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O.V.N.I por Jotaru

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O.V.N.I
CAPÍTULO ÚNICO
Part I

Una noche un humano creyó tener un sueño; soñó con un ángel. Un ángel que con sólo una mirada lo enamoró, un ángel que no era lo que él creía, un ángel que se lo llevaría lejos de lo que conocía... un ángel bajado del mismo cielo.

 
Disclaimer: Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, esta historia es sin fines lucrativos sino tan solo de aficionados para aficionados.
Este FanFinc tiene contexto yaoi, si eres intolerante y/o crees que no estas apto a leerlo, está bajo tu decisión; yo te advertí xD (¿Vieron que siempre uso el mismo Disclaimer? XD)
 
Advertencias: Lemon, y más Lemon.
 
Parejas: 02x01 & 03x04 [protagónica, sólo 02x01]
 
Notas y Agradecimientos:
                              Este fanfinc fue creado especialmente para concursar en un concurso de fanfincs xDD jajajaja... así que le dedico este Oneshot a la admin. Del grupo ^^
                             Por otro lado les comento que ando emocionada porque no creí que me conocieran por tantos lugares xD últimamente me cruzo con gente (por msn) que capas que me dice ‘AHH vos escribís Dreams come true y Basketball NO!??’ y yo me quedo re ‘O_O WTF!?’ XDDD Jajajaja... así que chicos y chicas (hoy día sé que hay chicos leyéndome) gracias por leer y comentar ^^ ojalá les guste esto...
 
Comillas: ‘ ’
Diálogos: - -
Pensamientos: “ ” 
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Esa mañana tenía un extraño sentimiento de que nada sería normal como el resto de la semana, del mes, del año... de su vida. Era un sentimiento de extrañeza e inquietud que no le dejaba tranquilo en casi ningún momento, cada vez que miraba al cielo, un estremecimiento recorría su espina dorsal haciéndole voltear para asegurarse de estar solo y no bajo amenaza. Simplemente inexplicable... no había nada que le diera la solución o el motivo. Lo comentó con su mejor amigo, Trowa, y éste le dijo que era un estrés por tanto trabajo ya que, después de todo, ya hacía mucho no se tomaba unas vacaciones; negó rotundamente esa posibilidad porque siempre había trabajado como hasta ahora y jamás se había sentido de éste modo, pero no pudo decirle que no al jefe cuando le ordenó que se tomara las vacaciones de un mes.
 
Recién había salido del trabajo luego de aquella ‘charla’ con su superior y ahora vagaba por las calles intentando encontrar con que distraerse... estaba extremadamente aburrido, normalmente a esas horas trabajaba, o se preparaba para el almuerzo, cualquier cosa menos caminar por la calle principal mirando las vidrieras pasar.
 
La sugerencia del novio de su amigo Trowa era un poco más posible, tan sólo un poquito; él había dicho que después de tanto trabajo lo que necesitaba era alguien que lo destensionara en todo el sentido de la palabra, una pareja que al llegar a su casa le diera afecto tanto físico como emocional, alguien con quien pasar los fines de semana olvidándose un poco del trabajo. Según Trowa, necesitaba vacaciones y distensión, según Quatre, necesitaba una novia... o novio en su defecto. Y según él, solamente era un mal sentir y no debía prestarle importancia, por ende no necesitaba nada de lo que sus amigos decían. Pero para su mala suerte su superior estaba a favor de sus amigos y no de él, entonces lo había sacado a patadas del trabajo, casi literalmente hablando.
 
Pasó frente a un supermercado y luego frente a un restauran decidiendo entrar al segundo para comer algo, su aburrimiento no tenía limites, luego de comer se iría a su casa y estaría en su laptop intentando hacer algo más productivo que mirar el suelo, el techo o dormir. De nuevo tenía la tentación de mirar al cielo, atrás de sí, o revisar los alrededores sin motivo alguno... era un presentimiento extraño, muy extraño, pero por ésta vez no le haría caso alguno; así que entró en el restaurante y se sentó frente a la vidriera siendo atendido inmediatamente por un mesero.
 
Comió en silencio y con la mente en blanco, tan sólo escuchando y al mismo tiempo sin escuchar los comentarios de la gente que lo rodeaba, siempre era la misma historia... no se metía en la vida de nadie, pero a su vez nadie intentaba entrar en la suya y no sabía si eso le gustaba o le molestaba. Pero de todos modos, le gustase o no, ya se había acostumbrado a vivir de aquel modo y si de repente eso cambiaba le iba a costar mucho adaptarse... así que era preferible continuar como hasta ahora, solo.
 
El resto de su día fue perfectamente parecido a la mañana, aburrido y sin nada que hacer, sólo que permaneció frente a la computadora y eso le ayudó a distraerse bastante. ¿Cómo haría para aguantar un mes con aquella rutina? Quizás si lograba innovar algo, hacer algo nuevo como salir a correr durante toda la mañana y conseguir algún otro hobby durante la tarde le ayudaría... pero el problema era ¿Qué hobby?... ¿Tiro al blanco? Eso sonaba bueno. ¿Bungee Jumping? Eso le llenaría de adrenalina, la idea le gustaba bastante... Quizás podría hacer ambas entre conseguía ideas nuevas. Cuando llegó la noche se bañó y se cambió de ropas por un jean ajustado color negro y una camisa gris; Saldría a algún bar, quizás bebería un poco, conseguiría alguna chica o chico que le quisiera acompañar y pasaría una noche de sexo salvaje... el plan perfecto, casi tan impecable como su apariencia.
 
A las diez treinta PM salió de su casa a pie y se dispuso a recorrer el centro, si no encontraba un bar, quizás una discoteca aunque no le gustase bailar, y sino... sino simplemente disfrutaría de una caminata. No contó con que hoy fuera día semanal, lo que quería decir que no muchos lugares estaban abiertos a esas horas y menos los del tipo que buscaba, sólo encontró dos bares casi vacíos, y una disco donde había muchos hombres demasiado grandes... él se consideraba joven aún a sus 22. Rendido y decepcionado, a eso de las once cuarenta, decidió volver a su casa y beber algún licor en compañía de nadie, no era tan malo después de todo...
 
Al llegar a la casa y asegurarse que todo estuviera en orden y seguro abrió una botella del licor más fuerte que tenía (menta para ser exactos), se desabrochó la camisa, fue hasta su habitación y sin prender la luz se sentó a los pies de la cama soltando un pesado suspiro que rompió con el silencio.
 
- Lindas vacaciones... -susurró con ironía dándole el primer trago a la botella-
 
Se quedó unos minutos en silencio y luego tomó su celular mirando cada uno de los números telefónicos... reconociendo que había más de una la cual pagaría e intentó pagar por estar en su cama, pero no quería verlas de nuevo, por eso buscaba una desconocida o desconocido en su defecto, para no tener que verle la cara nunca más. Además más de una decía estar enamorada de él, pero no quería involucrarse, no sentía nada por ellas... no quería estar cerca para terminar lastimándolas, prefería estar siempre lejos, solo, sin que nadie dependiera de él.
 
Luego de unos cuantos minutos u horas bebiendo del licor sintió que el sueño se apoderaba de sí, no tenía intenciones de contradecirlo por lo que se levantó cerrando la botella, la cual dejó sobre el escritorio, y se recostó en la cama disponiéndose a dormir. Quizás al menos tuviera un sueño húmedo con alguien... no sería tan malo después de todo, la mente era libre de imaginar lo que su subconsciente quisiese.
 
