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¿Por qué no puedo escapar? por sunako_1

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Notas del fanfic:


Los personajes del manga/anime "Kuroko no basuke" no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki-sensei

Notas del capitulo:

hola a todos y todas

bueno, es la primera vez que hago un fic para una convocatoria XD

espero les guste

Entraba a su departamento suspirando cansado –“¿Qué habrá de cenar?”- se quitó los zapatos dejándolos a un lado de la entrada alejados de los tres pares que se estaban tirados. Se quitó el abrigo para colgarlo en el perchero y fue a la sala –Ya llegué- dijo mirando la escena que ya no le sorprendía.

-Bienvenido- lo saludó el pelinegro que tenía un lunar bajo su único ojo visible. Se encontraba sentado en el sillón. Sobre él, una chica de cabello largo se empalaba sobre su erecto miembro. A su lado, otra chica de cabello corto le lamía el cuello. Los tres estaban desnudos.

El rubio siguió de largo dirigiéndose a la cocina. Abrió el refrigerador y solo sacó una bebida deportiva. Aunque no lo demostraba, ver aquello le revolvió el estomago quitándole el apetito –“Solo quiero dormir”- tuvo que devolver los pasos mientras bebía. Ignoró los escandalosos gemidos al pasar por la sala para seguir hasta el cuarto.

Entró, se desvistió quedando solo en ropa interior y se metió dentro de las cobijas quedando sentado. Al terminar la bebida, dejó la botella sobre el velador. Se recostó de lado para intentar dormir. Como siempre que se sentía así, no prendió la luz en ningún momento. La oscuridad escondía el miserable rostro que se negaba a admitir.

-Kensuke…- al cabo de algunos minutos, pudo escuchar la dulce voz del pelinegro –No estás enojado ¿Verdad?- tocó el interruptor para iluminar la habitación.

Apretó los puños -¿Por qué debería estarlo?- se sentó molesto para ver al hombre que estaba solo con una toalla alrededor de las caderas. En su cuello y pecho, se podían apreciar claramente marcas rojizas y rasguños -¡¡Porque mi amante se acuesta con cualquier cosa que se mueva o porque es tan malditamente descarado que lo hace frente a mí!!-

El pelinegro sonrió de medio lado mientras se acercaba a la cama –Tranquilo. Tu sabes que ellas no significan nada- se subió para meterse en las sabanas -Siempre serás mi favorito- lo intentó abrazar, pero el rubio lo empujó haciendo que cayera de espaldas al colchón.

-¡¡Eres un maldito bastardo al que ya no soporto!!- se levantó para buscar ropa en el gran closet –¡Me iré de aquí!-

El pelinegro se paró rápidamente para ponerse tras el. Le tomó los brazos y lo dio vuelta acorralándolo contra la puerta aun cerrada –Deja de decir cosas que no cumplirás- lo besó, pero cuando metió la lengua en la boca ajena, recibió un fuerte mordisco que lo obligó a sacarla –Eso dolió- observó los furiosos ojos castaños y sonrió otra vez -¿Hoy opondrás resistencia? Me gusta eso-

-¡Espera!- el pelinegro lo tiró bruscamente a la cama para subirse sobre el -¡No quiero! ¡Deja…!- el rubio se estremeció al momento en que sus entrepiernas se frotaron sobre las delgadas telas -¡No!- ignorando todas las quejas, su cuerpo fue completamente explorado.

 

-¿Ves?... Ah… Nunca… nunca podrás alejarte de mi…- el pelinegro hablaba entre jadeos mientras embestía el trasero del rubio que mordía sus propios labios -… Tu cuerpo… Mgh… solo responde a mí…-

Las lagrimas de frustración se mezclaban con las del excitante dolor –“¡¡Maldición!!”- se odiaba por sentir tanto éxtasis al ser tomado por aquel hombre que apestaba a perfume de mujer -¡Aaaaaah!...- no pudo reprimir gemir al correrse sobre su vientre -… ¡Mi… mierda!...-

Solo unas cuantas estocadas mas bastaron para que el pelinegro regara su interior con el espeso liquido –Adoro esto…- salió de su cuerpo mientras tiraba la mitad de su cabello hacia atrás -… amo tu cuerpo Kensuke…-

Salió del cuarto para ir a bañarse dejando solo al rubio. Después de unos momentos, arregló las cobijas y se tapo con ellas poniéndose de cara a la pared –“¿De verdad… nunca podré alejarme de él?”- dos lágrimas volvieron a recorrer su rostro para caer a la almohada y el tierno recuerdo de su comienzo vino a su mente.

