Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Suspiros llenos de recuerdos. por Karikarija Suzuki

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero y lo disfruten, sé que dije que jamás escribiría de esta pareja, pues, ahí voy yo de idiota(?) y me inscribo a este desafió y salió esto.

 

Espero y lo disfruten.

 

Miro las hermosas nubes grises, suspiro tras suspiro es lo único que hago después de lo sucedido, una sonrisa y mis ojos llenos de lágrimas.

 

— ¿Qué pasa?

 

—Nada, nada.

 

—Pero... estás llorando.

 

—No quiero que te preocupes.

 

—No me agrada verte así. ¿Fue mi culpa?

 

— ¡No! jamás lo sería. Solo estoy feliz.

 

—Ah.

 

Sonreí al verlo tan confundido, cuanta felicidad me abarca. Momentos como estos deseo vivir a su lado.

 

—Y-yo lamento la pelea de ayer.

 

—No te preocupes, no fue nada –le regalé una sonrisa, él me la regresó gustoso. Lo miré a los ojos y me abracé a su torso.

 

—Sigo amando tus celos.

 

— ¿Qué tipos?

 

— ¿Cómo los de la preparatoria?

 

— ¡No me recuerdes eso! ¡Fue vergonzoso! –me escondí de manera brusca, odiaba que me recordara ese momento tan vergonzoso de mi vida.

 

— ¿Recuerdas que me lloraste frente toda la escuela?

 

— ¡YUU!

 

—La primera vez que hicimos el amor.

 

— ¡CÁLLATE!

 

—Tu voz chillona a la vez de que yo te...

 

— ¡SHIROYAMA! Me voy a enojar.

 

—Te amo.

 

—Mejor cállate.

 

—Cuanto amor.

 

— ¡Tú! que haces que me ponga rojito.

 

—Sobre todo; amo tu sinceridad.

 

—Yuu.

 

Lo miré a los ojos, perderme entre sus hermosos pozos, recordando nuestra adolescencia.

 

_______ _______ _______ _______ _______

 

Me estiré como tal gato, mi brazo frágil picaba, odiaba en este momento a Yuu.

 

"—Será divertido.

 

— ¿Es seguro?

 

—Sí, yo lo hice también."

 

Después de que el 'gran Shiroyama' tirara de la cuerda, me estrellé contra un poste y al final azoté como puerco en el pavimento.

 

— ¡Mamá!

 

Unos cuantos segundos pasaron para que mi madre entrara por la puerta.

 

—Ahora si quieres que te ayude.

 

—No mamá, que me da vergüenza ¡Comprende!

 

—Akira. –me miró de manera enojada.

 

—L-lo siento –bajé la cabeza apenado, no me gustaba que se enojara conmigo.

 

—Tanto amor por ese chico. ¡Mira lo que te hizo! y no se para aquí.

 

—No viene porque sabe que le dirás muchas cosas y luego se enojará conmigo.

 

—Akira...

 

— ¡Ya mamá!

 

Suspiró para verme directo a la cara.

 

—Q-quiero ir a su casa.

 

—No.

 

—Pero mamá. –le chillé.

 

—Tienes una pierna rota y un brazo. Luego te me quejas que te duele el cuello.

 

— ¿Puedes llamarle? –la verdad deseaba verte a como diera lugar.

 

—No. Mejor descansa.

 

—Quiero salir.

 

—Ya no quiero que lo vuelvas a ver. Es mayor que tú.

 

—Por dos años.

 

—No Akira. Acepto que te guste, pero que te haga daño, eso si no lo permito.

 

—No fue su culpa. Fue mía por aceptar.

 

—No lo no cubras.

 

—Mejor déjame descansar.

 

No ha pasado ni tres semanas y ya anhelo oír tu gruesa voz, dándome órdenes, regañándome por cada cosa mala que hago, ayudándome con mis materias, sobre todo extraño tus hermosos ojos.

