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Como la bella y la bestia por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Ya comienza lo bueno 

Ohhh!! Seee!!!

Comenten si les gusta....y si no tambien XD

“Aquella sensación de ser perseguido, el paisaje borroso del cual no había un final al cual llegar, el sonido de las pisadas y la respiración de ambos, al primer roce entre ambos despertó”

Se levanto de golpe, asustado y confundido, el sueño le había parecido tan real, aun estaba agitado, como si hubiera corrido por todo el bosque. Tenía que dejar de pensar en eso, quizás su madre tenía razón y no había nada en el bosque, estaba tan perdido que tal vez solo lo imagino o se confundió, en todo caso no le servía de nada preocuparse, bastaba con no regresar al bosque de nuevo. 

-¡Derek! ¡Ya es hora!- Grito su madre desde la planta baja, había olvidado la junta, aun vestía con su ropa sucia y el rostro herido. Salió de la habitación y grito por las escaleras.

-No estoy listo, denme 5 minutos- No recibió respuesta así que se apresuro lo más que pudo. Se cambio de ropa, se lavo el rostro y se puso desinfectante y una bendita en la herida más grande que estaba en su mejilla izquierda.

-¡Listo! Ya vámonos- Dijo mientras bajaba las escaleras corriendo, su padre le miraba algo molesto mientras su hermano sonreía burlón.

-Llegaremos tarde- Se limito a decir su padre en un tono serio y seco, jamás fue de palabras dulces, menos para él, solo sonreía cuando Jonathan ganaba algún partido, pero en cuanto a él  dejo de dirigirle la palabra cuando se entero que le gustaba un chico. Lo último que le dijo fue      “Deberías sentir asco”


La junta de padres comenzó, Derek se quedo afuera en el pasillo mientras los demás chicos salían al patio, esperaba que al profesor de historia se le olvidase lo de esa tarde y no diera quejas de él, un deseo que no se cumpliría fácilmente. Se sentó en una banca y saco uno de sus libros para leer mientras la junta terminaba, se sumergió un momento en el océano.

-La sirenita, un cuento trágico para un chico trágico- Derek ni siquiera pensó en alzar la vista, reconocía perfectamente su voz.

-Nunca te cansaras de molestarme  ¿verdad Matías?- Al decir esto una sonrisa se dibujo en el rostro del más alto, luego se sentó a su lado, obviamente solo para fastidiarlo.

-Tú tienes la culpa, fui amable contigo y me enredaste en tus sentimientos, sabes que no soy gay.

-No tenías que burlarte de mi frente a todos- Dijo el castaño mientras bajaba el libro y lo miraba a través de su flequillo.

-Si tenía que, la gente no solo se burlo de ti sabes, además-  Se acerco a él y toco su frente con un dedo.   –Ni aunque fuese un marica saldría con alguien tan raro como tu- Dijo mientras lo empujaba con su dedo. Derek no era de los que se enojaran por nada, pero esto si daba razones para sentir ira, han pasado ya dos años desde lo que ocurrió y aun lo culpa de todo.

Se le había confesado en la biblioteca, intento ser lo más privado en cuanto al tema, pero alguien escucho y aunque Matías lo había rechazado la escuela comenzó a hablar, fue entonces que Matías decidió que Derek merecía hundirse solo. Lo sito en la parte trasera de la escuela, donde estaba un jardín de rosas, Derek pensaba que lo había reconsiderado, pero era una trampa. Media escuela estaba allí, viéndolo y burlándose de él, de repente de entre la multitud salió Matías “¿Qué pasa? ¿Creíste que te declararía mi amor? Sera mejor que dejes de leer tanta porquería romántica, das asco” 

Hubo silencio mientras Derek apretaba con fuerza su libro, Matías lo miro atentamente con una sonrisa sínica, no le basto con eso, le arrebato el libro de las manos y se levanto mientras se burlaba.

-¡Devuélvemelo!- Grito Derek mientras intentaba alcanzar su libro pero la altura del otro chico se lo impedía.

-Te estoy haciendo un favor, si quieres que dejen de molestarte debes dejar de fantasear, debes volverte un hombre- Comenzó a arrancar las páginas del libro, Derek lo golpeaba e intentaba que lo soltara pero no logro nada. Cuando el libro estaba casi deshojado Matías lo arrojo contra una pared.

-Me lo agradecerás luego enano- Le dio lo que intentaba ser una palmada en la espalda pero más bien fue un empujón. Derek comenzó a recoger las hojas del libro mientras el otro chico se alejaba de allí satisfecho.

¿Por qué tenían que fastidiarlo siempre? Nunca le dejaban en paz, el no se metía con nadie y a cambio todo mundo se metía con él. Estaba arto, unas lagrimas amenazaban por escaparse de sus ojos cuando escucho la puerta del salón abrirse y a un grupo de padres salir de allí, todos excepto los suyos.

-Derek, necesito que vengas- Le llamo su profesor de historia.

Derek entro al salón con el libro roto en manos, sus padres lo observaban serios, se sentó junto a ellos y el profesor frente a sus padres.

-Les pedí quedarse para hablar de la actual actitud de su hijo en clases. Últimamente su hijo ha estado distraído en clases, además de saltárselas, antes Derek no era así, tenía buenas calificaciones y aunque no hablaba mucho podía participar en clases. Pero desde hace tiempo que no pone atención, sus tareas están incompletas y me temo que reprobara el examen final.