Durmió durante horas, no supo cuantas ya que en ningún momento miró el reloj, pero lo que sí sabía era que estaba profundamente dormido cuando sintió a alguien posándose sobre su cuerpo, tenía mucho sueño así que no logró diferenciarlo de la realidad tan fácilmente, era como debatirse entre si estaba soñando o realmente le estaba sucediendo mientras las manos de esa otra persona le quitaban las sabanas que tenía encima. Pronto cayó en cuenta que las cosas se estaban yendo demasiado lejos ya sea por ser un sueño como por ser realidad, y si lo estaba viviendo necesitaba saber quien era, además según recordaba tenía toda la casa cerrada ¿Cómo podía haber alguien en su habitación?... ¿Y si era un ladrón? ¿Un violador? ¿Un secuestrador? ¿Algún tipo de bandido? ¡Qué podía hacer en esas condiciones!... Necesitaba huir, necesitaba quitar a esa persona de encima de él, necesitaba defenderse... necesitaba... quitarse el alcohol del cuerpo, controlarse, no dejar que las manos de ese desconocido le excitaran del modo en que lo estaban haciendo.
 
Le costaba encontrar pensamientos, le costaba llegar a la realidad, el licor había hecho un buen efecto sobre su cuerpo embriagándolo al límite...
 
Abrió los ojos dispuesto a tirar al sujeto lejos de sí, pero al abrir los ojos la mirada fría se transformó en una de sorpresa, confusión, admiración, devoción...
 
Frente a él, sentado sobre sus caderas, se encontraba el ser más hermoso visto jamás en la tierra... era un ser más hermoso que los ángeles, un ser que superaba cualquier belleza existente, un ser mágico, hechizante, abrumador, apasionante... y desnudo. Su mirada violácea cual joyas de amatistas lo miraba fijamente, su cabello largo y esparcido en la espalda tentaba a ser acariciado, y el cuerpo de aquella criatura hermosa lucía frágil, delicado, suave, delicioso, tentativo, inigualable, inimaginable, precioso, salido de los cuentos de hadas, salido de un sueño... salido del cielo. No parecía humano por aquella belleza exorbitante, apasionante, mas sin embargo su cuerpo era igual al de cualquier persona salvo por sus curvas tan delicada y perfectamente posicionadas dándole aquel aire llamativo, único, impresionante, que dejaría embelesado a cualquiera.
 
Aquel miramiento duró eternidades, los ojos cobaltos fijos en los violetas del extraño, el primero con un semblante confundido y extrañado mientras que el segundo sonreía sin problema alguno, como si aquello fuera de lo más natural. Ambos quietos y sin moverse, ambos concentrados en el otro, ambos sumergidos en los la mirada del otro, ambos embelesados con el otro...
 
El pelilargo se acercó lentamente hasta el rostro de su acompañante mientras el corazón de éste segundo comenzaba a latir tan apresurado como jamás se imaginó; la cercanía aumentaba lentamente, ansiosamente, haciéndose desear. Las respiraciones de cada uno chocaron al fin mientras los nervios se apoderaban por completo del pelicorto, que sin saber que hacer y sólo por instinto entreabrió sus labios esperando el beso.
 
Sentía que en cualquier momento su pecho estallaría, su cuerpo se mantenía entumecido, su mente no comprendía absolutamente nada de lo que sucedía... más sin embargo el cuerpo de ese joven le excitaba con tan sólo verle, con sólo notar su delicado y ligero cuerpo, con sólo aspirar aquel aroma tan particular... aquel perfume a bosque, a naturaleza, pero no una naturaleza abrumadora sino una apasionante y misteriosa, de cierto modo dulce. No lo resistía... no sabía si era sueño o realidad, pero sabía que ahora lo sentía original y necesitaba vivirlo, necesitaba tocarlo, necesitaba disfrutarlo a pesar de que en la mañana desapareciese.
 
Aquel hermoso ser terminó por juntar su boca con la del oji-cobalto en un beso muy tierno, dulce, suave, sentimental, sólo rozando sus lenguas, sólo acariciando sus bocas, como una pequeña y tibia brisa de viento primaveral; esto provocó una mayor excitación para el moreno, aquella inocencia transmitida sólo le apasionaba más, aquella delicadeza sólo le hacía arder más, aquel frágil cuerpo le estaba calcinando en fuego interno.
 
Las manos del desconocido acariciaron el pecho, la cintura y las caderas del otro con sumo cuidado, lentitud y suavidad, provocando que el receptor sintiese miles de descargas eléctricas en todo su ser... aquel joven oji-violeta realmente tenía una piel muy suave y provocaba en él un efecto devastador, arrasando con toda la sensatez, arrasando con toda la frialdad, transformándolo en una bola de fuego que se carbonizaba internamente. Las caricias continuaron con el mismo toque inocente y delicado hasta llegar al borde de los bóxeres pertenecientes al pelicorto los cuales fueron removidos con lentitud seguidos por un camino de besos que humedeció su pecho, vientre y pelvis.
 
- ¡Ahh...! -gimió arqueándose al sentir la lengua del otro recorrer la base de su miembro completamente erguido-
 
No lo soportaba, era mucha excitación, era mucho deseo... era mucha pasión acumulada dentro de su cuerpo y necesitaba sacarla, necesitaba saciarla, necesitaba calmarla; haciendo eco de sus pensamientos el oji-violeta subió entre besos hasta la boca de su victima comenzando nuevamente un beso delicado pero apasionante, una mezcla contradictoria, pero muy excitante.
 
No hubo lubricación, no hubo preparación, la única ayuda fue el líquido pre-seminal expulsado del miembro que más tarde fue ubicado en dirección a la entrada del pelilargo para luego ser introducido lentamente con la presión del uke. El oji-violeta no mostró dolor a pesar de que su entrada era increíblemente estrecha, pero tampoco mostró placer... fue como si nada estuviese sucediendo.
 
- Mhh... -gimió al sentir su glande dentro del otro, luego, todo su miembro siendo aprisionado por aquella cavidad le hizo delirar- ¡Ahhhhh!...
 
Luego de unos segundos donde el pelilargo sonrió los movimientos comenzaron lentamente, el oji-cobalto gemía fuertemente ya que aquella entrada le apretaba mucho y el placer era exorbitante, pero los únicos gemidos que se oían eran los suyos, no había otro sonido sino el de la cama rechinando por las arremetidas y los gemidos del pelicorto con cada estocada.
 
Eran como corrientes de energía que corrían por su cuerpo con cada entrada a aquel ser tan misterioso, no lograba abrir sus ojos, o escuchar algún otro sonido, o sentir alguna otra cosa, sólo existía aquel delicado cuerpo subiendo y abajando sobre sus caderas, aquella sensación tan impresionante de enterrarse dentro de aquella cavidad estrechísima; Sentirse subir al mismo cielo, tocar las estrellas, la luna, las nubes, ver el espacio y volver con cada penetrada, con cada estocada, con cada arremetida... era un placer fuera de órbita, un placer anormal, adictivo, increíble. Sintió venirse rápidamente, no quería, deseaba continuar entrando dentro de aquel cuerpo toda la noche, no deseaba llegar al orgasmo... quería seguir disfrutándolo... pero...
 
