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Un nuevo comienzo… por Zafira

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Notas del fanfic:

** Los personajes pertenecen a Tomo Takabayashi

Notas del capitulo:

Hola a todos, escribí esta historia para liberar mi mente de ideas, parecía que si no la escribía, no me iba a dejar tranquila esta idea... espero que les guste...


 

Capítulo 1º: Revelaciones

 

No podía creerlo, y sin embargo las pruebas estaban en sus manos en ese preciso momento, sentía su corazón desbocado sin saber exactamente qué rumbo tomar… jamás imaginó que la visita de aquel comandante le traería aquella verdad… una lágrima descendió por sus mejillas al dimensionar la grandeza de la información que ahora conocía…

Tantos años llorándote… y siempre estuviste conmigo…

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Aquel picnic se estaba convirtiendo en un verdadero tormento para él, maldijo la hora en que a su madre se le ocurrió organizarlo, y más aún, invitar a aquellas cortesanas que lo único que buscaban era mejorar su posición en la sociedad… “Y ese cobarde que les da pie”… su hermano hacía solo un momento lo había regañado para que se comporte, se preguntó si ellos lo harían si presenciaran tan despreciable coqueteo a su prometido frente a sus propios ojos. Al parecer la única persona a la que le importaban sus sentimientos era a su hija, ella le había sujeto de la mano, y la oprimía con fuerzas… cuando su ánimo parecía estarse caldeando más, besó la mano de su bella princesa y sin despedirse de ninguno se retiró del lugar.

¿Acaso nunca piensa madurar? – escuchó decir a Gwendal y eso pareció afectarle aún más.

Estuvo mucho tiempo sentado en su estudio, sin prestarle una real atención a nada en particular, sonrió con ironía intentado contener los deseos tan horribles que tenía de llorar, una vez más se sentía tan solo, como si no tuviera a nadie en el mundo, como si su existencia no fuera más que un error… su vista se posó en la tinta y un papel - ¿Madurar?... – susurró, al tiempo en que tomaba una decisión… estaba cansado de todo.

Aquellas escandalosas risas se escuchaban desde el pasillo, y que la de él se mezclara con ellas le dio el empujón que le faltaba para llevar a cabo su objetivo, a su entrada al comedor le siguió un incómodo silencio, notó la mirada de sus hermanos, se preguntó si estas siempre mostraban fastidio cuando se trataba de él.

Wolfy cariño, llegas tarde a comer – dijo con una sonrisa su madre, y aquellas descaradas sonreían burlonas también.

Disculpen la tardanza – habló con calma al aproximarse a ese infiel de primera – Yuuri, necesito hablar contigo

¿Acaso no ves que nuestro querido Heika está comiendo? – Gunter no se había podido contener al expresar su opinión…

Wolfram, mejor espera para después de la cena – Conrad intentó apaciguar el comentario…

No… no tomará mucho tiempo… quiero acabar con esto ya – murmuró secamente el peli dorado, y esas palabras intrigaron a los presentes.

Bien… tienes toda mi atención, Wolfram – Yuuri al fin se había manifestado, al fin y al cabo, era bastante raro que su novio accidental no le estuviera gritando.

A partir de ahora, Yo Wolfram von Bielefeld, doy por terminado el compromiso con usted, Yuuri Shibuya, 27º Maou de Shin Makoku – dicho aquello le entregó el documento antes firmado por él – Los presentes pueden servir de testigos, Heika.

¡¿Pero qué significa…?! – Gwendal se había puesto de pie, su expresión era iracunda… Greta miraba el documento con la mirada angustiada, mientras que Conrad y Gunter se habían puesto serios y esperaban las palabras del rey, quien aún parecía shokeado por tan repentino arranque del rubio.

¿Entiendes que esta vez no voy a buscarte? – murmuró sombrío el moreno, se sentía muy molesto…

Lo entiendo… no esperaba que lo hiciera, Heika – respondió fríamente el oji esmeralda dirigiendo la mirada a la de su hermano mayor, que aún lo observaba con desaprobación – Significa que esta farsa se termina, aniue… y espero que me apoyes en esta decisión…

Nuevamente estás demostrando tu inmadurez, y que actúas como un malcriado – soltó el mayor y la ex Maou le tomó la mano  para que se contuviera.

¿Inmadurez?... por querer acabar con esta farsa soy un inmaduro y un caprichoso… - aquel tono era ácido, un ligero temblor se comenzó a sentir en la habitación - ¡Discúlpame por tener la discapacidad de sentir, hermano… lamento no haber desarrollado la insensibilidad que te caracteriza!

¡Gwendal!- lo llamó la ex reina, cuando el mayor prácticamente se abalanzó sobre su hijo menor con intención de abofetearle…

Pareces estar empecinado, en hacer que me desilusione de ti – soltó con rabia el mayor, aquellas palabras le habían herido profundamente y deseaba hacer el mismo daño.

