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CARNIVORE por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

 


 

Disclaimer: KHR! no me pertenece, todos los personajes son creación de la grandiosa Akira Amano–sensei, yo solo tengo el gusto de escribir historias de mis animes favoritos y la trama de este fic.


Notas de la autora: Al principio tenía mis dudas sobre publicar este fic, pero después de meditarlo me dije, –Yo quiero ver a un TSUNA CARNÍVORO–. La canción fue un extra que escuche cuando buscaba fuentes de inspiración para mis fic´s, pero termine iniciando uno nuevo.


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Capítulo 2. Hermano


Carnivore! Carnivore!


Won't you come digest me?


– Veras, Hibari-san. Que yo no haga nada, no significa que no sea capaz –comento el castaño–. Es más, es por decisión y voluntad propia que si yo así lo decido, ellos nunca sabrás que soy más que el simple "inútil" que todos creen –agregó mientras sonreía.


Hibari recordaba aquellas palabras cada vez que veía a Sawada Tsunayoshi. No comprendía por que el herbívoro se corregía mentalmente –carnívoro–, actuaba como tal.


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Sawada Tsunayoshi miraba el techo de su habitación como si fuera la cosa más interesante del mundo, en cierta forma se sentía aburrido y fastidiado, la culpa la tenía su queridísimo tutor Reborn. Aun le costaba leer los –garabatos– (que era como el castaño denominaba a los kanjis, hiraganas y katakanas). Es más no entendía qué carajos tenía que hacer en el Japón.


Fue en ese momento cuando alguien entro en su habitación sin pedir permiso. No necesitaba ver quien era, solo el dueño de aquella casa hacia eso. Reborn.


– Chaoss, Tsuna.


El castaño ni siquiera le dedicó una mirada a aquel hombre de mirada afilada, ojos color café y cabellera negra con aquellas patillas rizadas. El hombre mantenía su porte altivo mientras observaba al menor.


– Levanta tu perezoso trasero de ese lugar –ordenó Reborn mientras lo miraba.


– Reborn, son las nueve de la noche, ¿crees que tengo ganas de salir? –respondió Sawada ligeramente molesto.


– No me interesa, si tienes o no ganas, se hace lo que yo digo. Después de todo soy tu tutor.


– Vamos Reborn, he oído esa cantaleta más de un millón de veces. Quiero regresar a Italia –exigió Sawada.


– Sabes que la mafia ha estado bastante alborotada. Tus padres me pidieron que te cuidara.


– Uhum…


Tsuna le devolvió una mirada fastidiada, mientras se levantaba de la cama.


– ¿A dónde vamos? –Preguntó–, si no es de regreso a Italia no cuentes conmigo –amenazó.


– Tsuna, no estoy de humor para tus berrinches –gruño Reborn–. Sabes que el caso en el que están trabajando tus padres es grande, y no se permiten arriesgar tu seguridad para que tú te comportes como un mocoso malcriado.


– Me lo has dicho mil veces.


– Cómo será, tu hermano va a venir.


– ¡¿Dino?! –exclamó sorprendido.


– Sí, vamos a ir por él.


Tsuna se puso de pie, si sus padres habían tenido que sacar a Dino del país las cosas debían estar bastante serias.


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Estaba cansado, su idea de viaje no era la de ir en un vuelo comercial. Apenas había alcanzado cupo en ese vuelo, y lo peor del caso le había tocado estar en medio de dos abuelitas que no tenían nada de dulce y tiernas, se la habían pasado todo el viaje parloteando de conocidos y quejándose, lo peor del caso es que parecía que aquellas mujeres no se enteraban o fingían que él no estaba en medio de ellas.


Cuando el avión arribó se sintió profundamente agradecido, pero tardaron al menos otra hora más en que les dieran instrucciones para que los pasajeros pudieran bajar del avión.


Primero tuvo que pasar por la aduana, al menos estuvo ahí otra media hora, y cuando por fin pudo pasar por su equipaje y dirigirse a la sala de esperas vio a su tío Reborn con cara de fastidio y por si fuera poco Tsuna lo miraba con cara de querer matarlo.


– Dame-Dino –comentó Reborn mientras arrastraba el nombre.


– Hola, tí…


Antes de que Dino pudiera terminar de decir la palabra, Reborn lo había derribado con una patada.


– Eso no es justo –se quejó Dino mientras intentaba ponerse de pie.


– Ya le he dicho, mocoso –acotó.


– Es tu culpa, Dino. A la única que le deja decirle tío es a Yuni –canturreo Tsuna.


– Mierda –masculló Dino mientras se sobaba la pierna.


El resto del viaje de regreso a casa, los tres hombres estuvieron bastante serios. Una vez que habían llegado a la casa de Reborn, Dino se asombró de que aquel sujeto que tenía por tío viviera en una casa que parecía bastante normal, Dino intento relajarme, pero aun así no lo lograba.


"– ¿Porque de todos mis tíos, tenían que escoger al sádico? –pensó el rubio".


Una vez que entraron a la casa de Reborn, quién los miraba de reojo.


– ¿cuál es el plan? –pregunto Dino.


– Bueno… a Tsuna le toca fingir ser un inútil –masculló Reborn.


Dino miró incrédulo a Reborn.


– Creo que me perdí –añadió Dino.


– Sí, es para no llamar la atención –musito Reborn.


– Reborn, eso ni tú te la crees.


– Te equivocas, Tsuna llamaría más la atención se fuera como es normalmente. Se deja llevar bastante.


– Reborn… no es como si Tsuna golpeará a todo el que se encuentra a diestra y siniestra –el rubio defendió a su hermano.


– Sí, pero ya le advertí que sería un fastidio que "yo" tenga que ir a perder mi tiempo en cosas tan insignificantes.


Dino aún se mantenía un tanto incrédulo. Miro de reojo a Tsuna, conocía desde prácticamente toda la vida a su hermano. Le resultaba un tanto extraña la pasividad con la que Tsuna se estaba tomando el asunto.


Al día siguiente fue despertado de la forma más brusca que se le había ocurrido a Reborn, le había tirado encima una cubeta con agua helada y hielos, no pudo hacer otra cosa más que despertarse de forma abrupta y de alguna.


– EHHH –exclamó Dino mientras abría los ojos.


– Dame-Dino, no es bueno que seas un perezoso –afirmó Reborn–. Además tienes que alistarte para ir a tu nuevo colegio.


Dino miró entra asustado y encolerizado al Reborn. En definitiva, Reborn era un sádico que amaba ver sufrir a sus sobrinos. Si lo pensaba su familia siempre había estado relacionados en asuntos de la política y justicia, principalmente sus padres estaban más que dedicados a la lucha en contra de la mafia que existía en Italia. Pero había una excepción a la regla, Tsuna estaba más que empeñado en convertirse en un líder mafioso, el – ¿por qué? –, nadie se lo explicaba, la mayoría se lo atribuía a que el Tsuna aún era demasiado joven, y lo hacía por llevarle la contraria a sus padres.


Notas finales:


Nota número 1: no le hagan Bashing a Dino.


Nota número 2: aún estoy debatiéndome entre los padres de Tsuna y Dino, estoy tentada a agregarle Mpreg a esta historia.


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