- ¡¡AHHHH...!! -gimió soltando su semen dentro del otro-
 
El líquido blanquecino salió disparado del miembro en dirección a las entrañas de aquella aparición, pero éste continuó con su sonrisa sin mostrar dolor o placer, absolutamente nada... era como si nada hubiera sucedido. Esto desconcertó por completo al oji-cobalto que volvía en sí lentamente... ¿Cómo podía alguien mostrarse tan indiferente frente a un acto semejante?. ¿No había sentido nada acaso?. ¿Pero cómo, si se notaba que era muy estrecho?.
 
El pelicorto salió lentamente del otro obligándole a recostarse a su lado, la respiración del oji-violeta era muy poco agitada, su cuerpo parecía estar normal... ¿Cómo alguien podía mantenerse tan indiferente?... Para empeorarlo, con sólo estar abrasando a aquel jovencito sentía a todas sus hormonas volver a reaccionar excitándolo nuevamente, eso no sucedía siempre... tenía que estar con una persona muy fogosa, muy capas de excitarlo, mas sin embargo éste chico no hacía nada y con sólo tenerlo cerca su miembro se erguía orgulloso y sin permiso. Se volteó rápidamente quedando sobre el cuerpo del otro para mirarlo fijamente, pero el chico de cabellos largos sólo sonreía... no comprendía, simplemente no comprendía.
 
- No te gustó -afirmó intentando conseguir respuestas-
 
Pero las palabras escasearon, no hubo nada, sólo un miramiento.
 
Luego de unos minutos donde sólo se contemplaron el oji-violeta acercó su rostro hasta poder besar al otro de manera profunda, apasionada, necesitada; provocando que la poca excitación que le faltase al pelicorto fuera completada para obtener de nuevo aquel miembro duro y palpitante. La conciencia se volvió a escurrir entre sus manos como agua para perderla completamente a causa de los besos que ahora bajaban hasta su cuello, el chico si sabía como endurecerlo, de eso no cabía ninguna duda... ¿esto sería un sueño o sería real?... Fuera como fuera, esta vez se encargaría de escucharle gemir, no le dejaría hasta no ver su semen en la mano o estomago de alguno.
 
El oji-cobalto detuvo la lluvia de besos que recibía para ahora bajar él mismo probando la piel del pelilargo, ningún gemido se escuchó, pero pudo sentir como se tensaba ligeramente. Continuó bajando hasta encontrar aquella virilidad algo endurecida, no mucho, y la introdujo en la boca sin pensarlo dos veces; mientras lamía y succionaba aquel pedazo de carne levantó la vista para encontrar alguna reacción por parte del otro, y realmente le gustó observar cómo el oji-violeta se mordía el dedo medio en busca de no soltar ningún ruido. No le detendría, le haría gemir así fuera la última misión de su vida... le mostraría ese placer que parecía ignorar, ese que había sentido hace minutos.
 
Continuó besando, chupando, saboreando desde la base hasta el glande del miembro sin ningún pudor mientras de a ratos levantaba la vista, siempre topándose con que el pelilargo se mordía el dedo con el ceño fruncido, ahora su respiración era un poco más acelerada y cuando metía todo su miembro en la boca se arqueaba sin dejar de morderse. Lentamente conseguía avances, llegaría el punto en que gemiría y no lo resistiría más... mientras tanto continuaría succionando aquella erección sin permitirle culminar.
 
Ese momento llegó luego de unos minutos más,  ahora el oji-violeta se agitaba con fuerza en la cama en busca de opacar aquel placer naciente de la pelvis, pero Heero no dejaba en paz su miembro lamiéndolo e introduciéndolo en la boca con extremo deseo y lujuria.
 
La única meta era hacer gemir a aquel ángel.
 
- ¡¡AHHHHHH...!! -gritó al fin liberando toda su semilla en la boca del pelicorto y arqueándose mientras se sujetaba de las sabanas-
 
El oji-cobalto más que satisfecho limpió aquel miembro con la boca tragándose el semen y acercó el suyo propio hasta la entrada del pelilargo enterrándose nuevamente en él ahora bruscamente, escuchándole gemir abiertamente... su única pregunta era ¿por qué se contuvo tanto?...
 
Pero por ahora no importaba, sonrió al ver como había conseguido justamente lo que deseaba y comenzó el ligero vaivén de entradas y salidas, el placer era extremo nuevamente... nunca había sentido tanta excitación con una persona, pero ese jovencito realmente le hacía tocar el cielo como nadie. Necesitaba saciarse, y para ello continuaba arremetiendo en aquel cuerpo frágil sin temor alguno, entraba en él con rudeza apretando las caderas del otro y chocándolas con las propias producto de su fogosidad.
 
- Ahh... -lo abrazó abriéndose más de piernas y permitiéndole ir más profundo-
 
- Mhm... Ahhh... -le sujetó fuertemente las caderas, se sentía tan irreal... -
 
Ahora ambos gemían sin control, ahora uno aferrándose a las sabanas con fuerza y el otro besando, mordiendo y chupando el cuello del primero mientras lo embestía con fiereza. Los únicos ruidos que rompían el silencio eran los altos gemidos de ellos y el ruido de la cama crujiendo, pero para ellos nada sucedía, para ellos sólo existía el placer; tanto así que las piernas del pelilargo rodearon las caderas de su acompañante en busca de que aquel miembro duro entrara aún más si era posible. Pero Heero sentía tocar fondo, sentía aquella estrechez rodearle, sentía entrar completamente y llenar cada espacio como si sus cuerpos estuvieran amoldados especialmente para el otro, y quería continuar así, quería seguir sintiendo ese fuego loco que los quemaba y aislaba del resto del planeta.
 
Se vino de nuevo pero ésta vez sin detenerse, se encontraba completamente agotado pero no iba a detenerse, quería continuar poseyéndole, por ello a pesar de soltar todo su semen dentro del oji-violeta continuó arremetiendo lo más fuerte posible masturbándolo ya que el miembro de su acompañante volvía a endurecerse. (N/A: lo que es la juventud... XD)
 
Y de nuevo la pasión los invadió a ambos, el oji-cobalto no podía creer que a pesar de haber tenido dos orgasmos increíblemente fuertes su miembro estuviera pidiendo más para llegar a un tercero... (N/A: No... ni yo me lo creo) pero no se lo cuestionó mucho, sólo continuó arremetiendo, continuó estocando al pelilargo, continuó entrando en él fuertemente, haciéndole sentir el mismo placer que ahora sentía. Lo besó con pasión y deseo, ahora podía saborear la dulzura de sus labios acompañado de sus gemidos, ahora sentía que aquello iba más allá de lo carnal, porque no sólo le gustaba ese cuerpo, sino también esos ojos, la mirada que dirigía, ese sabor, esa boca, esos gemidos, ese cabello...
 
- ¡¡Ahhh!! -gimió sintiendo las ultimas estocadas y sus deseos de culminar-
 
- Ahhhh... -le siguió soltando su semen al igual que el pelilargo-
 
Ambos se vinieron al mismo tiempo, ahora si sin más fuerzas para continuar, entonces el pelicorto salió del oji-violeta y se recostó a su lado y tapando a ambos con la sabana, luego abrazó a aquel otro cuerpo que respiraba muy entrecortado y se dejó perder en la inconciencia, olvidándose de que aquello podía ser irreal... olvidándose de que quizás era un sueño, creyendo que eso era real y al amanecer aún lo tendría; pero el alcohol le quitaba las pocas fuerzas que le quedaban luego de esos tres orgasmos, por lo que sólo pudo dormir sin darse cuenta de nada.
 