Descuide, hermano, ya no lo voy a hacer, porque ya no voy a andar mendigando la atención ni la aprobación de nadie… yo también me canse – dijo con rabia contenida el oji esmeralda, mientras temblaba de la pura amargura – Me canse de exigirle a mi familia que me tome en cuenta… me canse de competir con extraños el cariño que debía ser mío… me canse de luchar por la aprobación de un hermano que no es mi padre… me canse de todos ustedes, especialmente de ti

El moreno no se había podido contener más, levantó la mano con la clara intensión de voltearle el rostro a ese maleducado, que le había herido tan mortalmente en el corazón…

¡¡¡NI SE TE OCURRA HACERLO GWENDAL!!!

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Lo observó temblar de la agonía, y como su mirada totalmente anegada y temerosa se fijó en él… - No te metas en esto Waltorana – fue la sentencia del general…

Wolfram, ven – ordenó él y aunque temeroso, el más joven hizo lo que le habían dicho, ambas miradas se encontraron, el líder de los nobles sabía a la perfección que aquellas palabras habían calado muy hondo en su pequeño, pues como a nadie, adoraba al hombre a quien se las gritó con rabia - ¿Terminaste con ese compromiso? – Asintió sin emitir otro sonido - ¿Volverás conmigo a Bielefeld entonces? – esta vez asintió sin levantar la vista… esto no era lo que él tenía planeado al venir en esa noche, pero él creía en los designios de Shinou y aquello parecía haber confirmado su inquietud - ¡Coronel… lleve a mi sobrino a buscar sus cosas y espérenme en el carro!

No tienes ningún derecho a hacer esto, solapándolo  solo lo hechas a perder más – soltó el mayor y el peli morado asintió en apoyo a su amigo, mientras que Yuuri despedía con la mirada a aquellas que fueron testigos de aquello, sin deber serlo…

Lo único que yo vi, fue que Wolfram terminó con este absurdo compromiso, y que tú lo atacaste como si no estuvieras de acuerdo en que es la mejor decisión – comentó el noble mirando hacia quien lo acompañaba, el mismo ingresó con un cofre en brazos… - Y Gwendal… yo tengo todo el derecho de proteger a Wolfram, es lo único que me queda…

¿Qué está sucediendo? – Murata había ingresado al comedor, de inmediato sintió que el ambiente era bastante tenso,  por lo que guardó silencio y se quedó observando todo…

Ambos se extralimitaron en sus reacciones – intentó amenizar el maou, mas calló cuando recibió la mirada fría del tío de su prometido…

Disculpe que se lo diga, Heika… pero mi sobrino era más feliz, antes de que usted llegara – soltó con veneno el oji jade – Mi intensión al venir hoy, no era esta… ya había decidido morir con el secreto que ahora se me ha revelado… pero, ahora pude constatar que el motivo de mi decisión estaba mal fundado, pues Wolfram no es realmente feliz con ustedes…

¡Waltorana no te permito…! – esta vez era la despampanante rubia quien hablaba…

Cecilia… le presento a Lord Marcus von Lancaster, quien fuera comandante de uno de los ejércitos aliados a mi hermano, en la batalla que le costó la vida – la interrumpió el noble, y sus miradas por fin se encontraron…

¿Aliado de William? – la mujer observó al hombre, y luego al hermano menor de quien fuera su esposo, aquel recuerdo aún le amargaba el corazón, como una herida que nunca sana…

Hace dos días, llegó a Bielefeld con un recado que tardó más de ochenta años en llegar… aunque Shinou entiende mejor de tiempo que nosotros… yo ya he leído la carta que fue destinada a mí… hay otra que está dirigida a ti – el hombre que poseía rasgos fuertes le entregó un sobre sellado a la mujer – Recibirán novedades mías… si me disculpan…

Mi señora… ha de saber, que William murió amándola solo a usted – y sin otra palabra, ambos nobles se retiraron… dejando a más de uno confuso e intrigado…

Madre – susurró Conrad, mientras que Gwendal  simplemente observaba aquella carta.

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Sus manos temblaban cuando tomó el sobre en sus manos, se notaba que era antiquísima, así como podía verse el sello que pertenecía al heredero de la casa Bielefeld… rompió el sello, y antes de identificar la caligrafía, ya sus ojos se habían llenado de lágrimas, su hijo mayor se acercó a ella para brindarle apoyo, se sentó para leer con calma, mientras a sus espaldas Gwendal hacía lo mismo…

Mi dulce Cecilia,

Entenderé que tu afecto hacia mí se encuentre quebrado, mi actitud para contigo y Wolfram ha sido de lo más detestable, pero la culpa no me ha dejado ser, ni el esposo que tú mereces, ni el padre que el pequeño necesita.

Con la muerte de mi padre he sentido la necesidad de confesarlo todo, una verdad que desde que diste a luz no me ha dado un minuto de paz, fuimos varios los culpables de este hecho, pero yo asumo mi pecado y mi responsabilidad, pues fue mi sometimiento a mi padre y al bienestar de Shin Makoku los que guiaron mi obrar, y me desprecio desde lo más profundo por mi cobardía, te he fallado a ti, a mi hermano y por sobre todo, a Wolfram.