 

Flash Back

 

-Me gustas Kensuke- ante la firme frase dicha por el pelinegro, el rubio se ruborizó sorprendido. Estaban en el vacío patio de la secundaria Yosen –Hoy me gradúo e iré a la misma universidad que tu, así que… ¡Quiero que vivamos juntos!-

-¿Pa… para esto me dijiste por teléfono que viniera?-

-Sí- se le acercó –Aunque no me aceptes no me rendiré, te perseguiré hasta que seas mío- lo abrazó sintiendo el temblor en el mas bajo –Se que no te gusta ser tocado, pero yo lograré que te acostumbres- lo besó en los labios de improviso haciéndolo sonrojar hasta las orejas. Se separó al cabo de unos segundos –Kensuke…- aquella suave voz lo hizo estremecer -… ¿Cuál es tu respuesta?-

 

Fin Flash Back

 

La mañana lo encontró de rodillas vomitando en el baño, su estomago dolía, su cabeza parecía que fuera a estallar –Ma…maldición…- se limpió los rastros que resbalaban por la comisura de sus labios con papel higiénico -… necesito… ir al doctor…- se intentó levantar, pero las piernas le temblaban. Suspiró mientras se sentaba en el piso –No puedo- rió despectivo -¿Qué haré?-

-¿Fukui? ¿Estás aquí?- la voz de su alto amigo de ojos rasgados al abrir la puerta lo asustó un poco -¡¿Por que estás en el piso?!-

Su gesto mostró lo aliviado que se sentía al verlo –No me puedo levantar. Ayúdame- el de ojos rasgados lo levantó en brazos -¿Te encontraste con Himuro al llegar?-

-Sí. Él me dejó entrar- lo llevó al cuarto –Iba con dos chicas y dijo que estabas dormido- lo dejó sentado en la cama -¿Hasta cuando piensas soportar esto?-

Ante la mirada de reproche de su amigo, volteó levemente el rostro –No lo se-

-¡¡Ya es suficiente!!- levantó la voz y el rubio lo miró -¡¡Ese idiota solo te humilla y te usa para tener sexo!! ¡¡Ni siquiera se ha dado cuenta de tu estado!!- se arrodilló frente a él mientras le tomaba las manos –Por favor Fukui, déjalo. El doctor dijo que necesitabas calma y tranquilidad o el cáncer avanzaría más rápido-

-Lo siento- soltó una de sus manos para ponerlas sobre el cabello color grafito –Disculpa por preocuparte tanto-

-Tonto- puso la frente sobre sus piernas –No me pidas disculpas. No es culpa tuya- se levantó –Ahora te llevaré inmediatamente al hospital- se fue al closet para buscarle ropa –No me importa lo que digas, hoy te sacaré de toda esta mierda-

El rubio solo sonrió agradeciendo internamente la fuerza que mostraba su gran amigo. Esa fuerza que el perdió desde el fatídico día en que recibió los resultados de tantos exámenes.

 

Flash Back

 

-Es cáncer- dijo después de leer las hojas, aquel hombre de bigote cano que llevaba puesta una cotona blanca –Tiene cinco pequeños tumores alojados en su estomago. Ahora le diré todo sobre el…-

No podía escuchar la explicación sobre el tratamiento que le daba el hombre de bigote. Sus oídos se taparon al momento en que su mente quedó en shock –“¿Cáncer?”-

-Señor Fukui. Señor Fukui- la ligera sacudida que le dio el hombre mientras lo nombraba lo devolvió a la realidad –Tenemos que iniciar el tratamiento lo mas pronto posible o la enfermedad se propagará por todo su cuerpo-

-E… entiendo- el doctor le pasó un libro y varias hojas mientras le explicaba, otra vez, paso a paso como debía cuidarse y como sería el tratamiento.

Salió de la sala dándole las gracias al hombre de cotona blanca y su amigo de ojos rasgados, que fue el que lo obligó a ir tras sus constantes dolores, se le acercó preocupado -¿Qué fue lo que te dijo?-

El rubio se puso cabizbajo mientras le extendía los papeles para que los leyera.

 

Fin Flash Back

 

Se encontraba sentado en la camilla leyendo un libro de Akutagawa Ryuunosuke. Ya habían pasado más de tres meses desde que llegó al hospital y recibía constantes visitas de su familia y su amigo de ojos rasgados.

