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Whish A Had an Angel por Luna Shinigami

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Whish A Had an Angel

 

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Las penumbras y soledad rodean el escabroso momento de su vida, miraba con suntuosos miedo las paredes rígidas de su habitación y odiaba con premura a su hostil carcelero… odiaba los murmullos que rechinaban impasibles en su cabeza y le llenaban de miedo el alma, aun sabiendo que nada puede hacerle ese ser imaginario….  Y tan real al mismo tiempo…

 

Las lagrimas ya no tienen fondo en su corazón acongojado, por fin a sabido que la derrota venia ya… fue tan iluso pensar que podría contra todo… bueno a decir verdad podía contra todo menos contra él.

 

Pensó en odiarlo y en verdad lo odio, pero también lo amaba que contradicción tan compleja e inútil.

 

De cómo había  empezado esto mejor ni siquiera pensarlo, se encerró en si mismo luego de tanto dolor y es que ya no podía más, necesitaba un descanso a su alma y no podía, no tenia una salida normal… nada en su vida era normal…

 

Se levanto de la cama que estaba fría, aun con él en ella, la maldita cama matrimonial no se calentaba y le dolían bastante las rodillas, dejo escapar un suspiro…

 

Ya no era él de antaño y dolía recordar el porque estaba postrado en esa cama, dolía salir de ella y dolía ser una carga, dolían las lagrimas derramadas y aquellas que nunca derramaría, dolía  sobre todo su indiferencia…

 

Dolía aquel fantasma más que nada en este mundo y no sabia como convencerse que en vez de un fantasma, o un ángel como en una época lo pensó, solo era su maldito demonio que lo atormentaba con su presencia…

 

Odiaba todo de su carcelero imaginario y real y a la vez lo amaba tanto… sonrió triste mientras se miraba al espejo, tal vez, a estas alturas ya amaba tanto a su prisión como a su carcelero… sin querer rozo suavemente la superficie del espejo y pensó como se vería la sangre expuesta luego de ser cortada con los vidrios sueltos del espejo.

 

Se retiro, no porque la visión le causara terror, era más bien por que, aquella imagen le encantaba… suspiro cansado y se alejo de ese maldito espejo… y volvió a sentarse en la cama, la cama que aun estaba fría y en espera de su carcelero, uno que no venia… pero porque no se aparecía, si ya sabia que nunca lo iba a dejar, si él mismo carcelero tenia su alma, su vida, su corazón, su cuerpo y hasta su  dignidad…

 

El había dado todo a su carcelero y solo sufría indiferencia… cayo en la cama, preso del dolor del corazón, francamente añoraba salir de allí… añoraba respirar otro aire y definitivamente añoraba la soledad a la cual siempre le tuvo tanto miedo.

 

Saber que ahora, les gustaban cosas que antes le daban terror, como la sangre, las serpientes y la muerte, la soledad y la oscuridad, siempre las evito, pero ahora, parecían un imán para su cordura o su inanidad…

 

Con dureza golpeo la cama hasta que sintió el filo de algo cerca de su almohada, al sacar el objeto se dio cuenta que había sido el regalo de un “amigo”, un amigo imaginario y real del cual nadie tenia conocimiento, ni siquiera su carcelero, francamente si su carcelero se enterara, ambos estaban muertos… bien conocida era la posesividad de su carcelero.

 

Tomo la daga con fascinación mientras disfrutaba del filo agudo de la daga, se quito la camisa de satén arena que tenia sobre su cuerpo y comenzó a hacer marcas pequeñas, para apaciguar el dolor que provenía de su corazón, cada pequeña indicción ayudaba a descansar a su alma, y finalmente miro las venas que pugnaban por salir de sus manos, quería saber que era eso, que era la sangre que podría emanar de ella… con cuidado puso la daga en la vena derecha y la impulso hacia abajo, pero se dio cuenta de su error cuando dolió un poco y abrió sus ojos de manera amplia, alguien lloraba a su lado y cuando se dio cuenta vio aquellos ojos azules con tristeza, las lagrimas brotaban de su cara y el cabello castaño estaba algo enredado,  lo abrazaba tratando de consolarlo.

 

-no más….- le repitió la persona a su lado y termino en un llanto ensordecedor….- te estas lastimando- dijo suavemente la voz mientras lo recostaba suavemente, dejando que el cabello castaño se combinara con su cabello rubio como los rayos del sol.

 

-me siento solo… me quiero morir…- dijo suavemente son lagrimas, cuando sintió el estremecimiento del cuerpo de aquella persona.

