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Sentimientos Encontrados por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugi-oh! Duelo de Monstruos! Ni ninguno de sus personajes me pertenecen, yo solo los utilizo en mis locas ideas.

Un poco de Angstshipping, Puzzleshipping, Bronzeshipping y Tendershipping.

Malik.

Esperaba a Ryou bajo la sombra del gran roble en el parque de siempre. Reposaba en mi regazo una pequeña bolsa de regalo en color blanco con celeste. El día de hoy Ryou y yo cumplíamos tres meses de estar saliendo oficialmente e íbamos a dar un paseo en la zona recreacional del puerto Domino.

A los dos minutos diviso una brillante y sedosa cabellera blanca, esponjosa como una nube, Ryou venía corriendo hacia mí.

Sonreí sin poder evitarlo así que me puse de pie para recibirlo, Ryou llegó hasta mí y me abrazó, enterrado su rostro en mi pecho con mimoseria. Le regresé el abrazo de inmediato.

Aunque a ser sincero no podía decir que lo amaba sí le tenía cierto cariño a Ryou, estar con él era agradable, me hacía sentir feliz, tranquilo y en paz conmigo mismo. Cuando estaba con Ryou era el único momento del día en que podía estar sin pensar en él.

Ahhh Marik, realmente lo extrañaba. Sí, puede que no fuese el mejor sujeto del mundo ni que se llevara el premio al mejor yami pero era mi otro yo y realmente lo extrañaba, además yo era totalmente responsable de él.

─ ¿Malik?

─Oh, lo siento Ryou ¿Qué decías?

─ ¿Qué si estás listo? ¿Nos vamos? ─me sonrió, poniéndose en puntillas para darme un beso en la mejilla.

─Sí, claro… por cierto, te traje esto ─le tendí el paquete.

─Oh Malik, cariño, no debiste ─me miró conmovido, pasándome un brazo por el cuello y acariciándome la mejilla con la otra mano.

─Pero tu organizaste el paseo de este día, quería darte algo especial ─rebatí.

─Eres encantador, muchas gracias ─tomó el paquete de mis manos y lo abrió ─ ¡Malik me fascina! ─dentro había un mediano peluche de Kuriboh blanco ─eres el mejor ─me dio otro beso en la mejilla.

Le sonreí, él sí que era encantador, era como un lindo niño inocente.

─Bueno ¿vamos?

─ ¡Sí! ─me tomó de la muñeca y me jaló con él hacia una parada de autobuses cercana, tomamos el transporte que nos llevaría a la zona puerto y nos acomodamos en una asiento doble. Ryou se acurrucó a mi costado, recostando su cabeza en mi hombro; yo simplemente sonreí recostando mi cabeza devuelta contra la suya, viendo como él suspiraba feliz poniendo una mano sobre la mía.

Creo que ya me acostumbraba a esto.

A los quince minutos bajamos del autobús y nos dirigimos a la entrada de la zona de entretención para tomar una lancha de pedal y así, nos adentramos en el agua.

─ ¿Qué fue lo que te pidió el profesor de Deportes ayer que te hizo quedarte después de clases? ─consultó el albino.

─Quería que me uniera al equipo de futbol de la preparatoria ─explique.

─ ¿En serio? ─él me miró sorprendido ─no sé si decirte que es fantástico o un fastidio ─se rió y yo con él ─ ¿qué le dijiste?

─Que no, por supuesto ─le respondí ─me agradan los deportes pero de ningún modo voy a comprometerme en algo con Karita-sensei. Ver a Joey y Tristán ya me queda de escarmiento… Además, no podríamos ir juntos a casa después de clases si entrara al equipo ─le sonreí.

Pude ver como una sombra rosa coloreaba sus mejillas y luego me rodeó el cuello con sus brazos ─oh cariño, que dulce.

─Para nada… oh, y gracias por ayudarme con las clases, creo que ya te lo había dicho pero gracias a ti creo que finalmente me adapté a la preparatoria.

─No es ninguna molestia, koi. Te acostumbraste muy rápido a la escuela y eso fue por el empeño que le pusiste, yo solo te ayudé un poquito ─me guiñó un ojo.

Yo le sonreí tomando el peluche que reposaba en su regazo para acariciar con él sus mejillas ─aun así, gracias Ryou-cute.

El rio por mi apodo.

-o- Fin de Pov’s Malik

Una semana más tarde Ryou y Malik salían de la preparatoria junto al resto de la pandilla, para mala suerte un grupo de duelistas fanáticos esperaban a Yugi en la puerta del mismo, buscando un duelo con el rey de los juegos por las cartas de los dioses.

