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OJOS DE NEBULOSA por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Que hara Owen despues de lo que le hizo Ed?

Descubralo en este capitulo e.e

El pequeño albino se levanto de su cama a eso del medio día, era de los que dormían de a montón y tenían el sueño pesado en serio, pero como no estaba en la escuela esos días su madre no le decía nada. Actualmente estaba de baja temporal por algunos problemas que tuvo, aun así no disfrutaba el dejar la escuela, era dormilón, más no flojo, pero ya no lo soporto el día que unos de sus compañeros lo bañaron de pintura en medio de una presentación.

“Eres un raro, un debilucho, enano, pareces una chica” estaba acostumbrado a todo eso, pero el colmo fue cuando aun fuera de la escuela lo llevaron a un callejón y lo golpearon, la frase de uno de quienes lo hirieron aún rondaba en su cabeza. - ¿Te gusta? Tu solo te buscaste esto- ¿Buscarme esto? Jamás había hecho nada en contra de nadie, lo odiaban por cosas sin sentido y por eso mismo no entendía a las personas, lo culpaban por ser callado ¿Pero como no serlo con gente así?

-¡Owen, a comer!- Su madre le llamo desde la planta baja. – ¡Ya voy!- Antes de bajar observo su habitación, tenia posters e imágenes del espacio, galaxias y nebulosas por todas las paredes, algunas de esas estrellas fosforescentes en el techo sobre su cama y un sistema solar de juguete que giraba dando vueltas a una manivela sobre su escritorio. El espacio le encantaba, sentía que viajaba allí para escapar de sus problemas, un lugar donde podía estar tranquilo lleno de hermosos paisajes, pero solo. Volvió al mundo real y bajo a comer no sin antes ponerse una camisa de cuello de tortuga que cubriera la marca que le dejo Ed en el cuello.

El y su madre comían en la mesa de la cocina tranquilamente, su madre era abogada y salía mucho así que no siempre podían comer juntos. –Owen no me has contado cómo te ha ido estos días- Pregunto la madre notando que apenas tocaba la comida. –No ha pasado nada nuevo, es aburrido no hacer nada- Su madre sabia que le hacía mal no tener una rutina de un chico normal de 16, pero por lo sucedido no podían más que esperar que las cosas se calmaran. -¿Cuándo dejaras de usar ese color de cabello? Extraño ver tu tono original.

-No lo sé.

–Deberías considerarlo hijo, por cierto ¿No se supone que ayer te quedarías con un amigo? No me has hablado nada de él, cuéntame ¿Cómo es?- Owen suspiro algo molesto. –No quiero hablar de eso- Su madre estaba preocupada, hace nada el estaba feliz cuando le dijo que conoció a alguien y ahora no quería hablar de eso. -¿Qué pasa Owen? Acaso tu no…

-¡No te dije que no quiero hablar de eso! No finjas que te importa que tenga o no amigos, es mi problema, tu ni siquiera estas aquí- Su madre se sorprendió por la reacción de su hijo, intento acercarse a él pero se fue de inmediato a su cuarto y cerró la puerta con fuerza, no quería ser grosero con su madre pero ya estaba al límite, tantas cosas en su cabeza no lo dejaban descansar en paz. Se deslizo por la puerta hasta quedar sentado en el suelo con la cabeza abajo.

De nuevo sintió una punzada de dolor en su cuello, Ed lo había mordido muy fuerte, le sorprendía que no le haya sacado sangre. Se toco el cuello mientras pensaba en el ¿Qué estará haciendo? ¿En qué estará pensando?

 

Habían pasado 3 días y Owen no pasaba por la tienda, Ed se estaba preocupando, sabía que lo que hizo estuvo mal pero no pensó que el niño se enojara tanto, tenía la cabeza sobre el mostrador y miraba al infinito a través de la puerta de entrada.

-Hombre, no me gusta verte así- Rose se preocupo por su amigo, hace tres días aun estaba ansioso y feliz por ver a Owen, pero ahora estaba sumergido en la depresión. –Creo que fue peor de lo que pensé, seguro no volverá jamás- Rose negó con la cabeza. –No digas eso, estoy segura que vendrá, dale más tiempo.

En su casa Owen estaba recostado sobre la cama viendo al techo, su madre salió por un par de días por cosas de su trabajo, estaba solo en casa sin nada que hacer. Se levanto y se vio al espejo, usaba su camisa negra sin mangas, reviso su cuello notando que la marca estaba casi desvanecida, se miro unos momentos y recordó a Ed y lo que ocurrió en el vestidor, el castaño no lo tomo en cuenta pero mientras lo tocaba un espejo estaba frente a Owen con el cual pudo ver claramente todo lo que le hacía. Cerro sus ojos recordándolo, sabía exactamente donde lo toco, aun podía sentirlo, inconscientemente sus manos recorrieron esos lugares donde Ed estuvo. Al abrir los ojos vio lo que estaba haciendo y de inmediato se detuvo. - ¿Qué me pasa? Esto no está bien- Fue al baño y lleno con agua fría el lavamanos, luego sumergió el rostro por unos segundos para despertarlo y sacarlo de donde fuera que estaba su mente.

-Tengo que salir, si me quedo aquí me volveré loco- Decidió ir a la librería un rato, se puso un abrigo y una bufanda, tenía su suéter nuevo pero ese le traía recuerdos un tanto pervertidos. Salió de casa y vio que el cielo estaba nublado. –Odio este clima- Dijo antes de tomar su camino a la librería.