Se escucharon unos suaves golpes antes de que la puerta corrediza se abriera. Bajó el libro para observar a su acompañante. Se sorprendió al ver al muy alto pelivioleta con un ramo de flores -¿Murasakibara? ¿Qué haces aquí?-

El pelivioleta se le acercó –Liu-chin me dijo que estabas aquí- le ofreció las flores y las aceptó –Muro-chin te está buscando- el rubio desvió la mirada –Desde que te fuiste de la casa, todos los días deambula buscándote después y antes del trabajo. Le preguntó a Liu-chin, pero dijo que no sabia, así que yo también le pregunté porque estaba preocupado por Fuku-chin-

-No le digas donde estoy- su tono sonó mas a una suplica que a una petición.

-¿Sabes Fuku-chin? Muro-chin puede ser un idiota a veces, pero el realmente te quiere- puso una de sus grandes manos sobre las del rubio que aun sostenía el ramo –Está arrepentido de todo lo que hizo. Ya no se va con ninguna chica. Lo único que quiere es ver a Fuku-chin-

El rubio lo miró quedándose en silencio. Aquellos tiernos ojos malvas nunca mentían, pero él no podía volver ahora que por fin había logrado salir.

 

Flash Back

 

-Tu novio es hermoso… ¿Me lo prestas un ratito?- hablaba seductoramente una chica peliroja que se le había subido a la cama despertándolo.

-Nunca. Él es solo mío- decía juguetón el pelinegro mientras la tomaba del brazo para bajarla –Además, te dije que el cuarto y especialmente la cama están prohibidos. El único aroma que la debe impregnar, es el del cuerpo que amo-

El rubio solo observó como el pelinegro la sacaba de la habitación con moderada brusquedad. Suspiró intentando calmar la rabia que lo inundaba.

 

Fin Flash Back

 

Estaba de pie frente a la puerta de caoba donde, en la parte superior, relucían dos números en dorado. Ya había pasado más de un año desde la última vez que la vio. Estaba nervioso y dubitativo ¿Aun servirían sus llaves? ¿Con que escena se encontraría? ¿Habrá personas que no conocía viviendo aquí ahora? Estas y muchas mas preguntas daban vueltas en su cabeza.

Respiró hondo cuando por fin decidió poner la llave en la cerradura. La puerta se abrió al instante. Volvió a respirar hondo y entró cerrándola tras el –Ya regresé- dijo suavemente antes de quitarse los zapatos, dejándolos junto al par de zapatillas blancas que estaban ordenadas. Al no recibir respuesta, se dirigió a la sala. Lo que encontró, logró sorprenderlo.

Todos los muebles que él conocía ya no estaban. Habían sido reemplazados por otros de tonalidades azules. Fue a la cocina y después al baño para encontrase con lo mismo… ya nada era como cuando él vivía en ese lugar.

-“Entonces… debe haber otra persona viviendo aquí”- pensó mientras llegaba a la puerta de la habitación –“Solo veré y después me voy. No quiero molestar a nadie”- giró el pomo.

Sus castaños ojos se abrieron asombrados al ver la habitación exactamente igual y ordenada -¿Ken… suke?- aquella conocida y bella voz que vino desde su espalda, hizo que diera un respingo mientras volteaba encontrándose con el incrédulo pelinegro -¿De… de verdad eres tú?- dejó caer la bolsa que tenía en la mano mientras daba, apresurado, los pocos pasos que los separaban. Se aferró fuertemente en un abrazo -¡Volviste! ¡Realmente volviste!-

El rubio cerró los ojos mientras correspondía el abrazo –Ya regresé- susurró en su oído.

-Bi… bienvenido…-

 

Flash Back

 

-El cáncer ya se a ramificado por todo su organismo- hablaba apesadumbrado el hombre de bigote cano –Ya no hay nada que podamos hacer. Lo siento- el rubio apretaba la mano de su amigo de ojos rasgados que estaba de pie a un lado de la camilla. Al otro lado, estaba el pelivioleta que también lo comenzó a visitar con regularidad, con la condición que no volviera a mencionar al pelinegro –Si al comienzo no se hubiera negado a la quimioterapia, tal vez no hubiera avanzado tan rápido…- el doctor se calló cuando se dio cuenta que sus palabras solo lo dañaban mas –Realmente lo siento- salió de la habitación para dejar a los tres solos.