 

No puedo dejar de pensarte por un segundo, vives en mi mente y pasas en ella todos los días.

 

Cada sonrisa burlona que me dedicas la recuerdo toda la mañana, tarde o noche, no importa en que momento lo hagas, me traes loco por ti.

 

Pero hay un gran problema; los dos somos hombre y eso está mal visto.

 

La sociedad siempre mandará sobre mí, no puedo soportar una pequeñas cosa mala sobre mí, cuando llegan a pensar eso, yo trato de cambiarlo inmediatamente.

 

Me regañas mucho por eso, pero no puedo evitar que la gente mande sobre mí, puedo llegar a hacer algo malo solo para que una persona me acepte, puedo dejar de hacer lo que me encanta sólo para que no me vean extraño, puedo guardar mis sentimientos para que tú no te sientas asfixiado.

 

No importa cuánto dolor sufra, yo siempre trataré de no dañarte con mis tonterías.

 

------

 

— ¿Cómo te fue con el reposo? –me preguntaste al entrar por la puerta de la escuela.

 

—No me visitaste –te contesté algo molesto.

 

—La universidad.

 

— ¿Qué universidad? ¡Todavía no terminas la preparatoria!

 

—Bueno, lo siento. Tu madre me da algo de miedo.

 

—Pero aún así, podrías haber ido unos minutos.

 

—Ya, lo siento Akira.

 

—Iré a mi salón.

 

—No te enojes, que tengo que contarte algo.

 

"Tengo que contarte algo" no soportaba las veces en que esas horrendas palabras salían de tu boca, lloraba para que ese "contarte algo" no se tratara de alguna.

 

Me pierdo entre el brillante color y hermoso sonido de las hojas danzando cada una, unos pequeños choques para crear una hermosa melodía, ese sonido tan natural me pone tan tranquilo.

 

Un pequeño regaño por parte de mi maestro para prestar atención a clases, un insulto para él y directo a dirección.

 

El regaño fue más allá por lo que vine, mi madre enojada, no le comenté sobre el citatorio del mes pasado.

 

— ¡Akira!

 

—L-lo siento.

 

—La próxima vez que me manden citar, sea por lo que sea, dámelo por favor.

 

—Si mamá.

 

Me refugio debajo de la triste sobra del árbol, meciéndome de un lado a otro sin parar, mis ojos llenos de lágrimas, hipeo tu nombre una y otra vez. ¿Cuándo me amarás? No es tan imposible.

 

"—Me trae loco, tal vez me dé una oportunidad ¿Tú que dices?

 

—D-digo que,... es genial,... supongo.

 

—No pareces muy convencido.

 

— ¡No soy tú!"

 

Me destroza cada palabra tuya, pero comprendo que te fijes en una persona como ella, es dulce, tiene tremendo trasero y pecho, cosa que amas en las mujeres, eso último es lo más importante, no es un hombre como yo, tiene lo mismo que tú, no tiene pecho vultuoso, no es una mujer como ella.

 

—Buenos días Yuu –te saludé algo triste.

 

— ¡Akira! ¿Listo para tu examen?

 

—No estudié nada ¡Nada!

 

—Eso da mala espina. Aún así ¡Buena suerte!

 

—Gr-gracias –sonreí al verte tan contento.

 

—Oye Akira, ¿Hay algo que te molesta de mí?

 

El ambiente cambió de la nada, tu mirada seria y enojada me penetraba, no sabía porque me decías eso tan doloroso.

 

—No, ¿Por qué piensas eso?

 

—Últimamente te cuento muchas cosas y tú me contestas muy cortante, me preguntaba eso.

 

—No Yuu –te dediqué una sonrisa para que sintieras confianza.

 

— ¿Alguna pregunta?

 

—Bueno, hay algo que está en mi mente desde hace tiempo.

 

—Te escucho.

 

—Dime Yuu... ¿Qué opinas de los homosexuales?