Desde esa noche he tenido que ocultar mi dolor, he llorado con amargura e impotencia en la soledad de nuestro cuarto, pues debía desahogar no sólo mi pena sino también la que sería tuya, pues te han mantenido en las sombras de esta verdad, que cambiará el destino de más de una de las personas que amamos… se que me estoy justificando otra vez, pero he decidido dejar de hacerlo… por lo que confesaré  este pecado…

Aquella lluviosa noche en que los dolores de parto te aquejaban, y en la que  tu hermano, mi padre y yo, esperábamos el nacimiento del fruto de nuestro amor, Ulrike había salido a informarnos de una complicación con el alumbramiento, hasta ese momento aún confía en que Shinou te protegería, y también a nuestro hijo… pero no fue así… una hora después, el frío reinó en el Templo y un silencio que sigue atormentando mis días se instauró por doquier… nuestro pequeño había nacido muerto, y ya nada pudieron hacer para revertir ese hecho… tu hermano comenzó a sopesar el impacto de este acontecimiento entre los habitantes de nuestra nación… que sería visto como un castigo por tu supuesto pecado de casarte con un humano, y haber parido a un mestizo… mi mundo se hizo añicos, y solo la presencia de mi padre evito que me desmoronara frente a los presentes… pero entonces, hasta la última antorcha del templo encendió, y un potente llanto se hizo escuchar por todo el recinto.

Mi padre fue presuroso a la otra habitación, yo lo seguí, solo para encontrarme a una de las sanadoras en compañía de mi hermano, este había perdido la conciencia debido al gran esfuerzo que había hecho, y entre sus brazos, una hermosa criatura descansaba feliz.

Shinou nos ha mostrado el camino… fueron las palabras de tu hermano, en el justo momento en que mi padre le arrebataba el infante a Waltorana, para entregármelo a mí, afirmando que ese niño era mi hijo…

La ex reina se quedó impactada por el contenido de aquel documento, sus lágrimas no habían podido contenerse al entender la magnitud de aquel descubrimiento, su respiración parecía estarse dificultando, pero en la carta decía claramente… tanto su hermano como Ulrike podían confirmar la veracidad de esos hechos.

Observé impotente el sufrimiento de mí hermano sobre la supuesta tumba de su hijo, sin que siquiera le quepa un asomo de duda de la cruel mentira de la que fuera víctima, fue por la sensación de culpa, por la mentira de la que era cómplice, que no pude acercarme más a ti, y tampoco a ese niño, que era mi amado sobrino… sé que notaste mi distanciamiento, y lo asociaste a falta de amor… pero créeme, te ruego, que no era ese el motivo.

Es porque te amo, que me veo en la obligación de confesar todo lo ocurrido, y que Shinou tenga piedad de mi alma si esto afecta tu gobierno, pero considero firmemente que nada bueno puede salir de aquello que se basa en una mentira y en el dolor de alguien inocente… porque mi hermano, Chery, es inocente, así como lo es Wolfram.

No juzgo a tu hermano ni a mi padre por su decisión, aunque tú estarías en todo tu derecho en hacerlo, así como a repudiarme a mí también… a pesar de esa posibilidad tengo que hablar, o en este caso, escribir.

Estoy seguro que cuestionarás la verdad de estas palabras, especialmente debido al asombroso parecido que tiene Wolfram contigo… pero no fue cualquiera, el niño que te entregaron, mi hermosa reina, por sus venas si corre tu sangre… quizás no como tu hijo, pero si como el hijo de tu hijo.

No pudo continuar leyendo, percibió que su hijo estaba en la misma situación que ella, temblaba, pues él también recordaba a la perfección ciertos acontecimientos del pasado – Gwen… esto no puede ser…

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Se había quedado dormido hacía unos momentos, se sentía tan feliz de tenerlo a su lado… - Me preguntaba si era posible que su belleza aumentara más… ahora veo que si – aquellas jades se fijaron en el noble que le había cambiado la vida – Jamás imaginé el secreto con el que cargaba mi amigo… hubiera hecho un mayor esfuerzo en llegar a usted, de haberlo sabido.

Shinou tiene sus propios tiempos en este mundo… espero que mi hermano alcance la paz, ahora que la verdad es sabida – comentó el rubio, mientras observaba el horizonte… amaba como a nadie a su hermano, y sabía que era recíproco, le daba pena imaginar la angustia por la que había tenido que atravesar – Antes de ir a la guerra, el me nombró uno de los tutores de Wolfram, supongo que era su manera de hacer que yo esté cerca de mi… - sonrió nuevamente ante esa palabra… - Wolfram es mi hijo… quizás siempre lo supe.

¿Se lo dirá? – preguntó el mayor, esta vez fijando su vista hacia el demonio menor…

Lo haré… no pensaba hacerlo, pero ahora que Cecilia sabe la verdad, y estoy seguro que Gwendal también… es mejor que él se entere de todo por mi – murmuro un poco cansado, extrañamente se sentía cansado… demasiadas emociones en un corto plazo.

Puede descansar tranquilo, prometo cuidar de ustedes mientras tanto – sonrió amablemente el noble.

