Después de la batalla con Asura; Spirit Albarn; se había dedicado a su hija… claro que no fue mucho tiempo; ya que luego de dos días la Death Scythe tuvo que resignarse de que su hija; ya no era una bebe… y no fue porque esta lo corrió alegando que sabia cuidarse sola, no claro que no, para nada…
Había decidido que lo mejor, seria que visitara a un buen “amigo”, que lo recibiría con los brazos abiertos (aunque fueran las 2 de la madrugada)…
El Doctor Franken Stein; técnico graduado de Shibusen, recientemente profesor de ese colegio, compañero y amante de la guadaña; (aunque este no lo admitiera) lo había recibido gustoso, sabía de antemano que el peli-rojo tenía un departamento propio y que solo estaba ahí porque necesitaba la presencia de su hija, o bien de su “amigo”; ya que aunque no lo dijera un voz alta; el oji-azul no podía vivir sin él…
-Spirit, ¿Qué te trae por aquí?- esa pregunta tenía otra escondida; una que para ellos era muy obvia; ¿Por qué me necesitas tanto?, Stein amaba con todo su ser al arma, pero este nunca se lo ha mencionado, sabía que si; porque si no, estaría con cualquier otro; pero necesitaba escucharlo de sus labios.
Por el contrario el peli-rojo se negaba a decírselo; era demasiado orgulloso (tímido) como para admitirlo en voz alta; así que solo se puso a leer, parado en frente de un estante; ignorándolo…
Spirit sabía que no era bueno ignorar a Stein…
Habían pasado como dos horas en los que el oji-azul leía y cambiaba de libro dándole la espalda al peli-gris-plateado y el doctor lo veía fijamente esperando respuesta, la cual se negaba a salir de los labios del arma.
La Death Scythe se estremeció al sentir un abrazo en su cintura y un beso en su cuello; no era bueno que él ignorara a Stein; ya que este tenía un modo “sutil” de atraer su atención…
El técnico solo se dedicaba a besar y morder su cuello, mientras sus manos exploraban su abdomen, para luego llegar a sus pezones y pellizcarlos suavemente, sin siquiera haberle quitado la camisa y saco que llevaba puesto, sacando jadeos y un sonrojo a su acompañante.
El peli-rojo se iba a dar vuelta y reclamar por el “asalto”, pero no pudo reclamar porque; cuando se volteo recibió un fugaz beso del oji-verde seco; quien devolviendo sus manos a la cintura del otro lo apretó más hacia si…
Pronto el profesor comenzó a despojarlo de sus ropas y de las propias quedando ambos desnudos, el peli-gris-plateado empezó a lamer los pezones de su “amante”, mientras el otro gemía sonrojado, preguntándose mentalmente: “¡¿Cómo diablos llegamos a la mesa?!”, porque si, Spirit se encontraba recostado en una mesa bocarriba, mientras que Stein estaba encima de él acariciándolo y besándolo…
-lámelos- pidió (ordeno) acariciando sus labios con tres dedos.
Este sonrojado, acato la orden, para sorpresa del mayor, usualmente lo miraba de forma asesina y lo mordía…
El doctor cuando vio que sus dedos estaban lo suficientemente lubricados, los aparto de la boca de su amante y los dirigió a cierta parte delicada del peli-rojo y que por fortuna le pertenecía por completo.
Introdujo el primer dedo recibiendo un quejido como respuesta, empezó a moverlo en círculos para luego colocar un segundo dedo simulando unas tijeritas, metió un último tercer dedo simulando envestidas, escuchaba como la guadaña lanzaba gemidos al aire, aferrándose a sus hombros con sus manos, regularmente él le decía muchos insultos antes de dejarse llevar… quizás era por eso.
-S-Stein… entra de una v-vez- pidió entrecortado.
Spirit no se dio cuenta de la sonrisa satisfactoria que se formo en el rostro del contrario…
El profesor retiro los dedos de su entrada y los sustituyo por su miembro, el oji-azul soltó un grito de dolor combinado con placer, no sabía si era por las hormonas o ese maldito sabía muy bien donde tocar, se aferro fuertemente a su acompañante mientras sentía como el otro le daba leve mordiscos en su cuello y hombro, se separo un poco de su cuello, para besarlo de una forma hambrienta, no se lo diría abiertamente, pero realmente lo necesitaba…
El científico gustoso recibió el beso, cuando sintió el movimiento de caderas de su pareja, empezó con las embestidas, primero lentas para molestia y desesperación de su acompañante, en una de esas embestidas, el pelirrojo gimió mas fuerte –AH!, ¡Stein ahí!, dame mas ahí!- con eso supo que ya había llegado al punto que lo volvía loco.
-hoy estas muy ansioso, Spirit- le susurro sensualmente en el oído, para después morderlo suavemente de la orilla.
Empezó a embestirlo más rápido pero con cuidado de no lastimarlo, se sentía en el cielo, estaba seguro de que él oji-azul se sentía de igual modo…
Las embestidas eran rápidas y certeras, estaba muy excitado y no solo por el hecho de que el peli-gris-plateado era bueno en la cama, sino mas bien por su actual condición, sintió un cosquilleo en la punta del vientre –Ste-in… ya no mas…m-me vengo!- segundos después termino viniéndose entre ambos vientres, el oji-verde-oscuro al sentir las paredes anales de su amante contraerse se vino dentro de este.
Salió con cuidado de su interior y lo cargo estilo nupcial para llevarlo a la habitación, lo acomodo y le cubrió con las mantas, se levanto con la intención de dirigirse a la salida, pero una mano en su muñeca lo detuvo, a voltearse se encontró con la mirada vidriosa del peli-rojo, iba a preguntar pero se le adelanto…
-yo… te amo- si, lo dijo extremadamente bajito, con voz temblorosa y con la mirada gacha, pero algo era algo, se acerco y le beso en los labios, luego se recostó a su lado y lo atrajo a su pecho, el peli-rojo escondió su rostro en el pecho de su acompañante reclamándole en voz alta –es tu culpa que yo este así!
Claro que ese momento de ternura no duraría mucho, aun recordaba el momento en el que le dieron la mejor noticia de su vida, su peli-rojo se había desmayado en los pasillos de Shibusen y el cómo alma que lleva el diablo fue a ver qué era lo que le sucedía a su pareja (en ese momento secreta), grande fue su alegría al escuchar que este tenía como dos semanas de embarazo, gracias a un ovulo que había sido incrustado hacia ya algún tiempo (cuando Stein se ponía a experimentar con él)…
-yo también te amo Spirit- le menciono mientras acariciaba su vientre con un pequeño bulto de no más 2 meses