─ ¡Ryou, Malik, saquen a Yugi de aquí! ─gritó Duke.

─Nosotros los distraeremos ─siguió Joey, haciendo de barrera junto con Tristán.

─Tengan cuidado chicos ─pidió Yugi, sintiéndose culpable como cada vez que, por su culpa, sus amigos terminaban en una situación similar.

─Vámonos Yugi ─Malik jaló al tricolor de la muñeca, igual que a su novio para salir por la parte trasera de la institución.

─ ¿A dónde iremos? ─cuestionó el albino.

─Al museo, a Ishizu no le importará y no creo que esos fanáticos nos encuentren allá ─respondió el egipcio.

─Gracias chicos, lamento involucrarlos en esto ─dijo el tricolor apenado.

─Descuida Yugi, para eso están los amigos ─le respondió Ryou, Malik los miró de reojo con una sonrisa. Esos dos eran sus mejores amigos.

A los pocos minutos llegaron al museo de ciudad Domino.

Pasaron de largo hasta la zona del personal autorizado, parándose solo entonces para respirar correctamente ─ ¿Malik? ─la voz de Odion los sobresaltó a los tres chicos ─ ¿Qué sucede?

─Oh, nada en especial Odion, solo un grupo de locos fanáticos de los duelos que quisieron agobiar a Yugi ─dijo con simpleza en un tono de gracia, encogiéndose de hombros.

Yugi y Ryou rieron nerviosamente, con una gota bajándoles por la sien.

Odion le sonrió a su hermanito ─Creo que Ishizu necesitaba hablar con ustedes ─les informó ─en especial contigo, Yugi.

Malik se irguió por completo ─ ¿dónde está mi hermana?

─En las oficinas, de aquel lado ─le señaló.

─Gracias, iré enseguida ─Odion asintió y siguió su camino.

─ ¿Tienes idea de que sucede? ─preguntó Ryou, abrazándose al brazo derecho de Malik mientras Yugi caminaba a su izquierda.

─No lo sé Ryou-cute, pero me intriga demasiado, Ishizu ha estado más seria y rara que de costumbre los últimos días.

─ ¿Tu qué crees Yugi?

─Bueno… ─Yugi llevó su mano a su pecho, donde antes residía el rompecabezas, al no encontrarlo frunció el ceño y subió sus dedos a la correa azul oscuro de su cuello ─sinceramente no lo sé ─se encogió de hombros.

─Yo solo espero que no tengas que regresar a Egipto ─le dijo a su novio en un susurro al oído.

Malik se estremeció ─ni siquiera lo menciones, yo no quiero regresar allí ─dijo moviendo su mano libre en el aire, como queriendo apartar el pensamiento de su cabeza.

Malik tocó la puerta de la oficina ─voy a entrar, hermana ─le avisó antes de abrir la puerta y que pasaran los tres.

─Malik ─ ‘saludó’ la morena ─bienvenidos muchachos ─sonrió.

─Buenas tardes ─saludaron de regresó Ryou y Yugi, inclinándose un poco frente a la morena.

─ ¿qué sucede Ishizu? Odion dijo que querías hablar con nosotros.

─Síganme los tres, por favor ─Ishizu los guió hacia una sala bastante bien oculta en el museo, ella sacó sus llaves y entró encendiendo las luces.

La sala parecía una especie de laboratorio, había una larga mesa de madera en el centro y mesones rodeando tres de las paredes llenas de implementos, herramientas de arqueología, objetos y libros aparentemente antiguos.

Sin embargo, sobre la mesa había tres objetos en particular que a los tres estudiantes les llamó de inmediato la atención, causando reacciones distintas en cada uno.

Los ojos morados de Yugi brillaron, el tricolor se llevó ambas manos a la boca que tenía abierta en su totalidad, su corazón se aceleró de inmediato.

Malik se llevó un sobresalto, llevándose una mano al pecho y se mordió el labio inferior, los ojos lila le temblaron y un suspiro impresionado salió de su boca.

Los ojos cafés de Ryou se abrieron como platos, brillando en miedo; sintió que el corazón se le paraba unos instantes, la garganta se le cerró y la boca se le secó, retrocedió unos pasos, soltándose del brazo de su novio.

Sobre la mesa estaban tres de los artículos milenarios que supuestamente habían sido destruidos.

El rompecabezas.

El cetro.

Y la sortija del milenio.

Pasaron unos minutos de agobiador silencio hasta que alguien pudo decir una palabra.

Sorprendentemente, ese fue Malik.

─He-hermana ¿qué está sucediendo?