Cómo cree, sería descortés de mi parte… descansaré cuando lleguemos a Bielefeld… por qué mejor no me cuenta más de usted – murmuró acomodándose en su asiento – Me dijo que tiene un hijo…

Si… así es, Octavio… ha de ser una década mayor que Wolfram, estoy seguro que se llevarán bastante bien cuando se conozcan – comentó sonriendo – Por que espero poder ampliar la amistad que me unía a su hermano, también con usted.

Me haría feliz que sea así… quizás me cuente más cosas de los últimos días de mi hermano – había un frío que lo inundaba todo, el clima se estaba volviendo helado – Qué extraño… aún no estamos en temporada de invierno.

En mis tierras siempre hace frío… la verdad conocí a su hermano mucho antes de la guerra… cuando aún era bastante joven, se perdió con un grupo de amigos cerca de mis tierras… les ayudé y así comenzó todo – murmuró sin apartar la mirada de quien lo observaba curioso – Mi familia había tenido un respeto especial hacia los Bielefeld desde los tiempos de Shinou… nosotros somos uno de los pocos que conocemos los lazos de sangre que unían a Rufus con el primer maou, así que encontrarme con un descendiente de ellos me puso muy feliz…

¡Pero qué dice lord Marcus… Rufus fue un fiel soldado de Shinou… no había lazos de sangre entre ellos! – aquel comentario le puso nervioso, y prestó mayor atención al hombre con el que compartía su espacio

Entiendo que el secreto debe ser protegido… la sangre de los Bielefeld correría grave peligro si se descubriera la verdad… después de todo, Shinou tenía muchos enemigos, y qué mejor revancha… que sus descendientes – una sonrisa adornó el hermoso rostro del hombre – Especialmente, si son los últimos.

Lentamente la temperatura del ambiente comenzó a subir, cosa que sorprendió a los mayores, pues la energía provenía del durmiente demonio, Waltorana no había apartado la mirada desconfiada del sujeto - ¿Quién eres tú?

No debes temer… en aquella batalla nuestras familias fueron aliadas… es más, nos enviaron a esas tierras para impedir que los descendientes de Soushu lleguen a ustedes, pero ahora que él ya no está… somos libres – murmuró y su mano acarició el rostro del líder de Bielefeld -  Es el destino, que nos hayamos encontrado, Waltorana

No supo en qué momento el cansancio pudo más… cuando sus ojos se volvieron a abrir, ya estaban a las puertas de su residencia, y Wolfram conversaba ameno con el mayor…

Tío, ellos crían caballos pura sangre como Némesis… crees que podamos ir a verlos – la sonrisa de su niño era genuina… se sintió confundido de los últimos momentos que pasara lúcido, ya ni sabía si había soñado la conversación o si había sucedido en realidad…

Disculpe, Lord Marcus… - murmuró observando todo a su alrededor, como asegurándose de que todo estaba en orden…

Descuide… Wolfram despertó casi inmediatamente después de que se quedó dormido… tuvimos una muy interesante plática – la sonrisa en el menor daban fe de ello…

¿Te sientes mejor, Wolf? – el joven asintió feliz, aunque aún había un pequeño halo de tristeza en torno a él…

Me disculparé con mi hermano… no debí reaccionar así – murmuró y parecía avergonzado de admitir su falta

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Pedimos audiencia con la gran sacerdotisa – Gwendal encabezada la comitiva, Murata permanecía callado, aún se sentía impactado por aquella novedad, mientras que Yuuri no podía apartar la mirada de su mayor asesor quien parecía totalmente fuera de si.

Sus altezas… esperaba el momento en que este día llegaría – murmuró la pequeña mujer frente a su auditorio…

Ulrike… podrías iluminarnos con la verdad, por favor – el sabio se había adelantado, él sabía que en aquello había tenido mucho que ver Shinou… pero la situación era demasiado vidriosa y seria, como para tomarse a la ligera.

¡Contesta!… - Chery-sama tenía la voz quebrada, como nada esperaba que aquellas palabras que le dejara su ex marido fueran falsas… por más que casi juraba que eran verdad - ¿Wolfram es mi hijo?

Puedo decir que es su hijo, mi señora… pues fue a usted a quien él consideró su madre desde que tuvo conciencia de sí – la despampanante rubia sonrió con algo de paz en su alma – Pero no fue usted quien lo concibió… ni tampoco quien lo parió… la primera demostración de afecto se la dio su padre al darle la vida… Waltorana von Bielefeld, si me baso en eso… es hijo de él y  no de usted…

¡¿Cómo pudo permitir que esto suceda?! – Gwendal miraba con ira a la pequeña mujer, si tuviera a su tío frente a él, juraba que lo enterraría vivo

Eran días negros para Shin Makoku… tuve que aceptar que los argumentos de Lord von Spitzberg eran bien fundados… el padre del joven Waltorana expresó que su hijo era demasiado joven para tal responsabilidad, y que aquello mancharía su reputación, pues el padre de su nieto no se había manifestado para apoyarlo, pues fue justo para enfrentarlo, que ellos habían llegado en ese preciso día – habló solemnemente la sacerdotisa – Por lo que se me hizo jurar que guardaría ese secreto… Shinou pareció conforme con ese obrar, pues no se me manifestó en contra, entonces guardé silencio… y lo ocurrido en aquella noche quedó oculto para la reina y para el menor de los Bielefeld.