-Fue por Himuro ¿Verdad?- el rubio sonrió triste mientras recargaba la cabeza en el abdomen del de ojos rasgados -¿No querías que él supiera?-

-Él ama mi cuerpo. Si lo estropeaba, ya no lo haría- el de ojos rasgados se enojó e iba a reclamarle, pero eso ya no serviría de nada. Debería haberlo hecho con más fuerza cuando el rubio se negó. Ahora solo podía guardar silencio mientras levantaba la mano para acariciar las hebras doradas –Liu… hay algo que quiero hacer…-

El pelivioleta observaba la conversación entre ellos y, cuando lo miraron, solo pudo respetar su decisión.

 

Fin Flash Back

 

-Ah… ¡Mgh!...-los gemidos y jadeos llenaban la habitación acompañando el leve rechinar de la cama, que ahora, se encontraba totalmente desecha -… Hi… Himuro…- el rubio enterraba las uñas en la blanca espalda del hombre que lo penetraba continuamente -… ¡Aaah!... ¡Ahí!... Más…-

-Ken… Ah… Kensuke…- ambos estaban perdidos dentro de la pasión y el éxtasis que sentían al unir sus cuerpos -… ya… Mmgh… ya me…- se besaron mientras la corriente eléctrica que les daba al llegar al orgasmo, los invadía haciendo que los dos terminaran con solo una estocada de diferencia.

Se miraron fijamente después de separar sus bocas. Ninguno quería moverse. No deseaban que acabara ese momento, pero el rubio decidió hablar –Estás mas delgado- dijo mientras sonreía.

-Eso debería decirlo yo- el pelinegro sonrió también mientras le acariciaba una de sus ruborizadas mejillas con los dedos –Perdóname…- su expresión cambió a una mas sería -…Yo… yo quiero comenzar una nue…-

El rubio le puso la palma de su mano en la boca –Una vez dijiste que nunca podría alejarme de ti…- le volvió a sonreír -… yo, creo que tienes razón, pero…- quitó la mano mientras mostraba una expresión dura -… tú tampoco podrás hacerlo-

El pelinegro lo besó al mismo tiempo que lo abrazaba -¡No! ¡Nunca!- el rubio también lo abrazó -¡Por favor! ¡Quédate junto a mí por siempre! ¡Yo te amo!-

Después de unos minutos de solo besarse y abrazarse, el pelinegro ordenó las cobijas para que se taparan y durmieran un rato antes de ir a preparar la cena.

 

Flash Back

 

Se separó al cabo de unos segundos –Kensuke…- aquella suave voz lo hizo estremecer -… ¿Cuál es tu respuesta?-

El rubio desvió la mirada –Yo… cre… creo que también me gustas- resopló mientras se rascaba la nuca –Ta… también… si vivimos juntos podemos repartirnos los gastos y el arriendo de un departamento-

El pelinegro lo volvió a abrazar –Eso quiere decir que…-

-Acepto- escondió la cara en su pecho después de decir aquella solitaria palabra llena de significados. El principal era, el inicio de su vida junto.

 

Fin Flash Back

 

-¿No iras a la fiesta para los nuevos trabajadores Muro-chin?- preguntaba el pelivioleta mientras se levantaba del gran sillón azul marino. Había ido a visitar como habitualmente lo hacia, al pelinegro que solo salía de su departamento para ir al trabajo y a comprar –El jefe dijo que deberías socializar mas… igual que antes-

-Lo siento Atsushi, pero…- le mostraba su dulce sonrisa -… Kensuke se enojará si vuelvo a coquetear-

Los ojos malva lo observaron y después miraron los tres vasos sobre la mesita que estaba en la sala. Solo dos estaban vacíos.

-Lo entiendo- fue hasta la entrada para ponerse las zapatillas seguido por el pelinegro –Ya me voy. Nos vemos en el trabajo Muro-chin…- se calló unos segundos -… Nos vemos Fuku-chin-

-Nos vemos Atsushi-

Salió del lugar y un calido viento jugó con su largo cabello violeta -Nunca dejarás a Muro-chin ¿Verdad Fuku-chin?- habló al aire que lo acariciaba antes de seguir su camino.

 

Ya habían pasado tres años, desde que solo uno de ellos despertó para cenar…

 

Fin.

Notas finales:

espero les haya gustado

siempre había querido escribir sobre esta pareja y ahora se dio la oportunidad ^.^

agradesco sus comentarios


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