Despertó por causa del sol que le molestaba los ojos, pero no los abrió de inmediato ya que recordó todo lo de la noche, o a medias... y no quería encontrarse con que de pronto todo hubiera sido un sueño; tanteó a su lado en busca de aquel ser que tanto placer le dio, pero la cama estaba vacía... completamente vacía. La decepción se apoderó de su cuerpo inevitablemente, realmente le hubiera gustado conocer más de ese chico... saber más de él, o al menos que existiese.
 
-... Maldición... -suspiró entrando en una depresión-
 
Entonces alguien se subió sobre sus caderas, a través de la sabana, y parecía estar realmente cómodo puesto que se dejó relajar... pero temía estar soñando de nuevo, no quería abrir los ojos y descubrir que sólo era la sensación por lo vivido, quería volver a verle...
 
- ¿Por qué maldices? -cuestionó inocentemente mirando el rostro del ex durmiente-
 
Al escuchar esa voz el oji-cobalto abrió los ojos como plato sorprendido por no reconocer al dueño y se levantó rápidamente sosteniéndose con sus codos para observar y aceptar que sentado sobre sus caderas se encontraba aquel hermoso ser con el que había vivido la noche de pasión más excitante de su vida, apenas vestido con una camisa la cual le quedaba grande y el cabello mojado. El chico de pelo largo, ahora atado en una trenza hasta la mitad con mechones rodeando su rostro, sonrió abiertamente tras ver el rostro confundido y sorprendido de su amante, luego pasó sus brazos por el cuello de él y se acercó hasta depositar un beso dulce en sus labios; Heero aprovechó ésta acción y lo abrazó con un brazo empujándolo a la cama mientras ambos rodaban quedando el pelicorto sobre el oji-violeta besándose más acaloradamente.
 
- ... ¿De dónde saliste?... -preguntó bajando por el cuello del otro-
- Del baño -sonrió divertido mientras sentía como su pareja se alejaba-
- Te estoy hablando enserio, mi casa estaba cerrada -mirándolo fijamente-
- Para mi nada es imposible, menos si se trata de entrar a la casa de alguien, por más seguridad que tenga yo siempre la podré burlar y entrar sin problemas -informó sonriendo-
- ¿Siempre que entras en una casa te acuestas con sus habitantes? -preguntó en tono helado-
- Es la primera vez que me meto en una casa, por ende la respuesta a tu pregunta es no -rió por lo bajo-
 
Teniendo ya todas las respuestas que necesitaba volvió a posesionarse de aquellos labios dulces ahora con deseo, dulzura y algo de necesidad... si, necesidad... ahora podía darse cuenta que Quatre tenía razón, lo que él necesitaba era alguien que le ayudara a relajarse, alguien a quien besar, alguien a quien amar...
 
Luego de varios besos y mimos (cariños) el oji-violeta se levantó y se ofreció a preparar el desayuno mientras el pelicorto se bañaba. Todo parecía normal, todo parecía tener un ritmo muy tranquilo... demasiado de ensueño...
 
Aún tenía miles de preguntas en su cabeza, una de ellas por ejemplo era ¿Cuál sería su nombre completo?. ¿Qué edad tendría?. ¿De dónde sería?. ¿Le querría?. ¿Sería un juego?. ¿Se quedaría a su lado si se lo pedía?. ¿Por qué ese joven había decidido acostarse con él?... Esas y muchas más recorrían su mente mientras terminaba de bañarse, pero no quería pensar en eso, quería disfrutar al máximo de su día con él... quería aprovecharle, quería divertirse, quería pasarla bien... quería... quería hacer muchas cosas, salir al centro, disfrutar de un paseo, enterarse de sus gustos, de sus metas...
 
Salió del baño y luego de secarse se vistió con un pantalón de jean negro y una camisa blanca fina, luego bajó a paso apresurado las escaleras de su casa, se dirigió hasta la cocina; realmente no aguantaba tenerlo lejos... era una obsesión, no quería que nadie viera la belleza que ahora le poseía, nadie, pero al mismo tiempo quería lucirlo orgulloso. Una vez allí abrazó a aquel chico que le tenía cautivado desde la noche; lo besó sin obtener protestas, lo abrazó sin obtener reclamos, lo disfrutó sin tener contratiempos... era perfecto, todo era perfecto, desde el oji-violeta hasta la situación.
 
El pelilargo tenía puesta la misma camisa grande y un pantalón de jean azul que le quedaba perfectamente a su talla, no recordaba haberlo visto en la habitación durante la mañana... pero quizás estaba en algún otro lado.
 
- Te bañaste muy rápido -comentó una vez que se separaron-
- Quiero disfrutarte -respondió apoyándose en el borde de la mesada-
- No te preocupes, tendrás toda la vida para hacerlo -continuó con el desayuno- ¿sabes que día será mañana?
- 14 de febrero -contestó automáticamente sin perderle detalle-
- Si, ¿Y que se festeja el 14 de febrero? -sirvió el café en dos tasas-
-... ¿Festejar?... -enarcó una ceja-
- Veo que no tienes la más pálida idea de esto -rió suavemente- Bueno te diré -le entregó la tasa junto con un beso en los labios- mañana es San Valentín -se alejó continuando con las tostadas-... y en San Valentín se festeja el día de los enamorados ¿lo sabías?
- No tenía idea -bebió un poco- ¿y que tiene que ver contigo?
- Creo que nada -rió- pues la verdad creo que no tiene nada que ver, pero sólo te comentaba, a fin de cuentas... pienso quedarme contigo... -comentó algo pensativo pero con una sonrisa-
- ¿Adónde quieres ir hoy? -cuestionó con su semblante neutral-
- ¿Eh? ¿De qué hablas? -le miró incrédulo-
- A pasar el día baka, ¿Adónde quieres ir? -repitió dándole otro sorbo al café-
- ¡Ah! -exclamó espontáneamente y volviendo su atención a las tostadas- A donde quieras, haremos lo que tú gustes... el que tiene que disfrutar el día de hoy eres tu más que nadie.
- ¿Y eso por qué? -frunció el ceño-
- Hm... -se puso serio de nuevo- es un secreto por ahora, no puedo contarte aún... ¿No te enojas? -lo miró de reojo-
- ¿Y cuando me dirás?... ¿Cuándo sea demasiado tarde? -preguntó enfriando la mirada-
- Eso no puedo decidirlo yo... -desvió su vista sacando las tostadas y dejándolas en un plato- ¿Confiarás en mi? No te defraudaré, ni te haré daño... sólo debo mantener el secreto hasta que me den permiso para contarte todo, lo único que puedo decirte... es que debes disfrutar mucho estos días...
- ¿Acaso te irás? -bajó la tasa hasta dejarla en la mesada-
- Solo no -sonrió débilmente- si me voy, me iré contigo, de ahora en más y para tu mala suerte me tendrás a tu lado quieras o no -rió-
- No creo que sea mala suerte -concluyó volviendo a levantar la tasa-
- ¿Hm? -le miró sonriendo- eso es bueno, entonces la pasarás bien -llevó el plato a la mesa junto con su tasa seguido del oji-cobalto- Bueno... ¿Ya tienes idea de adónde me llevarás primero? -le miró dándole un sorbo al café y haciendo una mueca de mal sabor-
- No... -respondió tomando una tostada-
- Pues tendrás que decidir porque yo no conozco ésta ciudad, verás no soy de aquí -sonrió- así que dejo la decisión en tus manos.
- ¿De dónde eres? -mordió la rebanada-
- Es un secreto -se encogió de hombros mientras el otro fruncía el ceño-... lo siento... -sonrió amargamente-
- ¿Tu nombre, tu edad, tus gustos y demás también es un secreto? -molesto-
- Eh... -tragó saliva desviando la mirada y luego se rascó la cabeza-
 
El silencio se prolongó en aquel lugar, la situación se volvía tensa, irritante, molesta... ¿Acaso lo único que iba a disfrutar era de un día con un desconocido?. ¿Hasta cuando se mantendría así?. Dijo que se quedarían juntos por siempre... pero ¿Sería en éste silencio?. ¿En ésta incertidumbre?. ¿Qué diablos sería esa promesa?. ¿Por qué le decía que disfrutara sus días?. ¿Acaso se irían a algún lado?. ¿Qué había de sus decisiones y pensamientos?... Ese chico se quedaba en silencio, con la mirada perdida, viendo a la nada... sin contestar nada de sus preguntas, se estaba irritando, no se caracterizaba por ser paciente.
 