¿Dónde está enterrado mi hijo? – no hubo más llanto por parte de la mujer, fue escoltada por una de las doncellas al lugar donde cada año, cerca del cumpleaños de Wolfram, Waltorana había ido a depositar un hermoso arreglo floral – Él lo lloró por mi… mientras yo me robaba todas sus alegrías… ¡ohhh Shinou… ¿por qué?!

¿Gwendal, estás bien? – Conrad que no se había manifestado desde que todo inició, se acercó a su estoico hermano, aquello era demasiado grande como para guardarlo todo para si…

Jamás revisé sus cartas… estaba tan molesto… incluso hoy, las sigo guardando – susurró  volteándose en dirección a sus caballos…

¿Qué vas a hacer, hermano? – al castaño le preocupó el tono de voz que le escuchara al mayor… por lo que decidió seguirlo…

¿Qué crees que suceda, Murata? – Yuuri se sentía confuso… no podía creer todo aquello, y temió, temió por la reacción de su amigo cuando lo supiera todo

¿Von Bielefeld terminó el compromiso? – preguntó el moreno de piel clara, había una extraña sombra que se estaba formando ante sus ojos, como si algo malo fuera a suceder… - ¿lo firmaste?

No, aún no – murmuró recordando que dejó el documento sobre la mesa luego de que ocurriera todo el suceso

Entonces no lo hagas – soltó sin más el sabio sorprendiendo al monarca – Algo me tiene intranquilo, y creo que con esta verdad a la luz, lo único que atará a Von Bielefeld-Kyo a nosotros, será justamente ese compromiso

¿Qué quieres decir Murata? – Yuuri suponía que muchas cosas iban a cambiar en el castillo con aquella novedad, especialmente considerando, que Wolfram al parecer era hijo de Gwendal, con quien ahora las relaciones no eran nada buenas…

El de piel más clara se adentró al templo, en donde un frío espantoso se había instaurado, veía con claridad a Shinou observando fijamente la fuente de agua con molestia - ¿Qué sucede?

No puedo verlos, mi sabio… un velo impide que llegue a ellos – el oji azul dirigió su vista a su elegido y a su sabio – Esta fuerza… yo la conozco…

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Gwendal llegó a su habitación, seguido por su hermano… aquello debía ser una pesadilla eso pensaba. Gunter también lo había seguido alarmado por la expresión de su rostro… observó su escritorio y comenzó a vaciar uno de sus cajones, en el fondo, envuelto en un pañuelo, un pequeño fajo de cartas sin abrir… con manos temblorosas tomó la más lejana en fecha y la abrió.

Gwendal,

Sé que dijiste que no querías volver a saber nada de mí, y aunque estaba dispuesto a tomarte la palabra, al parecer el destino no está de acuerdo a dejar que me olvide de ti tan fácilmente… te juro una vez más, que yo no tuve nada que ver en el romance de William con tu madre, ni siquiera los presenté, y mi hermano no me usó para acercarse a ella como afirmaste tan vehementemente.

Necesitamos hablar, pero personalmente… te esperaré este sábado en donde siempre, por favor… no me dejes esperando.

Siempre tuyo,

Waltorana

Aquella carta no decía mucho, aunque sintió un aguijón en su pecho al recordar su pelea, y que fue justamente su orgullo, el que primó para no revisar ninguna de sus cartas…

Gwendal,

Resultaste ser mucho más rencoroso que yo, si hubiésemos apostado, abrías ganado… pero realmente necesitamos hablar, te necesito más que nunca… Por favor, te esperaré el viernes en nuestro lugar, sé que tienes que ir a las tierras de tu tío, así que estará en tu camino.

Te estaré esperando…

Waltorana

“Te necesito más que nunca”… aquellas palabras le habían afectado, ese chiquillo no había aceptado en ninguna ocasión haberlo necesitado, lo que le demostraba con claridad, que se sentía desesperado.

Gwen, por favor, deja de hacer esto… no tienes idea de lo asustado que me encuentro… no puedes dejarme solo en esta situación, mi padre va a ponerse furioso conmigo, realmente tengo mucho miedo… estoy esperando un hijo nuestro, ya se me empieza a notar… iré al templo de Shinou para que hablemos, si no vas entenderé que nunca te he importado y que no eres más que un grandísimo mentiroso Gwendal von Voltaire.

W.

Examinó la fecha mientras soltaba las anteriores cartas, una lágrima se deslizaba por su rostro… ahora si le daba toda la razón a Wolfram en todas las cosas que le gritó, y comprendió la frialdad que siempre le demostró Waltorana, era evidente que lo culpaba a él de la muerte de su hijo, porque era claro que le habrán excusado como la causa el sinnúmero de emociones fuertes que habrá sufrido… le había fallado a la persona más hermosa que había conocido, él mató la inocencia del ser que le resultaba más adorable hasta que tuvo en sus brazos a su hermano… - También le fallé a Wolfram… como hermano… y más aún… ¡Oooh Shinou… le fallé a mi propio hijo!

