No recordaba desde cuándo estaba ahí; tenía recuerdos lejanos, muy lejanos de otras aguas, cristalinas y frescas, de otros como él, de alguien que lo quería, de alguien que lo amaba tanto como para sacrificarse por él.
Había tenido una madre y un padre, como la mayoría de los seres de aquella galaxia, y también sabía que sus padres habían muerto. Aun si la imagen ya no era tan clara como antes, podía ver su sangre tiñendo las aguas de rojo, y después oscuridad.
Ahora, se había acostumbrado a la oscuridad de aquel laboratorio, donde pasaba los días mirando hacia las otras jaulas. Cuando no estaban experimentando en él, podía ver como experimentaban en otras criaturas, y como cada vez, la colección crecía y crecía.
Suspiró y miró las burbujas juguetear con sus cabellos antes de perderse en la superficie; tenía hambre, mucha, hacia días no había movimiento en el laboratorio, y aunque eso significaba no experimentaban en él, también significaba no había nadie que lo alimentara. Las otras criaturas comenzaban a violentarse, golpeándose una y otra vez contra las rejas y paredes que los contenían, pero él sabía aquello era inútil. Lo había intentado por demasiado tiempo hasta entender, que siempre estaría ahí, entre estrechas paredes de cristal, y entre cadenas.
Tenía hambre... un hambre que comenzaba a resultar dolorosa, pero trataba de enfocarse en algo más como las pequeñas burbujas de aire que se adherían a las paredes de su estrecho contenedor, sin embargo ver la desesperación de las otras criaturas solo le hacía pensar una y otra vez en que era probable los hubieran abandonado a su suerte. Morirían de hambre, como bestias.
Después de todo no eran más que eso, bestias.
Comenzó a desear poder hundirse hasta el fondo de su pecera, así, podría descansar, llevaba muchos meses sostenido por cadenas que lo habían lastimado en las muñecas e incluso en la base de su cola; sus aletas estaban rotas, pero no importaba porque su espacio de confinamiento era tan reducido que no necesitaba nadar, así que quizá, morir de hambre estaba bien, al menos por fin, encontraría el final de su miserable existencia.
Habría paz.
O eso había pensado.
La puerta del laboratorio crujió al romperse de manera salvaje, una enorme figura la atravesó y el metal rompiéndose volvió a hacer unos ruidos muy fuertes y desagradables.
— ¡Hey Big Blue deja algo para los demás! —Hal Jordan entró flotando al laboratorio. Detrás de él iba Superman, caminando con los puños apretados.
Acababa de golpear a un androide gigante que había atravesado la puerta hasta aquel lugar. El androide era un guardia de seguridad que había estado resguardando la entrada hasta la llegada de linterna verde y del kryptoniano. — Cielos mira esto— Hal silbó —Debe haber más de tres docenas de diferentes especies en peligro, el rastro del circo nos trajo hasta aquí —alumbraba con su anillo de un lado a otro, había luz en el laboratorio pero no funcionaba en todas las esquinas.
Cuando la luz le dio en el rostro, sintió como si sus ojos estuvieran en fuego, y retrocedió, golpeándose con violencia contra una de sus paredes de cristal.
“¿Quiénes eran esos seres?”
Jamás los había visto, y eran completamente diferentes a su dueño...no entendía lo que hablaban. Frunció el entrecejo y pego sus manos a los vidrios acercándose más.
—Pobres criaturas —El marciano entró caminando con tranquilidad, el lugar le resultaba sobrecogedor— Mírenlos, arrancados de sus hogares para fines experimentales... no deben comprender algo más allá de la crueldad y el sufrimiento —Miró a Hal —Los tubos parecen estar marcados con el cuadrante de su origen, ¿crees que los Linterna puedan devolverlos a su hogar? —Continúo mirando con tristeza el lamentable espectáculo. Algunos organismos más delicados ya habían perecido sin alimento o cuidado. —Es una lástima nos tomara tanto tiempo dar con este sitio después de aprender a los responsables.
—Estoy enviando ahora mismo un comunicado a los guardianes, no creo que haya problema en llevarlos de regreso a sus hogares, solo tenemos que asegurarnos de que ninguno de ellos sea peligroso.
—Si fueran peligrosos no estarían aquí encerrados, hubieran encontrado la manera de ponerse en contra de sus captores —Clark comentó mientras seguía recorriendo el lugar.
—En realidad las criaturas peligrosas y exóticas son las más populares para comercializar como mascotas, aunque este laboratorio no parece trabajar con la idea de vender mascotas —Hal seguía escaneando las cápsulas y rejas una por una.
Y entonces...
Clark lo vio.
Había hecho ruido al retroceder violentamente, pero las otras criaturas también estaban respondiendo de manera agitada así que el ruido provocado se había sumado al resto. Clark pegó las manos al cristal de aquella pecera reducida y miró al interior con una mezcla de curiosidad y compasión —Hola…
Los ojos claros del tritón se abrieron impresionados ante la figura y retrocedió de inmediato asustado; estaba solamente acostumbrado a la presencia de su amo y a pesar de que había mantenido la calma al verlos llegar, no era lo mismo el tener a aquel titán tan cerca de él.
