Había pasado casi un mes desde que empezaron a salir. Owen lo miraba todos los días cuando terminaba su turno, a veces caminaban por la plaza o tomaban un café. Otras lo visitaba a su casa y pasaban la noche juntos, claro está, sin hacer nada aun. Si tenían sus momentos románticos y apasionados pero Owen no dejaba de ponerle límites, aun así, esto no molestaba a Ed ya que entendía que el chico era virgen y aun no estaba listo para eso.
Owen caminaba al trabajo de Ed a eso de las 2:00PM, se le había hecho tarde así que corría por las calles acelerando su paso. -¿Cómo pude quedarme dormido? Necesito una alarma con más volumen- Se detuvo en un semáforo, mientras la luz cambiaba miro alrededor, tal vez Ed lo estaría buscando. – ¡Hey tu! Espera- Owen reconoció esa voz, volteo sin ganas para encontrarse con la pelirroja que todos conocemos. – ¿Tu eres ese amigo de Edgar verdad? Necesito un favor- Owen no iba a ayudarla en lo absoluto, le miro decidido y firme.
-No creo que deba ayudar a la ex-novia de Ed, lo siento pero tengo prisa- La pelirroja lo detuvo del brazo. –Es importante, quiero hablar con él, resolver las cosas, no quiero que este enojado conmigo. Por favor ayúdame- El tono empalagoso de Helen lo fastidio en serio, no iba a estar junto a su enemiga, porque eso era ahora que el salía con Ed.
-Te dije que no, además el ya te olvido, esta con alguien más- Se soltó de Helen que lo miraba sorprendida.
Mientras Rose y Ed esperaban a Owen fuera de la tienda. –Ya es tarde, debería ir a buscarlo- Dijo Ed mientras miraba la hora en su celular. -¿Por qué no le llamas?- Rose también estaba preocupada, el albino era puntual… casi siempre. –No tiene teléfono celular, así que no puedo, voy a buscarlo- En eso una figura se acercaba a la distancia, Ed se alegro pensando que era Owen pero pronto se extraño de que estas eran dos personas y no una. Cuando pudo distinguirlos vio a Owen y Helen corriendo para llegar primero con él. -¿Esa no es Helen? ¿Qué hace con Owen?- Rose estaba casi tan sorprendida como Ed. Pronto el albino y la pelirroja llegaron agitados y exhaustos. -Ed, necesitamos hablar- Demando la pelirroja.
-¿Qué quieres Helen? Te dije que no quería volver a hablar contigo- La pelirroja se le acerco demasiado a lo que Owen solo observaba molesto, Rose lo tomo de los hombros para calmarlo. –Ed, no quiero que me odies, se que hice las cosas mal, pero ¿No podrías perdonarme y seguir siendo amigos?- Ed estuvo a punto de responderle un “No” cuando alguien le gano en hablar. –El no será tu amigo, ya tiene a alguien más, así que vete- Owen miraba molesto a Helen, ¿Por qué no los dejaba en paz?
-¿Quién eres tú para meterte en nuestros asuntos?
-El es mi novio- Respondió Ed de manera firme y segura, Helen no se esperaba eso, miro a Owen y lo analizo con cuidado de pies a cabeza. – ¿Estas saliendo con él? Es un niño, sin contar que es un chico como tú.
-Eso no te incumbe Helen, el punto es que ahora él es mi pareja, y tiene derecho a dar su opinión, además sinceramente no quiero tener nada que ver contigo. Por favor déjanos en paz- La pelirroja miro molesta a Ed y luego a Owen, se sentía ofendida por ser, según ella, remplazada por tan poca cosa. Se fue sin decir nada más no sin antes pasar al lado de Owen y empujarlo con su brazo.
-Esa chica está enferma, si no fuera porque yo si estoy cuerda la hubiera puesto en su lugar- Rose sostenía amistosamente a Owen quien no pudo evitar sentirse molesto por lo que paso. –Lo siento mucho Owen, te prometo que ella no te volverá a molestar- Ed se le acerco y le beso la mejilla, mientras Owen se sonrojaba Rose miraba la escena con expresión seria, lo que obviamente significaba que moría de felicidad por dentro.
-Bueno chicos yo los dejo, pasen bonita tarde. Y Owen, no te sientas mal por esa idiota, tu eres un millón de veces mejor- Rose se despidió y se fue dejándolos solos.
