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Se me escapó por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi, Yami, Ryou, Bakura y ninguno de los personajes de Yugi-oh me pertenecen. Si no, Puzzleshipping, Tendershipping, Bronzeshipping, Puppyshipping y Chaseshipping serían canon =3

─5… 6… 7… 8… ─Yugi seguía contando la cantidad de abdominales que su yami hacía, mientras él sostenía sus pies, cuidando de que no levantara las piernas o hiciera un movimiento erróneo.

Luego de hacer 20 seguidas, como había indicado el profesor de deportes, Yami se sentó de piernas cruzadas donde estaba, recibiendo la botella de agua que su compañero le ofreció.
Yugi mientras miró a su alrededor, Joey y Tristán estaba corriendo alrededor de la cancha por haber hecho una “pequeña e inofensiva broma” hace un rato, Duke estaba jugando Vóley con otros alumnos, y más allá de él y su yami, estaban Ryou y Bakura en una situación similar.

Bakura estaba tendido en el suelo en la misma posición de hacer abdominales, Ryou estaba medio sentado sobre los zapatos del mayor, recostando el torso en las piernas de él, contando y alentándole con una dulce sonrisa.

El yami abino tenía las manos entrelazadas tras la cabeza mientras subía y bajaba el cuerpo, de vez en cuando se tomaba un respiro profundo y le decía algo a su hikari. Ryou reía o le daba un guiño o respondía con expresión coqueta. Parecían ser ellos dos y nadie más en el mundo.

Yugi no pudo evitar pensar que esos dos se veían muy bien juntos, hacían una linda pareja. Recordaba la emoción con la que Ryou había ido hacia él una tarde a contarle que él y Bakura eran novios, que el mayor le había dicho lo importante que era para él y muchas cosas que prácticamente le pusieron los ojos de corazón al peliblanco. Suspiró ante el recuerdo, Yami siempre era amable con él, era caballeroso, atento, cariñoso, casi que el hombre perfecto, más sin embargo nunca había llevado una conversación en donde plantearan claramente sus sentimientos ni dieran nombre a su relación

Yami se dio cuenta de que Yugi observaba atento a los albinos con un sentimiento reflejado en sus ojos amatistas que no fue capaz de reconocer, así que miró también a la pareja.

─Vamos, ya casi, 46… 47... Tu puedes, 48… 49… ¡50! ─Ryou contó en voz alta, quitándose de los pies de su novio para que este se sentara correctamente ─ ¡Lo hiciste, es increíble! ─rió el menor, felicitándolo con una sonrisa.,

─Oh yadonushi, no es para tanto ─quiso simular modestia pero tenía la arrogancia impresa en la voz, aunque respiraba de forma de agitada.

Ryou le pasó una botella de agua a su novio que tomó la mitad y luego se hizo para atrás, apoyándose en sus palmas. Con una sonrisa, el menor se lanzó a su pecho, acomodando la cabeza en el hombro de él, aspirando profundamente, llenándose los pulmones del aroma de su yami mezclado con la ligera capa de sudor que perlaba la piel y que, contrario a desagradarle o asquearle, sentía que el daba un toque varonil que le encantaba. Sentía el impulso de mordisquearle el cuello, no se dio cuenta de que así lo hacía hasta que Bakura lo jaló más contra su cuerpo, ahogando un gemido en su propio cuello.

─ ¿Alguien está ansioso? ─dijo Bakura en tono pícaro, deslizando lenta y tentativamente una mano por la espalda de su luz.

Ryou se ruborizó ─cállate ─respondió apenado, pero pasando su lengua por el cuello de su yami, sintiendo un ligero sabor salado en su piel.

─Yadonushi, si sigues así creo que tendríamos que subir y cerrar los baños un rato ─dijo sugerente al oído del menor.

Las mejillas de Ryou alcanzaron un tono insospechado de rojo ─ ¡¿Pero qué cosas dices?! Bakura, estamos en la escuela, no podemos ─regañó.

Afortunadamente ni Yami ni Yugi alcanzaban a escuchar su conversación, aunque el color en las mejilla de Ryou y la cercanía de ambos no dejaba mucho a la imaginación.

Los tricolores desviaron la mirada apenados.

Por suerte o desgracia -depende de quien lo mire- el profesor regresó en ese momento. Llamó a Joey y Tristán junto a los alumnos que seguían haciendo calentamientos en parejas y dictó un nuevo ejercicio a realizar, sonó su -odioso- silbato y volvió a irse.

