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Te Amo y Por Eso Tienes el Poder Para Destruirme por Arwen Diosa

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Notas del capitulo:

Mucahs graicas a los lectores con su apoyo aqui esta el segunod capi del fic, me alegró mucho leer sus mensajes... la verdad me dieron la fuerza necesaria para continuar esta historia de la vida real... jajajaja bueno, algo así... pero lo que si es cierto que si me dan la fuerza que necesito para escribir cada palabra.  Muchisimas gracias.

Con esta segunda entrega pasen lean y ponganmse comodos y comodas...

Te amo y por eso tienes el poder para destruirme… pero confío en que no lo harás.


 


Capítulo 2.- “Cuando se Ama el Final se Presiente”


Intentaba arreglar su imagen para bajar al entrenamiento matutino. Había dormido relativamente bien pero tenía una cara muy desgastada y además de su aspecto tenía poca energía…


“Milo…”


Él se había ido rápidamente después de su encuentro bajo el agua de la ducha, y quedaron verse en el coliseo, no le quiso preguntar más sobre las misiones para no romper el aura feliz que los rodeaba… no quería que Milo se enojara con él,  mientras estén bien no había que temer.


Tenía tantas promesas con Milo, el estar con él era una promesa a largo plazo, una continua lucha para conseguir su objetivos juntos… permanecer como novios y amantes, era demasiado el amor que tenía por él… “Un día haremos una familia, tu eres mi todo y lo sabes. ¿Cómo puedes pensar que no eres importante para mí? Si tanto me costó conquistarte y lograr que seas mío. Sólo que a veces me desesperas y lo sabes, no me gusta algunas cosas de tu forma de ser… sabes que me desesperas, eres demasiado controlador y dependiente de mi”.


Camus suspiró y dejó la compasión a un lado para terminar de arreglarse y salir de su Templo para ir al Coliseo, a lo mejor antes que llegue el Patriarca y preguntarle sobre su decisión de las misiones logre hablar con Milo y escojan una misión juntos.


- ¡Milo! ¡Milo! - llamó cuando estaba en el Templo del susodicho.


- Ya se fue.


Dio algo parecido a un respingo al escuchar la inesperada voz de Ikki del Fénix en su espalda. A lo que sabía era que los Caballeros de Bronce se habían ido hace una semana y no volvieron… o sí?   Camus parpadeó un par de veces antes de conectar su cerebro con su voz.


- Gracias Ikki, no sabía que estabas aquí.


Tal y como era su forma de ser del Caballero más joven, su respuesta fue levantar los hombros y adentrarse al Templo dejando solo a Camus con todas sus preguntas.


 


- Bueno, por milagro de los dioses Afrodita ya llegó así que podemos empezar con el asunto que les informe ayer - comenzó a decir Shion cuando los reunió a todos en las tribunas del Coliseo.


- Mmm Patriarca - dijo Shaka - Camus no está.


Milo que estaba distraído arreglando sus muñequeras miró a su alrededor percatándose de ello. Al igual Shion miro rostro por rostro reconociendo qué “hijo” le faltaba, seguro de un momento a otro dejó de ser tan atento con ellos, ya que en esos momentos era donde podía estar más cerca de su querido Dokho y lejos de las exigencias de Athena.


- Bueno, comencemos con esto de las misiones, supongo que Camus ya llegará, si no es usual su tardanza entonces debe tener una explicación razonable y cierta - Shion mandaba su indirecta sin mucha discreción a Afrodita que sólo sonrió con nerviosismo - Continuemos… Bueno quienes van a la misión de la Isla de la Reina Muerte.


Milo alzó la mano junto con Aioros y Mu


La reacción de los demás fue… algo confusa, generalmente era Saga, Shaka incluso Shura los que apuntaban a las misiones más conflictivas o que significaban un reto. Les sorprendía mucho la decisión de Mu, porque era el más pacífico e ir a una misión así significaba tener más carácter… Aioros era espontáneo y seguramente el ir a una misión de esa naturaleza era más para salir de su rutina, Milo… los demás vieron su decisión de “estoy de joda” que algo tomado en serio.


- Bien, están apuntados - Shion tomo nota de sus nombres - les diré los pormenores después, ahora para la misión de los archivos del Santuario.


Solo una mano se levantó y esta vez hubo más sorpresa por parte de sus compañeros al ver que Saga de Géminis era el voluntario.


- Apuntado - dijo rápidamente Shion antes que exista una declinatoria y se quede sin voluntario - Ahora para la misión de la fiesta de cumpleaños.


