-… ¡Por favor, señor Son! –Imploraba el hombre, arrodillado frente a mí, muy desesperado y asustado. Sonreí con socarronería, me encanta este tipo de escenas, me encanta que se humillen ante mí.
-Lo siento, Mike. Mi empresa ya no puede seguir esperando, así que me quedaré con tu casa para quitarte el peso de las deudas. –Le dije con un tono algo… ¿Cínico?... No, no lo creo. Él tardó mucho en pagar, es mi momento de cobrar.
-¡No tengo a donde más ir, señor! ¡Por favor, solo unos días, debo conseguir un hogar para mi familia! –Seguís suplicando a mis pies, temblando de impotencia. Tuve que reprimir una carcajada, no puedo ser tan cruel como para reírme en su cara, ¿o sí?.
-Lo hubieras pensado antes de gastarte todo tu sueldo en el cabaret. –Lo reproché, aún sin borrar mi sonrisa burlona. Puedo oírlo sollozar, y me parece lo más gracioso de este mundo. -Stuart, llévatelo. –Ordené a ese hombre que contraté como guardia, quien sin rechistar lo levantó de forma brusca y se lo llevó de mi oficina.
Mi nombre es Goku, Son Goku. Soy el dueño de esta gran empresa multimillonaria y multinacional. Mi empresa es la más lucrativa; gracias a ella miles de habitantes de este país pueden llevar algo de alimento a su casa. Si no fuera por mí, miles de personas estarían en la calle.
No me fue para nada difícil llegar hasta aquí, esta empresa me pertenece por herencia. Mi padre me la obsequió, literalmente. Siempre me ha dado todo lo que he querido, sin objetar nada. Desde pequeño, pude tener todo lo que quise cuando se me dio la gana.
Mis padres ni siquiera estaban en la casa, me dejaban solo con los sirvientes en MI gran mansión. Esos tiempos fueron los mejores; me di cuenta de que soy superior a los demás. Siempre les ordenaba algo, y ellos cumplían sin quejarse. Aún recuerdo cuando le pedí al cocinero que besara al jardinero, ¡Fue lo más estúpido y divertido que vi en mi vida!
-Anita querida, saldré un rato. – Dije con mi tono tan masculino, mirando a mi secretaria de forma seductora. Y por supuesto, ver su expresión sonrojada por la vergüenza es un deleite.
-E-está bien… S-señor Son –Me respondió tímidamente, nerviosa. Claro, mi presencia produce eso en todas las mujeres. Simplemente le guiñé un ojo, y me fui de ahí.
Todas las mujeres se derriten por mí. Soy el hombre más apuesto de este país, y me atrevería a decir que de todo este planeta. No importa la ropa que me ponga, ni que me cruce con una monja. Cualquier mujer que me vea cae a mis pies, también unos cuantos hombres. Modestia aparte, pero soy todo un galán.
Desde mis 15 años que salgo todas las noches para ir a los bares más caros y exclusivos de ésta ciudad. Siempre bebí todo lo que quise, hice todo lo que quise. Incluso la mujer más difícil termina rendida ante mis encantos. Si los baños de esos lugares hablaran…
Incluso intenté con hombres también, intentando descubrir cuál era mi orientación. Me di cuenta de que no tengo preferencias, el sexo es sexo, ya sea con hombres o mujeres. Obviamente, yo debo ser el dominante. Jamás me rebajaría a ser penetrado por un ser inferior, ¡Dios me libre!
Nunca me relacioné con nadie, todos son inferiores, no hay nadie que se encuentre a mi altura. Solo sexo, nada de sentimientos estúpido que me aten a una persona que me pueda hundir.
Muchos me llaman libertino o adicto al sexo. Por favor, simplemente sé disfrutar los “placeres” de la vida. No existe posición que no haya probado; no existe nada que no sepa.
Soy un hombre muy culto, desde pequeño que estudio mucho. Fue así que me convertí en este hombre respetable y admirable. Muchas personas intentaron ser mis “discípulos”. No podía evitar burlarme en sus caras, ¿Esos humanos tan inferiores, creen que pueden ser como yo? ¡Por favor!
Tantos me han llamado de diversas formas… “Egocéntrico” es lo primero que opinan. Yo no soy egocéntrico, simplemente sé que soy mejor que ellos y no dudo en demostrarlo. Altivo, soberbio, orgulloso, arrogante, presuntuoso, despectivo, vanidoso y quién sabe cuántas cosas más que no llegué a oír.
Solo me envidian, quieren mi posición y mi dinero. Quieren mi poder y mis bienes. Idiotas. Dicen que la razón de mi comportamiento es la falta de atención por parte de mis padres. ¡Todos son unos tontos! Nunca necesité a mis padres, ellos jamás estuvieron conmigo y aprendí que podía vivir sin ellos.
Siempre consigo todo lo que quiero, tengo dinero de sobra. Ni siquiera me alcanzan las 3 cajas fuertes ocultas que tengo para guardar mi dinero. Mi gran mansión está llena de sirvientes, cocineros, jardineros, guardias y mucamas. No tengo que hacer nada, muevo un solo dedo y ya los tengo sobre mí, escuchando y acatando mis órdenes.
