Fueron gloriosas las primeras semanas, al parecer a mi hermano no le afecto la partida del dorado guardián, este regreso al santuario, retomo sus obligaciones como custodio de la cuarta casa y aunque no volvió a revolcarse con sus antiguos amantes, si hubo otro compañero de armas que empezó a interesarse por el cangrejo dorado.
Pero al cabo de un tiempo mi hermano fue convenciéndose que su ruptura era definitiva y que él no regresaría a su lado, entonces la actitud de mi hermano comenzó a cambiar, ya no jugaba ajedrez conmigo, ya no visitaba a sus ninfas y su humor empeoraba mas cada día que pasaba sin el italiano caballero, no había mas sarcasmo, ni pelea verbales, no había besos y arrumacos ni tórridas reconciliaciones, y aunque su cama estaba tapizada de hermosísimas ninfas, sus sueños eran habitados por una sola persona.
Un día cansado de toda esta situación decidí dar un pequeño paseo por el santuario para espiar un poco al ex amado de mi hermano, lo que vi no me gusto nada, pero no podía culparle ya habían pasado bastantes meses en que Tanathos no había hecho nada por recuperar al caballero y este trataba de seguir con su vida. Templo de Cáncer
--Vamos Death dame una oportunidad, te he visto, has cambiado mucho, no se que es lo que te ha hecho cambiar de ese modo pero ha sido para bien—decía meloso en su oído mientras lo abrazaba recargando la espalda del cangrejo en su pecho.
--Aioria…yo…yo…aun no… por fabor…para…mmmm…Aio…Aio…ria—decía entrecortadamente mientras el otro descaradamente recorría con su boca el cuello del peli azul y masajeaba diestramente los pectorales del mismo. --Solo si me aceptas, solo si dices que si, vamos… se que quieres… date una nueva oportunidad conmigo—mientras le hacia sentir al cangrejo su dureza restregándola en esos firmes glúteos. --Aio…Aio…ria…yo…--ssshhh solo di que si, solo dame la oportunidad de hacerte feliz, mi querido Death—y entonces lo vi venir, el italiano cedió y acepto al león como pareja y aun no estoy seguro si Tanathos planeaba reconquistar al cuarto guardián o dejar las cosas como estaban, solo espero que no se entere nunca que fui yo quien echo a perder su relación con el entrometido caballero. En los campos Eliceos el dios de la muerte no violenta escucha sin querer una pequeña charla bastante esclarecedora a su parecer.
--¿Es verdad lo que me estas contando Lil?-- ¿Por qué habría yo de mentirte? Según lo que le escuche a Ann-- ¿Quién es Ann?—no interrumpas Minos, Ann es una ninfa que esta al servicio del dios Hipnos—Ohh—vocalizo el juez. --¿Vas a dejar que te cuente el chisme o no?—esta bien, esta bien ya no interrumpo—dijo algo fastidiado el juez—suéltalo. --Bueno pues según Ann su señor estaba celoso de que su hermano le pusiera más atención al caballero de Atenea, y decidió… ¿Cómo decirlo?... mmm bueno, decidió ponerle fin a esa relación sin futuro. --¿Estas segura? No quiero ni imaginarme lo que pasaría si Tanathos llegara a enterarse, seria un gran problema para el señor Hades si ellos estuvieran enemistados—y hasta allí llego su paciencia ya no quiso escuchar mas ¿Cómo pudo, como había podido su hermano hacerle esto? Si llegaba a ser verdad Hipnos habría llegado demasiado lejos, el sabia que amaba al caballero de Atenea. Pero si llegara a ser verdad esto explicaría muchas cosas y la actitud de su amado. ¿Era demasiado tarde para reparar su error? Lo había dejado partir tan fácilmente pensando que el otro se daría cuenta de lo infantil que se estaba comportando, pero el otro nunca regreso y el no hizo nada por recuperarlo a casi dos años de su partida apenas venia enterándose de lo que pasaba a sus espaldas y como un suspiro se tele transporta al santuario de la diosa de su amado, encontrándose conque su gemelo también estaba en ese lugar.
--¿Qué haces aquí Hipnos?—pregunta mientras trata de pasarlo de largo para adentra en la cuarta casa—yo que tu no lo haría le advierte el rubio dios. --Se lo que hiciste y vengo a recuperar lo que es mió—habla muy seguro el peli plata—hablando muy seguro de si mismo. --Eso ya no será mas, tardaste demasiado hermano, dos años para un mortal es mucho tiempo, ya alguien mas ocupa su corazón y su lecho, lo perdiste y no podrás recuperarlo sentencia el dios del sueño. Hace caso omiso a la advertencia de su hermano y la escena que ve en la alcoba del caballero le ha lastimado el alma, pero era necesario, su amado es feliz en brazos de ese caballero que le susurra al oído cosas que el alguna vez también le susurro pero que no pudo cumplirle. Vuelve sus pasos sumido en sus pensamientos, lo ha perdido y aunque Hipnos no es del todo culpable, lo hará pagar por el mal que le ha hecho al fin que tiene toda la eternidad para vengarse.