Las manos del resto se alzaron con excepción de Shaka y Aldebarán que resultaron los más apáticos en estos temas, según Shaka mundanos y para el de Tauro perjudiciales en sus planes de aprender a bailar salsa.


- Bueno, bueno… ¿Por qué tanto interés? Si mal no recuerdo era la misión mas repudiada…


- Es que Shio… Patriarca - recordó las formalidades Mascara de Muerte - Este año si o si nos aseguraremos que hayan buenos licores y comida que valga la pena comer… no nos haremos tratar como sus sirvientes esta vez, además tu mismo lo dijiste, este año vendrán los demás dioses con sus caballeros, habrá presión y ella pondrá a disposición el dinero del Santuario no? -  Shion  lo miró con certeza y afirmando con la cabeza a medida que esta hablaba.


- En ese caso los anotaré a todos los que quieran - dijo animado Shion - Así nos ocuparemos de todos los detalles y no dejaremos que ella se involucre en nada para que no tenga idea de nada hasta el día de la fiesta. Eso es todo, luego hablare con cada grupo para quedar con los detalles, el grupo de la fiesta deberá escoger a un representante para que sea el que los dirija internamente. Pueden desconcentrarse.


Milo hizo una pequeña reunión entre Aioros y Mu para hablar sobre su misión, cuando Camus llegó lo encontró en un pequeño círculo  en una entretenida y seria conversación. Inhaló profundo para controlar su acelerada respiración por la carrera que había hecho, sabía que estaba tarde y era la primera vez que se atrasaba. Caminó directo a Shion intentando llamar su atención y dar la disculpa por su retraso.  No era un secreto que el Patriarca había formalizado su relación con Dohko y  nadie pretendía reprocharle su actitud enamorada que demostraba frente a los demás, es más, parecía que ambos se contenían de tratarse con más cariño y no medir la distancia.


- ¡Camus! ¿Qué sucedió? - Shion discretamente le dio un guiño a Dohko, seguramente estaban hablando de un tema importante - Es muy raro que llegues tarde.


- Lo siento Patriarca - se disculpó arreglándose el cabello con ambas manos e intentando que no se note su desgaste físico por su encuentro  con Milo - Perdí la noción del tiempo…


- No te ves saludable ¿Te encuentras bien? - dijo seguramente notando sus ojeras y su cansancio.


- No… estoy bien, de verdad - dijo poniendo la mejor sonrisa que tenía - quería saber sobre esto de las misiones, y anotarme a una.


- Claro, para esto de la fiesta realmente no creo que haya más espacio, pero está disponible vacancia para esto de los archivos, solo se anotó uno así que sería perfecto…


-Mmm - lo pensó Camus - ¿Y Milo ya eligió una? - preguntó volteando la mirada para ver al mencionado, este continuaba encimado en su seria charla - Es que quedamos que sería mejor estar los dos en una misma.


Shion se rascó una ceja en muestra de nerviosismo y con una tenue sonrisa que parecía más compasión y pena, respondió contrariado.


- Milo no mencionó nada… e hizo grupo con Mu y Aioros para ir a la Isla de la Reina Muerte, lo siento Camus pero para esa misión no hay mas vacantes.


A pesar de su sorpresa intentó mantener la calma y asentar con la cabeza.


- Pero hay espacio para eso de los archivos de Santuario, se que parece muy aburrido pero…


- Gracias, me apuntaré ahí  - respondió rápidamente, pensó que si Milo había elegido irse él debía encontrar rápidamente que hacer en su tiempo libre, como odiaba quedar relegado pero esa era su realidad… no quería quedarse en su Templo a solas mientras Milo estaba fuera, quería ocupar su tiempo  de la mejor manera si era posible…  - Gracias.


Shion vio como Camus se iba hacia la tribuna, seguramente a esperar que Milo acabe su charla con sus compañeros de grupo y entablar una conversación juntos… suspiró al aire, no tenía una buena relación con ninguno de los dos pero no era necesario, era sabio por todos que eran pareja y que Camus profesaba un amor inmenso por el protegido por la Constelación de Escorpio y estaba siempre donde Milo quería que esté aún si eso significaba no a su lado. En cambio Milo, era mucho más fuerte y no tan profundo como Camus lo parecía ser, mucho más técnico y hasta superficial, y aunque la relación de los dos no era un secreto se notaba que Milo media muy bien la distancia con Camus.


