De nuevo habian sido regresados a la vida, la maldición que los dioses habían puesto sobre ello fue retirada tan pronto como saori intercedio por ellos, se sentía bien regresar a la vida, volver a sus templos, por fin podían sentir de nuevo la luz del sol sobre sus cabezas, cada uno de ellos había cambiado de buena forma y El mas cambiado de todos había sido virgo, quien a pesar de seguir con sus usuales meditaciones, ahora era mas accesible y sociable con sus otros compañeros, eran tiempos de paz, y shaka había decidido relajarse.
Shaka había madrugado como de costumbre, medito, desayuno y salio de su templo ahora se encontraba observando a los nuevos guerreros practicar sus técnicas y ataques en combate, el entrenamiento que doko les imponía era ciertamente agotador, el recordaba perfectamente que siempre tubo curiosidad por aquellas batallas arregladas, su entrenamiento había sido muy diferente, el había sido guiado por buda nadie mas se había impuesto ante el como líder….bueno no en la parte mental, físicamente había sido otro cuento.
A sus ocho años cuando llego a grecia, un hombre bastante misterioso se le había acercado proponiéndole un trato…el quería el conocimiento que shaka pudiera otorgarle y el en cambio le daría a virgo un entrenamiento físico digno de un caballero dorado…incluso podría ir mas alla de eso.
Shaka nunca había disfrutado del uso de la fuerza bruta, pero aquel sujeto se empeñaba en eseñarle a defenderse cosa que nunca había comprendido….es que incluso ahora 10 años después de haberse convertido en un caballero dorado, nunca había utilizado su cuerpo para luchar, salvo por unos meros movimientos de defensa a su parecer la fuerza de buda era mucho mas digna y pacifica que la lucha cuerpo a cuerpo
Fue solo después de unos años cuando el joven shaka de unos 12 años se había atrevido a preguntar al hombre sobre su identidad, ya que para el seguía siendo un misterio
“ quien eres?, no pregunto por tu nombre, trabajo o familia, estoy preguntando por la escencia de tu alma, dime buen hombre ¿Quién eres?, creo merecerme saber con que clase de criatura he estado entrenado por 4 largos años antes de partir a ese templo donde mi dios asegura que se me necesita”-dijo shaka
“tan perceptivo como siempre, joven shaka, yo soy una mera escencia, nada corpóreo esta atado a mi….justo como tu gran buda, mi ser físico hace tiempo que fue destruido, pero es precisamente por ese tiempo transcurrido por lo que a un mi alma sigue viva, yo soy el tiempo mi joven discípulo, soy tan anciano como la historia pero también soy joven justo como un recién nacido, yo represento el avance de la historia, la extinción de la especies he precenciado todo y a la vez no he vivido nada pues actualmente me encuentro muerto, no se si me hago entender joven discípulo, yo soy quizás el ente mas inmortal en todo el universo, todo depende de mi y de mis manos, pero a la vez todo avanza sin pedirme autorización alguna, nunca me detengo y tampoco retrocedo, mi tiempo contigo a terminado es un hecho, pero esto que hemos vivido nunca va desaparecer de la luz de la galaxia”respondio el hombre detrás de shaka quien le veía partir a lo lejos.
“se quien eres buen hombre….ahora me encuentro conmovido por tus palabras, he sido entrenado por dos dioses diferentes, prometo por mi dios que nunca te decepcionare deidad caída”
“me alegra oir eso…entonces shaka, ahora que lo sabes todo, ¿Cuál es mi verdadero nombre?”
“tu nombre mi anciano maestro es….”
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Una gran bola de energía le había sacado de sus recuerdos, se dirigía tan rápido a el que se movio inconcientemente sin tomarse el tiempo de pensar, su cuerpo actuo por si solo asemejando la ligeresa del aire y esquivando con éxito el errante ataque
Los guerreros se quedaron callados, un caballero dorado los había estado observando y ahora se encontraba sobre una rama a tres metros de altura…nunca habían visto a shaka en el campo de batalla era usual ver a doko, mu, leo incluso los gemelos de geminis se dejaban caer de vez en cuando pero el…no, shaka nunca hacia eso.
Pronto bajo de la rama de aquel inmenso árbol, había atrevasado todo el campo de batalla en un simple salto…era un caballero dorado a fin de cuentas, poseía la velocidad de la luz, Su armadura sono suavemente al tocar el suelo, miro a los jóvenes caballeros sin abrir los ojos, sonrio y abandono el campo.
Siguió su camino abandonando el templo de atena, quería ver con sus propios ojos la gran ciudad de grecia, dejo por primera vez en mucho tiempo que su cuerpo se deleitara con los bienes materiales, se encontraba observando las tiendas del gran bazar deteniéndose a comprar una que otra cosa, entre ellas la que mas le había atraído era una bracelete de tres vueltas de oro que terminaba en la cabeza de una serpiente con los ojos bicolor.
Shaka: quiero ese, podría dármelo?
Vendor: claro!!!....- un hombre miraba a lo lejos, sus ojos se posaban en el caballero de virgo, mientras una sonrisa se apoderaba de su rotro… TE HE ENCONTRADO, CONTIGO PODRE ADUE—ARME DEL MUNDO Y NISIQUIERA LOS DIOSES PODRAN ENFRENTARSE CONMIGO.
El viento soplo extrañamente, shaka desvio la mirada buscando rápidamente la razón de su inquietud, al no encontrar nada tomo su compra y se alejo hacia las 12 casas, tenia esa sensación inminete de que la paz había terminado…y que por algún motivo su vida corria peligro.