─ ¡¿De dónde salió esa cosa, no se supone que habían sido destruida?! ─dijo alterado el albino, viendo aterrado la sortija, su sola cercanía le hizo temblar.

─ ¿Señorita Ishizu? ─cuestionó Yugi.

─Hace poco llegaron a nuestras manos de repente, entre unos artículos que vinieron desde casa.

─ ¿Cómo? ─musitó Malik.

─Buscan a sus dueños ─susurró la morena.

Yugi no lo dudó, se acercó al rompecabezas para tomarlo y lo acunó entre sus manos con cariño ─Yami ─susurró ─como te extraño.

Malik iba acercarse pero Ryou tembló en su lugar y se aferró al brazo de su novio, Malik tuvo que calmarlo un poco, acariciando su cabello y susurrándole al oído que todo estaba bien, finalmente consiguió que le soltara y fue a tomar el cetro, se sintió tan bien de regresó entre sus manos, sentía sus poderes sintonizarse con su propio cuerpo, la energía fluyendo le era tan familiar.

Ryou sin embargo quería mantenerse lo más lejos posible de la sortija.

─Es increíble, aun puedo sentir su magia ─musitó Malik. Ishizu le dedicó una mirada seria ─ ¿qué? ─hizo un puchero, cual niño regañado.

─Anoche tuve un sueño con el collar del milenio ─informó ─no solo estaban ustedes, también el faraón y los otros dos seres oscuros ─declaró. Ryou tembló en su lugar, Malik y Yugi estaban atentos a Ishizu.

─ ¿De qué se trataba? ¿Viste algo en especial? ─le preguntó su hermano.

─No era muy claro ─la pelinegra se llevó una mano a la frente ─pero tenía que ver con los artículos, ellos aparecían en medio de una luz y había una especie de lazo de energía.

─ ¿Eso qué significa? ─siguió cuestionando Malik.

─Representa unión, un enlace o vinculo ─le respondió ella.

─ ¿El vínculo mental? ─preguntó Yugi.

─ ¿Vinculo mental? ─le preguntó Malik.

─Sí, mou hitori no boku y yo compartíamos un enlace mental, podíamos hablarle al otro solo con el pensamiento en cualquier momento y percibíamos los sentimientos del otro enseguida ─le respondió con evidente nostalgia el tricolor.

─Es por eso que desde antes podía escuchar la voz de Marik en mi cabeza ─susurró el moreno con una sonrisa.

Tanto Ishizu como Ryou se quedaron mirando a Malik fijamente, incomodando al moreno.

─ ¿Qué creen que pueda significar? ─preguntó Yugi con ahogada emoción ─ ¿eh, qué te sucede? ─musitó al rompecabezas.

─ ¿Qué es, Yugi? ─curioseó el egipcio.

─Se siente un poco extraño ─el tricolor lo balanceó un poco entre sus dedos ─siento como si su energía se estuviera arremolinando a mi alrededor, o algo raro.

─Déjame ver ─Malik se acercó al oji-violeta, llevando una mano a la pirámide dorada, luego de tres segundos la apartó ─está… ¿absorbiendo energía? ─dudó

─ ¿Está tomando mi energía? ─consultó el tricolor.

─Están absorbiendo tu luz ─corrigió la morena, viendo que la sortija que empezaba a temblar con una leve aura oscura ─recuerda que los artículos del milenio son objetos que resguardan magia de las sombras, su luz es la contraparte que mantiene el equilibrio ─explicó la egipcia ─deberías tomarlo ─aconsejó al albino.

─ ¿Cómo? Ni loco voy a acercarme a esa cosa ─negó Ryou.

─Ryou, por favor ─le habló ahora Malik, serio ─por lo menos para que se calme, si no lo tocas esa energía va a expandirse. Es tu sortija.

─Es la sortija de él ─rebatió, cruzándose de brazos ─no quiero volver a relacionarme con nada que tenga que ver con él.

Malik frunció el ceño en su dirección, Ryou titubeó un poco ante su mirada pero no se acercó, así que Malik fue quien tomó la sortija de la mesa, sin embargo pronto mostró una mueca de dolor.

─ ¡Malik suelta eso! ─regañó Ishizu ─ella no te quiere a ti, quiere a su propietario ─Ryou tembló al oír esa palabra. La sortija empezaba a quemar la mano de Malik.

Los ojos de Ryou se abrieron mucho la ver eso ─Malik, suéltala ─preocupado por el bienestar de su novio, Ryou se acercó a Malik para arrebatarle la sortija con una mano, mientras que con la otra tomó la mano lastimada del moreno, sobándola con cuidado ─ ¿estás bien?