 La misión de los archivos… era algo que deseaba Camus por la cantidad increíble de material de lectura que había en ese lugar, poder investigar y sorprenderse de los misterios del Santuario. Alguna vez habían compartido sus inquietudes con Milo y tenían muchas dudas que extendían sus largas charlas mientras amanecía… seguramente esas fueron las mejores épocas de su relación, las largas e interminables charlas juntos, unidos en un abrazo sutil, sin demasiado contacto físico o… Milo sólo buscando tener sexo.                                                         


- Camus ¿Qué pasó? Llegaste muy tarde - Milo se sentó a su lado - Elegimos las misiones y no estabas…


- Si Shion me  contó que estas con Mu y Aioros - dijo Camus en tono de voz enojado, intentando ocultarlo, pero su enojo era notable - Creí que estaríamos juntos.


Milo agrandó los ojos a forma de advertencia para que regule su tono de voz, Mu y Saga voltearon hacia ellos dándose cuenta de la elevación de voz de Camus que a pesar de no ser mucha había llamado la atención de los susodichos.


- Basta… no quiero que me hagas uno de tus escándalos aquí ¿Si? - Milo le abrazó por los hombros - ¿Por qué siempre te tienes que poner así? Estábamos tan bien esta mañana… - el de cabello azul apretó su mano sobre el hombro de Camus - Mira que preguntar a Shion que misión tomé yo… pareciera que ni personalidad tuvieras ¿Ibas a elegir la que yo tomare?


- No… pero quedamos en elegir juntos que es muy diferente a ir detrás de ti… sólo quería que pasemos tiempo juntos - dijo Camus en el tono de voz más suave que pudo.


- No… todo para ti es diversión Camus, lo único que quieres es pasar tiempo juntos, no importa lo que esté haciendo, pero quieres que estemos juntos… no te importa si estoy cansado con los entrenamientos o tengo otros proyectos, lo único que quieres es estar juntos.


- Pero…


- No, de verdad hoy yo quería que elijamos una misión para los dos pero como llegaste tarde me dejaste la decisión a mí, y todavía quieres echarme la culpa… yo creo que ya ni el amor vamos a hacer, porque luego te pones mal y como hoy tienes una cara espantosa…


Camus que estaba tragando las ganas de levantarse e irse de ahí para no volver a ver a Milo, pero se quedó sentado escuchando la voz de este, mientras bajaba la cabeza y cerraba los ojos intentando escapar de la sarta de cosas que escuchaba… incluso estaba mareado por tantas acusaciones que Milo le hacía, cerraba los ojos y deseaba escapar… él no se sentía así… en parte era verdad  lo que Milo decía, parecía que sólo quería estar a su lado y estar juntos, pasarla bien… pero Milo era tan innecesariamente rudo.


- Bueno, basta ¿No? - dijo Camus cortando a Milo en mitad de una de sus oraciones - Al final tengo una misión y tu otra ¿verdad? Podrás ir a la Isla de la Reina Muerte con Mu… y Aioros…


Milo apretó los labios y bajo la cabeza, retiró la mano que tenia sobre los hombros de Camus y se puso de píe, empezó a caminar unos pasos donde sabia que Camus lo seguiría en silencio, sus pasos los llevaron hasta la parte trasera del Coliseo donde había muchos pilares caídos y arena. Era un lugar despejado y silencioso.


- ¿Qué te pasa Acuario?


Sintió que la boca se le secaba cuando era llamado de esa forma, sólo usaba ese nombre cuando estaba realmente molesto, Milo se apoyó en un pilar y con la mirada fija sobre el cuerpo de Camus espero su respuesta.


- ¿Por qué estas tan molesto? - cuestiono Camus - Que yo sepa debería ser yo el que se enojara.


- Hay Camus, tu siempre con tus macanas, que tiene de malo que haya escogido una misión.


- Nada, eso no es lo malo.


- Pero te pones como loco, además no fui yo el que llego tarde ¿o sí? Nunca quieres entenderme, yo quería estar juntos en una misión pero no podía decirle a Shion que parara la reunión por tu culpa. Ahora me reclamas porque iré con Mu… - Camus abrió grande los ojos - me doy cuenta que te pones celoso de él, eres patético Camus, como vas a sentir celos, Mu es mi amigo y tal vez sea el mejor que he tenido y tú te pones celoso, sabes que odio los celos.


-¿Mi culpa?  Y no estoy celoso - mintió para defenderse - pero es verdad, estarás con Mu todo este tiempo y prefieres ir con él que conmigo.


- Camus ya está hecho esto, yo escogí la misión que quería y esperaba que fuéramos juntos pero llegaste tarde.