-Ed yo, lo siento si hable de más…es que…
-No te preocupes, tenias derecho a hablar- Tomo su mano y entrelazaron sus dedos, Owen estaba feliz de que Ed fuera su novio pero sabía muy bien que esa chica no los dejaría en paz tan fácil.
Ed estaba molesto, no entendía la actitud de Helen mucho menos la aceptaría, tenía miedo de que perjudicara a Owen. –Ed, hace frio- Owen apretó su mano, sabía que cuando decía que tenía frio era porque quería que lo mimara, el era tan distinto a Helen, era tierno, amable, no necesitaba decir las cosas para que lo entendiera, poco a poco aprendió de él, a identificar sus indirectas y de descubrir lo que lo ponía de buenas.
-Entonces vamos a mi casa- Le susurro al oído en un tono seductor que hizo que a Owen le diera un escalofrió. –Tonto, no digas esas cosas aquí. –Hehe, pero si no dije nada malo, anda vámonos de una vez- Y así ambos se fueron a casa de Ed. Mientras en otro lugar, Helen estaba en su habitación aun molesta por lo que paso.
-¿Cómo pudo? ¡Y con un niño! Debe estar bromeando- Aun no se lo creía, no quería decir que estaba celosa, pero lo estaba, moría de celos. La forma en que Ed defendió al albino y dijo con tanta tranquilidad que era su novio. –Esto no se quedara así.
Owen bebía chocolate caliente que Ed le preparo mientras se acomodaba en el sofá de la sala. -¿Te gusta? Espero no esté muy caliente- Se sentó a su lado y paso una mano por su espalda para abrazarlo. –Está perfecto, gracias- Owen se apego a él, le gustaba que lo abrazara y mimara, todo de Ed le gustaba.
-Dime, ¿Tienes libre el sábado por la noche?- Pregunto Ed.
-Tomando en cuenta que no estoy en la escuela, que no trabajo y que mamá nunca esta, sí, estoy libre- Ed se puso un poco serio, no le gustaba ver a Owen hablando así, sabía que algo le ocultaba. –Ya veo, pues saldremos ese día ¿Ok?- Owen lo miro curioso. -¿A dónde? -Es una sorpresa, ni intentes adivinar- El más joven inflo sus mejillas haciendo un puchero.
-Aww, que lindo- Beso su mejilla. - Te quiero Owen- El albino le correspondió besando su mejilla también, luego Ed beso sus labios despacio, pusieron la taza de chocolate en la mesita y continuaron besándose. Owen se sentó en las piernas de Ed mientras este lo tomaba de la cintura y la nuca haciendo el beso más profundo, sabia a chocolate, Owen se separo un momento y lo vio directamente. –Espera, cierra los ojos- Ed se sorprendió de lo que dijo pero lo obedeció sin decir nada. El joven albino se quito el suéter y se soltó el cabello, luego se acerco y beso el cuello de su novio dulcemente. Ed se sorprendió tanto que abrió los ojos de inmediato, no podía creer lo que miraba, Owen se veía tan lindo besando y lamiendo su cuello de abajo a arriba, no dudo en pasar sus manos bajo su camisa y acariciar su piel.
–Ahh~ Ed- Gemía en su oído mientras se dejaba llevar por sus caricias, Ed sabía que lo detendría pero bajo sus manos a sus pantalones y los desabrocho. -¿Eh? Espe….- Se quedo callado, lo miro dudando de su respuesta pero luego solo cerró los ojos, Ed continuo metiendo su mano y tocándolo provocando que este se sonrojara.
-Tranquilo, solo sobre tu ropa interior- apretaba y masajeaba lentamente, los gemidos de Owen inundaron la habitación, Ed amaba sus reacciones, la cara de placer que le mostraba era tan sexy. Aumento poco a poco la velocidad, Owen se agarro de su espalda y lo apretó con fuerza, sentía que se volvería loco. –Ed, no puedo… voy a. –Lo sé, tranquilo solo hazlo- Le interrumpió Ed mientras aumentaba la velocidad a tal punto que se corrió en su mano soltando un fuerte gemido de placer, cayó en sus brazos respirando agitado. –ah...lo, lo siento- Estaba apenado pero lo estuvo más cuando Ed lamio sus dedos frente a él. –No te preocupes- Beso sus labios con ternura, poco a poco lograba que su niño albino confiara en el, pero aun así sabia que le ocultaba muchas cosas, debía esforzarse por saber que era lo que le preocupaba, no lo dejaría solo.