─Sí, descuida, solo me escoció un poco ─sonrió al ver que Ryou aún no soltaba su artículo ─lo ves, todo está bien ─le señaló la sortija en su mano que ya estaba calma.

─ ¿Qué deberíamos hacer con ellos? ─consultó Yugi ─no tengo problemas con quedarme con mi-eh-el rompecabezas ─se corrigió apenado.

─Por otro lado yo no quiero estar cerca de esta cosa ─el albino minó la sortija en su mano con desdén, sentía algo raro al sostenerla, un llamado o algo que hacía saltar su corazón, y a ser sincero sentir eso no le gustaba nada.

─Puedes dejarla aquí si quieres, con tal de que vengas una vez al día para calmarla todo estará bien ─dijo Ishizu ─Malik quiero que dejes también el cetro.

─ ¡¿Qué?! Pe-pero yo no tengo problema con quedármelo ─reclamó con un puchero.

─No creo que puedas llevártelo a clases y no quiero esa cosa sola en casa ─rebatió la mayor.

Malik torció el gesto ─de acuerdo ─dijo con un suspiro pesado.

─ ¿Puedo llevármelo? ─insistió Yugi.

La morena asintió ─No hay problema.

─Sí eso es todo, quisiera irme a casa ─dijo Ryou dejando la sortija en la mesa, la morena asintió de nuevo. Yugi sacó la cadena de su mochila y se colgó de nuevo su preciado rompecabezas.

─Te acompañaré ─dijo el moreno, dejando reticente su cetro en la mesa, junto a la sortija.

─No te preocupes Malik, te escribo cuando llegue a casa… ah, y ponte hielo en la mano ─le dio una mirada preocupada ─nos vemos.

Malik le miró también preocupado, quiso decir algo más pero Yugi le detuvo, poniendo una mano en el brazo de su amigo. Malik lo miró y Yugi negó con la cabeza ─dale su tiempo, solo necesita asimilarlo ─dijo en voz baja, viendo que Ryou se despedía de Ishizu con una inclinación antes de salir.

─Sí tú lo dices ─le sonrió el oji-lila ─vamos Yugi, te acompañaré a casa, no vaya a ser que te tropieces con otro tumulto de locos fanáticos ─dijo con gracia.

─De acuerdo, gracias Malik ─le sonrió de regreso.

─Nos vemos en casa hermana.

─Hasta la noche Malik, ten cuidado.

-o-

Ryou llegó a su casa en un silencio mortal, casi arrastrando los pies. Colgó su chaqueta azul, dejó su mochila en el piso y subió a su habitación donde se tiró a la cama, enterrando la cara entre las almohadas.

Pasaron dos minutos de silencio hasta que se escucharon unos hipidos de la dulce voz del albino.

Ryou se giró un poco, sacó su teléfono y le mandó un mensaje a su novio, reportándose en casa para que no se preocupara, luego se abrazó la almohada para ocultar su rostro.

─No quiero ─sollozó ─todo eso quedó atrás, no quiero revivir esos sentimientos, ya los deje enterrados ─dijo para sí mismo entre llantos  ─lo que menos quiero es volver a tener algo que ver con Bakura ─finalmente cayó dormido.

-o-

Los tres o cuatro días venideros fueron relativamente tranquilos, claro que hubo varios murmullos de sorpresa por parte de Joey y el resto de la pandilla al ver que Yugi portaba de nuevo con orgullo el rompecabezas del milenio.

Malik y Ryou iban después de clases al museo donde Ishizu los esperaba para que calmaran a los artículos, luego de eso pasaban algo de tiempo como pareja, pasaban por el parque o tomaban helado o iban a comer; sin embargo luego de dejar a Ryou en casa Malik regresaba al museo y se quedaba todo el tiempo posible allí con el cetro. Mientras sus hermanos trabajaban, Malik hacia sus deberes escolares en la oficina, jugueteando con el cetro en sus manos, no sabía exactamente porque pero le hacía sentirse bien el tenerlo consigo, quizás era la familiaridad pero se mantenía con una sonrisa.

-o-

Casi dos semanas más tarde, Yugi se decidió a acompañar a la parejita en la ida al museo, parecía que tenía algo especial que contar.

Malik los condujo hasta la sala oculta y en el camino se les unió la morena. Como las últimas semanas Malik tomó de inmediato su cetro, jugando con el entre sus manos, todo lo contrario Ryou tomó con reticencia la sortija, la cual se calmó a su contacto, los dijes de la misma se balanceaban suavemente, como acariciando la blanca piel de su propietario.

─ ¿Qué te angustia, Yugi? ─consultó Ishizu.