- Pero es que… porque no me esperaste y bajábamos juntos al entrenamiento, siempre me dejas solo después de hacer el amor…


- Pareces una niña realmente, quieres controlarme con eso… ¿crees que por hacerlo debo ser más atento? Si sabes que te amo… para mi es suficiente el saber que me amas y ya, no pido demostraciones de ninguna naturaleza. Eres de lo peor, por eso ya no quiero tener relaciones contigo porque te pones muy sensible y esperas que actué como Romeo o algo parecido…


- ¿Y por qué no hacerlo?


Milo se sujetó la frente como si estuviera frente a la estupidez más grande del mundo, suspiró un par de veces y alejó a Camus en su intento de lograr un abrazo, se percató de la acumulación de lágrimas en los ojos de color acuamarín y sus palabras salieron entrecortadas.


- Milo… ya no discutamos…


- Aléjate, lo único que logras es hacerme enojar, nunca me apoyas en nada, cuando quería ser un buen maestro para Ikki tu igual hiciste uno de tus berrinches porque ese día se recorvada tu envestidura de caballero…


- Hubo una cena de gala por eso… todos estuvieron ahí, pero tú no… tuviste que llegar tarde, sabias que te quería ahí…


- Y tú no entiendes que ikki no podía quedarse otro día mas, debía irse con su hermano, tener un pupilo es algo que siempre quise y lo sabes. Ahora que lo logre te pones como loco porque no pudo pasar tiempo contigo, tengo mis metas Camus y quisiera que me apoyes y al mismo tiempo que te plantees las tuyas propias, parece que lo único que te hace feliz soy yo y eso es estresante y molesto para mi… tal vez para otro tipo de persona eso significaría algo halagador pero para mí es asfixiante y molesto.


Camus miró al cielo despejado, algunas aves volaban y deseaba tanto irse con ellas, que las alas le crezcan en la espalda y poder elevarse tal cual ave y dejar atrás todas esas palabras crueles de Milo, tan agobiantes e injustas… ¿injustas? Quizá tengan algo de cierto, aunque duela aceptarlo tenían certeza y por eso las aceptaba en silencio, miró a Milo en nueva cuenta que le ofrecía una dura mirada en forma de reproche.        


- Bueno… ¿y cuándo partirás a la misión?


Intentó cambiar el tema a aquellos que le gustaban mas a Milo y aguantar con todas sus fuerzas de voluntad el no ponerse a llorar, primero por el constante abuso que Milo le hacía tanto con sus palabras como con sus actos, el empujarle las manos y el cuerpo al intentar lograr un brazo…; segundo, por la cantidad de cosas que le decía y parecían tan ciertas y evidentes que lo llenaban de inseguridad; tercero, las amenazas… decirle que no harían más el amor, era como una forma de dominar a Camus, porque de esa forma parecía que sólo Milo decidía cuando, donde y como lo harían.


- Me imagino que por la noche o mañana a primera hora. Mascara de Muerte me dijo que hoy organizaran una parrillada en su Templo para celebrar esto de las misiones, excusas nunca faltan ¿no? - Camus asintió con la cabeza - Con mi grupo quedamos ir para empezar a planear bien todo, iré con ellos.


- ¿Qué? - parpadeó sin creer muy bien lo que escuchaba -   ¿No iremos juntos?


- No pues, nos faltará el tiempo para quedar bien las cosas, Camus no puedo ir a una misión así sin hablar bien antes, además sabes lo que pienso sobre las fiestas. Tu también tienes una misión deberías concentrarte en eso.


- Es tanto tiempo el que no vamos a una juntos, Milo a mí me gustaría ir contigo, como pareja - Camus se acercó a su novio para hablarle de cerca y lograr al menos una respuesta a su favor - Además no sabemos cuánto durará tu misión y no nos podremos ver…


- Hay Camus ni que fuera tanto tiempo, y sabes que a mí en las fiestas me gusta tomar con mis amigos, tu no bebes nada y si lo haces te embriagas muy rápido, no quiero estarte cuidando, quiero divertirme a mi manera…


Era demasiado… Camus bajo la cabeza dejando que su cabello tape sus ojos, se mordió la lengua y suspiró. Se odiaba por ser débil, se odiaba por no poder aguantar y dejar que una de sus lágrimas surquen sus mejillas.


Milo al percatarse hizo una mueca de molestia y enojo, lo agarro por los hombros sacudiéndole un poco.


- No llores…


- Ya se… pero


-  Odio verte llorar Camus, de todo lloras.