- Respóndeme -ordenó en un tono enojado-
- Es que... -un inexplicable sonrojo cubrió sus pómulos-... es que... verás... yo... -tragó saliva nervioso-... No tengo un nombre en realidad, mí edad exacta tampoco la sé, de gustos... te eh dicho que no soy de aquí, así que nada de lo que conoces sé si me va a gustar o no...
- ¿Tienes amnesia? -preguntó enarcando una ceja sin creerse nada-
- No, es... la razón es un secreto... es parte del secreto... no puedo contarte. -apretó sus puños-
 
Otra vez la casa quedó sumida en un mutismo avasallante, la mirada cobalto escrutaba todo en el pelilargo como buscando la brecha que le indicase si confiar en él o no, estaba renuente a creerle todo... pero también lo estaba a no creerle, puesto que realmente le gustaba el chico. En conclusión, no sabía que hacer.
 
- Que problema -susurró al fin desviando la vista y bebiendo de su café- ¿Y cómo haremos?... te tengo que llamar de algún modo, y más si me preguntan por ti.
- ¿Y quien te iría a preguntar por mí si nadie más que tú me conoce en éste lugar? -preguntó saliendo de su letargo-
- Si mis conocidos saben que me enamoré de alguien obviamente preguntarán de quién. -respondió naturalmente-
- Ah... -sonrió algo sonrosado- entiendo... -acercó la tasa a sus labios bebiendo un poco de ese líquido y frunciendo el ceño- aún no entiendo cómo hacen ustedes para tomar ésta cosa negra tan amarga -hizo pucherito- ¡Es horrible!
- ¿Qué tal si le pones azúcar? -cuestionó con una sonrisa suave-
- ¿Crees que sea mejor si le coloco ese endulzánte? -preguntó mirando incrédulo a su acompañante- digo, con lo feo que es así solito me da la impresión de que por muchas cosas que le ponga seguirá igual de feo... -le miró dolido-
 
La carcajada del pelicorto resonó automáticamente, ¿Podía existir un ser más inocente?. Se cuestionaba mentalmente ante el comentario de oji-violeta que ahora sólo le miraba desconcertado.
 
- Eres todo un caso -comentó mientras se ponía de pie luego de dejar de reír y tomaba la tasa de su acompañante-
- ¿Por qué?. ¿Acaso dije algo mal?. ¿Qué sucede?. -preguntó a la carrera sin comprender-
 
Mas el oji-cobalto no dijo nada al respecto y abrió la heladera tomando de su interior la jarra con leche para más tarde servir un poco de ese líquido blanco dentro de la tasa convirtiendo así el contenido de ésta en café con leche. (N/A: XD hermosa observación) Luego de ello volvió a guardar la jarra dentro del refrigerador y se acercó a la mesa donde el trenzado le miraba atentamente.
 
- Ahora procura ponerle azúcar -le entregó la tasa con una sonrisa divertida-
- ¿Y con eso crees que realmente se le halla ido ese gusto amargo que tenía? -preguntó inocentemente mientras el otro volvía a reír-
- Si estoy seguro -respondió sentándose de nuevo ahora con otro ánimo-
- ¡Que bien! -exclamó poniéndole azúcar y revolviendo el líquido beige sin borrar su sonrisa-... Bueno... -dijo una vez que terminó su tarea- más vale que ésta vez no sea tan feo, sino te lo tomas tú.
- Ya verás que así te gustará más -respondió divertido mientras observaba que el otro le daba el primer trago desconfiadamente- ¿Y Bien?...
- Tienes razón -afirmó suspirando tras haber dado muchos tragos sin respirar- así está mucho más rico. ¿Cómo lo sabías? -le observó-
- Eso que tomaste se llama café con leche ¿Nunca lo habías probado? -cuestionó intrigado frunciendo el ceño, el café con leche era algo internacional, no había quien no lo conociese-
- Ah no -sonrió- te dije que yo no soy de aquí, por eso desconozco todo lo que para ti es habitual... -miró la tasa dándole los últimos tragos-... y realmente sabe mucho mejor así que antes, es más dulce, no tan amargo y desabrido.
 
Se quedó pensando ¿De dónde sería ese chico para no conocer algo internacional?. No había muchos lugares donde hablaran su mismo idioma sin dialectos diferentes ¿Entonces de dónde podría ser?... No había muchas opciones, pero ninguna de ellas concordaba con lo que mostraba ese sujeto, además no conocía a nadie con su color de ojos, ni en revistas, ni en televisión, ni en su entorno... ¿De dónde sería?...
 
... ¿De dónde?...
 
- Anoche... -comenzó llamando la atención del otro-... anoche dijiste -se sonrojó- que no me había gustado... pero... en realidad te equivocaste -tragó saliva- si me gustó, y mucho...
- ¿No te dolió? -cuestionó tras recordar que no hubo preparación-
- No... -respondió aplastándose contra el asiento-
- ¿Por qué parecías tan indiferente? -frunció el ceño-
- ... ¿te pareció?... -preguntó sin mirarle-
- Estoy seguro -afirmó más ceñudo- parecía tu primera vez, pero si me dices que no te dolió no comprendo.
- Fue mi primera vez -corrigió nervioso-... pero realmente no me dolió...
- Me costó mucho hacerte gemir -sonrió imperceptiblemente-
- Hm... “No fue buena idea sacar a relucir ese tema... soy un estúpido...” -pensó preocupado-
 
Heero continuó pensando en todas las intrigas que tenía, eran muchas las cosas que no concordaban... y su imaginación estaba comenzando a volar para buscar posibles respuestas, las más factible no era una muy alentadora, ¿Y si ese muchacho era producto de algún experimento genético, se había escapado del laboratorio medio drogado para huir de los científicos y por eso había entrado en su casa sin permiso, se había acostado con él, guardaba tantos secretos, decía que nadie le conocía, y su primera vez no había sido tan dolorosa?. Debía admitir, primero, que esa posibilidad, si bien era la más realista, al mismo tiempo era demasiado descabellada y salida de la realidad para ser cierta... no podía ser, debía haber una explicación más lógica y coherente ¿no?...
 
... ¿Pero cuál?...
 