-Tú y yo, en 10 minutos, habitación número 7… -Susurré al oído de una de mis amas de llaves, le di una suave mordida. Me separé simplemente para ver su expresión de vergüenza y nerviosismo, asintiendo con timidez para dirigirse a esa habitación.
Como dije, se derritió ante mis encantos, nadie puede negarse a mí. Mis ojos, tal vez sean de un simple color negro, pero mi mirada es penetrante, llego hasta el fondo de cualquier individuo. Puedo intimidar o seducir, incluso ambas. Mis facciones tan masculinas, mi rostro tan serio me hace ver interesante y varonil. Mi cabello alborotado, tan suave e inmanejable, me da la apariencia de rebelde que todas aman. Mi cuerpo tan musculoso y trabajado, todos los días en la mañana voy al gimnasio para mantener esta figura.
Ring ring ring…
El timbre de la casa. Sea quien sea, espero se vaya en menos de 9 minutos para que pueda divertirme un poco. Uno de mis tantos sirvientes se acerca a la puerta, para luego regresar ante mí con una nota.
-Mi señor, es una carta enviada por el señor Raditz. –Me avisó con su típica cordialidad y respeto, entregándome esa nota. La tomé desganado, para dedicarme a leerla.
Raditz es mi hermano mayor, él tiene 30 años. Está viejo, lo sé. Él vive en las afueras de la ciudad, en una de las tantas mansiones que nuestro padre tiene para nosotros. Él trabaja en el exterior, estudió muchos idiomas, inglés, francés, portugués, japonés y creo que alemán. Siempre me envía cartas para contarme todo lo que hace, o hacerme alguna broma.
“Hermanito, espero estés pasando bien tu vida solo. ¡Ja! Pero qué estoy pensando, seguro te la pasas de fiesta, ¿Verdad, picarón? Quería decirte que mi trabajo está de lujo, ganó cientos de miles de dólares y solo debo traducir un montón de tonterías que nadie entiende. En fin, ¿Qué tal la empresa? Seguro mejor que nunca, eres un gran líder.
Solo te enviaba esta carta para contarte que… ¡Seré padre! Mi pareja está esperando un hijo mío, ¡es una gran emoción! Espero que me digas algo lindo, guárdate un poco tu egocentrismo y dime algo bueno.
En fin, ¡espero consigas el amor, pequeño! Es lo mejor del mundo, créeme. Ni siquiera acostarse con 20 putas a la vez se compara con hacer el amor con la persona indicada.
Bien, no quiero ponerme cursi, ¡Adiós, cuídate e intenta enamorarte!
Atte: Raditz, el hombre más feliz del mundo “
No pude evitar reírme a carcajadas ante esa estupidez. ¡Por favor! ¿Amor? ¿El hombre más feliz del mundo? Desde que está con esa mujer que conoció en Alemania se ha vuelto cualquier cosa. Cuando jóvenes, él me acompañaba y nos acostábamos con miles de mujeres. Y ahora, él se enamoró perdidamente de una.
Yo pienso que el amor es algo estúpido. Me alegro por él, espero ese niño nazca sano y fuerte. Pero yo jamás tendré hijos. Es una pérdida de tiempo, te impiden divertirte, debes encargarte de ellos y olvidarte de tus propias necesidades. Eso no es vida, por supuesto que no.
El amor es algo inútil, solo te vuelve tonto y endeble. Recuerdo que muchas personas se han enamorado de mí, y yo jamás les correspondí. Como dije, soy demasiado para personas tan insignificantes.
Aunque admito, un día caí es aquella trampa. Era un joven inocente, vaya imbécil. Pero entendí que las personas son despiadadas y no se preocupan por los demás. Es por eso que yo me ocupo de mí mismo, yo solo me preocupo por mí y mis asuntos. Cada uno debe hacerse responsable de su vida, fin.
Es por eso que ahora me divierto, sin atarme a nadie. Es mejor, en estos momentos estoy disfrutando como un rey con mi mucama. Vaya, sí que sabe hacerlo, pero he estado con mejores.
-Interesante, pero deberías mejorar un poco. –Comenté con tono despectivo, colocándome los pantalones para salir de la habitación. Antes, eché un vistazo a su rostro; se veía humillada y ofendida. Reí con malicia, para salir de la casa y volver a mi empresa.
Pronto comenzarán las entrevistas para solicitar nuevos empleados, necesito más secretarios y ayudantes. La verdad, prefiero que sean mujeres, pero si son hombres… Da igual, mientras sean lindos y violables, todo bien. Recuerdo el último secretario que tuve… Digamos que el pobre quedó “inválido” luego de nuestro último encuentro y renunció. ¡Incluso me levantó cargos por daños y perjuicios e intento de violación! ¡Cuando el muy descarado gemía como un animal en celo!
Pero como dije, tengo mucho dinero y nunca nada puede pasarme. No existen policías ni jueces que no sean corruptibles, todas las personas de este mundo son corruptas y se dejan manipular por un poco de dinero. Es por eso que no confío en nadie más que en mí.
Ese soy yo, Goku Son, el Magnate más importante y joven de este país. Apenas tengo 25 años, pero estoy lleno de poder y bienes. Nadie podrá jamás conmigo. Nunca me enamoraré y jamás tendré hijos. Vivo para divertirme y disfrutar todo lo que pueda de esta vida.
Soy El Dueño de Todo…