- Pero como quieres que no llore si eres tan cruel conmigo, dices cosas hirientes y además… no merezco que me trates de esa forma - Camus se secó sus lagrimas y tomo aire - es como se te aburrieras conmigo y te irritas fácilmente con cualquier cosa que haga o diga y tus `palabras son muy duras, no me tratas con respeto… Milo, ¿por qué?  ¿Qué he hecho para que seas tan malo conmigo?


- No me gusta cómo eres, a veces eres demasiado dependiente de mi… como hoy que querías la misión juntos, quisiera que fueras mas emprendedor y me demuestres toda la fortaleza que me inspirabas antes… cuando te conocí era Camus de Acuario, el Caballero Dorado de los Hielos, parecías tan fuerte, y no por de poder que no lo dudo sino por tu personalidad que parecía que nadie podía dañarte… ahora eres tan débil…


- Milo… pero sigo siendo el que conociste, claro que soy esa persona seria que no es lastimada y que tiene un carácter fuerte ¿no? Solo tú conoces esta faceta mía porque solo de ti estoy enamorado, solo tú conoces este lado mío.


- Este lado tuyo no me agrada Camus… sabes mejor cálmate ¿sí? - Milo le sujetó por los hombros y volvió a sacudirlo pero con menos fuerza, luego secó sus lágrimas con una sola mano, el toque sobre sus mejillas al hacer esa operación siempre era algo torpe y brusco. - No me hagas enojar Camus amor, si sabes que te amo y me gusta estar contigo ¿verdad? Creo que solo estoy estresado por lo que hemos estado pasando, y esto de las misiones más… ahora cálmate por favor Camus - le dio un beso corto en los labios - A veces pienso que si, no mereces que yo te haga llorar tanto, eres muy bello y un excelente caballero, tuviste tu propio pupilo también y ahora es un excelente Caballero… eres muy inteligente y fuerte y yo te hago sufrir… tal vez deberíamos sepáranos Camus, no soy para ti…


- No, no, no - dijo Camus abrazando a Milo - Si te amo con todas mis fuerzas Milo, como puedes decir eso… si te amo tanto - esas palabras eran las que más odiaba entre todas, que Milo lo esté despreciando, queriendo  alejar y él a pesar de su orgullo seguía ahí abrazando a Milo por la cintura, hundiendo su rostro en el torso amplio que amaba y esperaba escuchar el corazón latiendo contra su pecho, pero Milo se veía tan serio e impasible que además de sentirse humillado y agobiado también se veía tan patético por ser tan débil.  


Milo se dejo abrazar  y correspondió el abrazo al sentir que Camus volvía a contener las ganas de llorar, entre las yemas de sus dedos percibía el tenue temblar de su cuerpo. Estuvieron un momento mas así, unidos en una abrazo a medias apoyados en un pilar quebrado y siendo acariciados por la luz el sol de medio día. Cuando Camus se calmó y sus ojos estuvieron secos, Milo sintió que todo estaba apaciguado sugirió la idea de caminar juntos hasta  la Casa de Acuario.


En el camino no quiso hacer más preguntas sobre si irían juntos o no a esa parrillada, le gustaría ser invitado formalmente y que Milo le recoja de su Templo o haga algo lindo al menos…


- Bueno entonces nos vemos luego ¿si? Te buscaré para decirte cuando me voy a eso de la misión.


- ¿Eso significa que no iremos juntos a la parrillada?  - A pesar de todo no pudo contenerse el preguntar, sabía que iba a ser peor luego si se contenía y estaría toda la tarde esperando noticias de Milo.  


- Pero ya te lo dije, además Mascara Moral no te invitó ¿o lo hizo? Creo que no les dijo a todos, solo al grupo de cuates, entiende por favor, mira estaré un rato, esperare que traigan la comida y vendré a tu templo para que comamos juntos ¿Está bien?.


Camus sonrió a pesar de tener la cara un poco adolorida por estar llorando tan seguido, despidió a Milo con un beso y la promesa de verse antes de las 10 de la noche.


 


El viento de la noche le daba en  la cara y refrescaba el ardor en crecimiento de sus ojos, quería enfriar lo más pronto posible su cabeza para que sus pensamientos no lo agobien mas… ya no quería sentirse así. Ya no… Camus suspiró en nueva cuenta para calmar sus emociones.