El resto de aquella tarde fue muy normal, extrañamente el trato que se tenían era uno lleno de confianza, no parecía que recién se conociesen mas sin embargo así era; el oji-cobalto no protestó al respecto, ya que gracias a esa confianza podía besarlo a gusto y antojo sin recibir ningún reclamo. A penas terminaron de desayunar ordenaron toda la cocina junto con la habitación y salieron a dar una vuelta como una pareja normal, en ningún momento se cuestionaron el tipo de relación que llevaban porque aunque no lo hubieran dicho directamente las indirectas eran más que claras. Pasearon por la avenida principal, el shopping, los parques cercanos, la peatonal y demás en completa armonía, la charla era bastante amena ya que el joven de ojos violetas realmente no conocía nada de lo cotidiano, por lo que el pelicorto se vio ‘obligado’ a relatar funciones, usos, cuentos y demás sobre algunas estatuas, lugares y otras cosas que cruzaban a su paso.
 
Era una especie de calor, pero no ese calor que sientes cuando estás excitado y endurecido, sino un calor que habitaba dentro de tu pecho y te llevaba a sonreír inconscientemente... un calor nuevo, indescriptible, embriagante, dulce, hermoso, cálido; uno que hasta ahora no había sentido con nada ni con nadie, uno que descubría ahora con la llegada de ese pelilargo a su vida. No lograba explicarse cómo, ni mucho menos por qué, pero no quería dejar de sentir aquello nunca, ahora que lo conocía no deseaba que aquel sentimiento le abandonase. ¿Acaso eso que sentía era la llamada felicidad?. ¿O, quizás, lo llamado amor?. No... no podía ser ¿Acaso podía sentir eso tan pronto?... ¿Podía amar de un instante a otro con sólo ver a los ojos de una persona?. Si... ¿No era eso lo que se denominaba amor a primera vista?. ¿Entonces se había enamorado de ese niño sensual con sólo verle?. ¿Y él?... él le había dicho que estarían juntos para siempre ¿Pero le quería de igual modo o era una obligación?.
 
- ¡No me estáis prestando atención! -exclamó cruzándose de brazos soltando la mano de su pareja y haciendo pucherito- ¡En qué tanto piensas que no logras poner atención ni a lo que te digo!
- ... Disculpa -lo abrazó apoyando el mentón en el hombro del pelilargo que ahora le correspondía-
- Mhm... -cerró los ojos- está bien, te disculpo, pero a cambio dime en que pensabas.
- Hn... -frunció el ceño, no le gustaba hablar de sentimientos, menos si eran suyos-
- Ese ‘Hn...’ no me gustó nada -hizo pucherito separándose y cruzándose de brazos de nuevo- no es justo, yo te estoy prestando atención y tu sigues encerrado en tú mente, y encima no me quieres contar...
- Baka -sonrió abrazándolo y dándole un beso en los labios-... ven -lo tomó de la mano y comenzaron a caminar-
 
De nuevo recorrieron las calles céntricas, nuevamente el oji-violeta comenzó con su charla preguntando sobre las cosas que veía o haciendo comentarios tontos, el resto de la tarde fue igual, aunque a Heero le costaba no encerrarse en sus pensamientos... realmente tenía mucho que pensar y no estaba acostumbrado a pasar el día con alguien, generalmente lo pasaba en silencio y pensando sobre lo que veía, no charlando con alguien, y esa facultad de expresarse no era la mejor que tenía. Por otro lado el trenzado parecía decir todo cuanto pensaba, no había algo que no dijera, prácticamente el pensar no existía para él... o mejor dicho, pensar para sí mismos, ya que el oji-violeta pensaba en voz alta.
 
Al caer la noche ambos regresaron a la casa del oji-cobalto, realmente agotados ya que habían pasado todo el día en al calle, cenaron una comida rápida viendo televisión y comentando algunos programas hasta que el sueño les llegó de golpe obligándolos a dormir.
 
Ese día, para Heero, fue uno de los mejores de su vida. Se podía decir que en sus 22 años no la había pasado tan bien como aquel, simplemente era la emoción, aquella calidez en su pecho, aquel saber que ya no estás solo... aquel saber que alguien se introdujo por cuenta propia a tu vida en un momento donde tu estuviste vulnerable a negarte o a hacerle las cosas complicadas; no sabía si odiarse por permitir que alguien le traspasara la apariencia, o agradecerle por continuar ahí a pesar de todos los secretos que ocultaba. Pero fuera como fuera lo importante ahora era que estaba contento, más contento que lo habría estado si fuera alguna otra persona, más contento que si hubiera ganado un premio, más contento que nunca.
 
A la mañana siguiente amanecieron ambos abrazados, el primero en despertar por alguna casualidad de la vida no fue él sino el pelilargo aún sin nombre, quien ahora permanecía mirando al cielo y recargado sobre sus codos los cuales estaban en el marco de la ventana, con la mirada perdida continuaba observando el cielo, al parecer sin percatarse del mundo que le rodeaba, sólo miraba aquel cielo ahora celeste y despejado. No se atrevió a llamarle porque de ese modo podía contemplarle todo lo que quisiera, no quería romper esa magia que el chico de ojos violetas había creado con su simple presencia, pero algún día tendría que hacerlo...
 
Mientras tanto, continuaría memorizando cada rasgo que poseía aquel chico, era simplemente perfecto... lisa y llanamente hermoso, con aquella apariencia tranquila, apacible, seria, perdida, pensativa; con aquellos especiales ojos perdidos, brillando con impaciencia por causa del sol, perdiéndose en el cielo, observando a la nada. Aquel cuerpo delgado, frágil, tibio, amoldado para ser abrazado única y exclusivamente por él, con aquel aroma para ser sentido única y exclusivamente por su persona, con aquella suavidad creada solo para que él la disfrutase...
 
Todo en ese jovencito era único, exótico, especial, encantador, atrayente...
 
Se levantó sigilosamente sin hacer ningún ruido para no llamar la atención de su pareja y se acercó al trenzado hasta quedar detrás de él y así después abrazarlo posesivamente logrando que éste pegara un repingo del susto.
 
- No sabía que estabas despierto, me asustaste -suspiró levantando la vista para darle una última mirada al cielo- ¿Cómo amaneciste? -se volteó para quedar frente al oji-cobalto-
-... Mas o menos... -respondió besándole el cuello-
- ¿Por?. ¿No pudiste dormir bien? -cuestionó cerrando los ojos para disfrutar de aquellos roces-
- Me hubiera gustado encontrarte al lado mío -lo abrazó un poco más fuerte-
- Disculpa, no lo sabía -sonrió y se alejó- ¿y qué haremos hoy? ¿Saldremos como ayer o nos quedaremos aquí?
- Como quieras -levantó una mano para acariciar los cabellos que se salían de la trenza perteneciente a su acompañante-
- ¿Quieres desayunar? -cerró los ojos concentrándose en aquella caricia-
-... está bien -respondió-
 
El oji-violeta sonrió rápidamente y le tomó la mano que le acariciaba los cabellos empujando al dueño a la cama de un sólo movimiento, Heero quedó medio sorprendido por el acto ya que no lo comprendió del todo sino hasta que el pelilargo se sentó sobre sus caderas comenzando a besarle. Inmediatamente comprendió a lo que se refería con ‘desayuno’, y no era el típico que incluía a la cocina sino al placer.
 
- ... ¿Estás seguro? -preguntó entre besos mientras acariciaba ese cuerpo delgado que tenía encima-
- ¿Tu que crees? -le devolvió la pregunta mientras bajaba sus manos hasta el borde del pantalón-
 
El pelicorto contuvo la respiración mientras su pareja introducía las manos por entre la camiseta al mismo tiempo que frotaba sus caderas con insistencia logrando excitarle casi instantáneamente, nuevamente aquel calor, aquella llama interna se encendía haciendo hervir su cuerpo y desear poseerle sin ningún preludio mas se contuvo un poco saboreando la boca de su chico; elevó los brazos hasta tomar el rostro de facciones finas entre sus manos y así evitar que se separaran fácilmente a pesar de sus respiraciones agitadas.
 