─Ese tipo podría meterse su silbato por… ─gruñó Tristán molesto mientras se sentaba en el piso con el rubio.

─Por donde no le da el sol ─completó Bakura sin pena alguna, mientras cambiaba de posición, igual que Ryou.

Algunos alumnos cercanos apoyaron el comentario del albino.

Ahora todos estaban sentados en el piso, pegados de espalda con su respectiva pareja. El ejercicio consistía en empujar la espalda del contrario hacia adelante para que este pegara el torso lo más posible a las piernas y que por lo menos alcanzaran con las manos, las puntas de sus pies.

Así comenzaron todos.

─ ¡Con cuidado Joey! No seas tan bruto ─se quejó Tristán cuando sintió que el rubio lo forzaba más allá de lo que su espalda pudo soportar… ni siquiera se alcanzó los tobillos.

─Oh vamos viejo, estás envarillado* ─se burló el rubio, regresando la espalda en posición vertical.

─ ¿Ah sí? ─se quejó el moreno, empujando la espalda a Joey más de lo que el rubio lo había hecho.

─Ni lo intentes, hermano ─Joey tocó con facilidad sus tenis con la punta de sus dedos, sin una sola queja o mueca de dolor. Tristán ahogó un gruñido ante la flexibilidad del oji-ámbar.

─Aun puedo, empuja más ─le dijo Ryou a Bakura al tocar la punta de sus zapatos con los dedos.

─Tienes una gran flexibilidad, yadonushi ─felicitó el mayor, haciéndole más presión con suavidad.

─Jejeje, ya lo sabes ─musitó pícaro, inclinándose otro poco, rodeando sus tenis con las manos sin problemas. Ryou no era bueno con los deportes pero con la gimnasia era otra historia.

Bakura mostró una sonrisa maliciosa ante esas palabras.

─ ¿Estás bien, aibou? ─consultó Yami, también cuidando la presión que ejercía sobre la espalda de su par.

─Sí Yami ─confirmó tocando sus tobillos ─un poco más ─pidió, Yami hizo caso, con toda la delicadeza del caso ─así ─alcanzando la punta de sus pies.

─Muy bien Yugi ─felicitó el mayor, irguiéndose ambos antes de que Yugi empezara a empujarlo a él ─ ¿Qué haremos después de clases? Regresamos a casa enseguida o… ─dejó las opciones abiertas al menor.

─Podríamos pasear un poco primero, quizá ir por una malteada o algo así ─dijo Yugi, dejando de empujar.

─Lo que quieras, aibou ─concedió Yami, empujándolo de nuevo. Yugi se quedó callado ─ ¿Pasa algo?

─Yami… que-queria… yo, bueno ─no estaba seguro de que decir ─quería… es decir, creo que realmente no te he dicho lo feliz que me hace el que decidieras quedarte aquí aun después del duelo ceremonial ─dijo algo ruborizado ─a decir verdad, no quería decirte adiós ─añadió bajito.

─Aibou ─dijo conmovido ─gracias por decirlo, significa mucho para mi ─respondió con cariño, poniendo su mano sobre la del menor ─pensé en lo mucho que te extrañaría si me iba… a ti y a todos nuestros amigos ─añadió nervioso ─y en que… realmente te necesito a mi lado, quizá más de lo que debería ─escondió su mirada tras su flequillo aunque Yugi no le viera.

─ ¿Yami? ─Yugi quiso girar a verle.

─Te amo, Yugi ─saltó el mayor sin pesarlo.

Ambos pares de ojos morados se abrieron con sorpresa, Yugi se llevó ambas manos a las mejillas sonrojadas con la boca ligeramente abierta. Yami por su lado se topó la boca con su mano ¿En serio lo había dicho de buenas a primeras?

Yugi volteó a verlo y él se levantó apresurado ─i-iré un momento al baño ─se excusó el faraón con la cabeza gacha, intentando ocultar su enorme sonrojo.

Yugi sonrió viéndolo alejarse mientras tomaba un poco de agua, pensó en lo adorable que su Yami se veía apenado mientras buscaba las palabras para decirle que sentía lo mismo en cuanto el mayor regresara.

Fin.   

Notas finales:

*Envarillado: estar teso, como un palo, etc…

Jejejej ¿Qué les pareció? Esta idea surgió cuando hace una semana o así subi una imagen a face y Circe me dio una idea para un fic con ella, así surgio esto xD

Espero que les haya gustado jeje  

¡Saludos, Ja ne! 


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