─Lle-llevo un par de días con… no sé bien, sueños extraños ─trato de explicarse.

─ ¿Sueños? ¿Qué clase de sueños?

─Veo a mou hitori no boku ─dijo cabizbajo ─me encuentro en el laberinto del rompecabezas… doy muchas vueltas pero finalmente lo encuentro… él me llama, me sonríe y me ofrece su mano ─Yugi levantó su propia palma frente a sus ojos ─al principio no podía alcanzarlo, pero luego, justo cuando nos sujetábamos despertaba de golpe.

Ishizu lo miró intrigada, igual que Malik, Ryou se mantenía más al margen, jugueteando con uno de sus mechones delanteros.

─También puedo ver otras… como habitaciones ─Yugi miró a Ryou con precaución ─el cetro y la sortija ─el albino se tensó.

─ ¿Qué significara todo esto? ─Malik se notaba emocionado con todo ese asunto.

Yugi se acercó a Malik, indeciso posó su mano sobre el cetro del mismo y de la nada un destello blanquecino se generó entre ambos artículos, sus dueños sintieron la explosión de energía que provocó ese choque, sin embargo hubo un trasfondo empático, Yugi y Malik sintieron algo agradable en medio de ese destello.

─Wow.

─ ¿Pero que fue eso? ─consulto Yugi extrañado.

─ ¡Malik ¿estás bien?! ─Ryou se levantó de la silla donde estaba y fue a acercarse a su novio, tomándole de un brazo.

─Sí Ryou, descuida ─le calmó, acariciándole el cabello con su mano libre, luego se percató de que él no había soltado la sortija así que le dirigió una mirada a Yugi, quien se tomó unos segundos para darse cuenta de lo que el egipcio quería.

Yugi estiró la mano para tocar también la sortija, provocando el mismo brillo aunque algo menos intenso.

─ ¡Yugi! ─reclamó el albino, no le agradó para nada sentir el cálido llamado en medio de esa energía que le hizo saltar el corazón.

─Hermana ¿tienes idea de lo que está pasando? ─consultó Malik, ignorando la molestia de su novio.

─Parece que el rompecabezas tratara de guiarlos con algún fin ─analizó la mujer ─como Yugi lo ha tenido más tiempo, ha absorbido más energía… ¿qué es lo que quiere conseguir? ─dijo en voz alta, llevándose una mano al mentón.

─Esto no me gusta nada ─se quejó Ryou, dejando la sortija en la mesa y saliendo apresurado del lugar.

─Ryou, espérame ─preocupado, Malik fue tras él, aun con el cetro en manos.

─ ¡Malik, deja el cetro! ─le gritó Ishizu, pero su hermano no le hizo caso y corrió tras Ryou.

─Ishizu… ─Yugi llamó la atención de la morena, tenía mucho que conversar sobre el rompecabezas y la energía que había emanado junto a los otros artículos.

-

Malik persiguió a Ryou hasta un parque cercano, donde el albino se recostó en el tronco de un roble a recuperar el aliento… lo suyo no era correr, no tenía resistencia física para este tipo de cosas.

─Ryou ¿por qué saliste corriendo de esa manera? ─Malik lo alcanzó de inmediato, colocó sus brazos a los lados del oji-café, acorralándolo contra el árbol. Había asegurado el cetro a su pantalón.

Ryou ladeó el rostro, desviando la mirada sin querer abrir la boca.

─Dime por favor ¿qué es? ─bajo el tono de voz, llevando sus manos a las pálidas mejillas que se tornaron rosadas en el acto ─me preocupas ─dijo con sinceridad.

Ryou suspiró ─tengo miedo… de a donde pueda conducir todo esto ─respondió, abrazándose a sí mismo.

Malik le miró comprensivo ─lo entiendo y es normal, pero descuida… Yugi y yo estamos contigo… yo estoy a tu lado ─le habló con confianza y cariño, abrazándole.

Ryou le miró a los ojos con tez decaída y preocupada, llevó sus manos tras el cuello de Malik y se empinó ligeramente para juntar sus labios con los de su novio de manera sorpresiva.

Los ojos lilas de Malik se abrieron ampliamente ante el gesto de su pareja, a pesar de ser un tierno roce casto, en los tres meses que llevaban de relación muy pocas veces había llegado a tener ese tipo de contacto tan… íntimo y propio de las parejas.

Ambos eran inexpertos, eso estaba claro; Malik probó a rosar sus labios suave, casi imperceptiblemente, contra los de Ryou y el albino le respondió de igual manera.