Conrad abrazó a su hermano, jamás en toda su vida lo había visto tan mal, Gunter no sabía que decir, por lo que decidió dejarlos solos…

Debes tranquilizarte… vamos a arreglar esto, pero para eso debes estar en calma – comentó el castaño ayudando a su hermano a sentar sobre la cama…

Cuando Wolfram se entere de esto, él va a odiarme… me repudiará por abandonarlo incluso antes de nacido – soltó con agonía - ¿Qué clase de hombre soy?...

Eres el mejor hombre que he conocido… mírame hermano… vas a hablar con Wolfram, él va a entender, tú no lo sabías… nadie lo sabía – el castaño permaneció a su lado hasta que se calmó.

Debo ir a Bielefeld – susurró el moreno…

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Leyó una vez más la carta que le exigiera momentos antes a su tío, que le entregue… su corazón le apretaba fuertemente en su pecho, mordió su labio inferior, mientras su mirada se posaba en quien parecía al borde de un colapso…

Wolfram es tuyo, hermano… y se nota, se nota por que cuando está en tus brazos sonríe como con ningún otro, te observa con adoración… te ama, y ni siquiera sabe que tú eres quien le dio la vida… por eso realmente espero que llegues a un arreglo con Cecilia, sé que ella no te negará tu derecho, pero no le niegues tú el suyo… como su legitima abuela.

¿Mi abuela? – preguntó el menor, pues cuando se le confesó esta verdad, le parecía evidente que su tío probablemente fue víctima de algún desvergonzado que se aprovecho de su ingenuidad y juventud…

Es una larga historia… y voy a contártelo todo, pero por favor… no nos odies – susurró el oji jade temeroso.

La carta fue dejada a un costado, mientras un apenado demonio se acercaba al mayor – No sé cómo me siento… es raro – murmuró colocándose justo en frente de quien siempre había sido su cómplice y su consuelo -  No podría odiarte jamás… jamás… - lo abrazó con fuerzas mientras ambos sentían más acompasado sus pulsos.

Nunca te negué, que eras todo lo que deseaba en un hijo… no volveré a permitir que nadie te aleje de mí, y que te hagan daño… - soltó el mayor con lágrimas en sus ojos – Te amo, mi pequeño… mi hijo.

Cuando pequeño, solía temerle como a nada a estar solo, es por eso que en las noches iba al cuarto de su tío para dormir a su lado… este jamás se había negado, siempre sintió debilidad por él… y esa noche, después de tantos años, nuevamente estaba recostado entre los brazos de la misma persona, pero ya sabiéndolo su padre… aún le costaba creer que su amado tío, era realmente la persona que le dio la vida, aunque hasta eso le era fácil de asimilar… pero que su tío, se haya fijado alguna vez en su herma… es decir, en Gwendal, eso sí le parecía bastante raro… casi podía jurar que el mayor no le había sido totalmente sincero sobre los pormenores de su relación con quien juraba era el hombre más honorable y correcto de todos…

 

Ambos nos habíamos conocido de niños, supongo que en esa época le resulte alguien muy bello, pues desde un principio mostró interés hacia mí, conoces bien cuál es su debilidad… con el tiempo nos enamoramos, incluso pensábamos en casarnos, nuestra relación era muy cercana… e íntima para esos días, a pesar de que éramos bastante jóvenes, claro que también éramos bastante curiosos…

Sin embargo, acabó de una manera muy simple… justo Cecilia y William dieron a conocer que se habían casado en secreto, y que ambos esperaban a un hijo… Gwendal me reclamó que no se lo hubiese dicho, y que le haya ocultado algo tan serio… yo le dije  que no lo sabía, y que también me había tomado por sorpresa, pero no me creyó, después de todo, mi hermano no solía guardarme secretos… me enfadó que haya dudado de mí, y le dije hasta de qué se podía morir, después de eso, nos separamos…

Comencé a sentirme mal una semana después… al principio pensé que era la nostalgia, después de todo yo me había vuelto muy dependiente del primogénito de la reina… sin embargo, mi orgullo era demasiado grande como para admitirlo.

Cuando lo supe me asusté bastante… tardé un par de semanas más en aceptar que necesitaba de su ayuda, y que mi orgullo bien podía ser enterrado, así que intenté comunicarme con él, pero al parecer me tardé demasiado y él resultó ser más orgulloso que yo… jamás pudimos hablar, y él nunca supo que tú venías en camino.

 

“No le guardes rencor… fue mi culpa, por haberlo callado”… Fueron las últimas palabras que le dijera antes de dejarse vencer por el cansancio, decidió intentar descansar, cerró sus ojos pero le parecía imposible conciliar el sueño… había decidido dejar de acosar con preguntas a su padre (sonrió ante esta novedad), después de todo, pudo notar que muy en el fondo de su mirar, que a pesar del tiempo, a él aún le dolían aquellos acontecimientos.