“Tener novio debería ser… para ser feliz y no para no poder parar de llorar”


Reconocía que estaba pasando la línea de la dependencia a la sumisión… él era Camus de Acuario y era fuerte, era bello y muy inteligente… sí, amaba a Milo sin mesura y había dado mucho por él pero ya no quería seguir sufriendo por su culpa, ya no quería sentirse miserable ni poca cosa… En estos momentos se imaginaba a Milo bebiendo como descocido o bailando junto a Mu… tomando con Mu… llevando a Mu a su Templo… con otro suspiro paró sus pensamiento que lo torturaban y además de ser absurdos porque solito creaba sus propios padecimientos. Ya marcaba la una de la madrugada y no tenía noticias de Milo. Convencido que ya no vendría se adentró a su Templo, dando la espalada a la posibilidad de  que Milo cumpla con su palabra…


- ¡Camus! ¿Por qué no fuiste a la fiesta?


- ¡Saga! - Sorprendido Camus le saludó regalándose una sonrisa - ¡Oh! Athena…


Evidentemente Saori estaba ahí siendo parcialmente sujetada por Saga que le ayudaba a caminar.


- Camus… Camus… - dijo entre dientes seguida de otras palabras que no se lograron entender por el estado etílico de la diosa de cabellos lilas. Saga  y Camus sonrieron nerviosos.


- Estoy llevando a Athena a sus aposentos, ¿Qué paso porque no fuiste?


- ¿Estas viniendo de esa parrillada? - abrió grandes los ojos - Milo dijo que Mascara de la Muerte solo invitó a su grupo de amigos. Pero Milo me dijo que… - no fue necesario continuar, Saga miró al suelo junto con Camus sintiendo una punzada en el pecho - Gracias Saga.


El mencionado caballero de Géminis pasó su mano en una caricia muy imperceptible sobre su mejilla.


- Deja de llorar - le dijo a pesar de no tener rastro alguno de lagrimas - habla bien con él, seguramente escuchó mal la invitación. Camus pero no estés triste ¿sí? Somos amigos y no me gusta verte triste y últimamente es la única cara que veo en tu expresión… habla bien con él, dile como te sientes, estoy seguro que te comprenderá.


Hubiera alegado o compartido sus pensamientos con Saga pero Saori empezó a hipar de una manera nada saludable y Saga se la llevó. Antes de irse dejó una caricia más en la mejilla de Camus.


- Quiero que estés bien ¿Si? Te buscaré mañana - con estas palabras abandonó el Templo de Acuario.


 


Tendido sobre su cama sin poder conciliar el sueño escuchó el clásico andar de las pisadas de Milo chocar contra el mármol de su templo, reconocía el sonido masculino de sus pasos. Su corazón empezó a agitarse al no saber en qué plan venia su novio, tal vez sólo venía a calmar su deseo… tal vez este viniendo a entregarle la comida como si fuese la hora acordada o quizá a terminar la relación…                       


“Cuando se ama el final se presiente”


 Camus sentía que Milo buscaba la primera oportunidad de una pelea para terminar la relación, con las excusas de siempre… “ya no eres el mismo” ”A veces siento que solo te hago daño” ”Lo mejor sería separarnos” “Ya no te soporto”… entre tantas cosas más… Calmó su interior y prendió la luz de su lámpara que alumbraba  la habitación a medias, se sentó sobre la cama esperando que los pasos de Milo se adentren a su habitación.


Sabía que Milo era malo con él, injusto y mentiroso pero lo amaba… tenían tan bellos recuerdos… como un huracán de sentimientos Camus terminó por sentirse culpable… reconocía que últimamente no hacía más que llorar y ponerse melancólico ante el comportamiento de Milo y eso para el Escorpiano debía ser pesado de manejar… si era la culpa de Camus, entonces… envuelto en el mismo huracán de pensamientos cerró los ojos y quizá era lo mejor… volver a ser el Camus genial que Milo conoció y se enamoró, el Camus fuerte y pasible que era ante los demás y había llamado la atención de su actual novio. Podía reconquistarlo y mostrar aquel lado que tuvo loco de amor a Milo… volver a conquistarlo.


La puerta de su habitación se abrió dando paso a Milo que se adentró con los pasos firmes pero un poco rengo, se notaba que había bebido y trayendo en las manos su plato desechable de la parrillada.


- Que bueno que estas despierto, pero mira traje la comidita para los dos.


Se  mordió el labio para contener las increíbles ganas que tenía de reclamarle sobre la hora de su llegada e incluso porque lo dejó fuera de una actividad que era de todo el Santuario.


- ¿Qué tal estaba la fiesta?