Fueron apenas escasos 15 segundos antes de separarse, ambos tenia las mejillas coloradas, la respiración agitada y la pena impresa en sus rostros.

─Todo estará bien ─Malik se sentó en la base del árbol, atrayendo a Ryou a sus brazos, arrullándolo, el albino se recostó en su pecho y pronto se quedó dormido allí.

-o-

Dos días habían pasado, Ryou estaba un poco más calmado gracias a las atenciones de su novio, sin embargo aún persistía en su corazón ese miedo, el temor a lo desconocido… o más bien, a revivir el pasado.

El viernes los tres hikaris regresaron al museo como ya se hacía costumbre, los tres iba con una paleta en manos, conversando divertidos sobre algunas cosas de las clases.

─Sí, Joey estaba con las ganas de matar a Karita-sensei impresas en la cara ─dijo Malik antes de morder la punta de su paleta de arequipe.

─Sí, bueno es normal, es decir ¡es viernes! Nadie quiere quedarse un viernes después de clases ─dijo Yugi con su paleta de chocolate ─Karita-sensei a veces se pasa, en serio ─jugueteó con su rompecabezas.

─Totalmente ─apoyó el albino con una sonrisa, encantado con su paleta de vainilla.

-

Malik tomó su cetro, jugueteando con el en una mano cual bastón de porrista mientras en la otra mano aún tenía su helado a casi terminar.

Yugi esperó unos segundos después de que los sostuvieran para luego poner una mano en cada brazo de sus amigos, generando el mismo brillo de las vez pasada, aunque más intenso.

─ ¡Yugi ¿qué haces?! ─gritó sorprendido Ryou, estremeciéndose de miedo.

─La verdad, no lo sé ─le respondió el tricolor con una ligera sonrisa.

Malik rió divertido por su respuesta y puso de su parte al entender lo que Yugi quería, empujó la energía del cetro y la suya propia a encontrarse con el rompecabezas del milenio. Ryou se quedó paralizado sintiendo como la sortija igualmente se unía a los otros dos, empujando también su propia energía.

Al minuto los tres aparecieron en una especie de espacio raro que simulaba el espacio exterior, pero en color dorado con pequeñas estrellas blancas.

Frente a los tres hikaris, los dioses Egipcios se aparecieron. Yugi y Malik se arrodillaron sobre su pierna izquierda de inmediato ante las presencias sagradas; aturdido, Ryou no demoró en imitarles.

RA se les acercó, tocando con sus alas doradas a cada uno, provocando que, frente a ellos, tres siluetas conocidas tomaran forma.

A Yugi y Malik se les aguaron los ojos de inmediato, Ryou por su parte dejó correr las lágrimas, temblando.

>>Los sentimientos que surgieron en medio de su misión son tan puros y nobles, que siguen uniendo sus almas más allá del espacio y del tiempo<< dijo el gran dragón alado a Yugi directamente. Yami fue abriendo los ojos lentamente.

>>Por otro lado, hay dos pares almas más que fueron entrelazadas a un nivel espiritual que muy rara vez se ve en el mundo<< claramente se refería a los egipcios y a los albinos >>y gracias a ese vínculos sus almas han sido libradas casi al completo de su maldad, ahora es momento de que demuestren ese cambio y si lograr conseguir aquello que les complemente llegaran a redimirse por completo<< Ryou tembló en su lugar con aún más fuerza, realmente, REALMENTE, no le gustaba el rumbo que la situación tomaba >>No hay porque temer, ya no harán daño… mucho menos a ustedes<< había algo oculto en la forma en que dijo eso, Ryou lo sintió, Malik también pero el egipcio lo recibió mucho mejor que su novio.

M-mou hitori no… boku ─llamó Yugi tímidamente, atreviéndose a ponerse en pie con lentitud.

Yami no había dicho palabra alguna en todo el rato, los otros dos apenas empezaban a despertar, el tricolor mayor le sonrió dulcemente al menor, mientras estiraba una mano en dirección a su compañero.

Yugi no se lo pensó dos veces, corrió hasta su yami hasta quedar escasos pasos frente a él, entonces estiró su mano para tomar la de su contraparte, un delicioso escalofrío les recorrió el cuerpo ante el extrañado contacto, Yugi cerró los ojos con una sonrisa recordando sus sueños hasta que, sorpresivamente, Yami lo jaló de la mano para ponerlo contra su pecho y envolverlo entre sus brazos… los ojos de Yugi temblaron brillantes y enterró con gusto su rostro en el cálido y marcado pecho ajen, dejando correr dos lágrimas de sus ojos… por fin sentía que ahora todo estaba bien.

