidido a cerrar la puerta y no dar marcha atrás, pero para cerrar el ciclo necesitaban hablar y decidió que era mejor hacerlo ahora.

 

—Está bien. —dijo para luego dejarle pasar.

 

Cuando le vio atravesar el marco de la puerta un golpe duro chocó contra su pecho, no era dolor o tristeza, era una mezcla de rabia e indiferencia ante el sentir ajeno. Sólo su propia situación valía, sólo su causa era justa. Desde el momento que cerró la puerta supo que nada ya sería igual, el amor que alguna vez le tuvo se había extinguido por completo.

 

Cualquier cosa que se dijeran no tendría el peso suficiente para hacerlo reconsiderar, para hacer que su corazón volviera a latir con la misma intensidad de días atrás. Aquel órgano se había endurecido como una piedra, una que pesaba y llegaba a asfixiarle.

 

Ambos caminaron en silencio hasta llegar  a los sofás de la sala, al sentarse quedaron el uno frente al otro. En silencio permanecieron por varios minutos más. ¿Qué iban a decirse? Lo que había visto Yo-ka era imposible de negar. Los ojos de Kei se tornaron acuosos, por primera vez lo vio a punto de derrumbarse y eso lejos de conmoverlo lo reanimó, le dio un motivo para seguir.

Notas finales:

¿Les gusto? ¿No? haganmelo saber en los reviews :D


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