 

—Son una mierda.

 

Me quedé en silencio, me mirabas de manera fría, pensé que lo decías en verdad.

 

Comenzaste a reírte, no lo comprendía, me dolía tanto el corazón para escuchar.

 

—Es mentira, ¿Crees que no me he dado cuenta de que eres de ese bando?

 

— ¿Disculpa?

 

—No es por nada, pero se te nota lo nena.

 

—Bueno, lamento ser asqueroso.

 

Me paré lo más rápido que pude, no iba soportar verte a la cara por un gran tiempo.

 

Escuchaba como me llamabas, lentamente tu voz se iba perdiendo y mi cuerpo se iba cansando.

 

Una estúpida forma de huir del amor de mi vida.

 

Despierto y desearía estar viendo las nubes a tu lado, me encantaría acurrucarme en tus fornidos brazos, escuchar el eco de tu corazón, mantenerme de pie con cada palabra tuya.

 

Respirar junto a ti, soñar que contigo viajo a las estrellas, separar los malos deseos, vivir una eternidad a tu lado.

 

Quiero escuchar un ligero perdón de tus labios, sentir que todo este viento es irrompible. Disfrutar de nuestra compañía, reír para siempre.

 

------

 

—Akira, sobre lo de la otra vez.

 

—No te preocupes.

 

—Saliste corriendo, me tengo que preocupar.

 

—Actúe como mujer, lamento molestarte.

 

—No me molestas, eres mi mejor amigo, jamás me molestaría tu sexualidad.

 

—No te comprendo.

 

—Lo dije en broma, no pensé que lo tomarías tan a pecho.

 

Hice una mueca de molestia ante lo que me dijiste. Te miré tratando de buscar otra respuesta, no comprendías porque te miraba de esa forma.

 

—Yuu, esto es serio. Por favor.

 

—Bueno, trato de que el ambiente no se sienta tan pesado.

 

—No es para que hagas esto.

 

—Ahora tú eres el que se comporta como "adulto".

 

—Bueno, pero es que para mí es una situación de otro tratado, como tú no lo sufres.

 

—Akira, ¿Te aceptas?

 

Te miré dolido, mis ojos derramaban pequeñas gotas sin que se lo permitiera, me dedicaste una sonrisa, abriste tus brazos de poco en poco, bajé mi cabeza de forma rápida, odiaba ser así frente a ti.

 

— ¿Qué pasa?

 

—Está mal que yo sea eso.

 

—No te llames así, no importa cuántas veces ellos te vean mal, lo que importa es lo que pienses tú, si estás muy apegado a eso, solo harás que te encierres. Piensa en ti. No en los demás.

 

— ¿Está mal?

 

— ¡Claro que no!

 

—Yo pienso que no puedo serlo. La sociedad lo prohíbe.

 

— ¿Yo lo estoy prohibiendo? o ¿Acaso tu madre, abuela y hermana lo hacen? ¿La escuela te está diciendo que si lo eres te dejan sin estudio?

 

—No...

 

Reí un poco para abrazarme más a su duro pectoral.

 

Un suave apretón refugiando mi miedo, los pequeños sollozos no dejaba salir a las incoherentes palabras, me desaté esperando algo feo. La increíble meta brillaba de un profundo color, incontrolables veces traté de aferrarme a algo estúpido, pero yo no quiero dejarlo ir.

 

—Sabes que tienes todo mi apoyo. No importa cuántas veces te sientas así, solo mírame y si quieres, puedo dejar que mis brazos te protejan de tus miedos.

 

—Gracias Yuu.

 

Eso fue el principio, pensé que tendría una oportunidad, más no todo es lo más hermoso, tuvimos que pasar algunas complicaciones. Como la vez que le grité y lloré a Yuu en medio del campo. Más de media escuela lo presentó -estoy exagerando-.