 

-no me dejes… no es justo…- dijo para si la persona mientras trataba de consolarlo mejor… -si mueres, yo contigo…- ambos quedaron dormidos por el manto de la noche, una de ellas queriendo encontrar la muerte y la otra con ganas de cobrar con muerte.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

La puerta sonó duramente  en aquella mansión, interrumpiendo el sueño de alguien de cabellos castaños y ojos azules que se despertó de pésimo humor, pero entre sus brazos aun estaba el rubio, así que emitió un pequeño beso y se salio de allí, para ver de quien era ese alboroto tan inusual.

 

Camino furiosa esta persona cuando en medio de la sala de la mansión vio el motivo de la tristeza infinita del rubio de su corazón y el suyo también dio un vuelco inesperado.

 

-lárgate¡¡¡¡- rugió duramente con rostro asesino, mientras que la servidumbre salía rápidamente, tratando de no encontrarse victima de aquellos dos.

 

-esta, por si se te olvida, también es mi casa…- dijo la otra persona con la voz apagada.

 

-jajajaja….no me digas?- respondió con un cinismo inusual - ¿desde cuando?... hasta donde mi cabecita recuerda, nos dejaste por una perra egipcia, así que no te la vengas a dar de que esta también es tu casa, padre, esta dejo de serlo hace mucho tiempo…- respondieron unos ojos azules, escupiendo cada palabra con un odio irracional o tal vez ni tanto.

 

El que antes fue carcelero de aquella mansión, estaba cansado, sus ojos azules estaban opacos y miraban fijamente a su pequeño reflejo, ya no tan pequeño, tendría unos quince años, el cabello castaño como el suyo, solo que algo más claro, los ojos azules y unja fiereza digna de su apellido.

 

La pequeña tenía las manos crispadas en rabia y los ojos húmedos tratando de no derramar una sola lágrima por aquel que no lo merecía.

 

-Kaede…- susurro el nombre de su hija, pero la pequeña pareció enfurecerse aun más con eso…

 

-recuerdas mi nombre???, yo pensé que todo se te había olvidado, desde que decidiste irte a Egipto a jugar al antiguo sacerdote, regrésate a esas tierras y olvídate de nosotros, ¿para que viniste?, a hacer más daño del que ya has hecho?, no te parece suficiente?- dijo la niña, pero una voz a su lado la hizo frenarse.

 

-KAEDE¡¡¡¡- grito alguien, una voz masculina y se dio la vuelta para asustarse un poco, pero luego se relajo al ver que esos cabellos rubios no eran los mismos, de la pequeña alma atormentada que vivía en esa mansión.

 

Kaiba abrió sus ojos, al ver a su cachorro… pero al fijar sus ojos, ese no era su cachorro, era….

 

-a que vino?- dijo el rubio, tenia la voz fría como un témpano de hielo, su mirada azul reflejaba el odio de kaede, pero se controlaba aun más –se lo repetiré de nuevo, si fue que el tiempo lo volvió sordo ¿a que vino?- dijo con una voz cortante.

 

-yo volví, porque….- trato de pensar, que les iba a decir, tenia las maletas en el auto, como cuando  vuelves luego de tan largo viaje… como miras a la cara a aquellos que dejaste niños y ahora, son calcos de lo que fuiste una vez, ¿Cómo demonios los había criado el rubio? –que les dijo Joseph…?- pregunto echándole la culpa del desamor de aquellos muchachos, al rubio.

 

La cara del rubio de ojos azules, fue apoteósica y de dos zancadas ya estaba en el primer piso sosteniendo de las solapas del caro vestido al presidente de Kaiba Corp.

 

-ni se le ocurra hablar de mi papá, porque le juro que no sale intacto de esta mansión…. Ni se le ocurra volver a decir su nombre….- dijo con tanto odio que Kaiba no estaba seguro de porque.

 

Una de las empleadas salio del segundo piso –señorita Kaede, el amo Joseph…- no dijo nada más cuando la pequeña regresaba con cara de terror a la habitación del mayor de los rubios y el muchacho soltaba al castaño para subir, pero antes.

 

-lárguese de mi casa o le juro que lo hago echar a patadas como un gato callejero…- dijo siseando, como una serpiente, muy parecido a lo que él hacia cuando era joven.

 

Tenia curiosidad, pero se dio la vuelta y salio de aquella mansión… entro al auto y puso la cabeza sobre le volante.