Dejó que sus manos se aferraran también a la espalda de su yami, abrazándole como si temiera que en cualquier segundo fuera a despertar del sueño y él ya no estuviera.

─Ya todo estará bien, aibou… te prometo que no volveremos a separarnos ─le consoló al oído con su voz suave y segura, como si le hubiera leído el pensamiento.

─Yami ─susurró entre ahogados hipidos.

─No llores Yugi ─llevó una de sus manos a la cabellera del menor ─lamento si te hice sentir triste… te extrañé, aibou.

─Lloro de felicidad ─aclaró el menor abrazándose ahora a su cuello ─yo también te extrañe, demasiado ─dijo, mirándole a los ojos, con sus joyas amatistas brillando con sinceridad.

Yami tomó con una mano el rostro de Yugi, reticente a soltarle del abrazo, luego acercó lentamente su propio rostro provocando que la cara de Yugi ganara un tono rojizo… ¿Iría Yami a…?

El mayor colocó sus labios contra la frente de menor, depositando un corto pero tierno beso en la piel de Yugi quien estaba sumamente nervioso, tratando de calmar su corazón agitado… que vergüenza pensar que Yami pudiera saber lo que él había creído al verle acercarse así ¡por los dioses, acababan de re-encontrarse ¿desde cuándo se dejaba llevar por hormonas alborotadas?!

Además, no tenía garantía alguna de que su yami sintiera lo mismo que él… aunque la forma en como lo abrazaba y sostenía le daba muchas esperanzas, quizás infundamentadas… quizás no…

Malik por su parte se acercó algo dudativo a Marik bajo la atenta, preocupada y hasta incrédula mirada de Ryou. Se quedó a unos diez pasos más o menos, inseguro al ver los ojos rasgados de su alter-ego fijos en su persona; fue el mismo Marik quien acortó la distancia, caminando los pasos que faltaban. Malik se sintió pequeño e incluso frágil ante su presencia pero también sintió algo… una especie de calidez, de confort que antes no estaban, que le hicieron sentir inexplicablemente seguro y feliz ¿Marik le provocaba eso? ¿Eran esas sensaciones, la razón de que Yugi echara tanto de menos al faraón?

Sonrió sin darse cuenta, sonrió para Marik con algo de timidez, encogiéndose ligeramente de hombros y ladeando un poco la cabeza.

─Hola ─musitó con voz suave, inseguro de que decir.

Marik no dijo nada, recorrió la figura de su igual de pies a cabeza sin reparos poniéndolo más nervioso, finalmente llevó una mano al cabello de Malik del lado derecho y lo acarició con suavidad y lentitud. Malik no pudo evitar ruborizarse ante el contacto, a pesar de que estaba ya acostumbrado a caricias como esa -e incluso más tiernas y cariñosas- con Ryou, el toque de Marik le era muy diferente, su cuerpo reaccionaba de inmediato, deseoso de acercarse y de recibir más. Inconscientemente se apegó más al trabajado cuerpo del mayor, poniendo sus manos en el pecho de él, ladeando la cabeza ante sus caricias a la vez que sonreía al sentir los latidos del corazón ajeno contra sus palmas, tan acelerado como el propio.

─Hola pequeño ─le dijo de vuelta con voz ronca. Malik sintió el ardor en sus mejillas.

Ryou estaba cruzado de brazos, hizo un pequeño puchero al sentir en su pecho una ligera punzada de celos al ver la escena de su novio siendo acariciado por Marik. No tenía una opinión definida del yami egipcio… mientras no hiciera sentir mal a Malik supuso que no tendría nada para despreciarlo… si Malik estaba bien con eso, él lo estaría.

Tan metido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando su propio yami recorrió el camino hasta él y se puso a su espalda hasta que sintió un par de fuertes y cálidos brazos rodearle desde atrás, cruzándose por su abdomen, provocándole un tremendo escalofrío que lo sobresalto.

─ ¿Pero qué…? ─musitó, girándose solo para ver el rostro del que fue su tormento por años, a pocos centímetros del propio, sintió que su corazón se paraba del temor que lo embargo, pero a la vez notó de fondo un sentimiento diferente, algo que inexplicablemente le evitaba el alejarse de él. Ryou decidió ignorarlo ¡No había ninguna razón para que quisiera estar cerca de Bakura! ─ ¿Qué se supone que haces? Te pido por favor, que me sueltes.

─Tan amable y cortés como siempre, yadonushi ─esa palabra… ese título lo hizo estremecer. La voz de Bakura ya no estaba llena de burla, sarcasmo o malicia como casi siempre le escuchó, ahora era diferente, cálida, agradable a sus oídos ─sé que tú también lo sientes… esa necesidad de estar cerca, yo tampoco lo entiendo ─se encogió de hombros ─pero ¿para qué luchar contra eso? Solo míralos ─como lo pidió el mayor, paseó su mirada por los tricolores y también los egipcios.