— ¿Que has encontrado ahí? —El marciano se acercó y observó a la criatura que parecía refugiarse en el estrecho extremo del tubo que lo contenía —Parece un tritón —Se inclinó a leer la etiqueta y sus facciones se entristecieron —Su planeta está marcado como extinto, me temo que no indica la causa o donde podríamos encontrar otros como él, y es un universo demasiado grande para buscar su hogar. —Se acercó más —Se ve casi humano.
La fuerte cola del tritón golpeo contra el vidrio en un intento violento pero inútil de alejarse.
— ¡Oh no! no hagas eso, vas a lastimarte —Los ojos de Superman se inundaron de un arrebato protector. No había un gesto de lastima, sino verdadera empatía y preocupación. Él sabía mejor nadie lo que significaba un planeta extinto.
— ¿Puedes comunicarte con él? — Intercambió una mirada con J’onn — ¿Puedes decirle que no corre peligro y que no vamos a lastimarlo? —Clark le tocó el hombro con su mano para pedirle aquel favor. Sabía que también él debía comprender la delicada situación de aquella criatura.
Se tomó un momento para mirar al tritón, tenía el cabello oscuro y corto y varias escamas pequeñas en los brazos y pómulos. Con un suspiro, reanudo lo que estaba diciendo.
—Linterna, creo que puedo darles espacio en la fortaleza a todos los que lo necesiten —Miró hacia el policía espacial que seguía ocupado escaneando etiquetas.
— No creo que haya problemas con eso, aunque todos deben ser reubicados. Lo mejor para todos ellos es regresar a casa.
J’onn apartó suavemente a Clark para poder mirar dentro del estanque en busca de los ojos de aquel ser acuático en busca de establecer un contacto mental con él.
“Está bien, estas a salvo, no venimos a lastimarte, venimos a liberarte”
Al escuchar aquella voz en su cabeza, el tritón dejo de luchar y se quedó muy quieto, lentamente volvió al extremo donde se encontraban el marciano y el superhombre. Colocó una mano contra el cristal mirándoles largamente, se había olvidado del hambre por completo y ahora solo podía ver aquel par ojos azules que le recordaban a las cristalinas aguas de su hogar.
— Parece que su nombre es Bruce —le informó a Clark - Y necesitará un hogar.
— ¿Podrías...conectarme a su mente por favor?
Cuando J’onn lo hizo, Clark le agradeció y le dio un suave apretón en el hombro para que pudiera seguir su camino revisando el estado mental de otras criaturas.
"Bruce, hola, mi nombre es Superman.... en realidad mi nombre es Clark. Superman es otro nombre que las personas usan para llamarme... yo voy a cuidar de ti de ahora en adelante. ¿Te gustaría venir conmigo?" —Sonrió y descansó su frente contra el cristal— Estarás a salvo —Flotó para poder meterse dentro del tanque de agua, lo hizo lentamente porque el espacio era muy reducido y no quería asustar a Bruce, pero quería romper sus cadenas.
La invasión en su estrecho espacio personal hizo al tritón agitarse de nuevo, salpicando y golpeándose contra el cristal; siempre lo sacaban de aquel tanque, pero jamás se introducía nadie, y aquello lo descolocaba; estaba tan alterado que apenas escuchaba las palabras amables del otro, y cuando Clark estuvo casi por completo sumergido, recibió un fuerte coletazo del otro que le miraba peligrosamente.
No le gustaba invadieran su espacio personal... era lo único que realmente era de él.
Vio su sangre tiñendo las aguas, después de haber removido su cola de manera tan violenta, los grilletes que la sujetaban habían abierto antiguas laceraciones pero no sentía dolor, no sentía hambre, solo quería... solo quería que lo dejaran solo. No confiaba en ellos, no confiaba en nadie. Nadie jamás le había mostrado lo que era la bondad, así que no tenía razones para tranquilizarse y simplemente dejarse ayudar.
— ¡Superman! ¿Qué estás haciendo ahí dentro? —Hal corrió hacia el tanque, preocupado de que la criatura estuviera atacando a Superman. Sin embargo, Clark era invulnerable y había pocas probabilidades de que una criatura cautiva y débil pudiera lastimarlo.
— Lo siento, lo siento tanto, no quise asustarte, lo lamento —Clark extendió las manos tratando de sujetar a aquel bellísimo ser, pero Bruce parecía furioso e inquieto. Clark no quiso arriesgarse a romper los grilletes con su visión laser, así que tomó las cadenas y de momento se contentó con romperlas para liberar al tritón de sus ataduras, aunque los grilletes seguían en las muñecas y en la cola.
Superman salió del agua a prisa. No quería alterarlo más.
— Lo mejor será que J’onn los ponga a dormir para trasladarlos —Hal opinó.
Y aquello era lo último que Bruce había escuchado antes de sentir como empezaba a hundirse en el tanque... sonrió cuando toco el fondo y pudo encontrar algo de paz entra la oscuridad.