 

-que te dijeron?- pregunto una voz femenina a su lado, tenia el cabello negro oscuro y los ojos azules, pero también le sonreía a un pequeñín de unos dos años que trataba de alcanzar a su padre.

 

-no les dije nada….- dijo cansado.

 

-Que???, se supone que ibas a  contarles que, bueno que estoy contigo y que necesitas el divorcio… que tenemos a nuestro pequeño regalo y ….- La mujer cayo cuando vio desesperación dibujada en una media sonrisa que puso el castaño.

 

-sabias que me odian Ishizu?, tanto como yo odiaba a mi padrastro… vi en Kaede ganas de estrangularme y de Seth ganas de desaparecerme del mundo… - de nuevo la cabeza en el volante –se que no me deberían venerar por lo que hice, pero aun no se como me odian tanto….- dijo para si, cuando tomo entre sus manos al pequeño que le sonreía…- antes eran como tu, Ángel, antes me sonreían en la cuna, antes…. Antes me querían…- dijo con un dejo de tristeza, que fastidio a la morena, que se arreglaba el cabello.

 

-pues si ya no lo hacen, debe ser causa de wheeler, digo, él los crió, debió alimentar la rabia de él con los muchachos… no lo crees… deberías pedir la custodia y demostrarles que no cometiste ningún error, dejar que me conozcan…- dijo suavemente acariciando la mejilla de kaiba mientras que este se la quitaba de encima.

 

-si me odian a mi, imagínate a ti…- dijo con una risa irónica, cuando arranco el carro, miro hacia el frente, había una cantidad impresionante de gente saliendo de la mansión, abrió los ojos, cuando vio que su hijo mayor tenia a alguien entre las manos, mientras lo entraba al auto…. y la castaña de su hija tenia cara de desesperación, ambos arrancaron el auto y le pasaron por un lado ignorando el auto negro deportivo, mientras salían como alma que lleva el diablo.

 

-que paso??- pregunto la egipcia.

 

-eso lo voy a averiguar…- dijo preocupado saliendo del auto y tomando a una de las empleadas de el brazo –que paso?- pregunto duramente, la joven se soltó del brazo.

 

-lo siento señor kaiba, pero se me esta prohibido hablarle a usted o alguien extraño…- dijo con rebeldía que él no conocía, ya que la gente temblaba con su nombre, pero parecía que en esa casa su nombre era sinónimo de repudio.

 

-usted no me conoce?- pregunto entre dientes, la muchacha sonrió.

 

-es una orden del amo seth, nadie puede preguntar por mi amo Joseph, nadie siquiera debe estar aquí, así que le rogaría que saliera antes de que mande a la guardia como ordeno mi joven amo…- dijo rápidamente, mientras que llamaba a tres guardias de seguridad –Josué, acompaña al señor Kaiba a la salida y refuerza la seguridad en el perímetro, el joven amo dijo que trajeran más hombres-

 

-si…- fue lo que respondió el joven al cual llaman Josué, mostrándole la salida al que antes fue amo de esa mansión, definitivamente ahora el nombre de Seth Kaiba daba más terror que del propio seto Kaiba en su época.

 

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-Estas bien?- pregunto alguien cerca de él.

 

El rubio abrió sus ojos miel y miraron temor esas orbes azules que le penetraban el alma.

 

-yo…. Yo…. ¿Dónde estoy?- pregunto tratando de levantarse pero vio como, tenia las muñecas vendadas  y un catéter de suero en el brazo.

 

El de ojos azules hizo un gesto de fastidio –donde más? En un hospital ¿sabes que lo que hiciste fue una maldita estupidez?- esa voz, esa voz, era igual, pero no era él… una mano se apoyo e su mejilla y un beso tierno fue dado en sus labios.

 

-no basta…- dijo suavemente el rubio enfermo –no quítate¡¡¡¡- grito casi cuando sintió las manos del otro tratando de quitar la camisa que llevaba, el otro simplemente obedeció.

 

-debemos volver a la mansión…- miro el temblor del hombre mayor –no me digas que tienes miedo?...- dijo sonriendo besándolo de nuevo.

 

-ya no más….- soltó una lagrima –no más….- ahora más lagrimas.

 

El ojiazul soltó un bufido de desesperación –es el colmo, te estoy dando esperaznas de vida… te estoy dando una oportunidad y tu…- dijo con voz rabiosa.

 

-te convertiste en mi carcelero Seth…- ahora su voz estaba calmada –en carcelero de tu propio  padre…- dijo cansado.