- Bien, al final todos estaban - dijo Milo sonriendo, seguramente proyectando en su mente los recuerdos recién vividos, se sentó sobre la cama frente a Camus  - Hasta Saori estaba, la invitación fue para todos al final…


Camus no tuvo más opción que asentar con la cabeza sin saber que decir con exactitud… acababa hace unos segundos de prometer que haría su mejor esfuerzo para reconquistarlo y mostrar su mejor imagen, recordarle a Milo lo genial que podía ser… pero con esa actitud de cabeza hueca Milo, se lo estaba poniendo realmente difícil.


- Era que me avises Milo, sabias las ganas que tenia de salir a una fiesta - dijo Camus sin sonar demasiado enojado ni recalmón  - No te quedaba lejos, podía venir a recogerme ¿no?


 Milo abrió el pocillo desechable donde tenía la comida y mostró a Camus la comida.


- No te enojes Camus, mira que traje la comidita - con la mano se sacó un pedazo de carne y se lo llevó a la boca - No te enojes ¿sí?


Sacó también un trozo de carne y se lo llevó a la boca - Milo… hubiera querido ir, de verdad.


- Era que vayas entonces… - dijo Milo levantándose de hombros - ¿Por qué siempre me tienes que esperar a mi? Si tantas ganas tienes por qué no vas por tu cuenta… ahora anda si tantas ganas tienes, siguen en la Casa de Cáncer, anda pues… Mira yo aquí todavía trayendo el platito y tu no le das el valor a nada de lo que hago… con todo mi amor me he guardado las ganas de comer y hasta aquí te lo traje… te pasas Camus…


El mencionado cerró los ojos, le parecía tan absurdo lo que Milo le estaba diciendo. Acaso estaba esperando que se ponga como un perrito faldero por un plato de comida y se sienta más que halagado por la muestra de afecto… ¡Milo en verdad era idiota! Camus continúo tomando aire, mientras Milo continuaba protestando a regañadientes mientras comía.


- Comes pues - reclamo cuando notó que Camus tenía la mirada perdida en el vacío - ¿Qué tienes? Siempre que vengo pones esa cara lamentable, creo que nunca más voy a venir a tu Templo. ¿No vas a comer…? para que me vaya.


Camus cogió un pedazo de papa asada y se la llevo a la boca y sin mucho sentimiento en la voz dijo:


- Si quieres anda Milo, debes estar cansado.


El escorpiano endureció la mirada y retiró el plato lejos de las manos de Camus que se acercaban para alzar más.


- No quiero más comida, quería sostener tu mano… no quiero que te enojes Milo… - Camus le sonrió suave.


- Hago todo por ti Camus, pero tú no valoras nada…


- ¡Que has hecho por mí! Eres un patán Milo - gritó Camus sacado de quicio por las tonterías que su novio le decía - Saga se dio cuenta que no me dijiste nada… ¿por qué me excluiste a sabiendas que yo quería estar contigo en un evento así? Es tanto el tiempo que no hacemos nada juntos ¡Te pasaste!


- Quería estar con mismo amigos, y hago de todo contigo y no puedo estar con ellos por tu culpa. Y que tiene que ver Saga…


- Paso por aquí y ahí me entere que todo el Santuario estaba en la fiesta menos yo.


Milo sujetó a Camus de los hombros mientras lo zarandeaba y apretaba sus manos sobre sus hombros.


- Apuesto que le dijiste que yo no te deje ir ¡habla! - gritó Milo sobre el rostro de Camus - Habla, odio que te quedes callado ¡Camus eres de lo peor! Cómo le vas a decir eso - empezó a reclamar - Sabes que odio que el resto del Santuario se entere de nuestras cosas ¡Eres de lo peor! No te das cuenta, ya no te soporto es tu culpa que ya no quiera estar a tu lado   


- ¿Mi culpa? - Camus abrió grande los ojos - ¿Qué es lo que hago tan mal?


- ¡Me voy! Estoy arto de ti, ya no te aguanto… eres de lo peor, eres insoportable ¡No haces más que molestarme Camus! Vine con mi mejor intención…


- Deja de decir eso ¡Sólo te haces la victima!  - Camus no aguantó más y empezó a derramar lágrimas de enojo, de dolor, de furia contenida- Me excluyes de una fiesta, mientes para ir solo… y esperas que yo feliz reciba las sobras de tu cariño ¡Patán! ¡Canalla!


