Observó el enorme edificio al que el autobús se dirigía. Gris. Todo gris. Se estremeció involuntariamente haciendo que las cadenas con las que lo mantenían atado tintinearan. Cerró los ojos con fuerza,esperando que simplemente se tratara de un mal sueño. Pero sabía que no era así. Sintió como se detenían y escuchó movimiento en la parte delantera,donde los policias se preparaban para "descargarlos " o "hacer que el marrón se lo comieran los responsables". Bajó cuando se lo ordenaron,sin mediar palabra con ninguno de los otros futuros presos que le acompañaban. A medida que se aproximaban a la puerta su miedo iba haciéndose cada vez más y más fuerte. Tras hacerlos desvestir y revisarlos a fondo,cosa que al chico no le hizo ninguna gracia,los guiaron a sus respectivos bloques.
_Ren Subari,bloque... ¿A?
El hombre lo miró de arriba a abajo,volviendo la vista a la hoja de nuevo. Luego se volvió hacia su compañero.
_Bloque A. Ese chico
_¿Seguro que está bien? Déjame preguntar
Lo vio sacar un walkie. El muchacho ignoraba que todavía existieran aquellas cosas.
_Ren. Subari Ren. Sí. Asesinato. Comprendo. Corto y cierro.
***
Se tumbó en la litera ,abrazándose las rodillas. Su compañero era otro de los presos que habían llegado con él aquella mañana.
_Me llamo Tobías ¿y tu?
_Ren.
_¿Eres de aquí, Ren?
_Sí.
La celda se quedó en silencio hasta que el hombre volvió a tomar la palabra.
_Eres muy joven ¿qué hiciste para que te encerraran en este sitio?
_Maté a un hombre. A golpes.
_Ah...vaya... Entonces eres peligroso.
_Estoy loco. Es todo.
***
Tomó una de las bandejas,esperando pacientemente en la cola del comedor. Tenedores,cuchillos y vasos de plástico. Supuso que para evitar muertes. El encargado le sirvió con desgana y lo despidió con un grito de "siguiente ". Observó detenidamente los distintos grupos que se sentaban en las mesas. Todos lo asustaban. Localizó una mesa medio vacía cerca del fondo y se dirigió hacia allí esbozando una leve sonrisa, ajeno a que muchos ojos se habían vuelto a mirarle. Se sentó en una de las esquinas,sacudiendo su cabello teñido de rojo y comenzó a comer con avidez. Un hombre se sentó a su lado.
_Hola ¿eres nuevo,no querubín?
Ren clavó sus ojos ámbar en los suyos y volvió a concentrarse en la comida.
_Oye, chaval. Te he echo una pregunta.
_Por favor,déjeme en paz. No quiero problemas.
_Mi nombre es Kato. Soy el que manda aquí. Pregúntale a quien quieras. Así que,si quieres sobrevivir aquí te recomiendo que te arrimes a mi árbol, muchacho. Es el que da más sombra
_No. Muchas gracias. Estoy bien así.
_Te arrepentirás de haber dicho eso,niñato.
***
Alguien lo empujó contra la pared de la ducha. Intentó zafarse de su agresor,pero era mucho más fuerte.
_Te dije que te ibas a arrepentir.
Kato le tapó la boca con una de sus manos mientras el joven buscaba con desesperación algún aliado entre las miradas que se dirigían hacia ellos. Cada persona con la que cruzaba la mirada la desviaba y se daba la vuelta. ¿Entonces era verdad? ¿Aquel tipo era...? Lo arrastró hasta una de las esquinas del recinto, pero antes de llegar un hombre se plantó frente a ellos. Tenía el musculoso cuerpo lleno de cicatrices y su rostro era muy atractivo. Sus ojos casi negros se tropezaron con la mirada desesperada de Ren.
_Suelta al chico,Kato
_¿Por qué? ¿Por qué tu lo digas?
_Exactamente por eso. Vengo aquí a tomar una ducha,no a verte fornicar con alguna de tus nuevas putas.
Ren frunció el ceño. Quiso gritarle que él no era ninguna "puta",pero en la situación en la que se encontraba era totalmente imposible.
_Pues tu...
_Cierra la boca. Tu puta predilecta te espera en su celda con el culo dispuesto. Deja al crío en paz y fuera de mi vista.
Ren cayó al suelo cuando le soltó, haciéndose daño.
_Eres un gilipollas. Un día haré que te tragues todos los dientes.
_Te esperaré ansioso en el infierno,capullo.
Lobo,aunque dudaba que aquel fuera su nombre real, giró el grifo y se colocó justo debajo del surtidor. Ren se incorporó.
_Gracias por salvarme, pero yo no soy ninguna puta.
_Lo serás. ¿Te has mirado en un espejo alguna vez? Los chicos como tu son los agujeros de consuelo aquí dentro.
_Yo no seré nada de eso
_¿Ah no? No parecías muy convencido hace un instante.
_¡He dicho que no lo seré!
El hombre se quedó mirando a Ren un instante.
_Ya veo... Tienes carácter,chico. Procura no perderlo.
_Sí, señor
_Soy Lobo,no "señor "