 

Rose había salido a comprar un par de cafés para ella y Ed, ya estaba de regreso cuando a la distancia vio a Owen acercándose. -¡Es el!- de inmediato volvió a la tienda para avisarle a Ed. -¡Esta aquí, viene para acá! Rápido, ven a ver- Ed despertó de su trance de inmediato, corrió a ver por la ventana, era cierto Owen estaba allá afuera. -¿Qué se supone que haga ahora Rose? –Solo espera a que el venga, no lo tienes que asustar- Para su mala suerte Owen no entro a la tienda, se paso de largo sin voltear siquiera un poco, ni siquiera de reojo.

-¿Pero qué raro? ¿A dónde se supone que va?- Rose no se esperaba eso, Ed no lo soportaba más, tenía que aclarar las cosas con Owen de una vez por todas, salió corriendo tras de él. -¡OWEN! ¡Espera!- El albino escucho la voz de Ed y un escalofrió le recorrió la espalda, ni siquiera volteo, se echo a correr lo más rápido que pudo pero Ed lo alcanzo y tomo del brazo. -¡Suéltame! No quiero hablar contigo.

-Pero yo sí, es urgente hacerlo, Owen déjame explicarte lo que paso- Ed le suplicaba con la mirada, aun así el niño no quería dejarle las cosas tan fácil. –Déjame, no hay de qué hablar, ¡suéltame!  -Te soltare si me dejas hablar, por favor escúchame y si aun así ya no quieres saber de mi lo aceptare, pero dame una última oportunidad- Owen miro directo a los ojos miel de Ed, parecía muy serio en cuanto a su propuesta. –Bien, pero no hay que hablar aquí.

-¿Qué tal en la caféte….? -¡NO! Nada de sitios cerrados- Owen estaba más que nervioso, le parecía un poco exagerado pero cumpliría con sus condiciones si así podía resolver las cosas con él. –Bien, vamos a las mesas que están por fuera entonces- Owen accedió, los dos fueron y se sentaron uno frente al otro. Hubo unos segundos de silencio antes de que Ed comenzara a hablar.

-Escucha, sobre lo que paso lo siento, me… me deje llevar, estuvo mal hacer todo eso sin permiso, es solo que no pude detenerme, créeme se que fui un gran tonto, en verdad lo lamento- Owen no sabía que decirle, parecía sincero pero aun no estaba satisfecho con eso. –Me hiciste todas esas cosas raras, estaba asustado, te dije que te detuvieras y no hiciste caso- Ed tomo fuerzas, no se rendiría solo con eso. –Lo sé, y en verdad me arrepiento.

-¿Pero por qué hiciste eso en primer lugar? Solo te estabas burlando de mí, eres igual a todos, solo querías fastidiarme- Este comentario le molesto mucho a Ed, ¿Cómo daba por hecho cosas que él ni sabía? Lo estaba culpando de más. – ¿Una broma? No hables así de mí, no lo hice para molestarte.

-¡Entonces ¿Por qué?!- Le grito Owen.

-¡Porque me gustas!- Grito Ed, quien a pesar de la cara de sorpresa de Owen no se echó para atrás. –Me gustas, por eso lo hice, sé que no es excusa pero esa es la verdad, no bromeo en absoluto.

Owen se quedo callado, las palabras de Ed se le clavaron en el pecho como una flecha, su corazón latía muy rápido, el también tenía algo que confesarle a Ed, pero no podía ser tan simple, no para él, debía ser especial. – ¡Ven aquí!- Owen tomo del brazo a Ed y lo jalo consigo. Ed estaba sorprendido, no conocía esa faceta del albino. Lo llevo al centro de la plaza, justo frente a una fuente de agua, el lugar estaba solo, Owen le daba la espalda pero sin soltar su brazo el cual apretaba con fuerza.

-¿Qué sucede? ¿Por qué me trajiste aquí?- Ed aun estaba confundido mientras Owen se ponía cada vez más nervioso, comenzó a temblar sin control. Se armo de valor como pudo y lo miro a los ojos. -¡Ed, tú me…! Tu….- Se había atorado, sentía como su corazón latía a mil, tomaba aire e intentaba calmarse pero no podía, sus ojos se estaban humedeciendo. –Ed tu me….- Ed no sabía si decir algo o quedarse callado, hizo que Owen soltara su brazo y tomara su mano, la apretó tiernamente para transmitirle fuerzas, Owen las aprovecho y lo dijo de una vez. -¡ME GUSTAS! Me gustas mucho- Ed sonrió, sabia lo mucho que le había costado al albino confesarse, pero fue algo que jamás olvidaría, incluso entendió que lo llevo hasta la fuente para que fuese algo especial. De inmediato lo abrazo ocultando el rostro del pequeño en su pecho. –Gracias Owen, me has hecho muy feliz- Ed sentía como el corazón de Owen se le escapaba del cuerpo, se quedo callado pero correspondió el abrazo agarrándose con fuerzas de sus ropas. -¿En serio? ¿Me estas aceptando?- Pregunto insistentemente el más joven.

-Más que eso, me encantas- Lo miro a los ojos, a esos profundos ojos azules que lo volvían loco. -¿Tu me aceptas a mí, aun después del error que cometí?- Owen oculto su rostro de nuevo y le respondo en un susurro. –Sí, te perdono.

Ed hizo que el albino lo viera de nuevo a los ojos, se acerco muy lentamente a su rostro para darle tiempo de decidir si corresponderle, Owen cerró sus ojos y se acerco a él muy tímidamente hasta que sus labios se encontraron en un dulce e inocente beso.

 

 

Notas finales:

A mi que a Owen le gusto lo que paso en el vestidor :p

ustedes que piensan?

 


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