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Cupido me hace bullying por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

(Segunda edición 27/12/2018)

11

Yo también me tuve que ir...

 

Fue despertando lentamente, incorporó su cuerpo dificultosamente. Estaba algo mareado, y su estómago reclamaba por comida. Con mucho cuidado bajó las escaleras, sosteniéndose fuertemente del pasamanos para no caer, y llegó hasta la cocina. Tomó una rebanada de pastel de fresas con crema que había guardado días antes y se puso a degustarlo. A duras penas pudo sentarse, tenía un fuerte dolor ahí abajo.

     —Te extrañaré mucho, Goku—pensó con cierta tristeza.

     Sí, por ser cupido tenía muchas responsabilidades, pero no quería dejar de verlo. Además, eso que él iba a hacer era peligroso, así que por Kamisama rogaba que nada malo le ocurriera. Luego de terminar de comer escuchó golpeteos en la puerta; fue a abrir llevándose una desagradable sorpresa: era alguien a quien por nada en el mundo quería ver en esos momentos.

     —¿Cómo supiste dónde vivo?—preguntó fríamente. Él aquí pensando en su novio, y llega éste y arruina el momento.

     —...—no dijo nada, pero su rostro evidenciaba que estaba un poco molesto. Lo empujó provocando que cayera al suelo, entró y cerró la puerta con seguro. Se abalanzó sobre él y comenzó a besarlo desesperadamente—. Serás mío... —le dijo al oído y empezó a lamer su oreja.

     —¡Quítate de encima! ¡Idiota! ¡¡¡Soy de Goku!!!—gritó y, con una fuerza que apostaba no tenía en esos momentos, lo empujó. Se dio cuenta de lo que le dijo, pero no se sonrojó ni avergonzó, era la verdad.

     —Es increíble que ese idiota me haya ganado tu cariño—dijo Vegetto molesto, desviando la mirada—. ¿Se te olvidó acaso que ese tipo te golpeó? Es una tontería.

     —Pues ahora que ya lo sabes, ¡lárgate de mi casa! —le ordenó molesto.

     —Como quieras. Te arrepentirás de esto, ya lo verás—lo amenazó en voz baja, y salió de la casa, ya sin hacer escándalo por la situación.

     —Idiota—murmuró y se puso de pie.

     Antes de dirigirse a su habitación escuchó el auto de su padre estacionarse en la cochera, así que abrió la puerta. Vio a su hermano menor bajarse del automóvil y correr con él, para abrazarlo.

     —¡Hermanito!—le dijo. El mayor, con grandes dificultades, lo cargó. Tarble tenía sólo cuatro años, pero el peso del menor le parecía demasiado debido a la incomodidad de su cuerpo.

     —Vegeta... —saludó un chico de cabello bicolor. Se acercó a su primo y lo abrazó.

     —¡Gotenks!—le recibió con una sonrisa.

     —¡Se quedará con nosotros!—explicó el pequeño Tarble con emoción.

     —¿De verdad? —preguntó con una sonrisa ladina el de cabellera en forma de flama. Por lo menos en la ausencia de su pareja estaría con alguien con quien podría hablar.

     —Sólo dos semanas. Luego me iré a un internado que está aquí cerca. Mamá le pidió al tío Vegeta que mientras tanto me cuidara, aparte de que ella no podría traerme—le explicó.

     —Vaya, por lo menos estaremos un tiempo juntos, como en los viejos tiempos... Ya sabes, antes de que Tarble naciera y estuviera fastidiando porque le temía a la oscuridad—le dijo con burla.

     —¡Oye!—se molestó el menor e hizo un puchero.

     —Estoy bromeando, tranquilo... —le dijo a su hermano—. Pero aun así es bueno que pasaremos tiempo juntos...

     —De hecho... —se entrometió en la conversación su padre—. Tú te quedarás con tu tía Vegita durante el tiempo que Gotenks estudiará en ese internado.

     —Espera, ¿qué?

     —Ella es una mujer, no puede cuidarse sola.