Milo se puso de pie soltando a Camus de su agarre no sin antes dejar un empujón sobre él. Caminó sin mirar atrás, cerró la puerta por fuera dejando a Camus otra vez sumido y envuelto en ese huracán maldito…


¿Qué estaba pasado? Eran las dos de la mañana, faltaba apenas semanas para cumplir su aniversario, pero… Milo era… no, Camus tenía la culpa. Estrujando las sabanas contra su rosto ahogando un grito de rabia… un grito de dolor… sentía que su corazón se estaba quebrando, hace solo unos minutos se habría prometido que conquistaría a Milo de nuevo, que le mostraría su lado genial y divertido, ser el Camus del que se enamoró… pero tontamente no hizo más que reclamar, ponerse pesado y llorón, e hizo escapar a Milo por su agobiante actitud.


Agitado, con los ojos llorosos y el corazón latiendo a mil en sus oídos y con todas esas emociones en su cuerpo sus pies lo llevaron a levantarse y lo más rápidamente posible correr tras Milo… quería creer que el amor era lo más fuerte que existía, y su amor era inmortal, no podía dejar que las cosas se escapen de sus manos sin luchar y darlo todo por su Milo… lo amaba tanto…


Llovía… oscuridad y lluvia.


Entre la cortina de agua Camus vislumbró la figura de Milo descender las escalinatas y ya sea porque las gotas de agua se convertían en pequeños granizos por el cosmo agilado de Acuario, o por escuchar sus pasos entre el agua acumulada Milo volteó antes que el de cabello acuamarin lo alcanzara.


- ¿Qué haces?


No tuvo palabras, su garganta estaba cerrada por el llanto y las emociones… abrió los labios para pronunciar palabra pero no encontró ninguna.


- Camus  - la voz de Milo salió lastimera y su mirada se suavizó, sostuvo al Caballero de Acuario y lo abrazó con fuerza - Perdóname… perdóname, no sé qué me pasa -  fue besado en las mejillas, la frente e incluso la punta de su nariz.


Camus sonrió y emocionado por las palabras recibidas correspondió el abrazo al que era sumido y estrujado.


- Milo… te amo…


La unión poco a poco se suavizó hasta que Milo hizo un poco de distancia, mirando a Camus como si no lo reconociera, ante esa mirada las gotas de lluvia que caían a su alrededor se transformaban en hielo seco.


- Que aburrido… apenas me disculpo y me perdonas tan fácilmente… ¿no tienes orgullo? ¿No puedes enojarte de verdad? Pareciera que de verdad no tuvieras personalidad.


Camus de tener las manos abrazando el cuerpo del hombre que amaba las retiró e inconscientemente se abrazó el mismo, protegiendo su corazón de mas batallas… pero ni su armadera de oro lo podía salvar de aquella encrucijada, no podía salvarlo de nada… bajo la mirada sujetándose el cabello mojado, sus lagrimas se mezclaron con la lluvia y una vez más su corazón fue pisoteado.


- Si soy así. ¿Por qué sigues a mi lado?  - Hablo lo más claro posible.


- Creo que esto no está funcionando.


Camus sintió que lo que quedaba de su corazón terminaba por destrozarse y ser pisoteado por completo… destrozado y moría…  Milo decía algunas palabras más, daba explicaciones y le revolvía la mente de aquí para allá, lo culpaba… como siempre Camus era el culpable de todo… como siempre.


- Quiero que nos demos tiempo… quiero que encuentres tu propio camino y seas tú mismo, lo único que veo cuando estoy contigo es una copia mía, porque ya no logro diferenciar que es lo que te gusta a ti y que a mí, has perdido tu toque, has dejado que mis objetivos se vuelvan los tuyos y te olvidaste de perseguir los que desde un principio te pertenecieron…  siempre hacemos lo que yo digo, nunca te opones a nada de lo que yo hago… y me perdonas fácilmente cualquier cosa… lo único que te importa a cualquier costa es que estemos bien y nada más… quiero tiempo.


- No Milo… no… - el “tiempo” era una puerta al “terminar” - no me hagas esto… voy a cambiar…


- No.


Fue rotundo, fue desgarrador.


Camus se volvió uno con la lluvia por tanto llorar cuando Milo le apartó las manos, descendió las gradas y se fue sin mirar atrás… lo dejó de pie entre la suplica y el desconcierto mientras su corazón gritaba “ten piedad de mi corazón que no meceré sentir este dolor”                                             


Continuará…

Notas finales:

Estoy trabajando en le capi 3 asi que en el lapso de la siguiente semana ya lo subo... en cuanto a los otrso fics que los deje incompetos... trabajare en ellos tambien cuando termine esta bella historia. Muchas graicas por desempolvar mi mente y hacer que recuerde esas historias... gracias por su apoyo.

Por favor dejen sus mensajes a esta escritora... que los necesita para continuar.

Nos leemos!


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