 

Un día nublado y lluvioso, me sentía triste de alguna manera, no tenía ni ganas de levantarme, mi cuerpo pesaba y tenía unas inmensas ganas de llorar por cosas que no recuerdo.

 

Levanté mi cabeza para después hacerlo con todo mi cuerpo, algunos huesos tronaron, sacándome unas cuantas risas por las cosquillas que estos habían presentado.

 

Me destapé de la cómoda sábana para poder estirarme mejor. Me recargue en la ventana, el suave y fresco aire golpeaba mi cara, eran exactamente las 4:59 de la mañana, en estos momentos deseaba seguir durmiendo, pero hoy era el día en que tal vez la amistad que tenía con Yuu dejara de funcionar, solo un “sí o no” bastará para saber mi futuro.

 

Un “Sí” me haría la persona más feliz del mundo.

 

Un “No” destruiría mi corazón.

 

Necesito tener más confianza en mí, como él me lo dice.

 

—Tengo algo de miedo, como que me lo impide.

 

—Mira, si no te corresponde, no pasa nada. Sólo eres un niño de 15 años Akira, no conoces muy bien el amor.

 

—Papá nos abandonó, mira quien me lo dice.

 

— ¡Akira! Yo trato de aconsejarte para que no sufras.

 

—Pues, si vienen de tus palabras, dudo mucho que sean verdades.

 

Crecí sin un padre que jugara conmigo, mi madre siempre estuvo a mi lado, siento que él me hacía mucha falta, no tenía con quien ser agresivo, mi hermana se la pasaba estudiando y mi madre cuidaba mucho de mi abuela, por eso cuando conocí a Yuu, pude hacer todo eso, no me molestaba que me golpeara hasta hacerme llorar, tampoco me molestaba que me regañara, pero había algo en él que me deja viéndolo más que un mejor amigo.

 

Conforme pasaba más tiempo con él, mas me iba cautivado su forma de ser, mas me iba enamorando de su hermosa sonrisa.

 

Cada perfecto detalle en él y no quería desaprovechar mi situación.

 

Después de alistarme en mi casa y pasar por la estación de trenes, llegaba a la escuela. Algo extraño en mi era llegar temprano, pero los nervios no me dejaban en paz. Mientras más pronto, menos dolor.

 

Los dedos de mis manos golpeaban con fuerza mi banco, la música se podía escuchar en el desolado salón, los nervios me impedían quedarme quieto.

 

Desde que puse un pié dentro de la escuela, unas ganas de llorar me golpearon por sorpresa. Como odiaba ser un adolescente y sus “estoy encontrando como soy”.

 

Estoy preparado para decirte adiós.

 

—Te amo.

 

—Y-Yuu-san.

 

—Sé que es pronto, pero me has enamorado al momento en que te vi. No te juro una eternidad, pero si los días, meses, años que pasemos juntos trataré de que sean los mejores.

 

Mi corazón se aflojó al escuchar esas palabras, no te había dicho nada y ya te tenía tan lejos de mí.

 

Te notabas muy enamorado de esa perfecta chica a la vista de muchas personas, pero para mí el único perfecto eras tú.

 

Terminé llorando, como era común en mí estos últimos días, mis cambios de humor, Yuu rompiendo mi corazón sin saberlo.

 

No era el fin del mundo, pero aún sabiéndolo me afectaba de sobre manera.

 

— ¿Qué te sucede amigo?

 

—Nada Yuu.

 

—Hace tiempo que no me hablas, ¿Te he hecho algo?

 

—No, solo quiero estar sólo.

 

—P-pero,… yo solo quiero ayudarte.

 

—Hay una manera de que me ayudes.

 

— ¿Cuál?

 

—No te quiero en mi vista.

 

— ¡Eso no es beneficio para mí!

 

— ¡Lo importante es que sea para mí, no para ti! Ahora, lárgate de mi vista.

 

—Dame una sola razón.

 

—Te odio.