Yugi seguía aferrado a Yami como si su vida dependiera de ello y este había recostado su cabeza contra la del menor, pegando sus labios al cabello de su igual, pareciendo que dejara espontáneos besos en la rebelde melena. 
Por otro lado Malik ahora estaba medio recostado en Marik, cuyas manos estaban libremente en el cuerpo del menor, una de ellas le rodeaba flojamente la cintura mientras la otra acariciaba ya no solo su cabello, sino también su cuello, orejas y nuca. Malik parecía disfrutar de su toque y de vez en cuando movía los labios como si dijera algo pero Ryou no alcanzaba a oír nada.

Ahí estaba otra vez esa punzada de celos ─Malik ─susurró, quería creer que esto era una pesadilla, un loco sueño. Quería despertar y correr a refugiarse en los brazos de Malik, ese pensamiento provocó que inconscientemente se acurrucara un poco en el abrazo de Bakura, quien sonrió de lado, pensando que su hikari estaba aceptando su cercanía.

>>Iros a casa, mucha suerte << dijo para los egipcios y los albinos >>Disfrutad esta nuevo oportunidad… hijos míos<< habló para los tricolores, quienes se tomaron de las manos felices, Yugi sonreía ampliamente.

Volvieron a arrodillarse en señal de respeto, seguidos de sus yamis quienes en ningún momento cortaron el contacto físico. Así el espacio fue desapareciendo, provocando que regresaran al salón del museo.

Malik pensó con diversión que a Ishizu le daría un mini-ataque al ver que Marik estaba con él, si la sola presencia del cetro la incomodaba… jejeje, eso podía ser gracioso.

Cuando los tres hikaris regresaron al salón del museo estaban solos. Odion había entrado también a la sala y estaba junto a Ishizu, quien se acercó intrigada a su hermano menor, abrazándolo ligeramente.

─Malik ¿qué fue lo que sucedió?

Los artículos, que aún estaban en sus manos empezaron a levitar y brillar al frente de cada quien.

─Ya lo verás, hermana ─dijo Malik con una sonrisa.

Ryou se acercó más a Malik, aferrándose al brazo del egipcio lo que produjo una sensación muy contradictoria en él, sentía el impulso de abrazar y consolar a Ryou como su novio se lo merecía… Ryou, su novio ¿por qué eso sonaba tan extraño para él ahora?... pero a la vez no quería que Marik les viera tan juntos ¿por qué?

Los artículos del milenio desaparecieron, dejando en su lugar a los tres yamis.

Ishizu apretó los hombros de su hermano antes de retroceder un par de pasos y dejarse caer sentada en una silla, provocando una sonrisa ladina de Marik.

Yugi fue de inmediato a abrazarse a Yami, riendo de felicidad, el mayor lo recibió entre sus brazos.

Bakura y Marik miraron con los ojos como platos al ver a sus respectivas luces tan juntas.

─Malik ─susurró Ryou con la mirada gacha, reticente de mirar a Bakura.

Malik le miró con una ligera sonrisa, acariciando con su mano libre los cabellos blancos ─tranquilo, Ryou-cute ─le calmó.

─Pero…. Koi ─hizo un puchero.

Marik y Bakura sintieron el corazón palpitar dolorosamente

¡¡¿¿Novios??!!  

¡¡¡¿¿¿CÓMO QUE RYOU Y MALIK ANDAVAN DE NOVIOS???!!!

Continuará… xD

              

Notas finales:

Bueno mis amores ¡aquí el primer cap de este post-canon! ¿Qué les ha parecido? Ah quien le ha tomado por sorpresa la relación de Ryou y Malik, yo no soy fanática del angtshipping (aunque me parecen adorables) pero había que hacer sufrir un poquito a Marik y Bakura… sobre todo a Bakura porque como habéis visto Ryou está aferrado a su relación con Malik mientras que, al aparecer Marik, Malik se nota confuso por la repentina atracción que siente por su yami.

¿En que quedará todo esto? ¿Quién de los hikaris será el primero en notar los cambios en su relación ante la presencia de sus yamis? ¿Qué harán Bakura y Marik ante la relación de sus luces? ¿Quién dará el primer paso? ¿Dejaré de hacer preguntas como el narrador de DragónBall? ¡Averigüémoslo juntos en el siguiente capítulo!

¡Saludos a todos, Ja ne!    


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