Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cupido me hace bullying por Princesa de los Saiyajin

[Reviews - 67]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Me pidieron mi correo, es dbz_ismylife@hotmail.com

Ya lo había mencionado capítulos atrás, pero ahí está otra vez. En mi perfil de esta página está mi Facebook.

15

Una nueva esperanza para el mundo

 

—¿No tienes miedo?—preguntó el menor de repente. Vegeta dejo de beber agua y le dirigió total atención a su primo—. Ya sabes, de lo que dirá mi tío—no podía verlo a los ojos mientras le echaba en cara lo que posiblemente sucedería tan sólo aquel hombre se enterara de la existencia de ese bebé.

     —No—respondió tranquilamente—. Gotenks, hay ocasiones en las que debes decidir si escuchar a los demás o elegir tu propia felicidad—dijo. El menor volteó a verlo. Vio cómo se ponía de pie y se acercaba a él, Vegeta colocó su mano sobre su cabeza y le dedicó una sonrisa sincera, una de las cuales hace mucho no veía en él.

     Sus ojos se llenaron de lágrimas y lo abrazó. No pudo evitar llorar cuando sintió los brazos de su primo rodearlo con fuerza y cariño.

     —¿Quieres hablar de lo que te sucede? Mi tía me dijo hace unos días que cree que algo te ocurre—dijo. El menor se removió un poco y lo vio a los ojos.

     —Veg… —su voz se entrecortó—. ¿Qué… qué se siente tener un papá?

     Nunca se imaginó esa pregunta, se sorprendió demasiado. Un nudo se formó en su garganta al pensar en eso. Es decir, su tía jamás se casó porque nadie la aceptó por ya tener un hijo. ¿Acaso Gotenks tenía un pequeño rencor oculto por no tener a alguien en su vida a quién llamar “papá”?

 

***

 

—Ni mi sobrino ni mi hijo se vinieron a despedir de mí—comentó el hombre mientras el pequeño Tarble subía al auto—. Bueno, allá ellos. ¿Segura de que quieres que Vegeta siga aquí? Ese muchacho es muy insolente… Ya sabes… la edad…—dijo dudando.

     —¿En serio hablamos del mismo Vegeta? Porque el tiempo que ha estado aquí ha sido un angelito—dijo sinceramente.

     —Ah, bueno, es tú decisión. Vendré pronto a visitarlos de nuevo—dijo. Subió al coche y lo puso en marcha.

     —¡Adiós, tía!—se despidió alegremente el menor.

     —¡Adiós! ¡Cuídense mucho!—una vez el carro se alejó, dirigió su mirada preocupada hacia la espesura del bosque—. Kamisama, por favor… que estén bien los tres…

 

***

 

     —No le digas nada a mamá—dijo llorando—. No quiero que se sienta mal.

     —Descuida, no le diré. Pero… realmente creí que lo que querías era un papá, pero ahora veo que tienes miedo de que mi tía tenga pareja—soltó una risilla—. Pero ella no está interesada en nadie, tú eres la persona más importante para ella, por eso no presta atención hacia nadie más.

    —No es que sea egoísta… pero no quisiera que alguien la lastimara…—volteó a verlo y se limpió las lágrimas—. Pero gracias por hacerme ver las cosas, Veg—lo abrazó de un costado aprovechando que estaban sentados demasiado cerca.

     Una pequeña presencia apareció entre ellos, obligándolos a separarse un poco para empezar a reír. Era Kakarotto, quien había gateado hasta donde estaban. Vegeta lo tomó entre sus brazos y lo acunó, mientras el bebé lo veía con esos hermosos ojos color esmeralda brillante y esa sonrisa, la más bella que había visto en su vida.

    —Es hora de ir a casa—decretó el mayor y el de cabellera bicolor asintió.

 

***

 

La mujer cocinaba con total concentración, hasta que de reojo vio por la ventana un objeto moverse, al verlo mejor vio que en realidad eran su hijo y sobrino, éste último con una bola de cobijas en brazos. Arrojó los utensilios que tenía en mano al fregadero y corrió afuera. Abrazó a los menores efusivamente  y después inspeccionó al pelinegro.

     —¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?—comenzó a asfixiarlo con preguntas.

     —Estoy bien… Y Kakarotto también…—dijo. Ella lo vio con sorpresa, así que le mostró aquello que cubría entre las cobijas.

     —Es hermoso, Vegeta…—dijo mientras lo tomaba y lo cargaba—. Pero no creí que... ¿cómo se llamaba? ¿Goku?… tuviera estas facciones y características—dijo.

     —Y no las tiene…—susurró con pena—. No sé por qué el bebé es así, pero… sinceramente me da igual…

     —¡¿Tiene alas?!—exclamó cuando el bebé las desplegó.

     —Por si no me creías acerca de la paternidad ¬¬ —dijo, recibió un zape por parte de ella.

     —No seas grosero, Vegeta—lo regañó.

     —Me voy a dormir, cuídalo por favor…—dijo entrando a la casa. Una vez dentro sobó donde la mujer lo había golpeado. Una sonrisita apareció en sus labios al verla a través de la ventana cargando con mucha ilusión al bebé.

     Llegó a la habitación y se recostó. Una gran curiosidad apareció en su mente. Sacó su teléfono y, aprovechando que tenía datos gratis, entró en Internet. Tenía una duda muy grande, necesitaba investigar más acerca de un posible hijo de cupido con un humano o algo parecido.

     Mientras leía los distintos artículos que encontraba se dio cuenta de que Cupido también podía sembrar el olvido. Con una “flecha”.