 

No podía soportar ni mis propias palabras, tus bellos ojos me cuestionaban mucho.

 

—Dime una razón para que lo hagas ¡Solo una!

 

—Yo…

 

 Mi mente se puso en blanco, no quería armar un escándalo solo porque él traía novia y a mí no me pelaba, sería la burla de la escuela por generaciones, tal vez me grabaría y lo subirían a alguna página de internet, mi madre me correría de casa y viviría debajo de un puente con una caja de cartón como refugio, en definitiva yo no quería nada de eso. Y si, ¿Mi madre ya sabe todo y estoy inconsciente muriendo debajo de ese asqueroso puente? Y ¡Todo esto son solo recuerdos!

 

Acariciaste mi espalda, dirigí mis ojos llorosos y estallé en risas.

 

No entiendo de qué te ríes.

 

De la vez que te dije “Te odio” y tuve esos ´Pensamientos extraños´ como tu les llamas.

 

Jajaja.

 

Me seguiste acariciando mi espalda, suspiré de nuevo para concentrarme en lo que estaba pensando.

 

 

— ¿Akira? ¿Qué pasa?

 

— ¿Ha? –sacudí mi cabeza para verlo.

 

—Estabas temblando, como si otra vez tuvieras esos pensamientos extraños.

 

— Yo no pienso cosas extrañas.

 

—La última vez que me contaste tus pensamientos, empezabas siendo millonario y al final terminabas en un lugar lleno de arcoíris y unicornios de todos los colores a tu alrededor, que traían puesto uniformes de cadetes y lanzaban bombas por el trasero, fuego por las patas y dulces por el hocico.

 

—Eso no es extraño.

 

—Sí lo es.

 

— ¡No me cambies el tema!

 

—Yo nunca lo cambié, solo te dije la verdad.

 

Mi cara sufrió un cambio, te miré dolido.

 

—Solo déjame en paz, ya no quiero verte de nuevo.

 

Así pasó todo un mes de tortura, faltaba mucho a clases, los regaños de los profesores hacia mi eran mayores, dejé de verte en la hora de descanso, ya no era lo mismo.

 

Había comenzado a llorar por cualquier cosa, sin ti a mi lado me encontraba sólo.

 

— ¿Qué pasa?

 

—Yuu, ¿Me amas?

 

—Claro que sí. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

 

—Amo cuando me dices eso... sigue acariciando mi espalda, me encanta que lo hagas.

 

— ¿O te gusta sentir mis manos?

 

—Las dos cosas -suspiré.

 

No soporté las ganas de reventarte la boca, casi te revolcabas con ella en mi cara.

 

Mis ojos llenos de lágrimas, grité tu nombre, me miraste algo asustado.

 

— ¡TE ODIO! Te odio. ¿Por qué me haces esto? no te das cuenta cuánto daño me haces.

 

— ¡Tu dejaste de hablarme! yo no tengo la culpa de que siempre te guardes todo. ¡Tú solo te haces sufrir!

 

—Pe-pero es tú maldita culpa. ¡Si no me hubiera enamorado de ti! ¡Si no fuera tan idiota!

 

— ¡Yo no te dije: ven enamórate de mí!

 

—Si lo hiciste ¡Lo hiciste y me dejaste botado!

 

—Yo no hice nada de eso. Tú me dijiste que me alejara de ti, yo solo te hice caso para no molestarte.

 

—Me haces daño.

 

— ¡Que yo no lo hago! ¡Eres tú mismo! no culpes a los demás por tu culpa.

 

—Yo no lo estoy haciendo.

 

—Me estás armando...

 

— ¿¡Por qué no me amas!?

 

— ¡No me vengas con eso en este momento! no sabes que es lo que yo sentí cuando me dijiste eso -me miraste de manera dolida.

 

— ¡Tú no sabes lo que siento cuando te veo besándola!

 

—Claro que lo sé. Siente lo mismo que yo.