- Te vas a arrepentir... -susurró cambiando de posiciones para quedar sobre el pelilargo-
- Lo dudo -repuso con una sonrisa juguetona abrazando con sus piernas las caderas del oji-cobalto-
 
Sonrió ligeramente antes de volver a atacar aquellos labios dulces en busca de saciar su sed con el sabor embriagante y hechizante, pero eso sólo le provocó más placer ya que ambas lenguas comenzaron a luchar incesantemente por el control sin lograr llegar a ningún acuerdo. Comenzó a acariciar aquel cuerpo esbelto y perfecto levantando la camisa que tenía puesta para tocar la piel tersa y suave del pecho, estomago y cintura; sintió como el cuerpo debajo de sí se tensaba al momento de hacer contacto, pero como la vez anterior, los gemidos fueron contenidos continuando con el beso hambriento.
 
Lentamente las prendas fueron cayendo a un lado de la cama dejando a ambos cuerpos desnudos uno sobre el otro, besándose, acariciándose, sintiéndose y disfrutándose a libre antojo. Si bien aún no había sonidos dentro de la habitación, entre ella se podía notar las respiraciones agitadas de ambos y algunos suspiros que reemplazaban a los gemidos sólo momentáneamente.
 
Los besos del moreno fueron bajando por el cuello del oji-violeta dejando un camino húmedo y sensible hasta llegar a las tetillas donde comenzó a lamerlas y succionarlas provocando que su victima se arqueara llevando una mano a la boca para opacar los gemidos. Al ver esto el pelicorto frunció el ceño y empujó con sus caderas las del otro provocando que éste último tuviera que hacer increíbles esfuerzos para no decir nada, pero éste hecho molestó aún más al de ojos claros que abandonó el pecho del pelilargo para mirarle fijamente. Al sentir aquel alejamiento su acompañante, con la respiración entrecortada, le observó lo más fijo que pudo.
 
- No lo hagas -habló con un tono grueso por la excitación y el ceño fruncido- no te contengas, no me gusta. -aclaró al ver que el otro no comprendía ni palabra-
- ... Lo siento... -susurró sonrojado-... no es mi intención...
- Pareciera que no lo disfrutas -se sostuvo con sus codos acercándose para besarlo-
- ... Lo disfruto mucho... -corrigió antes de sentir aquellos labios besarle posesivamente-
 
Luego de ese beso fogoso el oji-cobalto volvió a bajar para continuar con su tarea mientras su pareja le acariciaba los cabellos con la reparación entrecortada.
 
Nuevamente comenzó a torturar una de las tetillas del oji-violeta que ahora se tensaba y se ladeaba inquieto sobre las sabanas suspirando, al ver que aún así no lograba escuchar ningún gemido por más bajito que fuese comenzó a frotar sus miembros lentamente; era bastante sencillo puesto que las piernas del pelilargo estaban rodeándole las caderas y éste parecía cómodo en aquella posición, para más ayuda, era como si ambos cuerpos se complementaran, podían estar en completo contacto y moldeados como si desde el primer día estuvieran hechos para el otro.
 
- Ah... -susurró mientras su miembro era rozado con el de su amante-
 
Logró escuchar un gemido muy bajito salido de aquellos dulces y tentativos labios, lo cual le hizo sonreír ya que al fin lograba avances pero no abandonó nada de lo que hacía, ahora en cambio torturaba con una mano la tetilla derecha mientras subía para comenzar a besar, morder y lamer el cuello blanquecino y delgado. Le costaba mucho continuar puesto que estaba demasiado excitado, pero quería torturarle por contenerse de ese modo sin razón alguna y lo iba a hacer hasta que ese jovencito de ojos amatistas suplicara porque le poseyera.
 
No tuvo que esperar mucho puesto que luego de unos minutos, donde la fricción entre los miembros aumentó, el pelilargo ya gemía de forma audible y se arqueaba inquieto por las caricias seguras y posesivas, mientras que él por su parte no aguantaba más los deseos de hacerlo suyo; aunque hasta que no se lo pidiera, no lo haría. De repente el oji-violeta lo separó bruscamente haciendo que casi saliera de encima, le observó como regañándole, y seguidamente se acomodó solo entre las piernas del oji-cobalto pidiéndole sin palabras que le penetrara; ante esto el pelicorto sonrió juguetonamente y se acercó hasta besarlo entre apasionada y tranquilamente.
 
- Pídemelo -ordenó luego de besarlo-
-... ¿para que?... -preguntó agitado- Si total... ya lo sabes...
- Quiero escucharte decirlo -respondió frotando su miembro con las nalgas del de ojos violáceos-
- ... Ahh... -gimió despacito y se ruborizó-... sólo hazlo... -tragó saliva-... hazme tuyo... -susurró-
- Baka... -sonrió besándole fugazmente mientras acomodaba su miembro en la estrecha entrada-... tu ya eres mío...
 
Y con esa última aclaración comenzó a penetrar al chico de cabello largo, el cual al sentirlo gimió lentamente aferrándose a las sabanas y asegurando sus piernas alrededor de las caderas del pelicorto. Heero le besó apasionadamente ahora libre de explorar aquella boca sin ninguna guerra entre medio y mientras disfrutaba de aquel manjar terminó de acomodarse dentro del joven comenzando casi inmediatamente a salir de nueva cuenta un poco más rápido para luego volver a entrar, iniciando así un ritmo no muy apresurado.
 
- ¡Ahh...! -se arqueó sintiéndole volver a entrar más profundo-
 
Sentía aquella entrada tan estrecha como la primera vez que entró, rodeándole casi perfectamente como si estuvieran hechos a molde para completarse, el placer inundó por completo sus sentidos haciéndole perder la conciencia de lo que sucedía en su entorno salvo aquel frágil cuerpo debajo de él que se estremecía con cada estocada y gemía sin restricciones, le encantaba escucharle gemir, saber que era el único el cual lo había poseído, el único que lo había tocado, el único que podía sentir aquella estreches rodearle, el único que conocía su sabor y era capas de disfrutarlo, el único en su vida. Comenzó a besar con locura aquellos labios hasta el cansancio, le encantaban, simplemente eran exquisitos, tanto como su miembro, tanto como su entrada, tanto como su cuerpo, tanto como sus sonrisas, tanto como su voz... tanto como sus ojos...
 
- Ahhhh -suspiró hundiéndose en el cuello del oji-violeta-
- ... Heero... -susurró entrecortadamente intentando abrazarlo-
 
En cualquier momento se vendría... pero nuevamente no quería detenerse, quería continuar, quería seguir sintiendo todas esas emociones nuevas y encantadores que lo ahogaban cuando estaba con ese chiquillo... pero sentía muchos deseos de terminar...
 
-... No... -susurró entre gemidos y jadeos-... No te detengas... -completó abrazando con fuerza a su pareja-
- Shh... -le silenció besándolo-
 
Mientras iniciaba un nuevo beso tomó con una de sus manos el miembro del oji-violeta comenzando a masturbarlo automáticamente, iba a terminar, eso era inevitable... pero continuaría a pesar de ello, no tenía otra opción, el llegar al orgasmo no le quitaría los deseos que tenía... aunque los orgasmos que tenía con ese chico eran increíblemente fuertes...
 