     —Pero... —no quería ir, luego su pareja podría llegar antes de lo esperado y no lo encontraría por ningún lado, y quizás se molestaría. Y no sólo eso, la noticia de su partida era demasiado repentina.

     —Por favor, Vegeta, hazlo por ella. No puede estar sola, y además ha tenido dificultades económicas últimamente, por esa razón no pudo desperdiciar la oportunidad que le dieron a Gotenks, sus estudios le estaban saliendo muy costosos—le explicó.

     Un poco decepcionado decidió responderle. No quería irse a esa casa cerca del bosque, pero tampoco podía dejar sola a su tía. Se encontraba en un pequeño lío mental en el que estaría poniendo a prueba sus sentimientos hacia el de cabellera alborotada.

     —Está bien, iré—dijo con cierto desgano. Pero luego una idea pasó por su mente.

     Subieron hasta la habitación del pelinegro, ahí se quedaría el de cabello bicolor.

     —¿A qué huele? —preguntó su primo. Era casi imperceptible, pero aun así pudo distinguir el aroma peculiar.

     —Ehm... —se sonrojó—. No importa. Puedes quedarte—dijo un poco nervioso, tratando de desviar la atención a ese detalle.

     —Vegeta, ahora mismo te llevaré con tu tía. Empaca tus cosas—le dijo su padre asomándose por la puerta.

     —Ya voy—le dijo en tono fastidiado.

     Guardó sus pertenencias en maletas, pero antes de olvidarlo tenía que hacer algo. Tomó una hoja y un bolígrafo y comenzó a escribir. Cuando finalizó, dobló la hoja a la mitad, y la pegó con suficiente cinta adhesiva en la puerta. Escribió en esa parte en blanco el nombre "Goku", con letras grandes.

     —¿Qué es eso, primo? —le preguntó el otro chico, en todo momento sólo había observado las acciones del mayor con cierto desconcierto.

     —Si me iré quiero que me encuentre—le explicó, dejándolo como al principio: sin entender nada.

     —¿Quién?

     —Goku, ¿no es obvio?

     —¿Quién es él?—preguntó con curiosidad—. Ah, es ese chico que llegó contigo cuando fui a tu escuela—le dijo recordando.

     —Sí. Tiene la mala costumbre de entrar por la ventana—cerró bien las maletas.

     —Pero… no es posible... ¿o qué?, ¿vuela? —bromeó lo último.

     —Pues....

     —No puedes estar hablando en serio.

     —Sí—soltó aire—. En caso de que venga, y tú sigas aquí, dale la nota. Si te vas, cierra la puerta con seguro, no quiero que papá entre y la lea—le pidió.

     —Sí, entiendo. Pero a todo esto, ¿quién es él?

     —Cupido—le explicó.

     —¿Qué cupido no era un bebé? —cuestionó recordando cuando leyó un libro que hablaba sobre él.

     —No. Eso es lo que todos creen.

     —¿Y es tu novio?, ¿o por qué tanta preocupación por si viene a verte?—insinuó, al mayor sólo se le coloraron las mejillas.

     —Sí. Ahora, si viene, ya sabes qué hacer—le dijo y tomó sus maletas.

     —Sí... Espero no crea que soy tú, con eso de que nos parecemos...

     —No, él no es tan idiota—mencionó y salió—. O eso espero...—pensó por último antes de subir al auto.

     —Gotenks, cuida bien a Tarble—le pidió el hombre mayor.

     —Sí, tío.

     —¡Adiós, hermanito! —se despidió el menor mientras movía su mano de un lado a otro al ver el auto alejarse.

     —Espero verte pronto, Goku—pensaba mientras veía a través de la ventana del coche, maldiciendo esa despedida y la distancia que tomarían por un tiempo indefinido.

     En esos momentos tendría que afrontar uno de los más grandes retos del amor: sobrevivir a la distancia.

 

Notas finales:

Verdad revelada=capítulo 12
Nacimiento del baby=capítulo 13

Necesito sugerencias para el nombre del hijo de Vegeta.

Gracias

~~~Insectos~~~


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