     Sí, las flechas al parecer eran obsoletas y decidió una pelota de béisbol. ¿Qué era mejor: una marca por varios días en su nariz o un flechazo? Sinceramente no había una buena opción…

     Al no encontrar nada útil, dejó el móvil a un lado y vio al techo.  Inexplicablemente, cuando estaba cerca de él, su corazón se volvía más tranquilo, como si la paz fuera esparcida por él.

     Pensó en ello hasta que se quedó dormido.

 

***

 

Han pasado ya cuatro semanas desde entonces. Vegeta dejó que la mujer lo ayudara a cuidar al bebé, quien, raramente, no comía mucho, sólo bebía un poco de leche (de caja) de vez en cuando, pero aun así estaba creciendo muy saludable.

     Hace tres semanas conoció a Lazuli, una chica rubia de ojos azules. Ella vive a sólo unos 500 m de su casa, aunque por la cantidad de árboles en aquel lugar no había podido divisar su casa. Se volvieron amigos rápidamente, y él le contó acerca de que tenía un hijo, omitiendo quién era su pareja y cómo nació.

     No hubo juicios, al contrario, a ella le parecía muy dulce que se responsabilizara por él. Y, una cosa llevó a la otra, y él se enteró de lo que ocultaba esa chica y de las razones por las que vivía sola con su hermano…

 

^^^Flash Back^^^

 

—¿Y por qué tienes tantas cosas para bebé en la cochera?—preguntó sin ninguna mala intención luego de ayudarle a guardar algunas cajas con cosas viejas ahí. Ella se tensó y él lo notó.

     —¿Quieres un café? Deja voy y lo preparo—dijo y se dirigió a la cocina. Vegeta la siguió.

     —Lazuli, ¿estás bien?—preguntó desde el marco de la puerta. Ella terminó de colocar la olla con agua sobre la estufa y suspiró.

     —¿Sabes? Yo también me enamoré perdidamente—se sentó en la silla y él en otra cerca de ella—. Y, bueno, me dejé llevar, y quedé embarazada…—sonrió vacíamente.

     —¿Y qué pasó?

     —Bueno, mis padres se divorciaron, ellos no sabían de mi estado, y era más que obvio que no se los diría en esa situación. Mi novio me dejó por otra, tardé mucho en superarlo. Mi madre consiguió otra pareja, y mi hermano empezó a trabajar cuando les conté a todos; no me quedaba opción, ya era demasiado evidente.

     —Lazuli, no tienes que decirme si no…

     —Él me apoyó en cuanto al dinero—dijo ignorando lo que Vegeta mencionó—. Comenzó a regalarme cosas para bebé, y también mis tíos me ayudaron dándome cosas que pertenecieron a mis primos… Pero un día, mi padrastro llegó ebrio y…—las lágrimas cayeron de su rostro—, abusó de mí tan fuerte que perdí al bebé…—no soportó más y rompió en llanto. Él la abrazó.

     —Lo siento tanto…

     —Cuando mi hermano se enteró, casi lo mata. De no ser porque debía cuidarme en el hospital lo hubiera hecho. En fin, nos mudamos él y yo solos, junto con todas las cosas, mi madre me dio la espalda y Lapis no me abandonó…

     —Lazuli, yo…—el llanto de Kakarotto se hizo presente, el bebé dormía en el sofá de la sala, pero repentinamente se despertó y aclamó su presencia.

     Ambos se dirigieron a la sala, el pelinegro lo cargó, pero el rubio insistía en que la chica lo tomara en brazos, abalanzándose hacia ella y extendiendo sus bracitos. Ella limpió sus lágrimas y lo cargó. Así el bebé, con sus puñitos cerrados, le limpió los residuos de lágrimas de su rostro y le dedicó una sonrisita. Ella se sintió mejor inmediatamente y sonrió con dulzura.

     —Es increíble que pueda hacerme sentir mucho mejor… Es como si supiera que me siento mal…—dijo. El bebé desplegó las pequeñas alitas que tenía—. ¿Eh?—se sorprendió demasiado al verlas, a pesar del susto no lo soltó, pero sí se quedó anonadada.

     —Bueno, supongo que como tú me confiaste algo tan privado de ti, yo puedo hacerlo—vio nerviosamente al techo—. ¿Qué pensarías si te digo que cupido existe?—dijo riendo.

 

^^^Fin del Flash Back^^^

 

Y le confesó todo, ella al principio dudó pero, ¿qué prueba más grande se necesita, más que un bebe alado?

     Ella le obsequió sus cosas luego de unos días, o más bien se las prestó, ya que también le contó (aprovechando su amistad) que ella conoció a un chico dulce que la respetaba y con quien las cosas iban funcionando muy bien desde hace tres meses, así que era muy probable que dentro de dos años, cuando ella cumpliera 20, volviera a necesitarlas.

     Otra cosa que sucedía a cada minuto del día era que Vegeta no dejaba de pensar en su pelinegro, rezaba todos los días porque estuviera  bien y que regresara pronto.

 

 

 

 

 

 

***En otro lugar***

 

—Bien, es momento de que acabemos contigo, sabandija—dijo Dábura entrando por la puerta. Lo vio en un estado muy deplorable, su peso era sostenido únicamente por las cadenas que lo colgaban. Sonrió maliciosamente y acercó una flecha de punta de plomo a él, dispuesto a encajarla en su pecho, para que el efecto fuera hacia todas las personas que conocía Goku…

 

 

“Cuenta la leyenda, que cupido poseía dos tipos de flecha, unas de punta de plomo y otras con punta de oro. Aquellas de punta dorada eran usadas para poder infundir el amor en las personas.

Pero las de plomo… esas sembraban el olvido y quitaban el amor…”

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

¡Linda semana!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).