-... ¡Ahhhh! -exclamó soltando todo su semen mientras el pelilargo suspiraba-
 
Se vino dentro del oji-violeta deteniéndose por segundos ya que la corriente eléctrica que le recorrió era demasiado intensa, luego retomó su vaivén anterior pero no tan apresurado mientras continuaba masturbándole con insistencia. Tal como lo tenía previsto el clímax al que había llegado había sido increíblemente fuerte, pero los deseos de poseerlo continuaban allí haciéndole excitar de nuevo, no podía explicarlo; era extraño ya que nunca se excitaba tanto con alguien... pero no era momento de preguntas.
 
La virilidad del uke pulsaba en su mano, podía sentir sus deseos por culminar, pero sin embargo parecía contenerse de nuevo mientras se aferraba más a las sabanas de la cama y con sus piernas le empujaba en busca de mayor penetración. Soltó el miembro del pelilargo sujetando con ambas manos las caderas del mismo acelerando las estocadas mientras sentía de nuevo su hombría completamente dura entrar y salir llenando todo el interior de aquel chico; lo cual terminó por excitarle aún más.
 
- No te contengas -repitió besándole el cuello entre jadeos-... no lo hagas...
- No... -negó abrazándolo fuertemente y estremeciéndose por las embestidas fuertes y profundas-
 
Fue como si algo estallara dentro de sí, sentirlo abrazando fuertemente a su cuerpo y estremeciéndose con cada embestida hizo que algo dentro de su cuerpo estallara de forma increíble. Se detuvo bruscamente tras las últimas estocadas recónditas y sintió como si algo golpeara su cuerpo mientras todo su semen salía en un fuerte orgasmo rumbo al interior del pelilargo, el cual al sentir aquella frenada insólita seguida del líquido tibio se dejó ir entre ambos, también, en un fuerte clímax, ambos acompañando el momento con un gemido sonoro.
 
- Ahhh... -exclamaron a coro agitados-
 
Unos minutos después ambos permanecían recostados en la cama, abrazados y normalizando sus respiraciones aún afectadas por los actos de recién. El silencio inundaba la habitación, pero no era de esos tensos e inquietantes sino uno tranquilo, relajado y bastante cálido.
 
- ¿Crees en lo sobrenatural? -preguntó de repente el de ojos violáceos-
- Depende... -suspiró acariciando el cabello suelto de su pareja- fantasmas y espíritus si, portales ínter dimensiónales, mundos paralelos y demás no.
- ¿Qué hay de la vida en otros mundos?. ¿Eso no es sobrenatural también? -cerró los ojos acomodándose en el pecho del oji-cobalto-
- Quizás exista... pero eso no me concierne ni me intriga. -unos minutos de silencio-... ¿Por qué?... -frunció el ceño-
- Curiosidad -respondió neutralmente- Yo si creo que en todo lo sobrenatural.
 
Se quedaron en silencio, cada uno con la mente en blanco y disfrutando de la compañía mutua, no había necesidad de decirse mucho.
 
De repente se le vino a la cabeza esa personalidad que tenía aquel ser que le enamoró, era extraño, ahora estaba iniciando una vida a su lado... quien sabe que habrá dejado atrás, quien sabe que vida habrá tenido antes, quien sabe en que momento la retomaría... si es que la pensaba retomar. En parte tenía algo de temor por iniciar una relación segura con ese chico de mirada encantadora, no era porque dudara de sus sentimientos... de lo que dudaba era del pasado que tuviera él ¿Y si después tenían problemas por algo que él hubiera hecho?. ¿Tendrían que mandar toda la vida que formaran al tacho?. ¿No era mejor primero conocer todos los secretos del otro antes de aventurarse a una relación?... el problema no era la respuesta a esa pregunta, sino el cómo cumplirla, no soportaría estar lejos de ese chico hasta que la confianza se formase, pero no esa confianza que tenían para tratarse sino esa confianza para contarse las cosas.
 
Era como dos personas en una.
 
Una de esas personas tenía un pasado atrás, con una vida probablemente, y otra de esas personas era la que se encontraba con él en estos momentos, la que ahora iniciaba algo nuevo, la que ahora vivía con alguien nuevo... porque podría decirse que ese chico ya vivía con él.
 
Eran dos, un dúo dentro de un mismo cuerpo.
 
-... Duo... -murmuró ensimismado-
- ¿Eh? -alzó la vista para mirar a su pareja- ¿Duo?. ¿De que hablas? -frunció el ceño-... o más bien de quién hablas.
-... No -sonrió y lo besó- estaba pensando que ese sería un buen nombre.
- ¿Para quién? -preguntó volviéndose a recostar sobre su pecho-
- Para ti, baka -lo abrazó-
- ¿Y eso por qué? -cerró los ojos- ¿Por qué justamente Duo y no otro?
- Porque tienes dos vidas, la del pasado y ésta, y porque cuando estás en la cama pareces otro -agregó y su acompañante estalló en risas-
- ¡... Jajajajajajajajajajajajajajaja! -se sostuvo el estómago que comenzaba a dolerle y luego suspiró intentando relajarse-... ¡Nunca pensé que dirías algo como eso!... -se sentó sobre las caderas del otro que le miraba relajado- Bien, será como gustes, si quieres bautizarme con ese nombre por mi no hay crítica alguna.
- Entonces queda en Duo. -concluyó acariciándole los brazos-
- Maxwell, -interrumpió- Duo Maxwell, recuerdo que en un pueblo a las afueras de Canadá había una iglesia la cual fue masacrada por la segunda guerra mundial, allí vivía un padre, el padre Maxwell, quien fue uno de los pocos que dice haber sido capas de ver seres sobrenaturales sobre la tierra en aquellas épocas -informó con una sonrisa-
- Bien, entonces será Duo Maxwell a partir de hoy -afirmó asintiendo-
- De Yuy -completó sonriendo aún más mientras el otro le miraba confundido- recuerda que me quedaré contigo para siempre, lo menos que puedo hacer es llevar tu apellido ¿no? Según tengo entendido si te casas legalmente tu nombre cambia agregándosele el de tu esposo en cuestión, o sea que quedaría a fin de cuentas Duo Maxwell de Yuy. -aseveró-
- ¿No te estás adelantando demasiado? -enarcó una ceja sin poder evitar sonreír-
- Está bien, se queda en Duo Maxwell entonces, si no quieres no te voy a forzar -suspiró borrando su sonrisa-
- Yo si quiero -se apresuró a corregir- mira está bien, dejémoslo en Duo Maxwell de Yuy, no hay problema.
- No, por descarte no -negó con la cabeza amagando con salir de la cama pero fue devuelto de un empujón-
- No es descarte, sólo me extrañé -lo abrazó-
- No intentes corregir tu error, está bien enserio, no me molesta para nada si no quieres... pero yo no tengo mucho tiempo para esperarte y...
- Serás De Yuy quieras o no y fin de la discusión -concluyó besándolo-
 

Varios besos le siguieron a ese y luego de dos o tres Duo no pudo evitar sonreír, a pesar de todas las cosas la estaba pasando muy bien allí, lástima que tuviera que irse luego.

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Amor yaoi deberia extender la cantidad de caracteres por capitulo ¬¬  .... no me ah dejado subirlo completo, asique ustedes veran, dejen reviews, de todos modos actualizare porque es un oneshot qeu esta terminado...  madito amor yaoi >_< ...

 

Ryoko Maxwell Yuy


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