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Despertó algo desorientado y cansado, como si hubiera estado sometido a una habitación llena de piedras houjutsu, sobre uno de los sillones descansaba su hermano, quien por la evidencia, se había quedado toda la noche para velar su sueño. Su mirada se posó en las cartas que leyera, especialmente la última que le enviara quien fuera su amor en los años de su juventud.

¿Cómo amaneciste hermano? – Conrad preguntó mientras se acomodaba.

Adolorido… cansado… asustado – murmuró sonriéndole… - Pero vivo, por lo tanto, con la posibilidad de pagar mis culpas, y recuperarlos.

Ahora si me parece estar escuchando a mi hermano mayor – habló con alegría el castaño – Te aseguro que Wolfram y tú van a reconciliarse… él te adora

Le fallé a mi hijo, Conrad… y le falle a Waltorana, cuando más me necesitó – murmuró seriamente, aún le dolían aquellas frases que leyera… “si no vas entenderé que nunca te he importado y que no eres más que un grandísimo mentiroso Gwendal von Voltaire”…

¡Gwendal… llegó una carta para ti… tiene el emblema de Bielefeld! – Gunter ingresó a la habitación, como era su costumbre, sin avisar… aunque esta vez no recibió ningún regaño por parte del moreno…

El primer hijo de la 26º maou no pudo moverse de la impresión, por lo que Conrad fue quien tomó el documento… al notar que su hermano no pensaba reaccionar, le pidió permiso con la mirada para leerlo, y se sorprendió al recibir un asentimiento de la parte interesada.

 

Lord Gwendal Von Voltaire

Primogénito de la 26º maou de Shin Makoku

Comandante de las Fuerzas Armadas de la Nación

Primer Asesor del 27º maou Yuuri Shibuya

 

Yo Wolfram Von Bielefeld, humilde soldado a los servicios de su majestad, le presento por medio de la presente  mis más sinceras disculpas por lo ocurrido en la tarde de ayer, me encontraba fuera de mis cabales al faltarle al respeto de la manera en que lo he hecho, y aceptaré el castigo que me imponga de manera obediente y resignada.

A la espera de sus disposiciones, me despido respetuosamente

 

Sir Wolfram Von Bielefeld

Tercer hijo de la 26º maou de Shin Makoku

Capitán del Escuadrón de Fuerzas Especiales de Bielefeld

 

Temió darle aquella nota a su hermano, su pequeño la había escrito  de manera muy fría y formal, lo que daba a entender que aún estaba enojado… aunque por la firma, supuso que aún no sabía nada.

Él me odia – murmuró a punto de desmoronarse una vez más – Ya no soy ni su Aniue…

Cariño… tranquilo – la ex reina había ingresado a la habitación, estrechó entre sus brazos a su amado hijo…

En el comedor reinaba un ambiente extraño… Murata los acompañaba, mientras que Greta se mantenía firme, y de tanto en tanto le regalaba sonrisas al general para levantarle el ánimo. No se escucharon muchos comentarios, más Yuuri le había preguntado a Gunter sobre el contenido de la carta.

¡Su excelencia! – habló un soldado cuando salían del comedor – Llegó otra paloma con un comunicado de Sir von Bielefeld – el mayor pareció temblar con el aviso, más extendió la mano para tomar el sobre, y se dirigió a su oficina, seguido muy de cerca por los jóvenes soukokus, el peli lavanda y el castaño.

A pesar de su público, abrió el sobre y pudo apreciar la pulcra letra de su pequeño niño, una lágrima comenzaba a formarse en sus parpados...

 

Ya no se cómo debo llamarte, así que me referiré a ti de manera informal, si me permites… acabo de leer la carta que escribiera en vida William von Bielefeld, y la verdad, aun me cuesta creerlo… no por qué quien viera como mi tío fuera realmente mi papá, más bien, por tu participación para mi concepción… no me lo tomes a mal, pero imaginarte a ti como un joven demonio enamorado e irresponsable, que tiene relaciones antes de casarse después de todas las largas platicas de moral y buenas costumbres que me diste durante mi vida (específicamente cuando tenía esa edad), es raro.

Mi papá era mucho más joven cuando estuvo contigo, que yo cuando tuve mi primer pretendiente (al que dicho sea de paso, aterraste hasta que desapareció)… aunque ciertamente ese comentario está fuera de lugar ahora mismo…

Waltorana me pidió que no te reclame por tu ausencia durante su embarazo, me explico de su pelea, y que jamás te comunicó su estado, así que supongo que la novedad es más traumática para ti que para mí, al final de cuentas, no es lo mismo sentir desilusión de un hermano que de un supuesto hijo.

Por mi parte, te confieso que no le creo a mi ex tío lo que me dijo de no haberte dicho nada, pues hay reacciones suyas mientras me hablaba que me hacen tener la certeza de que me estaba mintiendo, así que casi puedo asegurar que si te dijo lo de su estado o por lo menos intentó hacerlo, y que por tus deberes no le diste ninguna importancia.

En lo que respecta a toda esta revelación, bien puede guardarse en secreto, por lo menos lo que te concierne, Waltorana me ha dicho que se hará cien por ciento responsable de lo que sucedió, como era su intención en un inicio, y que lo dará a conocer entre todos como era su derecho.