-¿Y que se supone que hagamos con él?- Pregunto su padre en un tono que Derek conocía, el mismo con el que se dirigió a él la última vez.

-Creo que tiene problemas en la escuela y perdóneme si le ofende, pero también en casa- Derek sintió el peligro cuando su profesor dijo aquello.

-Si tiene problemas el mismo se los busco por actuar como una niña, nosotros no tenemos la culpa de eso- El profesor vio a Derek con algo de pena.

-Supe algo de eso, no creo que la solución sea rechazarlo como lo hace, tienen que apoyarlo, deben charlar.

La madre de Derek ni siquiera hablaba, tenía los ojos llorosos, estaba avergonzada por la discusión que tenían. El de ojos esmeraldas también sentía que estallaría en llanto pero fue fuerte para no hacerlo.

-Jamás apoyare a que mi hijo se vuelva un marica, me repugna- Su voz firme y sincera, jamás se había escuchado tan sincera como esa vez, lo rompieron desde dentro, estaba arto, ya no podía aguantárselo.

-¡Pues yo no pedí ser el hijo de alguien como tú!- La forma en cómo se levanto de la silla con brusquedad y alzo la voz los sorprendió a todos.  – ¡Si tanto te repugna olvídate de que me conoces, olvídate de mí, yo no volveré jamás a tu casa!- Salió corriendo de allí, la voz de su madre le suplicaba, su profesor lo siguió, pero su padre permaneció sentado sin decir nada.

Afuera ya estaba por anochecer, Derek corrió con todas sus fuerzas hasta dejar a su profesor atrás. Entro sin dudarlo al bosque, siguió el camino que había descubierto ese mismo día y se adentro en la obscuridad. Cuando estuvo frente al túnel paso dentro de él, salió encontrándose con la luna llena sobre él, alzo los ojos y dejo que el viento moviera su cabello y la luz lunar acariciara sus mejillas por donde unas lágrimas comenzaron a rodar.

-¡MALDICION!- Se tiro al suelo y comenzó a golpearlo con sus puños- ¿Por qué carajos? ¿Yo qué culpa tengo? Yo no quise ser así- gritaba para sí mismo mientras estallaba en llanto, vio sus manos llenas de tierra y con unas cortadas en los nudillos, se sintió tan débil y patético, se sentía la cosa más despreciable en el mundo.

-¿Por qué no me devoras de una vez?- Dijo a la vez que alzaba la vista a los arbustos donde dos brillantes ojos amarillos lo miraban.  –No opondré resistencia, anda… me arias un favor si me asesinas-  La bestia no se movía de su lugar.

-¡No me ignores! ¡Vamos, mátame! ¿Acaso no eres una bestia? ¡Devórame!- La bestia rugió ante sus palabras como si le molestaran, se lanzo sobre el mostrando sus colmillos, la luz de luna quedo entre sus cuernos negros, las garras que parecían de un grifo lo apretaron con fuerza encajándose en su brazos, esos ojos lo miraban con furia, abrió su hocico para devorar su rostro cuando algo lo detuvo. El viento soplo quitando el cabello de su rostro y dejando ver sus ojos esmeraldas que  reflejaban la luna, las  lágrimas y su expresión de dolor, hicieron que se detuviese.

Derek cerro sus ojos esperando que lo matase, pero no fue así, la bestia lo cargo con uno de sus brazos y se lo llevo consigo.

-¿Qué? ¡Espera! ¿Qué haces? ¡Suéltame!- No lo entendía, se supone que debía comérselo ¿Por qué estaba cargándolo? ¿A dónde lo llevaba?

Llegaron a la entrada del castillo, la bestia alzo su mano y como si hubiese dado una orden las rejas se abrieron, entraron entre una neblina espesa, podía escuchar el crujir de las hojas que pisaba, luego vio que la bestia tenía una larga cola que parecía de león, noto además que el cuerpo de la bestia parecía el de un humano, solo con la excepción de los cuernos, los colmillos,  las garras y la recién descubierta cola, claro.

La bestia alzo de nuevo su mano y las puertas del castillo se abrieron, entro en la obscuridad con Derek aun en su brazo, luego lo dejo caer en el suelo de forma poco gentil.

-¿Crees que puedes darme ordenes? Mírate bien, un mocoso tan patético como tú debería temerme- La obscuridad aun no dejaba ver bien su rostro, solo sus ojos. Derek aun en el suelo retrocedió nervioso, ya no estaba tan seguro de querer que lo devorasen.  

-Y-yo… lo siento, es que…- Hablo asustado, la bestia se acerco a su rostro mostrando sus colmillos y colocándolos cerca de su cuello.

-Así me gusta, que sientas miedo- Susurro a la vez que lo lamia despacio del cuello a su mejilla. Derek comenzó a temblar, aquello era aterrador y un tanto incomodo.

-¿Qué piensas hacerme?- Pregunto con voz apenas audible. La bestia lo miro a los ojos retirando el flequillo de su rostro.

-¿No es obvio? Ahora eres mi prisionero- Dijo con una sonrisa siniestra mientras reía entre-dientes. –Hare contigo lo que me plazca.   

Notas finales:

Que tal? 

Esa bestia e/////e si se lo quiere comer XD

Espero les haya gustado, actualice rapido, quisiera que fuera así siempre pero espero comprendan cuando no pueda.

Aun así pondre todo mi esfuerzo

Nos leemos luego.


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