 

— ¡Yuu!

 

Caminabas a paso rápido para alejarte de mi yo deseaba detenerte.

 

Corrí detrás de ti, jalé tu brazo.

 

— ¡Yuu, yo te amo! ¡Por favor! ¡Por favor no me dejes!

 

Te lloraba. No quería que lo mejor de mi vida se me fuera de las manos.

 

— ¡Te amo! por esa razón... ¡No me dejes!

 

—Deberíamos hablar en un lugar con menos gente.

 

— ¿Me amas? –muy apenas podía pronunciar palabras.

 

—No puedo responderte eso.

 

— ¿Por qué? Solo es un “si” o un “no”. No es tan difícil.

 

—Puede que mi respuesta no es muy buena para responderla aquí mismo.

 

— ¡Ya sé que es un no! Pero quiero oírlo de tus palabras, quiero que el dolor sea menor al saberlo de ti. Por favor… Yuu-san.

 

— ¡Oh no! No me hables de esa forma, no me mires así que haces que me sienta mal. No quiero dañarte y lo más seguro es que no te dañe, solo hay mucha gente y deseo que sepas la razón en privado.

 

—Si vas a dañarme, no importa que sea frente a muchas personas.

 

—No, yo sé que te encantaría saber mi respuesta. Hasta mañana, A-ki-ra.

 

Terminé con unas ganas de gritarte mil y un maldiciones, no soportaba cuando jugabas de esa forma conmigo, me hacía sentir como un inservible.

 

— ¡Yuu!

 

—Akira, por favor. No quiero hablar de esto con mucha gente.

 

—No me interesa la gente, me interesa saber tu respuesta. ¡Dime! Dime que si me amas como yo lo hago, dime que no me ves como sólo tu amigo, que en las noches piensas en mí, que te quedas entretenido mirando a la nada recordando lo que hemos hecho juntos. ¡Por favor! Solo dime eso, no te pido más.

 

—Ya me hartaste.

 

Lo miré con miedo, se acercaba a mí como si quisiese comerme, me tomó de los hombros y tiró de ellos, caí de sentón contra el suelo, un quejido lastimero que nuca se hoyó.

 

Mis ojos estaban abiertos a más no poder, los labios de Yuu atacaban mi boca con desesperación, sus manos estaban en mi cintura apretándola levemente. Se notaba como ponía empeño al besarme, sus labios temblaban de forma tierna.

 

Me animé a seguirlo y no dudé en jalarle el cuello de su camisa, los murmullos me sacaron de este magnífico sueño, e hice la peor cosas que pude hacer: empujé a Yuu hasta que este callera de espaldas y salí corriendo.

 

— ¡Akira!

 

Sabes amor.

 

¿Qué cosa Yuu?

 

Recuerdo ese día la mayoría de las noches.

 

Pasé una vergüenza ese día, cómo olvidarlo.

 

Pero, imagínate que nunca lo hubieras hecho.

 

No digas eso. Lo más probable es que mi madre  supiera de mi homosexualidad, me botaría a la calle, trabajaría de panadero y…

 

¡Ya! Akira, cálmate, te inventas cuarenta historias iguales pero con cuarenta finales diferentes. ¿De dónde sacas todo eso?

 

Solo me imagino lo que pasaría.

 

Nada de lo que dices tiene sentido y te hace ver como idiota.

 

¡Ya cállate mejor!

 

Llegué hasta la esquina de la calle que da para mi casa, respiré profundo tratando de calmar  mi respiración acelerada, en definitiva, yo sería la leyenda viva de esa escuela, todos se burlarán de mí.

 

— ¡Akira! Hasta que te alcanzo. ¿Por qué saliste corriendo? Me atacaron con preguntas antes de salir.

 

— ¡Seré la burla de la escuela! – suspiré pesadamente- Yuu, lo siento…

 

— ¿Por qué lo sientes?