 

Pero el rubio más joven lo miro furiosamente –una vez fuiste prisionero de Kaiba, porque no serlo conmigo…???, dame una razón..-

 

Joey se dio la vuelta y lo miro –yo te traje al mundo… no pudo ser tu prisionero… déjame libre…- dijo con un dejo de voz…

 

-No- fue la cortante respuesta –nunca….-

 

De nuevo los sollozos del mayor, hasta que a la habitación llego la castaña.

 

-que le hiciste esta vez, Seth?- pregunto abrazando a su padre –déjalo en paz…-

 

-no te metas Kaiba, porque te juro que….- dijo levantándose de su puesto pero kaede hizo lo mismo.

 

-Te recuerdo hermanito que tenemos el mismo apellido así que no me vengas con estupideces, así que más vale que no se te vuelva a ir la mano con papá o yo misma me encargo de cortártela seth, no me tientes, que sabes que somos iguales, así que Nissan respeta y deja vivir, que ahora que volví no me pienso ir de su lado…- dijo con voz fiera retando a esos ojos azules como los suyos.

 

El rubio giro los ojos –cuídalo…- fue lo único que dijo, antes de salir de la habitación del hospital, no sin antes dejar un escuadrón de guardias de seguridad en el hospital y al frente de la habitación de su padre…

 

Kaede vio a su padre llorando y lo abrazo fuertemente –shhhh… ya estas conmigo… tranquilito ¿vale?...- le beso el cabello con ternura como quien lo hace con un niño.

 

-porque? ¿Por qué?...- susurro cansado dejándose llevar por las manos diestras de su hija.

 

-porque que? Papá… ¿Qué pasa? Porque esa tristeza, porque ese dolor?, porque esas ganas de morirte y dejarme solita? Que demonios que le pasa a mi Nissan?- dijo en un dejo de voz, y más cuando de nuevo escucho llorar a su padre.

 

-desearía nunca haberme enamorado de tu padre… lo odio como no tienes idea, gracias a él, ahora estoy viviendo un infierno…- dijo sosteniéndose de la menor.

 

A pesar del tiempo, Joseph wheeler parecía más joven y nadie contaba con que tenia cerca de 38 años, con dos hijos hermosos, hijos del empresario más adinerado del planeta, pero una vida hecha mierda… una depresión constante que lo enviaba cada una de tres meses al hospital, antes no era tan notorio como ahora, hace unos ocho años no era tan notorio, pero ahora…

 

-te odio seto kaiba- dijo entre sollozos, pero su hija escucho perfectamente, ella también odiaba a quien se dijo padre, para luego salir bajo las faldas de una maldita egipcia y dejar tirado a su padre con dos hijos y completamente solo, pero había algo que le preocupaba más que el resto, era la extraña posesividad de su hermano mayor con su padre… era algo que solo había visto en los ojos de Kaiba grande, una posesividad extraña, que ahora estaba en los ojos azules de su hermano mayor.

 

Necesitaba encontrar respuestas a ese paradigma, aunque ya sabia que esos dos tenían algo que ver con la repentina depresión de su padre, que cada vez se veía más indefenso ante sus agresores, sintió rabia por la sangre que corría por sus venas, maldita sea tener que ser una Kaiba.

 

 

Continuar…

 

Lunita regreso: muajajajajaja… como ya acabe el de Land of inmortal y Nymphetamine, traigo a las pantallas este fic junto con “The posion Snake”… estoy loca lo se, nunca cambiare…. Jejejejejejej….. Cada vez me deschabeto más… pero que se le va a hacer.. que pasara..??’ ni yo se, bueno aclaraciones de nuevo Kaede como Kaede, ya saben que a ella la puse como hija del cachorro como siempre… bueno Kaede Kaiba tiene 15 añitos, Seth Kaiba tiene 20 y kaiba y Joey tienen  38… luego de las explicaciones, besos y MAtane

 

Dedicado a Mi luz, mi esperanza y parte de mi cordura, Liz mi hime sama, también a Remi bella, Yakumita linda, Mi socia Kaede, ((que aguante el color arena XD)) también a Lord Vampire… mi lindo y bello chupasangre, oye una vampiro y un vampiro jejejejejeje…. A Yulin chan, aunque ella no lea de Yugi Oh, a Val Tao Yuy, a quien más?? A mi cachorrota bella, y a Lexus querida… nos vemos y matane

 

 

 

 

 

 

 


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