No estoy muy seguro de cómo eso afectará todo, pero por mi parte considero que nuestro modo de relacionarnos no tiene por qué cambiar, dile eso a la madre y a Conrad también… sin embargo, lo mejor será mantener cierta distancia entre nosotros por un tiempo… debo admitir que todo esto  duele, y que me siento muy confundido… absolutamente todo lo que creí es una mentira… pero supongo que ya no importa.

Por cierto, quemaré hasta los huesos a Stoffel si me lo llego a cruzar, así que mejor que ni se aparezca, y si mi abuelo estuviera con vida, moriría nuevamente pero por mi mano...

Cuida bien de todos, dale un beso a la madre…

Saludos

Wolfram

 

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Cuando entraron al comedor se encontraron ya con Lord Lancaster, este les sonrió en bienvenida, ambos Bielefeld le devolvieron el saludo…

¿Qué tienen planeado para hoy? – preguntó el hombre, mientras tomaba su té.

Lord Marcus, usted es nuestro invitado… estábamos pensado en ir a montar para mostrarle estas tierras – habló con simpleza el oji jade – Pero todo depende de usted… díganos que le gustaría hacer, hoy lo complaceremos.

¡Ohhh… pero qué propuesta tan  interesante! – comentó sonriendo – Podemos ir a montar, si es lo que han pensado… después quizás comer en algún lugar tranquilo y vistoso… en su compañía, estoy seguro, la plática interesante ya está garantizada.

Entonces está decidido… mandaré a preparar todo – Wolfram agarró una de las frutas y salió en dirección a las cocinas

Parece que les fue bien – comentó el hombre observando fijamente a su anfitrión…

Nuestra relación será bastante torpe por un largo tiempo, ni él sabe cómo llamarme, ni yo sé cómo debo hacerlo – comentó un tanto melancólico el rubio – Tanto tiempo perdido, tantas posibilidades robadas… ciertamente él creció conmigo alrededor… pero no es lo mismo ser el tío que ser el padre – bajó la mirada dolida – Nada podrá devolverme todo lo que me fue arrebatado

¿Qué darías… si alguien te ofreciera esa posibilidad? – una vez más Waltorana se quedó observando fijamente al sujeto frente a él, era bastante enigmático en muchas cosas, pero…

Todo… - aquella respuesta le sacó una sonrisa al mayor, en el justo momento en que Wolfram ingresaba con las novedades del paseo…

A ese día, siguieron otros, convirtiéndose pronto en semanas, y posterior un mes entero. Waltorana había recibido una nota de Gwendal, en donde en simples palabras le pedía perdón, y le decía que respetaría darle el espacio que Wolfram le había solicitado, pero que iría a la fiesta de presentación ante los nobles, y que una vez ahí, ellos deberían hablar seriamente de todo, cosa que aunque lo puso un tanto nervioso, no quiso profundizar, después de todo, ellos deberían enfrentarse sobre ese tema tarde o temprano.

Unas risas se escucharon desde el jardín, se puso de pie para observar que ocurría… se sintió feliz de ver a su hijo tan diferente, más relajado, alegre… y con una excelente compañía. En la tercera semana habían recibido la visita del hijo de Marcus, Octavio resultó ser un joven mazoku muy poderoso en majutsu hielo, una extraña combinación entre viento y agua, con un carácter impulsivo que pareció congeniar a la perfección con su hijo; pero lo que más le gustaba, era que desde que él llegara su pequeño ya no andaba pensando en enclenques de ningún tipo.

¿En quién piensa? – se había llevado un susto de horror, cuando se volteó solo para encontrarse con su muy misterioso invitado, y actualmente, buen amigo… - Lo siento, no lo pude resistir

¿Asustarme? – susurró levantando la ceja en reclamo…

No… - susurró, y la proximidad que estaba teniendo comenzó a poner un poco nervioso al peli rubio – Acorralarte…

El beso que le robara, no era el primero… ni siquiera el segundo o el tercero, desde el cuarto día de estancia, luego de declarar su interés en él, comenzó prácticamente a acosarlo… - Por favor, Marcus…

Tanto tú como Wolfram ansían una familia… yo te la estoy ofreciendo, me gustas mucho… y tú hijo se siente a gusto conmigo, acéptame… y prometo cumplir todos tus deseos – murmuró una vez más… aquellas jades repararon en los ojos cafés que lo miraban, ese cabello castaño entre cano… su mente parecía adormecerse cuando estaba en su presencia… sonrió con ironía al pensar en que lo que le hacía rechazarlo, era una idea demasiado absurda e infantil

Antes de aceptar, tendría que preguntarle a mi hijo – aceptó la muestra de afecto del mayor, Marcus tenía razón, Wolfram y él necesitaban una familia… y Gwendal no formaría parte de ella.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya llamado la atención, debo admitir que la historia ya la termine de escribir, son unos cuantos capítulos... pero las iré subiendo semanal mente, en poquito más de un mes, podrán leerla toda.

 

Saludos


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