 

—Yo me comporté como el idiota que soy, mis celos me pusieron en blanco la mente. Yo no soportaba verte con esa chica de pechos grandes, no soportaba la idea de que no soy lo suficiente para ti, que por ser hombre tenga que soportar un amor no correspondido. Yuu, me duele mucho, mucho.

 

—Me molestas, yo…

 

—Lo siento, me alejaré de ti –traté de caminar.

 

—Déjame terminar… yo sé cuánto me amas, media escuela lo sabía, eres pésimo guardándote cosas, sé que será difícil para ti, pero te lo vuelvo a repetir, Akira; tú piensa en ti, no en los demás, que importa si a ellos no les gusta, no te aflojes por algo como eso.

 

—Si sabías que te amaba, ¿Por qué tanto daño?

 

—Yo tenía una idea, esa idea era ponerte celoso, pero en cambio tú te alejaste de mí.

 

—Tú me dañaste, yo solo quería huir de eso.

 

—Dejemos de hablar.

 

­— ¿A que…?

 

—Calla y bésame.

 

Después de que él me pidió eso, se repitieron muchas veces, salidas, escenas subidas de tonos, hasta que por fin llegó la pregunta.

 

Según tú querías llevar todo a la perfección e inclusive querías que cuando se hiciera oficial fuera “sorpresa”.

 

—Akira, ¿Te divertiste?

 

—Sí –te mentí.

 

—Tu cara dice todo lo contrario.

 

—Te diré la verdad, una señora nos miró feo, siento que lo que estamos haciendo está mal.

 

—Algún día toda esa gente entenderá que esto no es de otro mundo.

 

—Te pediré que ya no vuelvas a tomar mi mano en público.

 

—Si así lo quieres.

 

Todo el camino de regreso fue incómodo, te herí, pero no iba a estar haciendo algo que me hiciera sentir incómodo.

 

—Akira… yo quería preguntarte si te… ¿Quieres salir conmigo?

 

—Claro, ¿Qué día?

 

— ¡No! Este,… yo.

 

— ¿Yuu?

 

— ¿Quieres ser mi pareja, mi novio, el amor de mi vida?

 

Me miraste directamente.

 

— ¡Ah! Bueno, ya sabes… yo, yo, yo, ¿Eh?

 

­Estallaste en carcajadas, te miré molesto para bajar mi cabeza apenado.

 

—Jamás pensé que te pondrías así.

 

Te agarrabas el estómago como si este te doliera de tanto reírte de mí.

 

—Adiós.

 

—No, ¡No! Lo siento.

 

—Bueno.

 

—Y, ¿Qué dices?

 

Reí muy bajo, tanto para que no me escuchara, sonreí y corrí hacia él.

 

_______ _______ _______ _______ _______

 

— ¿Te vas a quedar todo el día pegado a mi pecho?

 

— ¿Se puede?

 

—Claro, pero estando parado no es muy cómodo.

 

— ¿Me estás diciendo gordo?

 

—No, solo que,… bueno, si, estás algo gordo y muy pesado.

 

—Luego te quejas de que porque me enojo.

 

—P-pero yo. Mejor quítate ya.

 

Inflé mis cachetes a lo cual tu reíste y picaste uno de ellos.

 

—Te amo.

 

—Yo también Yuu.

 

— ¡Ah! Eso no vale. ¿Yo también qué?

 

—Yo también te amo.

 

Todas las noches me pongo a pensar en lo que hubiera sucedido, pero es que se me hace imposible todavía estar a tu lado.

 

Sé que todavía 10 años después me siga dando miedo lo que piense la sociedad, pero es algo que en estos momentos no importa si estoy contigo y así deseo que siga, por toda nuestra eternidad.

Notas finales:

Bueno, eso fue todo.

-Losientomuchofuémimejoresfuerzo-.

 

KarikarijaSuzuki.

Suzu.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).