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Te amo, eso es lo que importa
Lentamente, Vegeta masajeó sus labios contra los del otro. Goku no podía estar más confundido. Sí, tal vez le había gustado mucho la sensación que le brindó en su primer beso, pero ahora era un poco distinto, la sensación agradable en sus labios venía acompañada de una calidez en su pecho. Su corazón latía a una velocidad a la que jamás lo había hecho.
Poco a poco, se fue separando de cupido. Pero quedando a tan sólo unos centímetros de distancia, para poder sentirlo cerca, permitiendo ver bien sus brillantes ojos negros.
—¿Y...?, ¿qué sentiste? —preguntó un poco tímido, no quería que la respuesta fuera negativa. Por dentro tenía temor a haberse equivocado y malinterpretar el estado del más alto.
—Yo... no sé cómo explicarlo... mi corazón late muy rápido, siento que no quiero separarme de ti, me siento muy feliz... —dijo algo confundido, luego le dedicó una sonrisa mientras a sus mejillas las adornaba un tierno rubor—. Creo... creo que te amo...
Vegeta sonrió satisfecho, se sentía feliz. Se puso de pie, y se volvió a sentar, pero esta vez en el abdomen de cupido. Apoyo sus manos en la almohada, a los costados de la cabeza del más alto, y volvió a unir sus labios en un dulce beso.
—Espera... —dijo repentinamente, separándose.
—¿Ocurre algo, Goku?
—Si lo que siento por ti es amor, ¿debemos hacer lo que los humanos llaman "hacer el amor"?—preguntó, haciendo que el más bajito se sonrojara completamente. Tal vez se encargara de eso, pero nunca había estado en una relación, ni tampoco seguido muy a fondo una.
—¡Idiota! ¡¿Cómo no puedes tener una pizca de vergüenza?! —lo regañó dándole un golpe en la cabeza, el mayor sólo atinó a reírse nerviosamente, mirando con dulzura la expresión de pena del menor, quien sólo desvió la mirada—. Para eso se debe tener mucho tiempo en una relación y amarse de verdad... —agregó con un rubor en sus mejillas.
—Vegeta, ¿quieres ser mi pareja? —preguntó con una sonrisa, sabía que cuando dos personas se amaban el hombre le decía eso a la mujer. No es que viera a Vegeta como mujer, sino que creyó lo conveniente, el más bajo era muy tímido en esos aspectos y él muy impaciente, no quiso esperar más.
—¿Eh? ¿De verdad? —preguntó sorprendido. El mayor asintió—. Sí quiero... —susurró con alegría y se acercó para continuar con sus besos.
***
Cupido luego de que se besaran por mucho tiempo tuvo que regresar al cuartel, ya que ahí estaría seguro. Además, así los querubines no se preocuparían de que algo malo le haya pasado, como que los humanos lo capturaron y el gobierno haya mandado a hacerle estudios con científicos por su anatomía. O que se encontrara a un enemigo peligroso en el camino. Llegó y fue a ver a su padre, como lo hacía siempre que salía.
—Kakarotto, ¿ya sabes de quién se enamoró Vegeta Saiyan? —preguntó Bardock sin voltear a verlo, únicamente mirando a todos trabajando arduamente.
—Sí... de mí—respondió tranquilamente. El mayor volteó a verlo, estaba confundido.
—Kakarotto, ¿se enamoró de ti? —preguntó un poco nervioso, cosa que no pasó desapercibida.
Goku volteó a ver a todos los querubines que los rodeaban. Podía notar el nerviosismo en todos aquellos que escucharon la conversación, pero la pregunta era: ¿por qué?
—¿Ocurre algo malo, padre?
—No... No es nada—dijo muy nervioso. Fallidamente trató de ocultarlo.
—Pero... Está bien, si no me quieres decir, no me digas—suspiró y dio media vuelta—. Ah, antes de que lo olvide. Quería decirte que Vegeta es mi novio—explicó y fue a su habitación.
Bardock, por el contrario, se quedó un poco atónito. Había un gran secreto del que no le había dicho a su hijo menor, y no sabía si contárselo. Bueno, lo había enviado hace poco a estudiar los pergaminos sagrados donde venía escrita esa cláusula, pero dudaba que en tan poco tiempo haya leído todos y se enterara de aquella misteriosa condición.
Raditz, su hijo mayor, ya sabía acerca de eso, pero murió y jamás lo necesitó. Sin embargo con Goku… él era un caso distinto, y era peor porque ya tenía pareja. ¿Cómo decirle aquel secreto? ¿Cómo contarle aquello que se supone que no era lógico en los humanos?
Ese secreto decía que Cupido, junto a todos sus familiares y antepasados, podían embarazar a la primera a cualquier persona, sea mujer u hombre. En el caso de hombres, era algo 'anormal', ya que los humanos no poseen un aparato reproductor como las féminas. Pasaba algo mágico, donde su cuerpo se adaptaba para poder mantener a un bebé y que creciera en su interior.
¿Cómo le dirá a su hijo acerca de esto? No sabía. Ni siquiera estaba seguro de si era necesario decirle, después de todo, era muy inocente y no sabía acerca de esas cosas. Además, como su responsabilidad, tarde o temprano lo leería durante sus estudios y él mismo se daría cuenta de lo que implicaba estar con un humano, viendo que tal vez no era bueno continuar con su relación.
—No debo decírselo... No pasará nada más... Sólo son novios, no tendrán la "fusión de amor"...—pensaba no muy convencido, pero no le quedó más que resignarse a que así fuera—. No le digan nada a él acerca de la magia del "alma unida"—ordenó en voz alta y todos los presentes asintieron.
Debían obedecer a su jefe, pero muchos creían que lo mejor era decirle a cupido, él merecía estar advertido de las consecuencias que tendrían sus actos. Sin embargo, acatarían las órdenes, después de todo, Goku no necesitaría saber eso... ¿o sí?